❤️Rescate🖤
Cuando se escuchaba la palabra "vampiro", la gente gritaba y corría de un lado a otro sin saber con certeza si un vampiro estaba ahí o no. Lo único que sabían era que los vampiros eran salvajes. Monstruos chupa sangre que te succionaban hasta dejarte sin alma.
Si bien, los vampiros eran así, a excepción del conde Kim Tae Hyung…
Tae Hyung empatizaba con los humanos, pues había sido uno antes de ser mordido. Conocía bien el sentimiento de impotencia al no poder hacer nada contra un monstruo chupa sangre. Conocía bien aquel miedo inmovilizante que te impedía salir corriendo. Y aún si podías hacerlo, tus probabilidades de escapar eran del uno por ciento si es que contabas con suerte.
Después de haber sido mordido, su ser se había sumido en la impotencia de no haber sido capaz de salvar su humanidad…
Extrañaba tanto esos momentos en donde sentía su corazón palpitar, donde la sangre recorría su cuerpo en busca de darle "vida".
Lo extrañaba tanto…
Es por eso que nunca en su vida mordió a alguien…
Aún con la muerte de su pareja HoSeok, temió a morderlo. Y ese pudo haber sido si mayor error. Pues HoSeok murió aquel día y si hubiera recibido esa mordida, él continuaría con vida…
Es por eso que no se permitiría otro error. Está vez no perdería a JungKook, a su destinado y al amor de su vida…
—¡¿Qué no piensas hacer nada?!—exclamó ChanYeol—. ¡¿Estarás tan tranquilo mientras ese monstruo devora a JungKook?!
—ChanYeol…—le llamó la atención Suga—. Guarda silencio—. le ordenó.
—¡JungKook está a manos de ese asesino y esperas que me calme?
—¿Y qué es lo que harás?
—¡Yo!—exclamó, para luego guardar silencio.—N-nada, no puedo hacer nada…—dijo, para después tirarse al suelo con impotencia—. P-pero prometimos rescatarlo…
—No podemos hacer nada, ChanYeol… Al contrario, él se sacrificó por nosotros…—murmuró Suga cabizbajo, sintiendo pena por el chico.
JiMin se encontraba refugiado entre sus brazos mientras sollozaba, temiendo por la vida de su Hyung.
Los calabazos se encontraban sumidos en silencio, pues los vampiros estaban en luto por la muerte de JungKook. Y a pesar de que se convertiría en un ser inmortal, habría una gran posibilidad de no volver a verlo.
ChanYeol se encontraba sollozando desde una esquina al pensar en que no volvería ver al chico con el que se había encariñado con rápidez.
De pronto, dentro del mismo calabozo, un crujido resonó por todo el calabozo.
—¿Q-qué fue eso?—inquirió ChanYeol con miedo, provocando que incluso su llanto cesará.
—Deben ser los inútiles guardias…—le tranquilizó Suga, para después volver a su silencioso luto.
Por un momento ChanYeol lo creyó y continúo haciéndose un ovillo en la esquina, donde por ahora era su único resguardo. Sin embargo, aquel crujido volvió a hacerse presente en su celda.
—S-suga…—lo llamó con temor, pues quería comprobar si esta vez lo había escuchado.
—Sí, lo escuché…—confirmó con voz baja, al mismo tiempo que se colocaba en posición de alerta.
El crujido nuevamente se hizo presente, está vez más constante que antes. Nadie sabía de dónde provenía aquel ruido hasta que miraron hacia Taehyung. Unas alas oscuras salieron de su espalda con agresividad. Se extendieron hasta llegar a la capacidad de la celda. Con un movimiento brusco, rompió la pared y pedazos de piedras saltaron como si de una explosión se tratase.
—¡¿Q-qué sucede?!—exclamó ChanYeol con miedo.
—E-es una transformación. De un vampiro legendario. Ningún vampiro mordido es capaz de transformarse, solamente vampiros de nacimiento como yo o como JiMin…—le aclaró Suga al mismo tiempo que se mantenía incrédulo ante lo que veía.
Taehyung no escuchaba absolutamente nada y no se empeñaba en hacerlo. En su mente solamente estaba una sola cosa.
Y esa era salvar a su amado…
_______________
Sabía que había hecho muchas promesas, pero en ese momento se estaba arrepintiendo de todas ellas. Agust lo lanzó contra la cama con agresividad, no estaba siendo para nada caballeroso, estaba siendo dominado por sus propios instintos y estaba tan asustado.
