—WILLOW SE SORPRENDIÓ al descubrir que se estaba adaptando tan fácilmente a una nueva rutina.

Pensó que le tomaría más tiempo acostumbrarse a salir con Edward que con Embry, especialmente porque Edward vivía en Forks y ella vivía en la reserva. Pero la ubicación nunca los disuadió de pasar tiempo juntos.

Desde el incidente, Willow no se había sentido segura conduciendo. Sólo la idea hizo que su respiración se acelerara y el sonido de los latidos de su corazón acelerado se hizo cargo hasta que lo único que pudo escuchar fue el ruido sordo de la sangre bombeando por sus venas.

Entonces, a pesar de tener su permiso, se negó a conducir. Pero después de conocer a Edward, había adquirido el hábito de tomar un aventón con su prima mayor Briar hasta el límite de la reserva donde Edward vendría a recogerla, o con su tío hasta Forks mientras se dirigía a trabajar.

Esta vez estaba con su tío.

Lo que amaba de su tío era que era exactamente lo opuesto a su tía.

En el fondo, Willow sabía, o al menos esperaba, que Briony actuara como lo hizo con Willow por culpa. Hasta el accidente, ella nunca había sabido nada de su tía.

Cada vez que le preguntaba a su padre si tenía hermanos; tendría una mirada llena de tristeza en sus ojos y le diría que tenía una media hermana, pero que había una historia complicada y desordenada que los dividió mucho tiempo antes de que Willow naciera.

Entonces, cuando descubrió que se mudaría a Washington para vivir con dicha tía, no pensó que se encontraría al cuidado de un hogar amoroso. Al menos no cariñoso con ella, de todos modos.

Pero ella se había equivocado.

Briony y Brian la recibieron con los brazos abiertos, y sus hijos Brady y Briar también fueron muy comprensivos y amables.

Su tía le había dicho que la familia siempre era bienvenida en su hogar, pero Willow pensaba que ese era su único defecto fatal.

La culpa de no estar cerca hizo que Briony estuviera ansiosa por hacer que Willow se sintiera como en casa. Tan en casa que se negó a trazar la línea ante el hecho de que Willow era completamente blanca, mientras que Briony era solo la mitad.

La herencia nativa americana de la mujer la separaba de Willow tal como separaba a la adolescente de todos los demás en La Push. Los niños reían y se burlaban, los adultos miraban fijamente y susurraban, y Briony y Willow discutían. Pero siempre ganaba el primero.

No importa qué.

Brian no era como su esposa. También ser mitad blanco y haber crecido más cerca de ese lado de su familia antes de mudarse a La Push, entendió que Willow necesitaba estar con personas que la hicieran sentir bienvenida.

Si él también sentía que algo andaba mal con que ella asistiera a la escuela tribal, bueno: "Mantente al margen de esto, Brian. Soy su tía. Este no es tu lugar para hablar sobre eso".

Así que hizo lo que pudo cuando pudo por Willow, y ella lo apreciaba mucho por eso. Sintió un cariño en su corazón similar al que sentía cuando pensaba en sus padres.

Él, Brady y Briar hicieron que La Push fuera un poco más llevadera cuando las cosas se pusieron difíciles.

Así que aprovechó la oportunidad de vincularse con él y al mismo tiempo ir a ver a Edward. Matar dos pájaros de un tiro, lo llamarían.

"¡Que tengas un buen día, niña! Nos vemos en casa".

Y mientras se despedía de su tío y le deseaba buenas noches en el trabajo después de que él la dejara, Willow sonrió para sí misma.

Al parecer, las cosas finalmente estaban empezando a mejorar.

—UNOS MINUTOS después de que Willow se hubiera sentado en una mesa, levantó la vista y encontró a Edward acercándose a ella con una sonrisa.

La sonrisa que ella le devolvió pareció iluminar la habitación, pensó Edward para sí mismo, y antes de que Willow pudiera siquiera darle un saludo adecuado; él estaba hablando.

"Quiero que conozcas a mi familia".

La servilleta con la que había estado jugueteando se deslizó suavemente de sus manos y cayó sobre la mesa, mientras sus ojos se abrían como platos.

"¿Qué estás pensando?" Susurró Edward, sin romper nunca el contacto visual.

"Creo que sólo te conozco desde hace unas semanas y que estás loco". Ella respondió y él levantó una ceja perfectamente formada. "Pero...?".

"Pero debo estar igual de loco porque estoy deprimido". Se cruzó de brazos y se inclinó hacia adelante contra la mesa.

"¿Cuando y donde?".