"Buena suerte." Delilah besó las mejillas de James y le sonrió antes de salir corriendo a las gradas con su hermano.

"Estás completamente derrotado". Sirius se rió entre dientes mientras montaba sus escobas.

"Tú también". James respondió.

"Sí, lo estoy" Sirius no se avergonzaba de su amor por Remus, lo gritaba desde el techo. "Esos Lupins, ¿eh?".

"Malditos Lupins". James negó con la cabeza montando su propia escoba.

"Hola a todos, mi nombre es Remus Lupin y hoy seré su comentarista principal".

"Y yo soy Delilah Lupin, agregando algo de sabor al aburrimiento de Remus".

"Perra." Remus puso los ojos en blanco cuando Delilah le dio una mirada desagradable. "De todos modos, hoy es Gryffindor vs Slytherin por la copa de la casa. El final de nuestro año".

"El juego comienza y James lleva la carrera bebida al poste de la portería... ¿Alguna vez has notado cómo-"

"Por favor, no digas lo que sea que estés a punto de decir".

Delilah se recostó y observó el juego agregando comentarios sarcásticos y haciendo predicciones. Remus en realidad comentó en una buena mansión sin prejuicios.

"Y McKinnon corre contra Black para conseguir la snitch".

"¡Vamos marls!" Delilah gritó y luego se desplomó hacia atrás con los ojos muy abiertos cuando se escuchó a sí misma. "Quiero decir... No vayan a pensar que tengo favoritos porque animo a todos".

James rió desde donde estaba, estaba enamorando de la chica más y más mientras hablaba.

"¡Y McKinnon atrapa la snitch! ¡Gryffindor gana!" Y todos saltan de sus sillas porque Gryffindor acaba de ganar la copa de la casa.

El año pasado Slytherin gano y había molestado a muchos estudiantes junto con un James sombrío que se tomó la pérdida muy duro.

Remus bajó corriendo los escalones para encontrarse con Sirius y le dio un beso enorme por su victoria. Delilah caminó delicadamente hacia James y lo rodeó con sus brazos dándole un rápido beso en la mejilla.

"Felicidades James, lo lograste". La chica le sonrió dejando que sus ojos brillaran mientras lo miraba.

Miró hacia atrás sintiendo que su corazón se hinchaba ante sus palabras. "Creo que tus comentarios ayudaron". Le guiñó un ojo haciendo reír suavemente a la chica.

"Lo intenté."

Los dos miraron al otro mirándose a los ojos, el contacto no se rompió cuando otros estudiantes caminaron alrededor de ellos y regresaron al castillo. James no quería moverse, quería seguir mirándola pero no quería hacer un movimiento que la asustara.

Delilah sabía que él estaba esperando que ella dijera o hiciera algo y ella nunca había sido de las que hablan. Se acercó a James colocando sus manos sobre sus hombros antes de conectar sus labios con los de él en un suave beso.

Él reaccionó de inmediato devolviéndole el beso y colocando sus manos suavemente sobre sus caderas.

La necesidad y el deseo mutuo crecieron. Ambos habían esperado esto durante tanto tiempo y todo el autocontrol se lo llevó el viento, el beso se hizo más exigente y apasionado. Las manos de Delilah comenzaron a recorrer su cuerpo, bajando por su pecho hasta su cintura y jugando con las presillas del cinturón y luego volviendo a subir por su cabello y James estaba haciendo lo mismo pero subiendo por su espalda y su cabello y volviendo a bajar hasta su cintura.

Cuando se separaron fue solo por aire, respirando todo lo que necesitaban. Sus ojos se conectaron una vez más, ambos con sonrisas tontas repartidas por todo su rostro.

"¿Te veo en la fiesta?" Delilah preguntó mirándolo con una expresión esperanzada.

"Siempre." James volvió a guiñar un ojo besándola en la mejilla antes de salir corriendo a las duchas para contarle todo a Sirius y Delilah corrió a su dormitorio. Había algo que había estado evitando, pero era hora de lidiar con eso.