Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

07. arrepentimientos

La ciudad donde habían crecido se quedaba atrás, con las tiendas que visitaban, las personas que conocían, todo lo que querían. Ahora con la compañía del alba, entraban a una nueva ciudad lejos de Busan, donde buscarían una nueva oportunidad para vivir.

YoonGi mantenía su mirada perdida a través de la ventana, cada edifico y tienda era diferente, las personas se veían relajadas y no sabía dónde bajarse, no había dormido nada durante el viaje porque aún se sentía completamente fuera de sí. Una cálida mano sostuvo la propia, qué estaba fría y temblorosa, al voltear se encontró con JiMin que le daba una sonrisa.

Sin embargo, en los ojos que tanto amaba ver brillar, destellaba una tristeza y un miedo que no podía ocultar. Ahora ya no sabía si sus decisiones habían sido valientes y fuertes o solo inmaduras y cobardes.

ㅡ¿Ya vamos a llegar?ㅡ preguntó el rubio en voz baja.

ㅡSí, ya casi YoonGi ¿Tienes hambre? Traje... Traje algo para el camino.

El menor observó a su novio rebuscar entre su mochila, pero lo detuvo ㅡ. No, no tengo hambre. Deberíamos guardarlo para más tarde.

JiMin comprendió a lo que se refería el menor, por lo que no insistió más, pronto el peso del cuerpo contrario cayó a su lado y aunque se asustó al pensar que se había desmayado los ronquidos le indicaron que no había sido así, seguramente YoonGi estaba exhausto después de llorar tantas horas.

ㅡEstaremos bien YoonGi, lo prometo.

Con esa seguridad, se dijo a sí mismo que se esforzaría lo suficiente y más para que pudieran vivir sin preocupaciones, haría lo que fuera necesario.

Las horas transcurrieron y a las ocho de la mañana ya estaban estacionando, tomaron sus maletas y lo que llevaban para bajar del autobús, al poner un pie fuera del vehículo la realidad regresó a ellos, pero no había marcha atrás, salieron de la estación y caminaron a pasos lentos y desorientados.

ㅡTae mira, vamos a esas bancas de allíㅡ a unos metros habían bancas debajo de un par de árboles, se sentaron y JiMin sacó la comida que llevaba con él ㅡ. Sé que dijiste que era para más tarde, pero come un poco al menos.

El rubio observó las manos de su novio para encontrar un par de papas cocidas y agua, lo pensó antes de tomarlas y comerlas de inmediato, el azabache se alegró de verlo aunque se quedara sin una papita para él.

ㅡPapá me dijo que esta fue la ciudad donde creció, Gwangju, podemos buscar dónde hospedarnos, solo iré a preguntar... y pagar el primer mes, también me dijo que las tiendas suelen dar trabajo a jóvenes como yo.

ㅡ¿Y que haré mientras tanto?

ㅡ¿A qué te refieres?

ㅡQuiero decir, tú vas a trabajar ¿Y yo me quedaré encerrado? No quiero, también voy a trabajar.

JiMin no dijo nada, simplemente dijo que volvería en unos momentos y se acercó a unos locales a consultar, aprovechando para comprar algunas botellas de agua y sopas instantáneas.

De un momento a otro llegó JiMin a levantarlo  ㅡVamos Yoon, la señora de allá me dijo donde hay un arrendador.

Caminaron lejos de las bancas donde estaban sentados, algunas cuadras más adelante se adentraron a un pequeño local donde estaba un hombre regordete, leyendo el periódico con la radio de fondo y un par de papeles regados en una mesa. Al escuchar la puerta levantó la mirada hacia los dos chicos y luego se fijó en sus manos entrelazadas.

ㅡBuenas tardes señor, nos dijeron que usted arrenda personas.

El hombre toció un poco antes de dejar el periódico y cruzar sus brazos ㅡ. Es así ¿Están buscando hospedaje?

JiMin asintió de inmediato a las palabras del hombre que pronto comenzó a reírse con fuerza.

ㅡ¡No pienso darle arrenda a un par de maricones! Para que ensucien con sus asquerosidades las paredes, lárguense mariquitas, duerman en la basura que es donde pertenecenㅡ amenazó con un claro odio y fuerte repudio, cada palabra hiriendo a la pareja. Sin embargo, su mirada se cruzó con el cuerpo tembloroso de YoonGiㅡAunque ese muñeco podría servirme para...

Un golpe en su mandíbula había hecho tambalear al sujeto que cayó de inmediato al suelo, arrastrando consigo la mesa y el contenido que tenía encima.

ㅡMaldito infeliz ¿Cómo puede ser tan enfermo y sínico?ㅡ respondió JiMin con su puño alzado.

YoonGi reaccionó con temor al ser amenazados, tomó el antebrazo del azabache para jalarlo con insistencia ㅡ. No, vámonos JiMin... vámonos ya. 

JiMin rechistó antes de volver a maldecir al hombre que empezaba a levantarse, tomaron sus cosas y salieron a pasos rápidos de allí porque la gente había empezado a acumularse a su alrededor, curiosos por el ruido y los gritos. Tuvieron que huir.

El sol comenzó a ser más fuerte y se sentían perdidos en aquellas calles sin direcciones, ni siquiera sabían dónde podía haber algún albergue que los ayudara por esa ocasión.

Alcanzaron a ver una tienda de comestibles y Park recordó que tenía las sopas en su mochila todavía, era la una de la tarde; habían pasado algunas horas rondando de aquí a allá, las personas no solían darles indicaciones y los arrendadores los sacaban a patadas, al voltear hacia el rubio este asintió porque sabía qué era lo que pensaba, así fue como entraron a la tienda para poder comer.

ㅡHasta ahora solo has golpeado a una persona, no lo defiendo por las estupideces que dijo, pero ¿Qué hubiese pasado si tenía un arma con él?ㅡ preguntó YoonGi.

ㅡNo me iba a quedar de brazos cruzados, era un idiota y merecía el golpe, además, no paso nada grave.

ㅡLo sé JiMinie, pero pudo ser peligroso y necesito de ti. Ya no somos solo nosotros dos que pueden volver a la casa de sus padres en cualquier momento, no hagas cosas como esas, por favor.

El azabache se quedó un momento observando a su novio y se dio cuenta que tenía razón, no podía permitirse comportarse como un adolescente problemático ㅡ. Lo siento.

ㅡMi JiMinie no debe pedir perdón, solo estaba defendiéndome, solo lo evitaremos de ahora en adelanteㅡ   le dijo antes de besar su mejilla y recibir el recipiente con fideos instantáneos.

Una mujer de tercera edad estaba cerca de ambos, escuchando la conversación sin querer al estar haciendo sus compras casuales.

ㅡAntes de irnos le preguntaré al de la caja si conoce algún arrendador, diremos que somos amigos, no, hermanos, tal vez de esa forma nos acepten.

ㅡ¿Y si no conseguimos un lugar para pasar la noche?ㅡ señaló YoonGi, tomando entre sus dedos los palillos para comenzar a comer.

ㅡNo pasará eso YoonGi, me encargaré de que duermas en una habitación y estén cálidos ¿Crees que esté cálido ahí dentro?

YoonGi bajó la mirada hacia su estómago, cubriéndose con una mano para acariciar el pequeño bulto que sobresalíaㅡ. Seguro está muy cálido, el viaje debió agitarlo. 

El azabache dirigió su mano derecha sobre la de Yoongi, volteando hacía la vitrina de la tienda cuando la lluvia comenzó de forma repentina, el cielo oscureciendo y llenando las afueras de un tono gris. JiMin observó a su novio, la angustia apareciendo en sus ojos hasta expandirse por completo en su rostro.

ㅡ¡Hey! ¿Terminaron? Están esperando por la mesaㅡ les habló el de la caja.

Al voltear hacia atrás, JiMin se percató de las personas que tenían su comida para utilizar la mesa que tenían, lamentablemente, el lugar no tenía más mesas adentro y las de afuera estaban empapadas por completo.

ㅡNosotros no-

ㅡLo siento, ya nos vamosㅡ se apresuró a decir el rubio, tomando de las muñecas al azabache para salir de allí, una vez más.

Salieron de la tienda y visualizaron una parada de autobús cerca, por lo que corrieron hasta ahí para pasar la lluvia que empezaba a ser más fuerte. Parecía que el pesar de sus corazones y la tristeza se estaba presentando frente a ellos.

YoonGi se sentó en la pequeña banca, bajando la mirada hacia el suelo con sus zapatos siendo salpicados por el agua que llegaba hasta ellos, algunas personas se quedaban al lado y otras se protegían, pero pronto se iban al transbordar un bus o un auto que iba a recogerlos. Al caer la tarde eran los únicos que permanecían estáticos en ese lugar, sin pronunciar una palabra habían sido atrapados por sus propios pensamientos.

ㅡDisculpen jovencitosㅡ llamó una voz suave y rasposa. JiMin alzó la mirada para encontrarse con una mujer de edad avanzada, lucía un vestido floreado con un mandil y su cabello recogido en un moño ㅡ ¿Pueden acompañarme a mi casa? Llevo muchas bolsas.

El azabache volteó hacia YoonGi que ya se había puesto de pie, sonriendole a la mujer que se veía más que contenta ㅡVamos JiMin.

Park los siguió sin decir nada, llevando sus propias maletas y una de las bolsas de la anciana. Durante el trayecto compartieron algunas palabras, como el hecho de que eran nuevos en la ciudad y estaban perdidos, omitieron el embarazo y que no tenían dónde dormir, por otro lado, la señora de nombre Yeongsun, vivía con su esposo y tenía una hija, el barrio por el que iban tenía principalmente escaleras y varios callejones, cada persona que veía a la mujer la saludaba como si se tratara de su propia abuela.

ㅡLlegamos, oh, que gran recorrido, mi esposo debe estar esperándome, por favor dejen las bolsas adentroㅡ les dijo, guiándolos a una pequeña casa, al encender las luces no vieron muchas cosas, se veía como si estuviera deshabitado. No había muebles, solo era una pequeña habitación con una estufa y el lavabo ㅡLamento molestarlos, deben estar cansados por el viaje y con frío, pasen y pónganse cómodos.

ㅡNo se preocupe señora Sun, nosotros debemos buscar donde... El hotel en el que nos vamos a hospedar.

ㅡLo que hay en las bolsas es para ustedes, no rechacen la amabilidad de una anciana como yo, tómenlo como un agradecimiento.

ㅡ¿Qué dice?ㅡ preguntó el rubio observando las bolsas.

ㅡSeñora Sun... graciasㅡ fue lo último que le dijo JiMin al ver a la anciana cerrar la puerta, misma que sonreía con tanta calidez.

YoonGi se lanzó a los brazos del azabache, sintiéndose feliz de la suerte que los estaba cubriendo, tenían un lugar donde dormir, donde pasar los siguientes días, al menos podrían estar tranquilos y cómodos.







La anciana, Yeonsung, era una persona sumamente amable. Comprendían la razón del por qué la gente del barrio Jorahe le tenían tanto aprecio, durante las tardes que JiMin salía porque lo contrataban para hacer mandados dejando al rubio en aquella pequeña casa, con un jardín trasero donde solo podían tender su ropa y poner dos bianquitos, la anciana lo visitaban con manzanas para comer, otras veces con sopas que podrían comer hasta la cena.

Su dulzura y comprensión también era recompensada, porque JiMin le pagaba por seguir durmiendo allí, aunque la mujer muchas veces no quería aceptarlo, terminaba por hacerlo porque usaba ese mismo dinero para cocinarles.

Los primeros dos meses habían sido de esa forma, estaban viviendo tranquilos, pero al llegar al tercer mes con un YoonGi embarazado de cinco meses, se había complicado. Habían rumores, nadie quería darle más trabajo al pelinegro, YoonGi no podía salir por que lo insultaban, incluso intentaron golpearlo.

La sociedad y su mente enferma podían dañarlos por eso permanecía en el aislamiento, pero eso no era todo, sus antojos eran negados y debía conformarse con lo que el mayor llegaba a adquirir. Por eso estaban discutiendo.

ㅡ¿Qué estás diciendo?

ㅡSi no te arrepientes... si no quieres volver a tu casa, con tus padres, a tu vida.

ㅡJiMin no digas esas cosas, el bebé te puede escuchar. Solo hay que decirle cosas bonitas y dulces, lo escuché de una vecina.

Un suspiro había escapado de los labios del azabache, las preocupaciones de un adolescente temeroso atacaban al mayor de ambos, temía por la vida del amor más grande de su vida, y el que se estaba forjando dentro de su abdomen.

ㅡSolo digo que... no me gustaría que te arrepientas en el futuro.

La expresión del rubio cambió de inmediato, un golpecito en su corazón estaba empujando sus lágrimas por las palabras de su novio ㅡ¿Tú te arrepientes JiMin, justo ahora?

ㅡSi en el futuro las cosas van mal y ocurre algo que...

ㅡ¡No! ¡No digas esas cosas frente a nosotros! Yo no me arrepiento, estoy aquí y por ahora es lo que importa. Si te arrepientes lárgate de aquí y déjanos solos.

YoonGi dejó lo que estaba haciendo en la mesita, levantándose para ir hacia el baño donde se encerró. Esperaba que su novio fuera y tocara la puerta para pedir disculpas como normalmente lo hacía, contrario a lo que pasó escuchó la puerta de la entrada cerrase y los pasos que se alejaban. El impacto para él fue tan grande que se desplomó en el suelo, incrédulo por lo que había ocurrido.

En algunas ocasiones cuando YoonGi recordaba, la ola de emociones le hacían decir algunas cosas que realmente no sentía.

Una noche que el dolor no lo dejaba dormir culpó con insistencia a Park, maldiciendo su nombre y jurando que lo odiaba, el contrario únicamente pedía disculpas de rodillas recibiendo cada una de sus palabras. Se disculpó días después, lleno de arrepentimientos porque no era algo que pensaba, únicamente su humor cambiaba constantemente.

No vivián entre comodidades, pero sí con lo necesario y ahora eso también se iba de sus manos como si fuera arena, las cosas ya no parecían inclinarse a su favor.

Alguien llamaba a puerta principal, el toque no parecía ser familiar y con cuidado se levantó del suelo y se dirigió hasta ella, abriendo lentamente para encontrar un rostro familiar, la felicidad regresando a su cuerpo.

ㅡJiSoo...

ㅡ¡YoonGie, mi corazón!ㅡ exclamó la pelinegra, abriendo paso para abrazarlo con fuerza, asombrándose cuando sintió el estómago abultado de YoonGi ㅡ. Oh, Dios mío, cuanto ha crecido este pequeñín.

ㅡ¿Cómo nos encontraste? ¿Quién te dijo que vivíamos aquí?

JiSoo sostuvo las manos del rubio, detallando cada aspecto nuevo que lucía su menor, como las grandes ojeras debajo de los ojos, la evidente hinchazón y el rastro de lágrimas que se veían tan recientes, YoonGi se dio cuenta de ello e inmediatamente se limpió.

ㅡCuando no supe nada de ti fui a buscarte porque estaba preocupada, pero antes de siquiera pronunciar tu nombre, tu padre dijo que ya no existías más, tu madre tampoco quiso decirme nada y solo se alejó, así que fui a buscarte a la casa de los Park y tampoco estabas allí, ni JiMin... ellos parecían saber algo, pero no querían decir nada.

ㅡEntonces, si no fueron los padres de JiMin...

ㅡEstuve insistiendo por varios días, confiaron en mí al ver que realmente estaba preocupada y el señor Park me dijo que habían venido hasta aquí, pero no sabía dónde exactamente, así que vine hace unas semanas hasta que me topé con un grupo de chismosas que hablaban de los hermanos aislados.

ㅡAsí que los rumores cambian constantemente. Te agradezco que estés aquí noona, verte me hace muy feliz.

ㅡMi pequeño YoonGi, a mí me hace aún más feliz haberte encontrado y saber que estás bien, estaba tan angustiada ¿cómo están? ¿les hace falta algo? este lugar es algo pequeño.

El rubio sonrió pequeño, llevando a la pelinegra hasta la pequeña salita, no sin antes poner agua para té, debía ser cortes con su familia ㅡEste lugar es como una bendición para nosotros, vivimos aquí desde que llegamos y estamos seguros, no es una tarifa tan grande, siendo adolescentes nos ha caído muy bien.

ㅡVamos YoonGi, puedes decírmelo.

ㅡA veces extraño a mamá y a papá, sé que JiMin también los extraña, él se esfuerza todos los días y yo suelo gritarle, pegarle y echarle la culpa de todo, pero realmente aprecio todo lo que hace... pero hoy habló de arrepentimientos y se fue, se fue para siempre noonaㅡ su voz entrecortada se perdió en un jadeo, otra vez ese sentimiento tan horrible ㅡ. Es mi culpa.

JiSoo de inmediato corrió a abrazarlo, consolando el corazón sensible de su primo. Viendo a su alrededor, pudo darse cuenta de que los platos estaban limpios, que había cajas de comida llenas de hierro y carbohidratos, esos que YoonGi necesitaba.

ㅡYo pienso que JiMin te ama, que hace todo esto porque los ama, deberías decirle que aprecias eso de él, expresa tus emociones y te darás cuenta de que todo esto lo hace para seguir adelante.

Un par de relámpagos se escucharon y la luz parpadeó por un momento, no era tan tarde, pero la oscuridad hacía de las suyas con el clima. JiSoo lamentó no poder quedarse a tomar el té, pero prometió volver en unas semanas, porque sabía que existía la mínima posibilidad de que pudieran seguirla, su visita reconfortó al rubio que la despidió en la puerta.

Un pelinegro estaba sentado en una pequeña banca, con sus manos cubriendo su rostro, después de todo era un ser humano con debilidades, cuando escapó y no volvió con su novio no sentía la culpa que ahora tenía. 

ㅡOye muchacho ¿quieres ganarte unos wones?

La lluvia incrementó en un par de segundos y parecía que no iba a detenerse, cuando YoonGi sintió la necesidad de salir de la cosa y buscar a su novio, se encontró a la silueta del azabache corriendo hacia arriba, en dirección a su casa, en sus manos tenía una bolsa y venia con una sonrisa enorme. El semblante emocionado del rubio cambió por completo al ver al rubio debajo de la lluvia, empapado y preocupado.

ㅡ¡Yoon, entra a la casa te puedes enfermar!

ㅡCreí que no volverías...

ㅡ¡YoonGi, entra!

Y el rubio reaccionó hasta que fue llevado con rapidez hacia dentro, donde su camisa fue levantada apresuradamente para ser secado con mucho cuidado.

ㅡ¿Por qué estabas afuera si estaba lloviendo? Sueles ser muy alérgico con el frío, cielo.

ㅡYo... yo pensé que me habías dejado por ser malo contigo.

JiMin fue a buscar uno de sus suéteres, al ser una talla más grande a las que usaba el rubio, le quedaba perfecto, como las prendas que había empezado a usar desde que su estómago creció ㅡNunca podría dejarlos solos, solo necesitaba pensar con claridad, un momento, lamento que me haya tardado tanto, pero mira lo que conseguí.

YoonGi estuvo atento a lo que el pelinegro le mostraba, sacando de la bolsa una bandeja de fresas y otros condimentos, los que se habían acabado. Los ojitos azules de YoonGi brillaron con intensidad, había tenido tantas ganas de comer fresas, pero eran tan caras que solo podía verlas.

ㅡSé que no puedo darte el mundo ahora YoonGi, pero me seguiré esforzando para que puedan vivir en el. Mañana conseguiré un empleo, es en una bodega y buscan gente fuerte así que iré.

El rubio dejó las fresas de largo, aún empapado y cansado, JiMin seguía manteniendo esa determinación tan inigualable, por lo que lo abrazó de inmediato para besar sus labios, siendo correspondido con ternura.

No, no había arrepentimientos en esos momentos, solo tenían que seguir adelante apoyándose el uno al otro.

Y YoonGi también agradeció la ayuda de JiSoo, no solo porque lo había visitado y brindado apoyo, sino porque también había dejado un sobre que le inspiraba más fortaleza debido a la pequeña nota y la letra que siempre reconocería.


Come bien, sin caprichos, solo cosas saludables.

KS 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro