capítulo cinco
─¿De cuanto estamos hablando? ─ SeokJin pregunta en un susurro, sentado en el sofá justo al lado de Iris.
En la pantalla del televisor una película de Disney estaba pausada mientras que se escuchaba el microondas desde la cocina, donde YoonGi se encontraba preparando las palomitas, canturreando mientras esperaba a que estuvieran listas.
─De mucho ─Iris dice abriendo los ojos pero manteniendo el tono de voz bajo para que su padre no pueda oírla─ Igual que... ¡Igual que cuando aquella chica rubia venía a la panadería todos los días y olía demasiado a mora!
SeokJin abre los ojos con sorpresa pero una sonrisa se dibuja en su cara.
─Esto es...interesante. Tu padre no suele usar mucho perfume ─Se gira para mirar bien a su sobrina y sonríe cómplice─ Min Iris, necesito que me vayas informando.
─Oh lo haré, te puedes unir a mi equipo con SeoHo.
SeokJin sonríe divertido.
─Estoy dentro.
Iris sonríe emocionada y asiente, como si aquello probara su punto.
Para ella, todo aquello era fascinante porque por primera vez desde que ella nació, ve a su padre sentir algo por alguien más. Y si es sincera Iris adora a su entrenador, la forma en la que le cuenta cosas de sus hermanas pequeñas, le enseña a jugar un deporte que le apasiona y es súper amable, divertido y pone nervioso a su papá.
Así que si tiene que compartir a su persona favorita en el mundo con alguien, le gustaría que fuera con su entrenador Park.
─¿Tú cómo sabías que te gustaba el chico de los tatuajes? ─Pregunta entonces con curiosidad
SeokJin suelta una pequeña risa, un tanto sorprendido ante la pregunta.
─Pues porque cuando lo veo me siento bien y me hace sonreír mucho. ─Intenta responder simple para que la pequeña pálida pueda entenderlo.
─El entrenador Park hace sonreír a papá ─Exclama un poco fuerte y enseguida se tapa la boca con ambas manos─ ¿Cómo te hace sonreír si no te gustan los tatuajes?
SeokJin vuelve a reír y niega.
─No nos tienen que gustar las mismas cosas para que me haga sonreír, pero si te soy sincero él cree que me gustan mucho los tatuajes.
La castaña frunce el ceño y mira a su tío con sorpresa.
─¿Pero eso no es mentir?
─No, porque los suyos me gustan mucho.
Ida asiente y sonríe.
─¿Y qué más?
─Bueno pues también quiero pasar más tiempo con él, ver películas juntos y esas cosas cursis que hacen en las pelis.
Iris frunce levemente el ceño pero sonríe con emoción, repasando mentalmente todas las películas románticas de Disney que había visto con su padre.
─¿Quieres darle besos en los labios todo el rato y que sea tu novio? ─Seokjin sonríe divertido.
─Sí, algo así.
La pequeña asiente, procesando toda aquella información.
─¿Y cómo sabemos si papá y el entrenador Park quieren eso también?
─Pues...
─¡Las palomitas ya están! ─YoonGi exclama mientras entra en la sala con el bol de palomitas entre sus manos y una sonrisa dibujada en su rostro.
Iris y SeokJin se miran con sonrisas cómplices en sus rostros justo antes de que YoonGi ponga en marcha la película.
🧸
JiMin se despide de los chicos que corren hasta la entrada del campo de fútbol con una gran sonrisa dibujada en su rostro. El sol alumbraba su piel y una agradable brisa bailaba a su alrededor haciendo que tomara aire, un aire que olía a césped, a sol y a la transición del verano al otoño.
Ve que todos han salido del campo de fútbol, así que se da la vuelta para encontrarse en el suelo sentada a la pequeña Iris.
─¿Qué haces aquí? ─JiMin le pregunta sentándose a su lado.
─¡Esperarte! ─Exclama con esa habitual sonrisa a la que JiMin se acostumbraba cada vez más─ Mi papá llegará tarde otra vez.
JiMin asiente, feliz de que eso sea así.
Aunque quizás nunca admita eso en voz alta.
─Bueno no pasa nada, seguro que no tarda mucho en llegar.
Iris asiente y se queda mirando al cielo azul por unos segundos, apreciando el sol de la tarde que abraza su piel, la brisa que huele a tierra mojada y las nubes que bailan a través del cielo.
─Entrenador Park ¿Puedo preguntarte algo?
─Claro ─JiMin apoya sus manos en el césped detrás de su espalda, acomodándose para mirar a la pequeña.
─¿Cómo sabes que te gusta alguien?
A JiMin aquella pregunta le toma completamente por sorpresa, pero enseguida lo disfraza con una pequeña sonrisa.
─¿A qué viene esa pregunta?
Iris suelta una pequeña risa y se encoge de hombros con la mayor sonrisa dibujada en sus labios.
─Mi profesora dice que una mente curiosa debe ser alimentada de respuestas, jamás hay que cerrar las puertas del conocimiento.
JiMin no puede evitar soltar una leve risa ante aquella respuesta. Sin duda Iris era una niña especial, y mentiría si dijera que con cada semana que pasa su cariño por ella no crece.
Igual son estos momentos, los pequeños minutos que tienen para hablar de cualquier cosa y oír las aventuras de la pequeña, la forma en la que ama a su padre y a ese tal SeokJin, igual son esos pequeños momentos que tan solo pasa con ella que le hacen sentir un cierto apego. Y puede que pensar que su padre es el hombre más precioso que ha visto en su vida también tenga algo que ver.
─Ya veo ─JiMin asiente─ Pues supongo que cuando sientes cosas extrañas en tu tripa que te hacen sentir nervioso.
─¿Mariposas? ─Iris pregunta frunciendo el ceño.
─O murciélagos ─Dice haciéndole cosquillas en las caderas.
Iris se ríe escandalosamente y cuando JiMin aparta las manos ella lo mira con ojos brillantes.
─¿Y te hacen sonreír?
─Sí, y quieres ver tus películas favoritas con esa persona, pasar todo el tiempo posible con ellos, hacerles pequeños detalles para ver su sonrisa todo el tiempo o invitarlos a citas. ─ frunce el ceño ante eso último.
─¿Citas?
─Sí ─ JiMin entrelaza sus propias manos─ Ir al cine, a restaurantes, dar un paseo por el parque, ir a ver las estrellas....
─Yo hago eso con mi papá y SeokJin ¿Eso es una cita?
JiMin ríe y niega.
─Tan solo es una cita cuando las dos personas se gustan y quieren que sea una cita.
Los ojos de Iris se abren y asiente, una sonrisa divertida se dibuja en su rostro.
─¿Y quieres darles besos en la boca todo el tiempo? ─El castaño ríe levemente y asiente.
─Demasiadas preguntas tienes tú. ─La mira levantado las cejas y manteniendo su sonrisa.
─Estoy en una misión, quiero averiguar si dos personas se gustan.
─Toda una detective ─JiMin asiente─ ¿Me contarás que pasa al final? Creo que me lo merezco por haber sido parte de tal investigación.
─Lo haré.
Es justo entonces que unos pasos se escuchan detrás de ellos, y cuando se dan la vuelta pueden ver a cierto chico pálido en una camiseta blanca, unos pantalones de deporte gris y su pelo recogido.
─Perdón, hoy había bastante tráfico.
Es una excusa, ambos lo saben. Pero JiMin pretende que se lo cree, porque quizás disfrutan más de lo que deberían la llegada un tanto tarde del pálido
─No pasa nada. ─ JiMin dice mientras se levanta del suelo.
─¡Papi! ─Iris corre hasta su padre.
─¿Qué tal ha ido pequeña? ─Pregunta mientras la rodea con sus brazos.
─¡Muy bien, hoy he metido un gol!
YoonGi sonríe orgulloso y seguidamente deja un casto beso sobre su cabeza.
─Toda una jugadora profesional bebé ¿Tienes tus cosas?
─Upsss ─Sonríe de manera inocente─ Me las he dejado en la otra punta del campo, ahora vuelvo
YoonGi frunce el ceño mientras la ve salir corriendo en la inmensidad del campo de fútbol, pero sin darle mucha importancia simplemente se limita a suinocente.─Perdón de nuevo ─Dice dirigiendo su mirada al castaño.
El pálido se disculpa, porque una pequeña parte de él se preocupa de que JiMin realmente se encuentre molesto por lo tarde que siempre llegaba. Para YoonGi aquello era una de sus partes favoritas del día, llegar al campo de fútbol y compartir unos minutos con él.
Pero no sabía si para JiMin era igual, si quizás el castaño solo deseaba llegar a casa y descansar, si quizás tenía a alguien esperando por él, si quizás simplemente estaba tomando demasiada confianza.
─YoonGi, no pasa nada ─El pálido se limita a asentir.
JiMin entonces se acerca a él con una pequeña sonrisa, y una vez lo tiene frente a él levanta su mano para acariciar su mejilla.
─Tienes harina en la cara. ─Susurra.
YoonGi no puede evitar morderse el labio en un intento de no cerrar los ojos con gusto ante las caricias de aquel hombre que no había abandonado su mente ni por un segundo. No sabía si debía sentir aquello, pero le resultaba imposible no hacerlo. Era tan abrumador aquello que había empezado a sentir por JiMin, tan nuevo. Apenas lo conocía, pero YoonGi siempre había creído en el amor a primera vista. Y sin duda alguna, algo parecido debió sentir al ver al castaño junto a su hija.
Y todas las inseguridades, todas las cosas que podría salir mal desaparecen con el toque de JiMin en su mejilla, con cada sonrisa que le dedica y con cada centímetro de distancia que corta entre ambos.
─Ya está ─Anuncia, y YoonGi casi desea haber enterrado el rostro en harina si eso hacía que JiMin lo tocara de aquella manera.
─Gracias. ─Susurra débilmente.
JiMin aparta la mano del rostro de YoonGi, pero sin embargo no se mueve. La distancia entre ellos una vez más es apenas inexistente.
─Tenías razón.
─¿Eh? ─Lo mira con el ceño fruncido.
─Las galletas, me encantaron. Probablemente las mejores que he probado nunca.
YoonGi sonríe, exponiendo su sonrisa y asiente levemente.
─Suelo tenerla.
─¿A parte de buen cocinero también eres narcisista? ─JiMin pregunta con una sonrisa divertida que se expande por todo su rostro mientras se cruza de brazos.
─Soy un hombre de muchos talentos, JiMin ─YoonGi dice con simpleza, mientras saborea pronunciar el nombre francés de aquel hombre tan perfecto.
JiMin lo mira a los ojos, y el corazón de YoonGi late con tanta fuerza que quizás el mundo entero puede oírlo.
─¿Cómo cuales?
─Como este.
No sabe de donde sale el impulso, pero se encuentra a sí mismo tomando el rostro del entrenador de su hija para finalmente unir sus labios en un beso. Un beso que al principio solo consiste en los labios de YoonGi moviéndose contra los labios quietos de JiMin, pero eso cambia en pocos segundos ya que las manos del entrenador encuentran sus caderas y sus labios comienza a moverse contra los de YoonGi en un beso tranquilo pero hambriento.
Cuando finalmente se separan con la respiración un tanto agitada, JiMin abre los ojos para mirarlo y una pequeña sonrisa se dibuja al ver a YoonGi con los ojos todavía cerrados.
─¡Ya estoy, ya estoy! ─Iris exclama llegando junto a ellos.
Y lo siguiente que JiMin sabe es que YoonGi se aparta y desaparece antes de tan siquiera poder despedirse.
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