Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

epílogo


3 años después

Los últimos minutos son los más estresantes para YoonGi, quien se encuentra sentado en las pequeñas gradas junto a SeokJin y JungKook. Los nervios le hacen morderse las uñas y no quiere imaginarse ni por un segundo como tiene que estar JiMin.

JiMin, que se encuentra sentado en el banquillo, parece estar mil veces peor que él. Durante el partido, el castaño no puede parar quieto, se mueve de un lado a otro, grita de vez en cuando instrucciones a los chicos, y suelta pequeños insultos cuando alguien del equipo contrario comete una falta. Pero en los últimos minutos, siempre estaba callado y quieto, como si guardase el aire hasta el último momento.

Y por seguido, no quiere imaginarse a su pequeña hija de diez años, atenta a la pelota que se mueve con rapidez de un lado a otro del campo. En la portería, Iris parecía demasiado concentrada como para parecer nerviosa.

YoonGi tenía una especie de amor-odio con esos momentos de los partidos. Odiaba los nervios a flor de piel, la manera en la que cuando el marcador dictaba los últimos minutos se comenzaba a sentir un tanto mareado, la forma en la que a veces, se mordía el labio inferior hasta hacerlo sangrar.

Pero a la vez, amaba todo lo que aquello traía, amaba tener a SeokJin y JungKook siempre a su lado, tomados de las manos casi tan nerviosos como él, amaba la emoción y la adrenalina cuando el tiempo terminaba y el equipo de Iris resultaba ganador, amaba abrazar a su hija con emoción y besar a JiMin con entusiasmo.

Así que cuando el tiempo termina y el marcador se encuentra 5-3, YoonGi y SeokJin saltan de sus asientos para gritar, repletos de emoción.

Y entonces, su parte favorita de todos los partidos. Iris sale disparada hasta donde JiMin se encuentra, lanzándose a sus brazos para abrazarlo con fuerza. El resto del equipo la imitan, corriendo hasta su entrenador para celebrar que lo habían logrado, habían ganado.

Y es algo tan simple como eso, pero era la parte favorita de YoonGi. Su corazón se llenaba de cariño y orgullo, y una sonrisa siempre se dibujaba en su rostro mientras los miraba. Queriendo guardar aquella imagen para siempre.

─¡Hemos ganado! ─Iris exclama con emoción cuando YoonGi llega hasta ellos, lanzándose a sus brazos para abrazarlo con fuerza.

─Habéis ganado, amor ─YoonGi asiente con la mayor sonrisa en sus labios.

Iris se separa para mirar a su padre y a sus tíos.

─¿Has visto cómo he parado ese gol casi al final? ¡A sido alucinante! ─La pequeña salta de la emoción y YoonGi solo puede soltar una pequeña risa.

─Si que lo ha sido preciosa, lo has hecho genial.

Iris sonríe antes de abrazar a SeokJin.

─¿Qué te ha parecido? ─Le pregunta con ojos brillantes de emoción.

─Me ha parecido, que eres la mejor portera del mundo. ─Iris suelta una pequeña risa y asiente.

─Si lo dices tú será porque debe ser verdad ─Iris dice y SeokJin ríe.

─Has estado increíble, bebé ─ JungKook dice con cariño.

Iris lo abraza también, repleta de emoción porque todas sus personas favoritas se encuentran ahí para ella.

─Gracias tío JungKook.

YoonGi los observa con un agradable calor en su pecho, sintiendo que esto es finalmente lo que siempre había querido. Su pequeña familia.

─¿Yo no tengo un abrazo? ─Los brazos de JiMin se envuelven en la cintura de YoonGi, haciendo que el pálido se gire para mirarlo..

Y no pierde un segundo en besarlo, allí en medio, en mitad del campo de fútbol, delante de cualquiera que pudiera verlos. Besándolo como si el resto del mundo dejara de existir.

─Has estado tan increíble como siempre ─YoonGi susurra cuando se separan, acariciando sus mejillas con cariño.

JiMin sonríe, y YoonGi siente como las mariposas emprenden vuelo en su interior, como si fuera la primera vez que lo ve sonreír.

─Gracias precioso.

─¡Papá, papá! ─Iris exclama llegando hasta ambos─ ¿Podemos ir a celebrarlo?

YoonGi sonríe y asiente suavemente.

─Por supuesto que sí.

Los ojos de Iris brillan mientras comienza a dar saltos de emoción.

─¡Sushi, por favor!

─Sushi será.

