cuatro
Tercer mes...
La madre de JiMin los invitó a una cena familiar.
La mujer estaba encantada con YoonGi. Aquella vez que JiMin lo presentó con su familia, el pálido, con su tímida y cálida sonrisa, sus buenos modales y su frágil anatomía logró crearse un espacio en el corazón de su suegra.
Park Julie tan comprensiva y atenta con la pequeña persona que era YoonGi, siempre al pendiente de su delicado embarazo.
Sobre sus bajos tacones negros y vestido de flores, caminó hasta su querido yerno que se encontraba en la cocina. Se sonrieron con ese cariño de por medio. YoonGi agradecía poder tener el cariño y apoyo de su suegra.
─ ¿Como has estado estos días, querido? ─ Lo abrazó con cuidado.
─ Bastante... bien. ─ Aunque no quiera, el tono de su voz suena poco seguro.
La mujer arrugó su ceño tras notar esto ya que, normalmente el menor le contestaría con más ánimos y una voz más segura y dulce. Parecía que algo había pasado. Entonces los cables en su cabeza relacionaron el estado decaído del menor con el semblante serio de su hijo, bueno, más serio que de costumbre.
Algo había pasado, lo sabía.
Julie suspiró. El chico se parecía tanto a ella aunque no llevaran la misma sangre.
─ Querido, ha pasado algo, ¿No es así? ─ Acaricio sus manos con cariño.
YoonGi pareció pensarlo, ¿debería decirle que quizás despedirán a JiMin de su trabajo? ¿Que el mayor había roto más platos de los que debía y todo por culpa de aquella distracción?
No, no podía.
La mujer era tan buena con él, hasta podría considerarla una amiga, ¿Pero preocuparla con sus miedos e inseguridades? Lo que pasaba era que había discutido con JiMin, su primera discusión.
Todo porque YoonGi quiso saber cual era la razón de que quieran despedir a JiMin. No terminó bien. Nadie le gritó a nadie, lo que fue peor, fue una discusión tranquila pero sumamente tensa. Park parecía tan tranquilo cuando dijo que sólo se distraía mucho, como si no fuera nada, pero YoonGi sabía que mentía.
Recuerda que él no lloró si no hasta que se refugió tras las puertas del baño. Tuvo miedo. Mucho miedo e incertidumbre, ese sentimiento que tanto lo ha acompañado desde que vive bajo el mismo techo que JiMin.
YoonGi miró a los ojos verdes de la mujer, los mismos que le heredó a su hijo. ─ N-no es nada... Sólo tuvimos una mala noche, no pudimos dormir bien, es todo. ─ Sonrió como pudo.
Sus cabellos ondulados fueron acariciados por la alta mujer, hasta dos centímetros más que él. El metro setenta y cinco del doncel no lo ayudaban mucho. La señora asintió luego de darle un beso en la mejilla al menor. Ella sabía que, obviamente, era una mentira bastante mal hecha. Pero luego hablaría con su hijo.
─ Si prefieres puedes ir a mi habitación a descansar. ─ Le sonrío a labios sellados. ─ Está en el segundo piso.
Asintió con su mirada dorada dirigida a sus pies. Julie acarició sus mejillas decoradas de un ligero rubor natural, luego saliendo de la cocina. A pasos lentos salió del lugar. Se dirigió a las escaleras de la casa, no sin antes saludar educadamente a algunos presentes. Llegó al segundo piso acariciando su abultadito vientre.
YoonGi podía notar como cada día su pequeño bebé crecía más y más. Ese pensamiento lo hizo sonreír inconscientemente. El amor que siente por su hijo no para de incrementar, aunque aún no lo conozca, solo sabe que lo quiere proteger. Cuando esté en sus brazos, jura que lo protegerá de todo y de todos, nadie le hará daño.
─¿Sabes? Es difícil...─ YoonGi detuvo sus pasos, sus pensamientos acerca de su hijo se dispersaron rápidamente.
Giró a todos lados, encontrando al final del pasadizo un pequeño balcón. Las voces se oían en esa dirección.
─ ¿Porqué es difícil?
Se acercó lo que pudo, escondiéndose en una de las habitaciones y dejando la puerta abierta para poder escuchar. La casa era pequeña, era fácil escuchar lo que decían de una habitación a otra. Se asomó por el marco de la puerta, reconociendo al instante la silueta de JiMin y su primo, el cual cree su nombre es Wonho.
Sentía que se estaba metiendo en lo que no lo llamaba... Pero no podía evitarlo.
Tenía que saber.
¿Qué era difícil para JiMin?
─ Yo adoraba mi carrera, ¿Sabes? ─ Tomo una calada de su cigarrillo, hace mucho que no fumaba. ─ Pensaba que cuando terminara mis estudios podría comprarle a mi madre una mejor casa que esta.
Wonho asintió. Sabía que había sido difícil para Julie como para JiMin al no haber un padre en casa. JiMin siempre quiso dar lo mejor de él mismo para llenar el vacío que su padre dejó en él.
─ No pensé que llegaría a lavar platos en un restaurante para mantener a un hombre que no amo, junto a un bebé próximo a llegar. ─ Su risa amarga se escuchó. ─ Nunca lo pensé.
Las cinco o seis copas de vino hablaban junto a él. El silencio se extendió por unos momentos.
─ ¿Los dejarías? ─ Preguntó Wonho, el mayor.
─ No. ─Negó con la cabeza. ─ Pero lo pensé demasiadas veces como para contarlas.─Dio otra calada y expulsó el humo de su boca, tomándose su tiempo para volver a retomar la palabra mientras su primo lo escuchaba pacientemente. ─ Nunca sería como mi padre, de todas formas.
Wonho asintió, tomando un sorbo de su vaso con wisky.
─ Es un buen chico. ─Dijo el mayor. ─ Julie lo quiere mucho.
─ Lo sé... ─Suspiro con los antebrazos apoyados en el barandal del balcón. ─ Es una gran persona, siento que es mucho para mí.
Observó el viejo y descuidado jardín de su madre, también soñaba con arreglarselo, con llenarlo de plantas y flores hermosas, un hermoso y colorido jardín.
¿Ahora podría hacerlo?
El mayor observó a JiMin, intranquilo aunque quisiera ocultarlo. ─ Se que no es lo que querías, JiMin, y estoy seguro que ese chico tampoco lo quiso así. Pero es lo que les tocó. ─ JiMin lo miró con sus ojos verdes, Wonho observaba el jardín como el hacía hace unos momentos. ─ Sé que tampoco lo quieres como pareja, y ese bebé aún no es tu mundo entero. Quieres tu antigua vida, quieres volver a estudiar y olvidarte que cometieron un error ambos. No quieres esta vida, no quieres ser como tu padre... Pero haces lo mismo que él, ¿Te das cuenta siquiera? Los lastimas con tu indecisión y miedo.
Park quiso protestar pero fue interrumpido.
─ En algún momento ese chico saldrá herido y se irá por como actúas, por tus pensamientos de dejarlo, por generar dudas en él, porque no te haces completamente responsable de lo que causas. ─ Asintió para si mismo mientras bebía un poco más del amargo trago.
─ Wonho...
─ Y cuando eso pase te quedarás solo, y claro, volverías a tener tu antigua vida, pero te aseguro que para ese entonces no la querrás. Entonces desearás que YoonGi vuelva junto con ese bebé, y no te importaría nada con tal de tenerlos de nuevo... pero sería muy tarde.
Pudo sentir el pasado en la mirada de Wonho, en su frío semblante y su mano temblante. Él era exitoso, con una gran carrera y un lujoso departamento. Pero estaba solo. JiMin sólo sabía que él había tenido una prometida, con la que tuvo un bebé y luego esta se fue.
La familia nunca supo que pasó.
─ Solo trata de que funcione, JiMin, y si estás seguro de que no quieres una vida con ese chico y ese bebé, entonces termínalo de una vez y no los hagas sufrir, hay otras formas para hacerte responsable de ese bebé. Créeme, piénsalo bien o podrías arrepentirte. ─ Sonrió ladinamente, sin ninguna gracia de por medio. ─ Lo puedo decir por experiencia propia.
Wonho terminó su bebida y salió del lugar, dejando al oji-verde solo, sintiendo el aire penetrar su piel. ¿Tendría razón? Quizás poco a poco terminaría convirtiéndose en su padre.
¿Quería esta vida? No lo sabía... ¿La quería?
Suspiró pesadamente, apagando en cigarrillo con la suela de su zapato, guiando sus manos hacia su cabello e inhalando pesadamente.
¿Los dejaría? ¿Sería capaz de huir? No creía poder hacerlo, por más que no quisiera a YoonGi de forma romántica, o a ese bebé de forma paternal.
¿Hacer que funcione? ¿A que se refería? No sabía si tenía muy en claro las cosas.
¿Se arrepentirá? ¿De qué? La imagen de YoonGi y su abultadito vientre llegaron a su mente por un instante. Estaba demasiado confundido.
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