Carlisle y Rosanna habían ido a la India después fe Londres para encontrarse con más de su familia.

—Amun por favor.–Le suplico Carlisle mientras el y Rosanna seguía a Amun y a su esposa por el palacio.

—No puedo ayudarte Carlisle.

—Es un asunto muy urgente.

—Deben irse.–El agua empezó a subir en la pequeña pileta del centro hasta que se bloqueó la entrada para ellos. Ahí lograron ver a un chico, quien parecía estar controlándola.

—Yo quiero escucharlos.–Declaró.–Nunca conozco a los amigos de Amun. Siempre me esconde.

—No imagino por qué.–Murmuró Rosanna, perfectamente sabiendo por qué, su don era más que único y si los Vulturi se enteraban de su existencia se lo llevarían sin pensar.

El chico devolvió el agua y está salpico en sus pies. Rosanna levantó su vestido para que no cayera agua en el.

Ambos se acercaron a el chico y su acompañante.

—Carlisle.–Ofreció su mano.

—Benjamín.–Estrecho la mano del mayor.

[...]

Regresaron a casa con Alistair, quien había estado huraño todo el viaje. Incluso a Carlisle le había sorprendido el haberlo podido convencer.

Lo que no sabía es que su novia le había prometido una cantidad vitalicia de sangre si iba a con ellos.

—¿Cuantos vinieron?–Carlisle se acercó a Edward y Bella y Rosanna lo siguió.

—Dieciocho. Tienes buenos amigos.–Le contesto su hijo.

—¿Saben algo de Alice?–Preguntó Rosanna. Bella negó con la cabeza.

—Estaremos todos en la lista de Aro.–Aseguró Alistair. Siglos escapando, ¿para eso me trajeron? Vaya amigos.

—Alistair, ven a conocer a todos.–Le pidió amablemente.

—Ya te dije que si hay una pelea no me enfrentaré a los Vulturi.

—Y nosotros te dijimos que no habrá ninguna pelea.–Le recordó Rosanna.

—Estaré en el ático.–Saltó hacia el techo con delicadeza y formalidad, los miró hacia abajo y después entró al ático.

[...]

Rosalie peinaba el cabello de Renesmee mientras cantaba una canción de cuna. Rosanna la veía de lejos impresionada.

—¿Sabes? Creo que hubieras sido una excelente madre.–Rosalie pauso al escuchar su voz y sonrió sin notar.

—Gracias... tú también... pero creo que si te casas con Carlisle serás como nuestra madre.–Rosanna rio.

—Sería bueno, pero no. Esme es su madre, no puedo venir de repente pensando que algo de esto me pertenece.–Tomó un broche y se lo puso a Renesmee en el pelo.

—No necesariamente. Digo, yo amo a Esme, pero podrías ser nuestra madre a los ojos de todos. Se supone que Jasper y yo somos hermanos, por eso somos los Hale. Podríamos decir que tú eres nuestra madre y nos tuviste con tu anterior matrimonio.

—Sería perfecto.–Sonrió, la idea le encantaba, poder tener hijos, aunque fuera una historia inventada para convencer a los demás, era sumamente importante para ella.

—Incluso... si Jasper quiere, podríamos cambiar nuestro apellido por Beaumont, para que sea más realista, claro.–Se quedo sin palabras, no podía creer que alguien estuviera dispuesto a hacer algo así. Asintió.

—Me encantaría.–Ambas se miraron y Rosanna no pudo evitar darle un abrazo a Rosalie.

—Digo, eres la madre de los vampiros, así que supongo que ya eras nuestra madre de cierta manera.–Rosanna soltó una carcajada y se separo de ella, acariciando sus mejillas, la piel era fría bajo el tacto, pero no le importó.

—Pero ningún vampiro es nada comparado con mis vampiros.

[...]

Zafrina se acercó a Rosanna y Carlisle, dispuesta a mostrarles su don.

—¿Puedes controlar o dos personas a la vez?–Cuestiono Rosanna intrigada.

—Claro que puedo.–Afirmó orgullosa antes de concentrarse en ellos.

Pronto las paredes de la casa dejaron de ser aquellas que los protegían y empezaron a parecerse a aquellas en las que habían vivido hace tantos siglos. Era idéntico a la habitación de Rosanna, aquella que habían compartido como si fuera de ambos.

—Vaya...–Murmuró Rosanna impresionada.

—Esto es increíble, en verdad.–Felicito Carlisle. Rosanna empezó a ver por el lugar, recordando las sábanas color carmesí, las paredes de piedra negra, la enorme ventana al lado de la cama que permitía ver al exterior, que le aseguraba que no estaba sola, y la luna que se ponía frente a ella.

—...Creo que es momento de parar con esto antes de que me vuelva loca.–Todo volvió a la normalidad con lentitud, todo desvaneciéndose en sus ojos como si nunca hubiera estado ahí, tal vez, porque nunca estuvo ahí en primer lugar.–Tienes un don poderoso, pero peligroso. Escóndelo de Aro al menos de que sea necesario usarlo. ¿Entendido?–Le advertí, sabiendo lo que Aro podría hacer con una habilidad tan especial.

—Claro, madre.–No lo dijo en forma de burla ni mucho menos, sino de respeto, en serio creía en ese título, en serio le agradecía a Rosanna por haberla creado consciente o inconscientemente. Rosanna sonrió.

—No hay de que.

[...]

Kate se acercó a Bella, le tomó la mano e intentó electrocutarla, más no funcionó.

—Claro que es un escudo, esto debió tirarla al suelo.

—O tu voltaje ha sido sobrevalorado.–Se atrevió a decir Garret.

—O solo funciona con los débiles.–Ella elevó su mano, sabiendo que Garret no podría resistirse a probarlo. Rosanna rio al ver el encuentro entre ambos.

—Garret, no lo hagas.–Advirtió Carlisle.

—Déjalo, ya esta grande.–Le dijo Rosanna mientras miraba expectante. El hombre acercó su dedo a la mano de Kate y termino electrocutado, cayendo al suelo de rodillas por la potencia.

—...Eres una mujer asombrosa.–Admitió Garret aún de rodillas frente a Kate.

Rosanna miró a Carlisle y el le devolvió la mirada con una sonrisa cómplice.

[...]

Corrieron hacia el bosque apenas escucharon los ruidos. Rosanna detuvo a Carlisle cuando se encontraron frente a los hermanos rusos; Vladimir y Stefan.

—Chicos, ¿a que debemos su presencia?–Interrogo la rubia.–Digo... están muy lejos de casa.

—¿Qué están haciendo aquí?–Murmuro Kate con incertidumbre.

—Oímos que los Vulturi vendrían a enfrentarlos, no queríamos que lo hicieran solos.–Aseguró Vladimir.

—No hicimos lo que ellos piensan.–Se defendió Carlisle.

—No nos interesa lo que hayan hecho, Carlisle.

—Hemos esperado un milenio para enfrentar a esa basura italiana.–Rosanna rodó los ojos.–Y vemos que ahora volviste con Rosanna, la hermosa castaña, con pésimas amistades.

—Como si ustedes fueran mejores.–Se atrevió a responder Rosanna. Carlisle puso una mano frente an ella, no para que ellos no la lastimaran, sino para que ella no los lastimara a ellos.

—No planeamos pelear con los Vulturi.–Añadió Carlisle.

—Lastima. Los testigos de Aro quedarán decepcionados.–Le comento Vladimir a su hermano.

—Disfrutan las peleas.–Se rió.

—¿Los testigos de Aro?–Se acercó Eleazar a Rosanna y Carlisle, ella tuvo que evitar maldecir en voz baja.

—Aw, ¿aún esperan que escuchen? Rosanna, tú mejor que nadie sabe cómo es el, el no les dará oportunidad de nada.

[...]

—Cuando Aro quiere a alguien de un clan, no tarda en encontrar evidencia que muestre que el clan comentó algún crimen.–Explicó Rosanna apoyada contra el piano.

—¿Entonces ha hecho esto antes?–Preguntó Bella.

—Sucede muy pocas veces, nunca noté un patrón.–Añadió Eleazar.

—Siempre perdona a una persona y afirma que parece estar arrepentida. Ahí es cuando los une a el. Siempre tienen habilidades más allá de lo común.–Siguió Rosanna.

—Todo esto es por Alice.–Entendió Edward.–No tiene a nadie como ella.

—Es por eso que escapó...

—¿Para que necesita testigos?–Cuestiono Emmett.

—Para correr la voz de que se "ha hecho justicia"–Interrumpió Alistair.–Después de masacrar a todo un clan.

Amun miró a su pareja antes de comenzar a alejarse.

—Benjamín, Tía, nos vamos.

—¿Y a donde irán?–Pregunto Edward con enojo.–¿Por qué piensas que quedará contento con Alice? ¿Que evitará que vaya tras Benjamín luego? ¿O Zafrina, o Kate, o cualquiera que tenga un don? Su meta no es el castigo, es el poder, la adquisición. Quizá Carlisle no les pida que peleen, pero yo si. Por el bien de mi familia, y también de las suyas. Y por su manera de vivir.–Todos se quedaron en silencio, mirándose unos a otros.

—Las jaurías pelearán.–Se levantó Jacob.–Nunca les hemos temido a los vampiros.

—Pelearemos.–Habló Tanya y el clan Denali se levantó.

—No es la primera vez que lucho contra una tiranía.–Se acercó Garret.

—Me uno a ustedes.–Dijo Benjamín.

—No.–Lo negó Amun.

—Yo haré lo correcto Amun. Tú puedes hacer lo que quieras.

—Te apoyaremos.–Agregó Senna.

—También nosotros.–Se levantó Siobhan con su familia. Pronto todos se unieron.

—No fue tan difícil.–Susurró Vladimir.

—Esperemos no llegar a eso.–Dijo Edward.

—No llegaremos a eso. Y si lo hacemos... estaremos listos.–Rosanna acaricio el hombro de Edward con respeto.

—Ya veremos–Masculló Alistair.

—Estoy orgullosa de ti, Edward.–Le comentó Rosanna al chico.

—Gracias. Solo hago lo que es mejor para mi familia.

—Esto va mucho más allá de tu familia, ¿lo entiendes, verdad?–El asintió.

—Créeme, lo entiendo.

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