Y puede que también sea esa su parte favorita de los partidos de Iris, celebrar en familia la victoria. El pasar la noche junto a las personas que más quería en el mundo en algún restaurante de la ciudad.

YoonGi deseaba que llegara el siguiente partido para poder repetir todo de nuevo.

[...]

Las mañanas son para ellos dos. Tan solo YoonGi y JiMin.

Normalmente, por las mañanas aprovechan para salir a comprar, para hacer la comida entre risas y besos robados. Pero hay mañanas en las que disfrutan de la simpleza de no hacer nada, de quedarse en la cama hasta el último momento, ir a recoger a Iris al colegio y volver a casa con comida para llevar de algún restaurante cercano.

Y hoy, es una de esas mañanas.

Donde YoonGi disfruta de ser tan solo JiMin y él, de admirarlo mientras duerme y la tenue luz del sol baila por su rostro, de apreciar y absorber cada pequeño detalle del castaño.

Lo encuentra ciertamente fascinante, como seguía incluso más enamorado que al principio. Considera que hay una especie de fuego en él, el cual se encendió la primera vez que lo vio en aquel campo de fútbol junto a su hija, un fuego que aumenta con el tiempo, que lo mantiene cálido y lo consume.

Acaricia con cuidado la mejilla de JiMin antes de levantarse de la cama, comenzando su camino hasta la cocina.

Una vez allí prepara dos tazas de té y se sienta sobre la encimera, esperando a que JiMin se despierte y vaya a buscarlo. Y sonríe cuando a los pocos minutos escucha la voz ronca de JiMin llamarlo desde la habitación, y lo siguiente que sabe, es que JiMin está entrando en la cocina.

─Hey, me has abandonado.

YoonGi sonríe al verlo, al escuchar su voz un tanto más grave de lo habitual.

JiMin entra con su cabello despeinado y vistiendo tan solo un pantalón deportivo, y nadie puede culpar a YoonGi por sentir como su corazón se vuelve completamente loco en su interior. Le da un sorbo a su taza de té mientras el castaño camina hasta él, colocando sus manos en su cintura, acariciándolo con cariño.

─¿Me echabas de menos? ─YoonGi pregunta antes de darle un pequeño sorbo a su taza de té.

JiMin sonríe y el corazón de YoonGi vuelve a reaccionar alegre, latiendo con entusiasmo. Y el pálido está bastante convencido de que jamás podría cansarse de ver a JiMin sonreír.

─Un poco ─Asiente, apretando levemente la cintura de YoonGi─ Me gusta que me mires mientras crees que estoy dormido.

Las mejillas del pálido se encienden, pero intenta esconderlo dándole otro sorbo a su té.

─Lo dices como si tu no hicieras lo mismo. ─Murmura.

El castaño se encoge de hombros.

─Lo hago, porque te ves jodidamente precioso mientras duermes ─JiMin dice con la mayor sonrisa en sus labios, y YoonGi siente millones de fuegos artificiales explotando en su interior.─ Aunque me hace sentir un poco abrumado a veces.

─¿Por qué? ─Pregunta frunciendo levemente el ceño.

─Porque me cuesta creer que seas real.

YoonGi se ríe, suelta una pequeña risa mientras niega y JiMin se muerde el labio mientras lo mira como si fuera la cosa más maravillosa en el mundo, su bonito tesoro.

─Eres bobo ─Es todo lo que YoonGi responde, con una sonrisa mientras niega suavemente con la cabeza.

─Lo digo enserio. ─JiMin levanta la mano para colocar uno de los mechones de cabello de YoonGi detrás de su oreja y seguidamente acariciar con cariño una de sus mejillas─ Cada mañana cuando abro los ojos y te veo durmiendo a mi lado pienso que te ves mucho más bonito que el día anterior, y si sigues siendo cada vez mas perfecto voy a comenzar a pensar que te hicieron únicamente y exclusivamente para mi.

En aquel momento, con esas palabras, YoonGi se da cuenta de lo que JiMin realmente significa para él. Siente como si toda su vida antes de JiMin hubiera estado parado en mitad de un acantilado. Indeciso de si saltar o salir corriendo en la dirección contraria, pensando que si salta, quizás el mundo entero desaparecería, que jamás habría final y caería eternamente en el vacío.

Pero conocer a JiMin le hizo querer saltar, y se dio cuenta de que realmente podía volar.

Y ese es uno de los sentimientos que más le gustaba a JiMin de todos los que JiMin le hacía sentir, que con cada pequeño gesto, con cada pequeña palabra, YoonGi sentía que volaba.

Y que quizás, con un poco de suerte, nunca sentiría lo que es caer.

