Se encontraba en una gran habitación, era elegante, pero con colores dark.

Había llegado allí después de que se habían llevado a sus Amigos.

Agust había dado la orden de llevarlo a su aposento real y ahora se encontraba allí mientras unas doncellas vampiro le vestían.

-A-ah...hola, s-soy Jungkook...-Después de un incómodo silencio decidió hablarles a las doncellas, las cuales se mantenían concentradas en su trabajo.

-Mucho gusto, Joven Jungkook...-Una de ellas levantó su mirada, para devolverle el saludo.

-¡Momo!-Otra de las Mujeres le reprimió.

-¿Qué?, solamente estoy tratando de no ser grosera cómo ustedes.

-Se que no debes ser grosera, pero recuerda que estamos con un Humano íntimo al Rey... -La regaño entre dientes.

-Pero mira nada más está carita.-Tomando la cara de Jungkook entre sus manos.-¿Tu la ignorarias?

-N-no, pero sueltalo que el Rey puede venir en cualquier momento y si ve que tocas a su Amigo te ejecutara.-La contraria búfo y lo soltó, para después continuar con su trabajo.

-Disculpe a mi Amiga, Joven Jungkook, no es tan ruda cómo para ser una vampiro.

-¡Hey!

-Por cierto, soy Irene.

-Yo soy Somi, mucho gusto.

-Es un placer conocerlas a las tres...-Sonrió, feliz de entablar una conversación.

-Díganos Joven Jungkook, ¿de donde se conocen usted y él Rey?.

-¡Somi, no te metas en lo que no te incumbe!.

-¡Ay sólo pregunte!

-Je, Je, no se preocupe. Pues solamente éramos Amigos de Niños, después yo sufri una trajedia y no lo volví a verlo...

-¡¿Acaso es usted él Chico que él Rey ha estado buscando por décadas?!

-Ah, ah, ¿ustedes como saben sobre eso?

-Todo el reino lo sabe. Siempre se ha sabido que él Rey es malévolo, despiadado y sanguinario debido a que encontró a su alma destinada hace muchos años y la perdió.

-¿La perdió?

-Si, y desde entonces se ha mantenido buscándola por tierra y por mar.

-Pero...yo no soy su alma destinada...

-¿Cómo sabe eso, Joven?

-Por qué yo ya...-La puerta se abrió de golpe y calló, pues había pegado un pequeño susto.

-Déjenos solos...-Ordenó con una voz seca y amenazante, a lo que las tres Mujeres hicieron reverencias y salieron inmediatamente.-Te ves muy bien, Jungkook...-Habló una vez que ambos estuvieron solos.

-¡Si, me gustó mucho el...-Unos labios sobre los suyos le obligaron a callar. Agust se había mantenido al mergen todo lo posible, pero ya no soportaba más las ganas de besar al pelinegro.

-¿H-hyung...?-Jungkook estaba atónito ante la repentina acción del oscuro vampiro.

-Yo, yo, lo siento, no pude controlar más mis impulsos...-Tomó las pequeñas y delicadas manos de Jungkook sobre las frías y largas suyas.-Soy un tonto...Jungkook... Quiero pedirte que me permitas acortejarte...

-Ah, ah,...Hyung...

-Por favor, Jungkook, yo te he buscado por tierra y por mar, y ahora que te he encontrado necesito que seas mi Reina.

-Ah, ah, Hyung, ¿usted está seguro de que soy su alma destinada?

-¡Por supuesto!, ¿que tú no lo sentías cuando éramos Niños?-Su cara mostraba facciones preocupadas, a lo que Jungkook tuvo que asentir.

-Me alegra mucho haberte encontrado Mi Jungkook, tanto que dejaré de ejecutar aldeanos por diversión.

-¡Ou, eso suena genial!

-Si, vaya que lo es, pero si rechazas mi cortejo y haces que lo suspenda entonces...-Dirigió su mirada a otro lado y la mantuvo allí. -destruire todo él reino...-Volvió a mirarlo esta vez con una sonrisa.-Pero eso no pasará ¿verdad, Kook?

-No, no...-Se apresuró a decir, pues se asustó con solo pensar en la destrucción completa del reino.

-Bien, entonces comencemos cuánto antes...-Soltó las manos de Jungkook y se dirigió a la salida.

-¡Espera!-Le llamó Jungkook antes de que se marchará.

-¿Si?-De dio la vuelta, prestando toda su atención al azabache.

-Amh...¿puedo preguntar por qué odias a tu primo?

-Oh...-Volvió a donde estaba Jungkook, curioso del por qué había hecho esa pregunta.-¿Por qué dices que lo odio?

-A-ahm, yo creí que lo hacías...-Contestó mientras jugaba nerviosamente con sus dedos.

-Pues estas en lo cierto, lo detesto...

-¿Por qué?

-Amh, no sé, puede ser que he estado celoso de que él si puede renunciar al trono para irse con su Destinado y ser feliz, mientras yo estoy aquí manteniendo un reino infertil y seco.-Sonrió, para después llevar una de sus manos a las mejillas de Jungkook.-Pero a quien le importa, ya te tengo aquí, seré feliz, y que él haga una mierda con su vida, no me interesa...

-¿E-entonces los puedes liberar?-Tomando la mano de Agust, mientras sonreía de oreja a oreja.

-Solamente hasta que seamos Esposos...

-A-ah, pero no les harás daño, ¿verdad?...

-No, por que me he dado cuenta de que les tienes aprecio y yo respeto eso...

-¡Gracias!-Entonces lo abrazo, a lo que Agust le correspondío gustosamente.-¡Quiero casarme contigo mañana mismo!

-E-espera, y ¿el cortejo?

-No importa, podemos casarnos sin el, ¿no es así?

-Bueno, si...

-¡Entonces mañana mismo nos casaremos!

-Me parece perfecto, si así lo deseas...-Dejó un beso en la comisura de sus labios, para después caminar hacia la salida.-Tengo que planear los preparativos, Cariño, pero volveré...

-¡Si, no te preocupes por mi!-Dijo para verlo irse, después de eso cerró la puerta y se hecho a llorar.-L-lo siento tanto Tae...-Se sentía tan mal por haber aceptado, por haber besado a alguien que no era su Tae, pero todo esto lo hacía por Taehyung y los otros. Prefería ponerlos a salvo antes que su felicidad. Y es que él si quería a Agust, con el simple hecho de que había sido su crush desde pequeño, y ahora que había crecido se había vuelto atractivo, pero preferiría mil veces a Taehyung.

Con Taehyung se sentía seguro, amado y sentía que estaba completo, sentía que él era su alma destinada, lo contrario a lo que decía Agust.

Solo esperaba que Taehyung lo entendiera.

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Capítulo dedicado a:

CristinaHuamancalua