• 0. | Prólogo •
Despiertas luego de haberte quedado inconsciente.
No sabes dónde estás pero de alguna manera eres consciente de que ya no te encontrabas en la Tierra.
Es confuso. Sentir como tu cabeza te daba vueltas mostrandote unos cuantos flashbacks de tu pasado los cuales se veían algo borrosos.
Rápidamente te levantaste de la cama algo asustado, porque si, alguien te traslado a un lugar desconocido.
Deseas irte, deseas poder despertar y dar por hecho de que todo esto fue producto de tu imaginación, pesadilla....
Pero desgraciadamente esto era real.
— Despertaste. Por un momento pensé que tardarías un poco más. —.
Volteaste en dirección a la voz que interrumpió tus pensamientos y claramente entraste en pánico.
— ¡AAHH! ¡UN WENDIGO! —.
Dios.... ¿Cómo fue que terminaste así?
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Horas antes te encontrabas sentado algo aburrido en la clase de dramática.
Era de esos días los cuales no querías hacer absolutamente nada; Solo querías estar en la comodidad de tu cuarto comiendo comida chatarra mientras veías alguna serie via streaming.
Si, apenas tienes 21 años, acabas de entrar a la universidad y ya te tiene completamente acabado.
Pero todo valdrá la pena en un futuro.... O al menos eso es lo que dice tu padre.
Oh si, tú padre...
Es la única familia que tienes. No tienes tíos ni abuelos y en cuanto a tu madre.... Bueno....
"— Es algo complicado.... —"
Es la excusa que siempre te dice cuando preguntas por ella.
Realmente no sabes que pensar sobre la mujer que te dió la vida.
Sabes que tú padre la ama demasiado porque cada año vela por su bienestar mientras sus ojos reflejan la esperanza de volverla a ver.
Sabes que está viva....
Pero no sabes el motivo de su abandono.
Te causa cierto conflicto el hecho de que tu padre la defienda tanto cuando ha estado ausente en sus vidas.
Pero en fin, tus clases llegaron a su fin y rápidamente te apresúraste a llegar a casa.
Hoy es 31 de octubre, día en el que tú papá no te deja salir por ningún motivo en las noches.
Pero mejor para ti.
No eras de tener muchos amigos ya que cada cierto tiempo suelen mudarse a otro país. Ahora mismo se encontraban en Inglaterra pero quizás en unas semanas se encontrarían en Colombia.
Porque así es la vida que te toco vivir.
— ¡Ya llegué papá! — Anunciaste mientras dejabas tus cosas en el sillón.
Sin embargo no obtuviste respuesta.
Decides buscarlo en el piso de arriba de la casa y ahí estaba; Se encontraba sentado en la orilla de la cama de su habitación sosteniendo lo que parecía ser.... ¿Un rosario?....
Eso sí que te tomo por sorpresa.
A diferencia de otras personas tu padre y tu no se consideran religiosos...
Tampoco ateos ya que irónicamente son los más creyentes a Dios aunque ellos digan lo contrario.
Simplemente eran neutrales cuando se trataba de religión.
— ¡Hijo! Llegaste temprano. — Habló tu padre interrumpiendo su rezo.
— Hola papá. Ehh.... No sabía que te gustaba rezarle a la Virgen. —.
— ¿Que....? No. ¿Te refieres a esto? — Alzo lo que tenía en las manos.
— Si, ¿No es eso un rosario? —.
Tu padre te dedica una mirada melancólica mientras niega con la cabeza.
— Míralo bien. No es un rosario. — Seguido de esto te entrega lo que tenía en las manos.
Era un hermoso collar de perlas.
— Wow.... — Admiras el collar con gran detalle.
— Era de tu madre. A ella le hubiera encantado que tú tuvieras algo de ella. —.
— Pero.... ¿Entonces no estabas rezando? — Esquivaste el tema de tu madre, no querías que tú papá rompiera en llanto por ella otra vez.
— Si lo hacía. Rezaba por aquellas almas que están en agonía ahora mismo. —.
— ¿Agonia? ¿De que estás hablando papá? No entiendo.... ¿Y por qué con un collar y no un rosario? —.
— Porque el cielo no escucha razones hijo.... — Murmuró mientras se levantaba de la cama y te miraba atentamente.
— ¿Te he dicho que te pareces a tu madre? _ Soltó de la nada tú progenitor tal comparación.
Comparación que no tenía sentido a tu parecer.
Eres un chico de cabello _____ con ojos color _____ y piel de color _____.
Literalmente eres una calca de tu padre.
Quizás se refería a algunos rasgos de tu cara o la personalidad liberal que tenías...
O quizás sea el hecho de que te guste cantar.
Aún así, para ti, era absurda tal comparación.
Pero lo decía tu padre. Si lo decía era por algo.
— ¿En qué sentido me parezco a ella? —.
— En muchas cosas. Solo es cuestión de que lo veas en otra perspectiva. —.
Ibas a hablar cuando de la nada un fuerte ruido de vidrio roto llegó a sus oídos.
La ventana de la habitación había sido quebrada por algo que parecía ser una lanza.
— ¡¿Qué carajo--?! —.
No pudiste terminar de formular tu pregunta porque tú padre te jaló del brazo para alejarte de la ventana.
— ¡Mierda! ¡Nos encontró! —.
Tu padre se puso completamente pálido cosa que claramente te desconcertó.
— ¡¿Que está pasando papá?! —.
Tu padre no contesto. Se dirigió alarmado a su armario sacando unas cuántas cosas buscando algo.
— ¡Papá! ¡¿Papá que sucede?! —.
Más y más lanzas eran aventadas desde afuera.
No sabías quién o quiénes los estaban atacando hasta que escuchas que alguien entra por la planta baja de la casa.
Te asomas desde los escalones para ver quién era el intruso pero al instante quedas en shock.
Era lo que parecía ser una mujer con una máscara con cuernos negra y.... ¿Alas? ¿Acaso era una especie de ángel?....
Okey.... Eso sí que era MUY extraño.
La mujer al verte no duda en lanzarse hacia ti para atacarte pero su ataque nunca llegó ya que tú padre fue más rápido lanzandole una de las lanzas que cayeron en su habitación.
— ¡¿Papá qué--?! —.
— ¡No hay tiempo _______! ¡Tienes que salir de aquí! —.
Tu papá te jaló y corrieron hacia donde se encontraba el baño.
Entraron y le pusieron llave para que no pudieran entrar pero sabían que era inútil esconderse.
— Hijo.... Perdóname. Ahorita mismo se que tienes muchas preguntas pero te prometo que aclararé cada una de tus dudas en un futuro. — Hablo mientras rompía en llanto.
— P-Papá... Por favor dime qué esto no es una despedida.... —
— C-Claro que no, mi cielo. Esto es solo un hasta luego. —.
— ¿Q-Qué?.... No.... —.
— ¡Hey! Esto no es una despedida. Te prometo que iré a verte el día de tu cumpleaños pero por ahora.... —.
El hombre saco de su bolsillo un cristal de color rojo y con el abrió un portal a un lugar desconocido para ti.
— Tienes que irte. —.
Termino de decirte con voz firme, empujandote dentro del portal.
— ¡NO! ¡ESPERAAAAA--! —.
— Cuídate mucho. —.
El portal se cerró. Tu padre se limpió las lágrimas mientras veía como la puerta del baño se terminaba de romper, mostrando a un viejo conocido....
— ¡Vaya, vaya, pero miren a quien putas tenemos aquí! —.
— Ugh, Adán. —.
— Nos volvemos a ver maldito traidor. —.
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Continuará....
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