—Hyung, ¿sabe donde está mi, Papi y mi Hyung?—Se encontraba buscando a su Hyung y a su Papá, cuando Chanyeol pasó por su lado y lo detuvo para saber si el sabía dónde se encontraban.

—Ahm...creo que salieron, pero no se a donde...

—Oh...—Asintió no satisfecho con la repuesta de su Hyung.

—Deben ser ellos.—Dijo Chanyeol al escuchar el timbre de la puerta.

—¡Si, ire a abrir!.—Dando tiernos saltos hacia la puerta.

Abrió la puerta y detras de ella se encontraba una mujer vampiro, con una cabellera negra como la noche y en sus labios un labial color rojo intenso, que hacía que sus colmillos resaltaran.

—Hola.–Le saludo con una blanquecina sonrisa, la cual no pudo corresponder pues no la conocía.

—¿Se le ofrece algo?

—Si, ¿Se encuentra Suga?

—Si, permitame...

—Claro...—El menor cerro la puerta y camino hacia su habitación, donde se supone que debería estar su Hyung durmiendo.

Cuando encontró en ella Suga colgaba del techo como un murciélago, mientras se cubría con su capa, justo encima de las almohadas. Nunca había visto a su Padre dormir así, mucho menos a su Hyung Chanyeol, por eso comenzó a gatear por la cama con curiosidad hacia el rostro de su Hyung, hasta que sus rostros quedaron muy cerca.

—Buenos días, Pequeño...—Este abrió sus ojos, agarrando desprevenido a Jimin y haciendo que pegara un salto por el susto.—Lo siento, ¿te asuste?—Bajando de aquella posición para después quedar de piernas cruzadas sobre la cama, justo frente al menor.

—S-si, un poquito...

—Je, Je, prometo no volverlo a hacer.—Un silencio se instaló en la habitación pues Jimin no podía evitar contemplar el sexy rostro del vampiro mayor.—Amh...—Suga también quería hacerlo pero temía incomodar a Jimin, así que optó por romper el silencio.—¿Necesitas que te ayude en algo, Jimin?

—Oh...—Jimin asintió mientras salía de sus pensamientos.—Hay alguien allá abajo que lo busca...

—¿A mi?—Frunciendo su ceño.

—Si...

—Amh...esta bien, gracias por haberme avisado...—Dedicándole una última mirada, junto a una sonrisa, para después salir de la habitación, dejando a Jimin con un sonrojo en sus mejillas.

Suga hizo uso de su poder de velocidad para poder llegar cuanto antes hasta la puerta y abrirle a la persona que lo llamaba.

—¿Jennie?

—¡Suga!

—¡Jennie!—Inmediatamente la abrazo, pues tenia siglos de que no veia a su Prima.—Han pasado siglos.

—Ja, Ja, ni que lo digas...

—Si, cada siglo te ves más fea.—Jennie le pegó delicadamente sobre su brazo ante la broma de su Primo.

—Y tu cada vez más viejo.

—Ja, Ja, mientes, solamente me tienes envidia.

—Si, ajá.—Rodando los ojos junto con una sonrisa.

—Pero dime, ¿que te trae por acá? Y ¿Como supiste que estaría aquí?

—La tía Dahyun me mando a buscar...—Comenzando a caminar por el bosque, siendo seguida por su Primo.

—¿Mi Mamá? ¿Para qué?—Dijo frunciendo su entrecejo.

—Ella me dijo que todo está llendo de mal en peor desde el reinado de Agust...—Suga suspiro con desinterés, pues ese tema no le interesaba en lo absoluto.—¡Ey!, pon atención.

—Ahg, la pondría si me interesará, pero si quieres mi opinión más sincera, me vale mierda lo que le pasé al reino, se pueden ir al infierno toda esa bola de sanguinarios a excepción de mi santa Madre.

—¡Ah!, no lo entiendes, Suga.

—Si, si lo entiendo. Ese Señor que era mi Padre le dio el trono a Agust, no a mi y sucedió así por que yo prefiero mil veces estar cerca de mi pequeño que estar a cargo de un estúpido reino lleno de oscuridad.

—¡Eso es lo que menos importa, lo que realmente importa que es Agust dio un decreto donde esta matando no solo a Vampiros, sino también a Humanos inocentes para que te entreguen!

—Es un estúpido cobarde que no puede venir a buscarme por el mismo.—Rodó los ojos.—Solo son tonterías, ya se le pasara.

—¡Suga, tu Madre me envió para rogarte que reclames el trono que te pertenece!—Tomándolo por los hombros, obligándolo a verla para decirle sin rodeos a lo que se debía su visita.

—Yo prefiero que me claven una estaca al pecho antes de volver y verle el trasero a ese Anciano.

—Tu Mamá me dijo que ella con todo el dolor de su alma se encargaría de su Esposo y tu podrías intervenir con Agust.

—¡A mi no me importa ese puto trono!, yo solamente quiero ser feliz con mi Destinado.

—¡Lo se, lo sé, pero escucha en el peligro en que estas, en el que están tus seres queridos!

—Agust no llegará hasta acá.

—¿Que acaso no lo conoces?, sabes que tarde o temprano estará frente a esta mansión, amenazando con matar a Jimin.

—¡Ahg, mierda!—Comenzando a quejarse, pues Jennie estaba tocando fibras muy sencibles y estaba a nada de aceptar.—¡¿Que le he hecho a ese imbécil?!

—El te tiene envidia.

—¿Envidia dices?—Frunciendo su entrecejo.

—Si, el una vez me platico que no quería el trono, por que quería dedicarse a buscar su alma destinada, un Chico que conoció hace un tiempo y no lo ha vuelto a ver, pero ahora el está en el trono y tu estas libre con tu pareja destinada, es claro que son celos.

—Ahg, no es mi culpa que sea un alma infeliz.—Búfo.

—Se que no es tu culpa, pero solamente está en tus manos el bienestar de todo el mundo, así que por favor piénsalo, ¿Si?—Tomando las manos de Suga entre las suyas y entonces asintió.—Bien, entonces hasta luego...—Soltandolas para después caminar hacia el bosque y perderse entre la neblina.

Suga permaneció unos segundos pensando, para después hablar.

—Ya puedes salir, Pequeño...—Jimin abrió sus ojos impresionado de que hubiese notado su presencia, así que lentamente salió del árbol de donde estaba escindido.

—H-hyung, perdone que lo haya espiado...—Mirando hacia el suelo mientras se acercaba hacia el.

—Ja, Ja, no te preocupes, no es nada importante...—Caminó hasta el para después revolver su cabellera.—Volvamos adentro, Pequeño, no me gustaría que te enfermes...—El mencionado sintió sus mejillas arder en cuanto le mostró una sonrisa, para después seguirle hacia el interior de la mansión.