─Cásate conmigo, Park JiMin. ─Susurra.

JIMin sonríe, apoyando con cuidado su frente con la de YoonGi.

─Algún día.

─Algún día ─ YoonGi susurra con el corazón latiendo con fuerza en su pecho.

Algún día, algún día llevará un anillo en su dedo para siempre, sonreirá al verlo y le dirá a todo el mundo que está comprometido con el amor de su vida, que las almas gemelas existen y él es lo suficientemente afortunado como para haber encontrado la suya.

Algún día. Pero por ahora, YoonGi puede conformarse.

[...]

Ese mismo día, van a recoger a Iris en el coche del castaño. La esperan en la puerta principal del colegio, tomados de la mano esperando a que su pequeña hija salga corriendo, sonriente y gritando con emoción todo lo que ha hecho durante la mañana.

Pero ambos saben enseguida que algo va mal cuando la ven salir a paso lento, con los hombros caídos y más seria de lo habitual. Y cuando no les da un abrazo como siempre, saben que algo ha tenido que pasar.

─Buenas, bicho ¿Que tal ha ido tu día? ─JiMin pregunta, tomando la mochila de Iris mientras comienza a caminar de vuelta al coche.

─Bien ─Su voz suena floja y cortante, y JiMin aprieta los labios en una mueca cuando ni siquiera lo mira.

YoonGi y JiMin se miran confundidos, sin saber muy bien qué hacer. Iris era una niña bastante directa y transparente, si algo iba mal lo primero que hacía era correr a sus padres para decirles cómo se sentía y ellos hacían lo posible por hacerle sentir mejor.

Pero aquel día parecía ser diferente.

Así que una vez llegan al restaurante favorito de los tres y JIMin sale del coche para ir a por la comida que habían pedido, YoonGi se gira en el asiento delantero para mirarla.

─¿Vas a decirme qué pasa?

Iris levanta la mirada y hace una mueca antes de finalmente suspirar.

─¿Es verdad que no puedo llamar a JiMin mi papá porque no es realmente mi padre?

Las palabras golpean a YoonGi como una fuerte ola chocando contra la orilla, dejándolo un tanto aturdido y confundido.

─¿Por qué dices eso, Iris? ─Pregunta confundido.

─Tina dice que ella no llama al novio de su mamá papá porque él le ha dicho que no puede, porque no es su papá de verdad. ¿Entonces como JiMin no es mi papá de verdad, no le puedo llamar así?

YoonGi aprieta los labios y niega.

─Que tina no lo haga no quiere decir que tú tampoco debas.

─¿Pero tiene sentido, no?

YoonGi realmente no puede culparla por hacerse ese tipo de preguntas, y él no puede evitar sentirse un tanto culpable por ello.

─Iris, amor, escúchame bien. ─YoonGi dice con cariño─ ¿Quien te cuida cuando yo estoy trabajando?

─JiMin ─La niña dice en voz baja.

─¿Quien te ayuda con los deberes que no entiendes a pesar de que él los entiende menos? ─La pálida suelta una pequeña risa.

─JiMin.

─¿Quién te enseñó a montar en bicicleta?

─JiMin.

─¿A quién despiertas cuando tienes una pesadilla y no puedes dormir?

─A JiMin.

─¿Y quien te quiere casi tanto como yo? ─Iris sonríe, enseñando su tierna sonrisa heredada de su padre.

─JiMin.

─Exacto ¿Tu sientes que JiMin es tu papá? ─La niña asiente con una sonrisa, y YoonGi tan solo puede sonreír también─ Entonces, nadie nunca puede decirte lo contrario.

Iris sonríe y rápidamente se desata el cinturón para lanzarse a los brazos de su padre, abrazándolo con fuerza. Y YoonGi se siente mucho más tranquilo, acariciando la espalda de su hija y dejando un beso en su cabeza.

─Hey, yo también quiero un abrazo. ─JiMin dice entrando de nuevo en el coche con una bolsa en la mano.

Iris mira a YoonGi con una pequeña sonrisa y deja un pequeño beso en su mejilla antes de lanzarse con cuidado sobre JiMin.

─Te quiero mucho ─Dice, rodeando con sus brazos el cuello del castaño para abrazarlo con fuerza.

JiMin sonríe, abrazándola de vuelta.

─Y yo a ti, amor.

Iris vuelve a su sitio, tomando la bolsa repleta de comida para llevar a su lado.

─Sois los mejores papás del mundo.

JiMin sonríe orgulloso y YoonGi suelta una pequeña risa.

