➳ 5
Todo el mundo estaba notando a los nuevos amigos entrar el lunes por la mañana juntos, hablando normalmente. Por un lado, estaban viendo al mismísimo Park JiMin llegando temprano y por otro lado a YoonGi sonriendo de forma diferente. Por supuesto que YoonGi tenía una sonrisa grabada en su rostro, pero tanto tiempo viéndolo era fácil distinguir que aquella sonrisa no era igual a las habituales.
Parecía estar cargada de más vida que de costumbre, si eso era posible. NamJoon miraba a la parejita reír entre ellos hasta entrar junto con otros alumnos al aula. Se sentaron juntos al fondo y siguieron conversando. YoonGi no le había dicho que se sentaría con otra persona y él que siempre era capaz de guardarle su asiento. Igualmente no le molestaba que su mejor amigo hiciera nuevas amistades, pero a la vez creía que ese chico alto que era todo el tiempo avergonzado por sus superiores solo estaba utilizando a YoonGi para conseguir esa magia del amor. Como buen amigo y compañero de toda la vida de Min, él estaría observando de cerca esa nueva relación.
─Hacen fea pareja ─susurraron en su oído, NamJoon se giró viendo a la nueva persona que estaba ocupando el mismo lugar que YoonGi había ocupado la semana pasada antes de elegir sentarse con el azabache del fondo.
─¿De qué hablas, HoSeok?
─Digo que todo el mundo está hablando porque YoonGi tiene cara de enamorado, pero hay muchos puntos de vista; algunos dicen que para nada hacen linda pareja, como yo, y otros que son lo más tierno que vieron en la vida, como el grupo de chicas que no deja de observarlos desde rato allá en la punta ─apuntó a un grupo que sí estaba en ronda observando a la parejita. NamJoon frunció el ceño y estudió el rostro de su amigo desde lejos, sí se veía diferente, más juguetón que de costumbre. Acaso... ¡¿Estaba coqueteando?!
─¿YoonGi le está coqueteando a Park JiMin? ¿Desde cuándo está pasando esto? ¿Y por qué el otro parece que ni siquiera lo nota? ¿O también está coqueteando? ¡¿HoSeok, qué está pasando?!
─No lo sé, pero a tú qué dices sobre ellos ¿Te parecen linda pareja?
La verdad, no podía responder sinceramente. Porque Nam no era amigo de Park, jamás habían cruzado demasiadas palabras y si lo hacían era solo porque les tocaba hacer una tarea juntos y nada más. Lo poco que conocía de Park era que no era un chico bruto, tenía su inteligencia en algunas materias y demasiado dulce a la hora de expresarse. También lo conocía por ser parte del taller de teatro que YoonGi siempre lo obligaba a ver por más que ya quisiera irse a casa en los festivales del instituto. Y hasta allí llegaba su información, a no, también era el chico impuntual.
¿Y YoonGi? ¡Era su mejor amigo! Claro que conocía todo acerca de él; era inteligente, responsable, tenía una muy bella voz, deportista, mister sonrisas, cada que hablaba acostumbraba a reírse al final de cada frase; demasiado diferente a lo que conocía como Park JiMin. ¿Hacían linda pareja? Tampoco era como si fueran polos opuestos porque JiMin no era el típico bad boy tatuado que fumaba a cada hora de su vida, ah y que estaba en una pandilla que participaban en esas peleas clandestinas.
¿Park JiMin y Min YoonGi? No sonaba del todo bien.
─Es la primera vez que veo a YoonGi con intenciones de estar con alguien ¡Literalmente me rechazó a cada puta alma que le presenté! No me importa si sus nombres suenan bien juntos o no, estuve esperando este momento hace siglos ¡Hacen una horrible pareja pero no importa! Ojalá aquel chico se dé cuenta de lo que siente Yoonie.
─Bueno, todo el mundo habla también de que Park no le da ni la hora de YoonGi, pobre Yoonie, pero es la cruda realidad que vive cupido.
