Ya estaba de vuelta, lista para que empezara el partido y no podía estar más intranquila. Estuve a punto de no presentarme, pero quería ser más fuerte que eso.

Me acerqué al micrófono con piernas temblorosas. El partido empezó poco después y tuve que presentar a todos los jugadores de los equipos.

—Marlene McKinnon.–Ella me guiñó un ojo y no hice nada más que enrojecer. Empezaron a moverse alrededor después del sonido del silbato. Minnie se acercó a mi.

—Penny, ¿todo bien?–Asentí lentamente, viendo cómo Madame Hooch explicaba las reglas del juego, a pesar de que todos las sabíamos ya.–¿segura? Porque te ves como si hubieras visto un fantasma, y no de los buenos.

—Si, yo... estoy algo distraída. Perdone.

—¿Es otra vez por la señorita McKinnon?

—¿Es tan obvio?

—Me estoy volviendo experta en los dramas gays adolescentes, es todo.

—Minnie... ¿nunca ha estado tan enamorada de una persona, incluso si sabes que no es una buena idea?–Ella rió, yo la mire, esperando que no se estuviera burlando de mi, sino de la situación. Ella pasó su brazo sobre mis hombros.

—Cariño, créeme que si. Pero no te puedes romper la cabeza por algo así, el amor si es correcto, pasará, el destino a veces es más grande que nuestro raciocinio.

—Pero rompimos hace poco, y yo... Se que no la quiero lejos, pero no se lo que quiero aún.

—Entonces díselo, ¿que tan difícil sería?

—No me entiendes del todo Minnie, claro que es difícil... no quiero verme débil.

—Cariño, creo que ella es la que se está viendo débil por ti, todos saben que ella quiere volver contigo y que hace de todo por ello, ella es la que se ve desesperada por ti, no tú por ella. Déjate querer un poco. Dile lo que sientes.

—¿Pero y si no se lo que siento?

—Lo sabrás.

El juego comenzó y decidí seguir mis reglas, alejándome ligeramente de la profesora para evitar gritos y golpes que fueran a dañar mis tímpanos y/u otras extremidades.

Todo transcurrió normal, incluso noté que Marlene no me miraba, no me gritaba, y no hizo ni un solo gol para mi. Me sentía tan confundida, hace poco me quejaba por esto, pero cuando todo se va, ¿que queda? Ahora estaba de mal humor porque no me daba algo, que antes si me lo daba igualmente me ponía de mal humor. Me sentía tan adolescente y no de una buena manera.

Casi me cruce de brazos y seguí comentando el juego de mala gana. En poco tiempo el buscador de Gryffindor atrapó la snitch dorada. Yo anuncié a los ganadores, pero algo extraño pasó a continuación.

Las luces del estadio se apagaron, dejándonos casi a ciegas. Una música empezó a escucharse de fondo por todo el lugar. Los murmullos de los estudiantes no se hicieron esperar.

Se escuchó después la voz de Marlene entre todas, fuerte y clara.

—Amigos, amigos... mi nombre es Marlene, como probablemente ya saben. Y estoy hoy aquí porque estoy enamorada.

Ay por Merlin.

Sentí como Minnie se me acercó lentamente y yo la mire como pude entre la oscuridad. Una luz se encendió en donde estaba Marlene, iluminándola solo a ella.

—He estado enamorada de esta chica.–Se escuchó un grito de asco.–Asco de me das tu imbecil. Bueno, ¿en que estaba? Ah si, estoy enamorada de esta chica desde que estábamos en tercer año, ella era una loca obsesiva con un hermano raro, pero tenía la sonrisa más hermosa que había visto en mi vida. Fue la primera persona de la que me enamoré de verdad, y probablemente la única. Ella es el amor de mi vida, y aunque se que le rompí el corazón hace un tiempo, quiero decirle que... mi amor por ella es ridículo. Te amo, Penelope Lupin. Y si, te llamo Penelope porque se que lo odias y quiero molestarte.

Las luces se encendieron por completo en el escenario, donde ya no habían jugadores, ni cosas de quidditch, estaba solo Marlene y un par de chicas, entre ellas la chica de la otra vez. No sabía que esperar, mis mejillas no podían calentarse más, esperaba que se hiciera un agujero debajo mío y me tragara la tierra y me dejara en un pueblo remoto donde solo hubieran gatos.

La canción empezó a escucharse aún más alto y Marlene empezó a cantar. La coreografía era perfecta para la canción, se notaba que se había ensayado más de una vez. Busque entre el pasto a James, quien miraba el espectáculo casi tan sorprendido como yo.

Marlene se subió a su escoba y empezó a volar por la gente mientras cantaba, todos aplaudían y se emocionaban cuando ella se acercaba. Se levantó en la escoba y me tapé la boca con las manos por la sorpresa, no sabía que podía hacer ese truco, y el solo verla me dio ansiedad. Los gritos se hicieron notar y ella se fue volando para hacer unas señas que deletreaban la palabra "ridículo". No pude evitar sonreír se lo tierna que se veía haciendo el baile.

Las otras bailarinas tomaron escobas y se unieron para emocionar a la gente. Marlene se acercó ligeramente, pero no llegó siquiera a tocarme.

La canción siguió y ella siguió también, asombrando a todo el mundo, incluso a mi, pero ya para el final ella subió a la torre donde yo estaba y dejó su escoba caer, acercándose a mi.

La canción terminó y todos aplaudieron y vitorearon.

—Estas loca Marlene–Murmuré.

—Estoy loca por ti, pero si.

[...]

Celebraron la victoria de Gryffindor en la sala común, por lo que yo tuve que irme a otro lado para aclarar mis pensamientos.

La torre de astronomía siempre era un buen lugar, callado y aislado, y era mucho mejor cuando no te encontrabas con una pareja teniendo sexo, lo cual me había pasado ya varias veces. Iugh.

Me senté en uno de los escalones mientras veía el cielo estrellado sobre mi. Jugué con una de mis pulseras inconscientemente.

Marlene había hecho literalmente un espectáculo completamente para mi, se había arriesgado a las burlas y críticas solo para que yo me fijara en ella. ¿Cómo podría no fijarme en ella? Pienso en ella todo el día, todos los días.

Tal vez debería de seguir el consejo que todos parecían darme; tal vez debía volver con ella.

Tal vez no volver a ser su novia, pero mínimo ser amigas o salir otra vez. No estaba segura de que no me rompería el corazón, pero tampoco estaba segura de que lo haría. A veces tal vez debemos de arriesgarnos ciegamente en el amor y solo caer, esperando no morir.

Escuché un par de pasos detrás mío, solo rezaba que no fuera una pareja besándose o algo peor.

—Penny, me preguntaba dónde estabas.–Marlene se sentó a mi lado, volteé a verla ligeramente y ella pasó un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.–¿Por qué estás aquí sola?

—Necesitaba pensar.

—¿Sobre mi?

—Más bien sobre nosotras.

—¿Y cuál fue tu conclusión?–Suspire y pensé en Minnie, tenía razón, es mejor hablar con la verdad.

—Marlene, no puedo pensar en cómo sería mi vida sin ti, porque se que sería un desastre, un problema, se que no te quiero lejos de mi. Pero tampoco quiero ser tú novia de nuevo, no en este momento.

—¿Entonces...?

—Seremos amigas de nuevo, solo amigas.

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