iii. Classes With The Iron Heart Man
—Primero que nada, no se porque acudiste a mi.
—Remus tú sabes que todos en la escuela quieren salir contigo y tú sabes cómo matar sus expectativas. Necesito que me enseñes a ser fuerte como tú para no caer en los encantos de Marlene.
—No todos quieren conmigo.–Mojo la punta de su dedo para voltear la pagina de su libro. Escuchamos la risa sarcástica de Lily y James del otro lado de la biblioteca.
—¿Ves? Hasta Lily se burla de ti.
—No tengo tiempo para esto, sabes que la luna llena es el viernes.
—Lo sé. Te pones más raro cuando va a ser... y te crece el pelo el doble de rápido.–Noté como al inicio del año tenía el pelo rapado y ahora tenía sus rizos de vuelta.–Pero yo estaré ahí, solo ayúdame en esto, en verdad lo necesito.
—¿Por qué no le preguntas a Sirius?
—Lo conoces. Cuando alguien se le ofrece pocas veces dice que no.–El me miró mal.–Bueno, ahora que es tu novio obviamente dice que no siempre.–Trate de arreglar.
—Solo se tu misma, dejarás de gustarle.–Fue mi turno de mirarlo mal.–Bien... solo aléjate de ella, córtale cualquier esperanza que tenga de volver contigo con sarcasmo y sutiles toques de maldad para que le quede bien claro que no quieres nada.
—Okay, si, suena bien, creo. ¿Tú crees que así me la quite de encima?
—Creo que la pregunta debería de ser si realmente la quieres fuera de tu vida.–Levantó la vista de su libro.
—¿Por qué dirías eso? Sabes lo mucho que me lastimo.
—Lo sé. Pero te conozco hermana, mejor que nadie. Y se que aún te brillan los ojos cuando la ves, algo así como lo que me pasa cuando peleo con Sirius, los ojos nunca mienten porque son una ventana al corazón.
—Hablas como viejito.
—Estas celosa de que yo si tengo novio.
—¡Claro que no, porque yo soy lesbiana!–Me burlé. Aunque tenía cierta razón en sus palabras. No lo del novio, que asco, pero si en lo de salir con alguien.–Tienes razón.
—Mayormente, pero ¿en que tengo razón esta vez?
—Necesito salir con alguien más.
—Creo que lo malinterpretaste.
—No, piénsalo. Así ella se alejará más fácilmente y no tendré que ser mala... no tendré que ser tan mala.
—No harás eso.
—¿Crees que como eres el mayor te haré caso en todo?
—No, sino porque se que en algún lado tienes algo de decencia humana.–El suspiro.–Te conozco Pen, yo sé que nunca harías algo así.
—Lo sé... pero quisiera poder.
—Te lo preguntaré de nuevo, ¿realmente la quieres fuera de tu vida?–Suspire profundamente. Un papel golpeó la parte de atrás de mi cabeza volteamos ambos a verlo. Era un pequeño búho de papel aleteando contra mi. Lo tomé en mis manos y este se deshizo, mostrándome un par de delicias en su interior y una nota.
—Chocolates y brownies.–Noté y los saqué del papel, ambos estaban en vueltos para no manchar la nota.–"Te hice unos brownies, recuerdo que eran tus favoritos cuando estábamos juntas, Lily me ayudó a hacerlos porque sabes que ella es la cocinera. Pd. Incluí un par de chocolates para Remus"–Leí y le di vuelta a los brownies, tenían cubierta de galleta, justo como los amaba, lo recordaba.
—Ya hasta yo me enamoré.–Bromeó Remus mientras tomaba su chocolate y le daba un mordisco. Escuché una risita y mire a la dueña. Con su cabello rubio y su sonrisa burlona, ahí estaba ella, viéndonos, viéndome a mi.
Tomé mis cosas y me fui de ahí sin pronunciar palabra, pensé que me seguiría, pero gracias a Merlin que no lo hizo, porque me hubiera aventando a sus brazos.
[...]
Me preparé para salir en luna llena con Remus, él se había adelantado porque no se sentía nada bien, lo que significaba que sería una noche muy larga.
Los chicos estaban alistándose física y mentalmente. Los cuatro sabíamos cómo se podía poner Remus, y lo agresivo que podía ser, Peter ya llevaba un kit de primeros auxilios de emergencia, solo por si acaso. Además, que él era el más fácil de atrapar, era solo una pequeña rata.
—¿Listos?–Pregunté al aire, esperando que me contestaran.
—Si.–Dijeron por separado. Empezamos a caminar con cuidado de no despertar a nadie en la torre de Gryffindor, ya teníamos cierta práctica en ello. Entramos a la sala común y no me espere lo que encontramos.
Marlene estaba cerca, tal vez demasiado, de otra chica, una chica muy linda, nada como yo. Me quedé como paralizada, sin saber que hacer. Ellas de inmediato sintieron mi mirada y se separaron. Marlene casi corrió hacia mi, pero Sirius y James se acercaron, bloqueándola.
—Déjenme verla par de imbeciles.
—Marlene creo que la única imbécil aquí eres tú.–Le respondió Sirius cruzando sus brazos. Sin importar que ellos fueran amigos antes de mi, ellos siempre me protegerían.
—Black. Muévete.
—No lo haré.
—¿Potter?
—Jamás.–La otra chica pasó junto a nosotros subiendo las escaleras, era de un grado más abajo que nosotros.
—Penny...–Ella murmuró, esperando a que yo dijera algo. Sentí el brazo de Peter abrazándome por los hombros y volví a la realidad. Me sacudí un poco y moví ligeramente a Sirius y James, lo suficiente para ver su cara llena de culpa.–Penny, ella es solo una amiga mía, tienes que creerme, yo...–La detuve poniendo una mano frente a ella y cerrando mis ojos.
—Olvídalo. No necesito explicaciones.
—¡Si las necesitas, yo...!
—No grites despertarás a alguien.–Fue lo primero que dije. Abrí mis ojos de a poco, no quería verla, pero lo necesitaba.–No me debes explicaciones porque tú eres mi ex. Sal con quien quieras, ya no me importa nada.–Ella estaba por hablar pero negué, ella no encontró que más decir como excusa.
—Sabes que yo no quiero ser tu ex.
—Lastima.–Murmuré antes de mirar a los chicos, quien me veían con caras orgullosas. Trate de no reír mucho.–Chicos, es hora de irnos.
—¿A donde van?
—No te incumbe.–Empezamos a caminar.
—Pero me importa.
—No debería. Tú y yo ya no somos nada.–La puerta se cerró detrás nuestro y deje salir un largo suspiro.–Mierda, eso fue difícil de ver...–Ellos me abrazaron y celebraron.
—¡Lo hiciste muy bien Owlie!–Me felicitó Peter.
—Somos unos padres muy orgullosos.–Sirius dramatizó limpiándose unas lágrimas inexistentes y abrazando a James, quien hacía lo mismo. Reí.
—¡Cállense! Me avergüenzan.
—Si, definitivamente es mía. Ahora vamos antes de que Remus destruya más esa antigua casa.
—No creo que eso sea posible, es una pocilga.
Los cuatro bajamos las escaleras cambiantes y salimos del castillo hacia el sauce boxeador. Peter se transformó en la rata para poder presionar el botón de entrada y yo cargue su ropa para que cuando estuviéramos allá no tuviera que salir de ahí desnudo, era un bien para la comunidad.
Escuchamos un aullido cercano y supimos que Remus no estaba bien, que ya era hora.
Entramos al pasadizo que llevaba a la casa de los gritos y nos transformamos ahí en nuestra forma animaga; un búho, un ratón, un ciervo con astas y un perro negro grande como un oso. Dejamos todo y corrimos/volamos hacia dónde provenían los ruidos.
Me pegué varias veces contra las rocas por no haber medido bien el espacio, pero valió la pena.
Todo por ayudar a un hermano.
✶⊶⊷⊶⊷❍⊶⊷⊶⊷✶
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro