capítulo cinco: zorro
Las clases habían dado comienzo por fin, los pequeños cachorros de apenas un par de años conocían sus coloridas aulas y socializaban sin la supervisión de sus progenitores, en las escuelas se hallaban esparcidos decenas de adolescentes amontonados en sus grupos de siempre, muy asustados estaban los más mayores de los institutos al saber que cursarían el último año escolar antes de enfrentarse a la vida de adulto. Y los profesores sólo podían resignarse en sus sitios y rezar por un ciclo escolar calmado, rezar por una tutoría decente y casi rogar por una clase sin alumnos problemáticos.
YoonGi no podía ser asignado como tutor pues su clase siempre lograba ser la más menospreciada de todo los temarios obligatorios en la secundaria, así que tras recibir una orden escrita por el director, YoonGi pensó que suprimirían alguna de sus clases para dar cupo a otra con más relevancia.
─La clase 3-3, será tu tutoría. ─Musitó agriamente regresando la silla giratoria a su lugar, no se atrevió si quiera a voltear a ver al tigre.
Los ojitos cristalizados le vieron desde su sitio con algo de miedo y confusión.
─Doy clases de plástica y dibujo técnico, señor.
─Lo sé, Min. ─Crispó sus delgados labios casi inexistentes por la gruesa barba y regresó la vista al joven, hizo una mueca por la vestimenta desarreglada del peligris y YoonGi maldijo a JiMin.
Se habían quedado dormidos y no tuvo tiempo de desempacar su ropa, así que el alfa le lanzó algo de ropa al baño y siguió preparando el desayuno mientras YoonGi terminaba de ducharse. Su mañana fue caóticamente graciosa sobretodo porque nunca pensó que desayunaría sandwich de crema de zanahoria únicamente porque su Alfa fuese un conejito belier bastante caprichoso, pues le sacó en cara que habían cenado salmón ahumado sin su consentimiento.
─La nueva ley apela que tus sesiones son imprescindibles para los talentos de algunos jóvenes así que... ya que tienes una tutoría, estás en tu derecho de hacer el club de arte este año, si todo sale bien y es recibido para bien común, se te otorgará el siguiente año también. Tómatelo en serio y trata de no decepcionarme...
Era difícil adivinar lo que pasaba dentro de la cabeza de YoonGi cuando se le vio pasar por los pasillos cabizbajo y mustio, negándose a seguir luchando con la manga de la chaqueta y evitando los saludos con algunos profesores. No estaba muy seguro de cómo sentirse después de recibir aquella información y tampoco mejoró cuando se le dijo que podía abrir ese club de arte por el que tantos años había discutido, más que todo porque siempre se le decía que no tenía la capacidad para mantener un horario y un control firme de algo de este tamaño. Si ya de por sí era complejo completar una sesión, ¿qué sería de él llevando las riendas de un club en el que se apuntarían muchos alumnos a los que ni siquiera conoce?
Y su trágica ola de pensamientos le aplastó a mitad del pasillo de la planta tres, justo a un par de metros de la clase tres, aquella a la que debía presentarse en un par de minutos para dar un discurso a los nuevos alumnos de bachillerato. Se le avisó muy tarde, no le dieron un margen para replantearse una charla digna para esos chicos que esperaban con ansias conocerle.
ᰔᩚ
JiMin amaba la sensación que se implantaba en todo su cuerpo tras escuchar la última campanada del día resonar en toda la vieja institución, sobretodo porque ahora era consciente de lo que le esperaba tras cruzar la chirriante puerta del despacho. Podría convertirse en sus momentos bonitos del día. Abrir la puerta y encontrarse al tigre explorando los armarios o pillándole en su zona de trabajo mientras elegía los materiales que le robaría. Salió de su última clase y marchó deprisa por los pasillos hasta llegar a la sala veinte.
No había visto al bonito hibrido de tigre desde que esta mañana le vio salir apresurado de su zona compartida, iba enfurruñado y malhumorado, repetía monosílabos y quejidos desde que se levantaron y podía entenderlo porque se les había hecho tarde y se mofó enternecido cuando el tigre vio asqueado su desayuno. Se podía decir que llevaban viviendo juntos una temporada muy cortita, apenas hace tres días que NamJoon le acercó las cajas con su ropa y la mayoría de pertenencias especiales para el Omega, así que se trataba de un comienzo tierno para ambos.
En cuanto llegó a la sala se dio cuenta que había caminado muy rápido, incluso pensó que había corrido por los pasillos sin querer al estar pensando en el Omega.
Pero fue cuestión de un par de minutos para que sintiera el leve pero firme aroma a fresas al otro lado de la puerta.
─Llegaste muy rápido, ¿qué tramas? ─Inquirió sacudiendo el borde de la camiseta que estaba llena de tiza y restos de basura de un sacapuntas.
Alzó sus ojitos y encontró al conejito apoyado en su escritorio correspondiente viéndole de manera... ¿por qué le veía así? Las mejillas del peligris ardieron de manera dramática, como si fuese la primera vez que le veía de esa forma.
─Estás rojito. ─Se burló entre risas, YoonGi bufó negando e ignoró su presencia yéndose a su zona de trabajo.
─Quédate en tu frontera. ─Le avisó en un tono fingido de molestia, se sentía muy avergonzado.
─Ay, ¿no me extrañaste hoy? ─Masculló fingiendo dolor en el pecho, inclinándose hacia un costado para tentar a YoonGi desde su lado del despacho. Le oyó hacer ruiditos una vez más, eran esos intentos agridulces de gruñidos que acababan sonando como los balbuceos enfurruñados de un cachorro pequeño.
YoonGi hizo un mohín antes de apoyarse en el borde del escritorio, escuchando el gemido de la madera vieja quejarse por su peso, alzó la mirada grisácea y la dirigió tímidamente hasta JiMin, no podía expresar con un par de palabras cómo había sido su día.
Primeramente estaba mosqueado por su vestimenta pero no por el hecho de ser de JiMin, sino por las críticas que acarreaba visitándolas. Murmullos sobre si tenía pareja o el porqué era tan descarado de ir por el instituto con ese olor a Alfa y el suyo propio tan fuerte.
─Te extrañé mucho. ─Confesó con las mejillas tintadas de un tenue color rojizo, hizo el amago de entristecer su rostro pero algo dentro de él casi le gritó que no podía expresar del todo aquellos sentimientos, JiMin se veía bastante animado y amoroso en ese momento. YoonGi no podía hacerle sentir mal ahora.
─¿Y a qué viene ese aroma a 'dame un abrazo muy fuerte y no me sueltes hasta que todo pase'? ─Inquirió con una media sonrisa, machacando la línea morada en el suelo para pasar a ser un molesto y meloso Alfa que capturó entre sus brazos la anatomía pequeña y flácida del Omega─ Recuerda que no controlas tu aroma y que los demás podemos clasificar una serie de emociones basándonos solo en la densidad de tu olor. Además, soy tu Alfa. ─Le sonrió cuando los cristalinos orbes le buscaron desde abajo, cristalizados y hermosos.
"Soy tu Alfa"
─Mío...
ᰔᩚ
Llegar a casa se siente diferente.
Las luces van iluminando las zonas comunes del departamento poco a poco y YoonGi aprecia con emoción a JiMin mientras avanza a la cocina meneando con gracia la pomposa cola blanca que sobresale de su camiseta negra, su espalda ancha y los pasitos pequeños que da logran contradecir todo su porte. Se ríe un poquito antes de murmurar su nombre, sus orejitas grises aletean impacientes cuando el otro responde en el mismo tono bajito.
─¿Harás la cena? ─Inquiere acercándose a él por detrás y, aunque no le guste el contacto físico intenso y pegajoso, se permite abrazar al Alfa que sin dudarlo recibe su presencia dando suaves caricias en sus manos enrolladas en su cintura.
─¿Qué quieres hoy? ─Responde cantarín ─ Admito que mis ensaladas ya han protagonizado muchas cenas pero es que tu menú carnívoro no logra convencerme del todo...
YoonGi se mofa e intenta hundirse un poquito más en ese abrazo hasta que la luz intermitente de la cocina se queda prendida y observan la mesa para dos y el resto de electrodomésticos, le gustaba la cocina porque JiMin siempre cocina para él mientras que el tigre permanece sentado en la silla y le escucha hablar.
─¿Y si haces fideos instantáneos? Me gustó el desayuno y tu intento forzado para incluir la zanahoria pero he tenido un día horroroso y me apetece algo ligero...
Al final dejó que JiMin se acercara solo a las repisas más altas y se hiciera con lo pedido, le gustaba que le hiciera caso sin preguntarle nada más, como si estuviera esperando a que él le diese más detalles sin tener que cuestionarle nada y, muy profundamente, estaba seguro de que llegaría ese día donde le contaría cómo se sentía.
─Me parece una buena idea, ¿preparas una película? ─Le dice completando el plan de la cena perfecta, le ve sonreír totalmente convencido de que sería genial si trasladaran la cena al sofá con sus mantas y una película de fondo.
Minutos más tarde YoonGi está acurrucado en el sillón y JiMin se acerca con dos tazones de fideos, no pudo resistirse y le añadió algo de pollo al de YoonGi, mientras que al suyo solo le puso unos cuántas verduras cocidas. Le dejó su cena y regresó a la cocina para traer los vasos nuevos que compraron, esos que tienen una tapa y un agujero para pasar una pajita.
─Gracias... ─YoonGi susurra cuando van treinta minutos de película reproducidos y su tazón está casi vacío, el vaso en la mesa está a la mitad.
El Alfa menea suavemente sus orejitas con el dedo índice, haciendo remolinos con el índice a modo de actuar tímido por el agradecimiento.