─¿A qué te refieres con eso?
─Digo ¿Que no sabes? Cupido es el Dios del amor, pero jamás lo vas a ver enamorado, porque a Cupido nadie lo quiere.
─¿Nunca escuchaste eso de que el amor se encuentra en el precipicio?
HoSeok no entendió a qué se refirió Nam cuando dijo aquello con una sonrisa melancólica. Es que en todo aquel mundo de Dioses y flechas de oro y otras de plomos, sí existían alguien para amar a quien entregaba el amor. Pero para que aquello sucediera, JiMin debía de acercarse al precipicio. Al menos así fue como el Dios del amor y Psique se conocieron y amaron eternamente superando las pruebas y desafíos impuestos por Venus y los celos de los demás mortales. Y hablando metafóricamente ¿Cual era ese precipicio donde JiMin debía acercarse para ver la verdad en los ojos de YoonGi?
Mientras tanto, al fondo del aula, sentados juntos; estaban YoonGi y JiMin, ignorando todas las miradas puestas sobre ellos, y murmullos que no venían al caso. El azabache sabían por qué hablaban, alguien como él no era bien bienvenido en el círculo social de alguien como el castaño. Y YoonGi, de algún modo, también comprendía por qué el mayor se sentía un tanto incómodo cerca. Tenía inmensas ganas de abrazarlo y llenarle el rostro de besitos mientras le susurraba que era perfecto para estar con él. Lo haría si eso no lo hiciera parecer demasiado obsesionado con el pelinegro. Solo se limitaba a asentir, sonreír y reír a cualquier estupidez sin sentido que dijera JiMin; por más que no lo comprendiera o le pareciera inútil, le gustaba hacerle creer que tenía toda su atención, ¿Al menos así notaría cuánto le gustaba? ¡Mírame, por favor! ¿Así o más enamorado?
─¿Yoonie, me estás escuchando? ─me dijo Inie, lloro de ternura ¡¿Por qué no puedo besarte?! Mira que bonito te vez esperando que te responda, tus cachetitos se ponen rojitos cuando ves que me quedo viéndote ¿Ya podemos dejar de jugar? Dios me gustas tanto ─¿YoonGi?
─¿Ah? ¿Qué? ─preguntó desconcertado, sí había escuchado la pregunta pero estaba tan metido en sus pensamientos que por costumbre solo actuó como si no hubiera escuchado.
─Lo siento, solo te estoy aburriendo... Sé que dijiste que querías sentarte conmigo esta mañana pero si quieres le puedo pedir a HoSeok que te deje sentarte con Nam como siempre... ─sonaba tan apenado que YoonGi por poco muere de ternura por no poder abalanzarse sobre el mayor y apretarle los cachetitos a más no poder.
─¡No, no, claro que no! Me entretiene mucho, estabas hablando de que te sientes un poco incómodo actuando de rey en la obra porque eres un rey malo y no te sale muy bien hacer de enojado ¡Pero, hey, yo siempre te veo actuar y lo haces muy bien! ─cuando JiMin escuchó el halago no pudo evitar ponerse más tímido que de costumbre. Trataba de parecer indiferente y de que sus sentimientos por Min no fueran tan obvios ¿Pero como evitarlo si el menor le decía cosas como esas? ¡Yah, iba a morir en cualquier momento por culpa de su crush! ─Lo haces muy bien, JiMin, eres perfecto haciendo cualquier papel... ─siguió Min apoyando el peso de su cabeza en el puño de su mano sobre la mesa ─Espero que seas un gran actor en el futuro...
¿Por qué susurraba? ¿Por qué hablaba tan bonito? ¿Por qué no dejaba de hacerle cumplidos? ¿Por qué pareciera que nadie más existía estando los dos juntos? Quizá era su propia imaginación, esas eran algunas cosas que JiMin no dejaba de cuestionarse ¿Era su mente tonta que le hacía creer que YoonGi le estaba coqueteando? ¡Qué vergüenza! Tal vez no pensaba nada de eso en realidad, YoonGi era conocido por ser un chico dulce con las personas y no buscaba dañarlas, tal vez estaba diciéndole esas cosas por mera lástima.
─JiMin... Sigo estando triste...
─¿Aún? Te dije que si esa persona no te dice lo que sientes vayas y se lo digas tú.
─JiMin ¿A ti te gusta alguien? Porque también estás solo , si esa persona no viene a decirte que le gustas ¿Por qué no se lo dices tú? ─preguntó, quizá existía una suficiente razón para no confesarse, y él allá esperando el mejor momento para decirle ¡Sí, amor de mi vida, yo también te amo! Ahora casémonos y tengamos muchos perritos, viviremos en una cabaña en lo alto de la montaña y nos bañaremos desnudos en el lago ¡Nos moriríamos de hipotermia pero juntos!
─No vale la pena, esa persona no gusta de mí... Me lo dijo...
¿Qué? ¿En qué momento le había dicho que amaba a alguien más? No será que.... ¡Tonto JiMin! Era tan despistado que seguía sin notar las indirectas.
─Una semana, te daré una semana para que te declares y si lo haces, yo también se lo diré al chico que me gusta ─al menos esperaba que notara que había dicho chico en vez de chica ¡Algo que notara! Porque YoonGi estaba seguro que JiMin no haría nada en esa semana, a no ser que su magia del amor por una vez en su vida funcionara consigo mismo.
De alguna forma lo hizo, su amor platónico si gustaba de él ¡Pero no era suficiente!
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La semana estaba pasando, JiMin y YoonGi seguían hablando por chat, en persona, sentándose juntos mientras todos los demás seguían permanentemente hablando sobre ellos. El rumor acerca de que podían llegar a ser pareja se esparció por todo el edificio y ya varias personas se había acercado a confirmar que estaban saliendo. Lastimosamente con el corazón algo roto, los chicos respondían que no, que solo eran amigos.
Cuanto daría JiMin por afirmar que estaba en una relación con el menor, y YoonGi igualmente. Comenzaba a desesperarse, ya iban diez personas que se estaban acercando a confesarse y terminaban saliendo con su amor. Se estaba convirtiendo en toda una leyenda allí dentro y finalmente terminaría de comprobar que JiMin no sería capaz de confesarle cuánto le gustaba.
Tal vez TaeHyung le había mentido, porque cada vez que se lo cruzaba este se burlaba de él preguntando si su amigo ya había dado el primer paso ¡JiMin ni siquiera había intentado moverse un poco! Su relación con el azabache si que había cambiado rotundamente, porque no podían no llevarse mejor que antes. El chico impuntual se había vuelto un poco más puntual, al menos llegaba antes que el profesor o con él y YoonGi siempre estaba allí guardándole un lugar.
Obviamente de vez en cuando tuvo que dejarlo solo ya que dejaba a Nam de lado y este le reclamaba algo de atención. Los amigos antes que los novios ¡Pero JiMin no era su novio! Que frustrante sonaba decir eso. Todos veían como él le entregaba toda su atención al pelinegro y como el pelinegro demostraba estar feliz por aquella atención. Todo el mundo había notado lo enamorado que estaba Min YoonGi.
Algunas noches, luego de desvelarse hablando con el alto, se preguntaba cómo fue que se terminó enamorando de alguien con el cual ni siquiera hablaba. Pero de imprevisto recordó las veces que lo veía pasar en frente de él y de la nada en su cabeza resonaba la frase «es bastante guapo», luego lo veía ser un asco en los deportes y su corazón se alegraba al saber que al menos lo intentaba y se ponía feliz cuando lo elegían para estar en un equipo anteultimo y no último. Cuando la profesora de literatura le pedía leer el siguiente capítulo y su voz se escuchaba en todo el salón, JiMin siempre había tenido la voz calmada, dulce y frágil. Cuando llegaba tarde y bajaba la mirada avergonzado ¡Por favor, no escondas esos ojos bellos! Le gustaba la forma en que le quedaban las bandanas en su cabeza o lo rebelde que llegaba a ser su negro cabello cuando no las tenía puesta.
¿Y JiMin? Pues siempre había tenido un pequeño flechazo por el más bajito. Es que su sonrisa que le alegraban la vida eran un arma mortal para su pequeño corazoncito fácil de ilusionar. Escucharlo reír era entretenido, además era sumamente hermoso y su cabello brillaba todo el tiempo ¿Cómo sería enterrar sus dedos en aquellas hebras castañas? ¡Sería magnífico! Nam tenía mucha suerte, cuanto le gustaría ser NamJoon algún día de su vida. Cuando la leyenda del cupido del instituto se propagó, a JiMin le pareció aún más hermoso YoonGi, porque cualquier cosa relacionada con aquella bella historia de unir parejas lo hacía ver más adorable ¡YoonGi estaba rompiendo su termómetro de adorable! Escucharlo cantar era su profesión favorita, lastimosamente su taller su música empezaba al mismo tiempo que su taller de teatro, y los auditorios estaban muy lejos como para llegar a tiempo a alguna de sus clases. Cada vez que el menor se dignaba a tararear o practicar en los recreos, JiMin se sentía en el cielo.
Se encontraban en el aula, aquel jueves YoonGi y JiMin no se habían sentado juntos. Tenían geografía y debían de estar haciendo la tarea. Algunos ya la habían terminado y por eso se disponían a hablar entre sus compañeros de banco, otros también hablaban sin haber terminado y luego quedaban los que no habían prestado atención a nada y ni el libro habían sacado.
─Me cansé ─exclamó YoonGi abandonando el lápiz con el que escribía las respuestas. Nam lo observó y con una seña con la cabeza quiso darse a entender que prosiguiera ─, me cansé de que JiMin no me dé ni la hora. Dime, Nam, tú que eres mi amigo ¿Soy feo?
─¿Qué dices, Yoonie? Eres muy bonito.
─¿Canto mal?
─No.
─¿Soy muy molesto?
─No.
─¿Y por qué JiMin no me ama? Creo que Kim TaeHyung se estuvo burlando de mí todo este tiempo ¡Ah, maldito niño mimado! Seguro que es uno de los que le caigo mal y quería hacerme ilusionar con Minnie ¿Por eso me miraba con burla todo este tiempo? ¡Maldito!
─Pero Yoonie, a JiMin se le nota que le gustas desde lejos ¿Qué dices? Eres la cosita más hermosa de todo este lugar lleno de bagres ¡Mirate! Cualquiera que te viera caería rendido a tus pies.
─Cualquiera menos JiMin.
─Ya te dije que a él también le gustas ¡Deja de mortificarte! ¿Sigues esperando que se declare? YoonGi, todo el mundo sabe que Park es muy vergonzoso, jamás te dirá que te ama si no está seguro de que tú también sientas lo mismo... ¿Por qué no das el segundo paso tú?
Esperar a que fuera JiMin quien diera ese paso ¿Qué tan malo podía ser llegar a cambiar el curso de la historia? Ya estaba harto de esperar que al mayor le picara el mosquito del valiente. Ahora que lo tenía decidido, que sería él quien se acercara a JiMin a confesar lo que sentía, comenzaba a tener un poquito de miedo. Estaba allí la posibilidad de que Kim TaeHyung le estuviera jugando una broma, pero iba a arriesgar toda su dignidad por JiMin, si lo aceptaba o rechazaba daba igual, al fin y al cabo así era el el título de la historia; a cupido nadie lo quiere, ya se había acostumbrado a vivir con la frase, y sus sentimientos hacia este chico alto y pelinegro no iban a darle vuelta el mundo... O sí.
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