—H-hyung, por favor… no.—suplicó, quería que se detuviera, pues presentía que nada bueno vendría de aquello.
Las pupilas de Agust se encontraban encendidas de un rojo intenso y sus colmillos se encontraban llenos de la sangre que había probado del humano en medio del beso, esa sangre que lo había vuelto loco, lo había dominado por completo y ahora estaba ansioso por más…
El problema ya no era una mordida, sino que su lado animal y salvaje le exigía ingerir hasta la última y dulce gota de sangre de aquel humano…
Con desesperación subió a horcajadas sobre el débil cuerpo del humano. Con sus afiladas garras comenzó a desgarrar sus ropas blanquecinas, llegando a rasgar su piel hasta hacerla sangrar, aumentando aun más el hambre voraz de aquel vampiro letal.
Todo comenzó a detenerse a su alrededor. Era como si su cuerpo hubiera creado un mecanismo de defensa con el objetivo de no vivir esa horrible experiencia. Su cuerpo comenzó a disociarse, su alma salió de su cuerpo y todo el dolor y el miedo que había sentido se había desvanecido casi por completo. Solamente podía ver desde el exterior como su cuerpo era azotado bruscamente por el vampiro.
De pronto, un estruendo lo hizo volver a la realidad. Sin embargo, aún estaba en shock y no podía darse cuenta de lo que sucedía a su al rededor.
Taehyung había llegado. Con el rostro endurecido y una furia incendiando sus ojos, había pateado la puerta con una fuerza brutal, derribándola de inmediato.
—¡Agust! —gritó, su voz resonando con un poder que parecía sacudir los mismos muros de la habitación.
Agust giró lentamente, con una sonrisa torcida y salvaje, sin soltar a JungKook, a quien aún mantenía atrapado bajo su peso. Sus colmillos seguían afilados, sus manos manchadas con la sangre de su presa, y el brillo rojo en sus ojos mostraba que no pensaba detenerse solo por la presencia de Taehyung.
—¿Vienes a rescatar a este humano? —murmuró Agust con una voz que destilaba burla—. Qué conmovedor, Taehyung. ¿O será que vienes a hacerme compañía en este banquete?
Taehyung avanzó con paso firme, cada músculo de su cuerpo tenso, y los ojos llenos de una promesa de destrucción. Esta vez no iba a permitir que alguien importante muriera en sus brazos. No después de perder a HoSeok. No ahora cuando tenía la oportunidad de salvar a su destinado.
—Suéltalo ahora, Agust —dijo con una calma peligrosa—. O lo último que verás será esta habitación bañada en tu sangre.
Agust sonrió con una arrogancia helada, lanzándose hacia Taehyung en un ataque que buscaba desorientarlo y atraparlo. Pero Taehyung estaba preparado; había esperado este momento, y su determinación lo hacía moverse con una agilidad letal. En una serie de movimientos rápidos, logró esquivar las garras de Agust, que rozaban apenas su piel, mientras lo empujaba hacia una de las paredes.
En un golpe certero, Taehyung logró sujetar a Agust por el cuello y lo empujó contra la pared, haciéndolo soltar un gruñido de furia. Sin embargo, Agust se resistió, golpeando a Taehyung con una fuerza abrumadora que casi lo hace caer. Aun así, Taehyung se mantuvo firme, su mirada fija en la de Agust.
—No volveré a perder a alguien por tu culpa —dijo con una voz helada—. Esta vez, soy yo quien acabará contigo.
Agust soltó una carcajada, aun en la presión del agarre, pero cuando miró los ojos de Taehyung, supo que algo en él había cambiado. Este no era el vampiro que se contenía para no perder su humanidad; era un hombre dispuesto a lo que fuera para proteger lo que amaba.
Sin más advertencias, Taehyung atacó con una furia controlada y precisa, golpeando y desgarrando hasta reducir la fuerza de Agust. En un último esfuerzo, Taehyung sujetó una estaca rota y la hundió en el corazón de Agust, acabando con él en un último grito de agonía.
La habitación quedó en silencio cuando el cuerpo de Agust cayó inerte al suelo. Taehyung corrió hacia JungKook, quien temblaba sobre la cama, pero que se encuentraba vivo.
—JungKook… —murmuró, su voz suavizándose mientras lo tomaba entre sus brazos—. Todo ha terminado. Ya estás a salvo, mi amor…
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