─Hablé con SeokJin... ─Añade unos segundos después, Park voltea a verle interesado─ Bueno... le pregunté algo... ─Confiesa y deja su tazón en la mesa, haciéndole compañía al del otro, se remueve un poco hasta ignorar por completo la pantalla y la película, quiere centrar su atención en JiMin.
─¿Es bueno?
─¿Quisieras tener cachorros? ─Inquiere, sus ojos se clavan dolorosamente en JiMin y casi puede escuchar como los latidos de su corazón se alteran en segundos, abre la boca y se queda sin palabras.
Finalmente esboza una sonrisa y sus mejillas ganan poco a poco un color carmín que avanza por el resto de su rostro.
─Si es contigo, sí.
"Si es conmigo, sí" repite el Omega en su cabeza, trata de que la idea tenga algún defecto porque se le hace extraño que JiMin tenga ese deseo únicamente con él, ¿no lo había pensado antes?
─Nunca pensé tener hijos ─Dice entre murmullos─ Cuando empezaste a gustarme me imaginé siendo padre de cachorros de tigre y de conejo, similares a ti porque me gustas demasiado.
─¿Qué te gusta de mi? ─Se atreve a preguntar.
─Tus ojos... ─Habla y al momento se aclara la voz carraspeando, se siente interrogado por el chico más lindo de todos─ En realidad, me gusta todo de ti... ─Siente un nudo en la garganta─ Pero tus ojos... son preciosos...
YoonGi ladea el rostro un poco, se siente halagado pero la timidez del Alfa logra distraerle lo suficiente como para que le dé más gusto su actuar que sus palabras. Es un Alfa de gran altura, musculoso, con facciones rígidas que tiene un híbrido suavecito de un conejito belier, siendo igual de tierno por dentro, con el carácter más aniñado y cursi posible. Tarda un par de segundos en enterarse bien de sus palabras, más bien su cerebro recibió lo dicho pero tardó algo más en procesarlo con certeza.
Entonces surgen suaves pinceladas de pánico en su corazón, puede que el color de sus luceros se torne y cambie más adelante o que la pigmentación no sea heredable y que sus cachorros no tengan esa cualidad, ¿qué pasará entonces?
─Minnie... tengamos cachorros.
Park sonríe. Quiere decirle algo. Pero no puede.
─Hagámoslo.
YoonGi está en su regazo.
Le toma las manos jugueteando con sus dedos hasta que logra entrelazarlos, nota que está ansioso por cómo le tiemblan y cuando alza la mirada le ve ruborizado con los ojuelos cristalizados.
─¿Quieres que hagamos cachorros ahora? ─Le pregunta sin ánimos de que la conversación acabe con ellos en la cama de manera sexual, está interpretando lo que le dicen sus ojos y se asegura que no es lo que busca YoonGi.
─S-Sí...
Aunque lo admita, JiMin no lo interpreta de la misma forma.
─YoonGie... ─Dice bajito─ Querré tener cachorros contigo siempre que me lo preguntes, no cambiaré de idea... ─Se libera de su agarre y sube una caricia suave y tierna a su mejilla─ No dejaré de estar enamorado de ti, no tienes que tener miedo...
Parpadea unas cuantas veces ahuyentando las lágrimas y JiMin las barre de sus mejillas con caricias, cuando su vista se aclara le ve sonreír un poquito.
─¿Me prometes una cosa? ─El otro asiente con rapidez ─ Prométeme que dejarás de compararme con tus amores del pasado. ─La respiración de YoonGi se corta de raíz, no siente el oxígeno─ Sé que no lo haces apropósito pero noto cuando me comparas con alguien y piensas que yo seré igual... Hace un momento me preguntaste qué me gustaba de ti y tras responderte me has visto asustado, como si mi respuesta hubiese coincidido con la de alguien más...
─E-Eso...
─Me importaría menos si eso no te hiciera daño, pero cada vez que pasa temes que yo sea igual... ─Se incorpora en el sofá y YoonGi queda algo más bajo, se acerca a dejar un beso en su nariz ─ Te prometo que te haré feliz, dame la oportunidad...
─¿No te molesta? ─es lo primero que logra formular, traga saliva y alza su mirada─Que yo haya estado con más alfas, que te esté comparando, que piense que eres como ellos...
JiMin niega y le sujeta por detrás de la espalda a la altura de su cintura, acercándolo más.
─No, al final tuviste que dejarlos y me encontraste a mi. Me hubiera molestado conocerte y que estuvieses enamorado de alguien más. Eso me pondría muy celoso.
─Pero-
─Que no me agradases no significa que no me gustases.
─¡Ey! ─Se queja por el tono burlón que emplea para recordarle cómo se llevaban cuando coincidieron en la pequeña y sucia sala veinte.
─¿Sigue en pie hacer cachorros? También me gustas de manera sexual y estas encima de mi...
YoonGi gruñe de mala manera y sale de su agarre.
─No, ya no. Otro día. Hoy no. Es tarde. Mañana quiero tostadas con salmón, gracias.
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