─Lo dices solo porque te hemos comprado tu comida favorita.

─Sí, pero también porque es verdad.

Entonces JiMin sabe, que sin importar que, ellos tres siempre serán una familia.

[...]

Aquella tarde, YoonGi se encontraba trabajando en la panadería, así que JiMin y la pequeña Iris disfrutan de su tiempo juntos en casa. Ambos se encuentran en la sala, un capítulo de las chicas Gilmore se está reproduciendo en el televisor mientras el castaño intenta pintar las uñas de la rizada.

─Estas nervioso ─Iris dice mirando a JiMin con una pequeña sonrisa divertida.

El castaño se detiene, frunciendo el ceño y levantando la mirada.

─¿Por qué lo dices?

─Porque te estoy escuchando susurrar insultos y te tiemblan las manos.

Y bueno, JiMin no podía negar que quizás estaba algo nervioso. Pero también podría simplemente decir que pintar las uñas de una niña de diez años era bastante complicado.

─Bueno, vale ─JiMin suspira─ Puede que esté un poco nervioso.

─¿Por qué?

JiMin aprieta los labios en una sonrisa, y ahora se encuentra mucho más nervioso que hace unos momentos. Iris iba a ser la primera persona en saberlo, y aquella iba a ser la primera vez que admitiera lo que iba a hacer en voz alta. Y quizás su nerviosismo tenía algo que ver con el hecho de que era Iris, de que era la persona más importante en la vida de YoonGi y la persona a la que más quería.

─Tengo que hablar contigo de algo y quiero que seas sincera ─Empieza, dejando los esmaltes de uñas a un lado.

─Siempre lo soy.

JiMin sonríe y asiente, mordiéndose el labio en un intento fallido de esconder su enorme sonrisa.

─Quiero preguntarle algo muy importante a tu padre y...

─¡Oh Dios mío! ─Iris le interrumpe, exclamando con emoción, sus ojos se llenan de brillo y el corazón de Jin late con fuerza en su pecho─ ¿Vas a pedirle que se case contigo por fin?

Las palabras salen tan naturalmente de la niña, que JiMincasi se siente estupido por haber estado tan nervioso al respecto.

¿Pero cómo no iba a estarlo? JiMi. sabía lo importante que aquello era para YoonGi, lo muchísimo que había fantaseado y soñado sobre ello. Y él quería cumplir todos y cada uno de sus deseos, quería hacerle feliz.

Y quizás, JiMin también está demasiado encantado con la sola idea de convertirse en su esposo.

─Sí, creo que sí. ─Confirma en voz baja.

─¡Eso es genial! ─Iris se lanza contra su padre, abrazándolo con fuerza y dejando un rápido beso en su mejilla antes de mirarlo─ Tío SeokJin me debe diez libras.

Sus palabras sacan una risa sincera del castaño, quien niega suavemente.

─¿Qué te has apostado esta vez, bicho?

─Que tú y papá os ibas a casar antes que él y JungKook.

Y JiMin sonríe, dejando un pequeño beso en la frente de la rizada.

─Entonces ─JiMin murmura con una pequeña sonrisa─ ¿Te parece bien?

─¡Claro que me parece bien! ─La pequeña exclama, aún siendo rodeada por los brazos del castaño─ Mi papá estará muy feliz, tú estarás muy feliz y yo estaré muy feliz. Todos felices.

Y JiMin solo puede sonreír con el corazón acelerado. En aquel momento podía explotar de felicidad, de lo completo que se sentía porque tenía todo lo que siempre había querido.

Su pequeña familia.

─Todos menos SeokJin. ─Dice divertido a lo que Iris ríe.

─Tío JungKook le ha dicho que debería dejar de hacer apuestas conmigo porque siempre pierde.

─Nadie puede competir contra ti, por algo eres mi bebé.

Los ojos de Iris se iluminan y rápidamente vuelve a abrazar a JiMin mientras sonríe.

─Te quiero mucho.

─Y yo a ti, bicho.

─¿Te puedo acompañar a comprar el anillo? ─JiMin asiente.

─Por supuesto que sí.

[...]

El campo de fútbol era iluminado por la luz de la luna y las estrellas mientras YoonGi caminaba con los ojos vendados hasta el centro del enorme campo, siendo guiado por JiMin.

─Te recuerdo que mi cumpleaños es en marzo─YoonGi dice divertido, a lo que JiMin solo puede rodar los ojos.

─Eres muy gracioso, amor ─Murmura, porque está demasiado nervioso como para decir algo más.

YoonGi parece notarlo, así que simplemente se limita a apretar los labios para intentar retener su sonrisa divertida.

─¿Hemos llegado? ─Finalmente pregunta cuando se detienen.

JiMin toma aire por unos segundos, colocándose frente a YoonGi y comenzando a jugar nervioso con sus propias manos.

─Sí ─Murmura.

Cuando el pálido se quita el antifaz de los ojos y mira a su alrededor, JiMin sabe que no hay vuelta atrás. Y cuando YoonGi lo mira confundido, se muerde el labio para retener su sonrisa.

─¿Qué hacemos aquí, JiMin? ─-Pregunta un tanto confundido pero con una pequeña sonrisa en sus labios.

─Aquí es donde nos conocimos. ─Dice, como si el pálido no lo supiera perfectamente.

Los ojos de YoonGi se abren con sorpresa, y puede jurar que su corazón late con tanta fuerza en aquel momento que quizás el mundo entero podía escucharlo.

─Lo sé ─Dice tembloroso.

JiMin coloca ambas manos en la cintura del pálido cuando ve que YoonGi comienza a temblar suavemente.

─Aquí me besaste por primera vez, y en ese momento supe que ibas a ser mío.

Los ojos verdes de YoonGi brillan bajo la luz de las farolas, y JiMin está seguro de que se encuentra cerca de comenzar a llorar.

─JiMin...

─Nunca he creído en los cuentos de hadas ni en las historias de amor que duran para siempre, pero llegaste tu y tuve que cambiar de opinión. Porque no hay forma posible de que deje de quererte, no hay forma posible de que lo que siento por ti pueda ser explicado con palabras, así que no lo intentaré porque simplemente no serán suficientes ─JiMin sonríe, acariciando las mejillas del pálido─ Simplemente no hay forma posible de que el resto de mi vida a tu lado sea suficiente, tendré que buscarte en la próxima, y aún así, seguirá sin ser suficiente. Para siempre suena a muy poco tiempo para pasarlo contigo, pero intentémoslo.

JiMin se arrodilla y YoonGi apenas puede respirar. Su corazón parece detenerse por lo que parece ser una larga eternidad y cada pequeña parte de su cuerpo vibra con cada palabra que ha salido de los labios de JiMin, como si de repente todo lo que hubiera dentro de YoonGi fuera electricidad.

─¿Te casarías conmigo?

La pregunta hace que el rizado suelte una pequeña risa sincera, que suelte el aire que había retenido mientras las lágrimas ruedan libremente por sus mejillas. Tan solo puede asentir repetidas veces, y cuando JiMin coloca el bonito anillo plateado con una gema azulada en su dedo anular, YoonGi solo quiere lanzarse sobre su, ahora, futuro esposo, y besarlo hasta que no sienta los labios.

Así que cuando JiMin se levanta, eso es exactamente lo que hace.

Se lanza a sus brazos y lo besa como si fuera la primera o quizás la última vez, como si nada más en el mundo importara. En aquel momento, tan solo eran él y JiMin, en mitad del campo de fútbol mientras se besaban, mientras se prometían bajo la luna y las estrellas que su amor sería infinito.

─Te amo, YoonGi ─ JiMin susurra entre besos, entre sonrisas y entre caricias en las mejillas del pálido.

─Te amo ─YoonGi susurra de igual forma.

─Iris me ha ayudado a preparar tu cena favorita antes de irse a casa de SeoHo a dormir ─JiMin anuncia una vez se separan, dejando su frente contra la del pálido.

─Eres perfecto ─Es todo lo que puede decir con ojos brillantes y sonrisa sincera─ Eres jodidamente perfecto y vas a ser mi esposo.

JiMin sonríe y roza su nariz con la de YoonGi.

─¿Te bañarías conmigo después de cenar? ¿Me dejarías llevarte a la cama y besar cada parte de ti hasta que el sol salga?

YoonGi quiere llorar de nuevo, porque no puede creer lo afortunado que es, lo amado que realmente es por el hombre más increíble que hay en la tierra. Y ahora, iba a casarse con él.

─Nada me gustaría más.

Aquella noche, YoonGi sabe que había llegado a la cima de su existencia. Que jamás habría alguien que le hiciera sentir como Park JiMin lo hacía, que no habría nadie que se pudiera comparar. Y cuando finalmente se queda dormido aquella madrugada, con el anillo brillante en su dedo y el corazón demasiado lleno, JiMin deja un pequeño beso en su frente.

─Voy a hacerte el hombre más feliz de este jodido mundo, Min YoonGi.─ Le promete en un susurro.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro