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𝟏𝟑. You Adored Me Before



Aro venía por ellos, cada vez estaba más cerca y podían sentirlo, por lo que tenían que tener un plan, aunque fuera una idea de cómo salir de este problema.

—Aro querrá incapacitarnos antes de atacar. Jane y Alec me atacaran primero porque puedo predecir sus movimientos.–Explicó Edward.

—Ojalá todos tuviéramos tu escudo.–Le dijo Garret a Bella.

—Pero no me ayuda a pelear.

—Pero podrías ayudarnos si pudieras proyectarlo.–Informó Tanya.

—¿A que te refieres?

—Proteger a alguien que no seas tú misma.

—¿Es posible?

—El don se desarrolla con el tiempo.–Aseguró Rosanna.

—Al principio solo lo tenía en mis palmas, ahora puedo extenderlo a todo mi cuerpo.–Le puso como ejemplo Kate.

—¿Cómo lo haces?–Preguntó Bella. Kate no supo cómo contestarle, Bella tomó su mano con fuerza para que le dijera.–Dime.

—Auch.

[...]

Rosanna tomó un sorbo de la sangre mientras cuidaba a Renesmee, quien se divertía tocando una canción en el piano.

—¿Cuál es esa canción querida?

—Yo la inventé.

—Vaya, cada día me sorprendes más.–La niña sonrió con aprecio.

—Gracias abuela.–Eso llamo la atención de Rosanna, por lo que miró a Carlisle, quien le sonrió.

—De nada querida. Sigue tocando, no dejes de tocar por nada en el mundo.

—¡No lo haré!

—Y cuando te hagas famosa y tengas tus conciertos, dedícame una de tus canciones.

—No creo ser famosa abuela.

—¿Por qué no lo crees?

—No soy tan buena aún.

—Pero lo serás.–Se sentó junto a ella.–Si esto es lo que te gusta, créeme que lo serás.

—Abuela...

—¿Si querida?

—¿Por qué los aculturo vienen por mi? ¿Hice algo malo?–No pudo contestar de inmediato. Quería no decir que si, pero tampoco sabía cómo contestar sin que sonara mal.

—No, claro que no. Solo son... algo difíciles, buscan una excusa para hacerles daño a los demás, tú no hiciste nada malo.

—¿Entonces por qué fuiste su amiga?

—¿Cómo sabes eso?

—La pintura en el consultorio del abuelo.

—Bueno... yo era amiga de ellos hace muchos años, de hecho, aún sigo en comunicación con Aro... pero ya no tanto.

—¿Por qué eres su amiga si son malos?

—Porque a pesar de todo fueron mi familia por un largo tiempo, sin ellos nunca hubiera conocido a tu abuelo, me lastimaron mucho, y han lastimado a un montón de personas... pero sin ellos no estaría aquí donde estoy ahora. Las relaciones no son fáciles, no son blanco o negro, puedes querer muchísimo a una persona y necesitar alejarte, u odiarla y necesitar estar cerca de ella.

—Pero... ¿tu quieres a mi abuelo?

—Más que nada en el mundo. Y por eso, hay veces donde puedes querer a una persona con toda tu alma y necesitar estar cerca de ella.–La niña sonrió.–Ahora ven, se hace tarde y debes de regresar a casa con tus papás.–Rosanna se levanto y dejo espacio para que Renesmee se levantara también.

Renesmee la abrazó y Rosanna acarició su cabello.

—Te quiero.

—Yo también te quiero pequeña ranita.

Bella y Edward llegaron y se la llevaron a casa, no sin antes despedirse y agradecer a Rosanna y Carlisle por cuidarla.

Rosanna se acercó a Carlisle y se sentó junto a él.

—¿Entonces ahora eres abuela?–Ella sonrió y se acurruco contra él.

—Lo soy. Y tú también lo eres.

—Y pensar que querías aventar a Bella por las escaleras cuando te enteraste de su embarazo.–Ella golpeó su brazo.

—Calla, eso ya pasó.

—¡Auch!

—¿En serio te dolió?

—Para nada.

[...]

La navidad se acercaba cada vez más. La nieve caía y tapaba los caminos en todas las direcciones.

Rosanna y Carlisle seguían en cama, ambos abrazados el uno al otro, aferrados a estar juntos, como siempre lo habían estado.

—Ya casi es navidad, ¿que debería de comprarte?

—¿En serio piensas en eso cuando estamos en medio de una guerra?–Le preguntó ella.

—Creo que ya deberías de saber que, sin importar que, tú siempre serás mi primer pensamiento. Pienso en ti día y noche, sin importar lo que pase a mi alrededor, tú siempre dominaras lo que soy.

—Mierda... si no te callas ahora tendré que besarte.–El sonrió.

—¿Se supone que eso es una amenaza?

—Lo es, deberías de estar asustado.

—Oh si, mira, estoy temblando, horrorizado por el temor de tener a mi novia besándome.–El hizo como si temblara y ella se acercó a besarlo para callarlo.

—Idiota.

—No deberías llamar 'idiota' al amor de tu vida.

—Te das mucho crédito.

—O tal vez me tu me das muy poco.

—No lo creo. Yo se lo que eres para mi, sin necesidad de que alguien más lo diga.–Rosanna acaricio el rostro de Carlisle con cariño y el cerro sus ojos, apreciando el contacto.–Regálame lo que tú quieras, no necesito nada material cuando te tengo a ti junto a mi cada día.

[...]

Todos abrían sus obsequios junto al fuego, la sala estaba repleta de personas, Rosanna y Carlisle le habían comprado regalos a todos para que nadie se sintiera solo, era navidad, ellos eran los anfitriones y los que los habían traído aquí después de todos.

Unos eran regalos costosos, otros eran especialmente pensados para cada uno de los que estaba en la sala.

Pero habían logrado que todos tuvieran algo.

Carlisle tomó la mano de Rosanna y la llevó afuera de la casa.

—¿Carlisle? ¿Qué ocurre?

—Te daré tu regalo de navidad.

—¿Aquí afuera? ¿No podrían arrestarnos por indecencia pública?–Bromeo.

—No ese regalo, eso va después de esto.

—¿Entonces que? ¿Me darás una isla con mi nombre? ¿O un collar valuado en millones de dólares? Te dije que no necesitaba nada material.

—Créeme, esto te gustará a pesar de ser material.–El se arrodilló frente a ella.

—¿Qué estás...?

—Rosanna. Tú eres la mujer que más he amado y a la que más amare toda mi vida. Estos años sin ti han sido un infierno en la tierra, no puedo pasar más tiempo sin ti porque, en serio me volverá loco, entonces quiero que estes conmigo para siempre, ¿y que mejor que un anillo para eso?

—Espera... ¿tu estás...?

—Rosanna Beaumont, eres el amor de esta, y todas mis vidas. Y me harías la persona más feliz en este mundo si tú... ¿te cas...?

—Si.–El sonrió ante la impaciencia de ella.

—No te he preguntado.

—No necesitas hacerlo. La respuesta siempre será si, Carlisle Cullen.–Ella lo besó y un montón de aplausos se escucharon. Voltearon, viendo a todos los vampiros aplaudiendo al presenciar la pedida de mano.

—Bienvenida al resto de tu vida. No tendrás ni un minuto de descanso.

—No importa, nada importa mientras tú estés ahí.–Lo ayudo a levantarse y lo abrazó.

—¿No quieres ver el anillo? Rosalie me ayudo a escogerlo.

—Claro que quiero, pero en este momento quiero solamente estar junto a ti.

—¡Felicidades!–Llego Emmett y palmeó la espalda de Carlisle, Carlisle y Rosanna terminaron su abrazo y los recibieron con una sonrisa. Rosalie se acercó a Rosanna.

—Muchas felicidades.–Felicitó la rubia con honestidad.

—Gracias Rose.–Rosanna abrazó a Rosalie contra ella.

Detrás de ella venía Esme, quien no dudó en abrazar primero a Rosanna, quien la aceptó sin dudar.

—Cuídalo mucho.

—Lo haré.

[...]

Rosanna miraba su anillo, apreciando cada brillo y movimiento que tenía.

—¿Aún estás viéndolo?–Carlisle la abrazó por detrás, pasando sus brazos por su cintura.

—¿Cómo podría no hacerlo? Es el anillo más perfecto que he visto.

—Me alegra que te guste. Y créeme, cuando todo esto con los Vulturi termine, te llevare a Roma para casarnos.

—Suena muy bien.

—Incluso invitaré a Aro, si es necesario.–Bromeó y empezó a dejar besos por el cuello de Rosanna. Ella suspiró.

—No lo harás. El ya no es mi amigo. Hizo que yo mordiera a todas esas personas, me envió aquí con mentiras, me ha controlado toda mi vida y amenazo a mi familia. No lo llamaré amigo nunca más, no puedo.–El la miró con admiración.

—Estoy orgulloso de ti.

—No lo estes, debí de haber tomado esta decisión mucho antes, solo que... ellos eran los únicos recurrentes en mi vida, los únicos que no me dejarían a pesar de mis errores... pero me di cuenta de que no me dejaban para poder aprovecharse de mi, no porque me quisieran.–Ambos cruzaron miradas en el espejo.

—¿Esperas poder enfrentarlo en la batalla?

—No espero, lo haré.

[...]

Todos estaban sentados junto a una fogata afuera en el campamento, contando sus historias de guerra. Carlisle abrazaba a su prometida por la cintura mientras ambos escuchaban las historias de los demás.

—Cuando nosotros regimos teníamos todo, mesas, diplomáticos, tal era nuestro poder, pero nunca nos pusimos sombreros blancos ni dijimos que éramos santos.–Contó Vladimir.

—Fuimos honestos en cuanto a lo que éramos.–Aseguró Stefan.

—Estuvimos quietos durante mucho tiempo, no nos dimos cuenta de que nos estábamos petrificando.

—Tal vez los Vulturi nos hicieron un favor cuando quemaron nuestros castillos.

—Hemos esperado años para devolver el favor.–Vladimir miró a Rosanna, quien no reaccionó de forma alguna. No le importaba lo que el fuera a hacer con los Vulturi, contra Aro, pero le importaba que no pusiera a nadie en peligro.

Carlisle volteó a ver a Edward, se disculpó con Rosanna y se acercó a su hijo. Esme se acercó con Rosanna y ambas se miraron con una sonrisa antes de seguir escuchando las historias que tenían.

—Tu debes de tener buenas historias.–Aseguró Stefan.

—No las tengo. No de la clase que ustedes esperan. Las guerras no son algo que me agrade.

—Aún así estás aquí.–Le dijo Vladimir.

—Nunca dije que no hacía la guerra. Si es para proteger a la gente que me importa, créeme que haré la guerra sin mirar atrás.

✶⊶⊷⊶⊷❍⊶⊷⊶⊷✶

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