Tosió. Su garganta se sentía áspera y seca, como si hubiera aspirado polvo de repente.

- Dónde está, Dream... - Reconoció esa voz al instante.

- ¡Geno! - Gritó para ponerse de pie con dificultad. - T- Tranquilo, Dream no tiene la culpa. - Tosió levemente.

- ¡Death! - Cuantas ganas tenía de salir del agua y ayudarlo a caminar, se veía débil, demasiado débil.

- Déjame ayudarte. - El de ropas amarillentas pasó un brazo por su espalda para que esté derecho. - Me alegra tanto verte. - Sonrió ligeramente. Aún no sabía si era motivo de alegría o no.

El monocromático también se levantó para ayudar al de túnica. - Gracias por sacarme de allí. No me dio tiempo como para decírtelo antes. - Sonrió ladinamente con gratitud.

- No hay de que, no iba a permi- Se interrumpió a si mismo con una tos. - No podía permitir que personas inocentes murieran. - Con ayuda de ambos se sentó el la orilla del lago.

- De inocente yo no tengo mucho jeje. - Era verdad. Había asesinado muchas personas como para que lo denominaran 'inocente'. - Pero gracias por salvar a mi niño, te prometo que te devolveré el favor. -

- ¿Favor? Tómalo como un regalo. - Le sonrió de vuelta. - No me debes nada, me alegra ayudar, eso es todo. - A los ojos de todos, aquel caballero era demasiado noble como para ser parte de la terrible 'Guardia Real'. 

- Death, ¿Estás bien? - El de bufanda se acercó preocupado. - No has dejado de toser desde que apareciste... Es más, ¿Dónde estabas? ¿Te pasó algo? -

Respiró profundamente, ya estaba mejor. - Si, estoy bien, no te preocupes. Estaba en lo que parecía el calabozo personal del Rey, no me pasó nada por suerte, solo un piquete de una aguja con somnífero y un trato con un demonio. -

- ¿¡Espera qué?! ¡¿Un trato con un demonio?! - El menor se acercó a los adultos corriendo. - Señor Reaper, ¿Puede describirme al demonio que vio? - 'Oh no' era lo único que pensaba en ese momento.

- Ammmm... Alto, azabache, con unas marcas en sus mejillas de color turquesa, colmillos verdes y unos cuernos del mismo color, pero no me fijé su ropa. - Terminó suspirando. - ¿Por qué tanta preocupación pequeño? - No entendía su comportamiento.

- . . . ¡Rayos! - Se cubrió el rostro con sus manos soltando un gruñido. Sorprendió a los mayores, ahora no sonaba tanto como un niño, era más como un joven o adolescente. - N- No se preocupen, luego veré como explicárselos todo. - Volvió a su tono infantil. - Ahora lo importante es llevar al señor Cross a la enfermería, sé el camino. - Observó a los cuatro.

- Gracias mi niño. - Esbozó una cálida sonrisa. - Reaper, ¿Puedes caminar? -

- Oh, si, no se preocupen, ya estoy mejor. - Le dio un pequeño beso en la frente y se puso de pie. - Ahora vuelvo cariño. - Le guiñó una de sus cuencas oscuras.

- V- Vale... - Tenía un leve rubor carmesí en sus pómulos. ¿Cómo no avergonzarse de que tu novio te diga cosas cariñosas en frente de más personas? Ocultó la mitad inferior de su rostro en su bufanda. - A- Adiós - Se sumergió maldiciéndose internamente por sonrojarse tan fácilmente.

𝔼𝕟 𝕒𝕝𝕘ú𝕟 𝕠𝕥𝕣𝕠 𝕝𝕦𝕘𝕒𝕣...

- "Esta niña no vale nada, será una carga menos." - Escuchaba aún medio dormida en el hombro de su progenitor.

- "Apenas hay mujeres en este lugar, podríamos venderla por un buen precio." - Decía su madre con voz ronca.

- "Se escapará y vendrá a buscarnos, este sitio no es tan grande como parece." - Suspiró. - "Solo nos queda deshacernos de ella, nos ahorraremos mucho dinero y las peleas con los depravados que vienen a buscarla. Hay que asumir lo peor siempre, es mejor matarla." - ¿Matarla? Se estaba despertando por la adrenalina que recorría su cuerpo al escuchar esa frase.

'Crack'.  Todo se volvió oscuro de nuevo mientras se encontraba tendida en el suelo mientras su consciencia se apagaba lentamente.

¿Cuánto tiempo estuvo allí? ¿Días, horas, podrían ser semanas? Quién sabe en realidad, no es como si nadie se hubiera quedado ahí o alguien la hubiera ayudado. Lentamente abrió sus cuencas, todo su cuerpo le dolía. Sus articulaciones, su cabeza, veía mal. 

El mundo dejó de girar incesantemente para sentir mil alfileres clavados en su vientre y en su cráneo, obligándola a soltar un pequeño quejido. Su vista era borrosa solo observaba algo púrpura envolviéndola mientras se movía serenamente. Al fin pudo sentarse.

- ¡Hmm! - Sintió como la olfateaban de arriba a abajo. - ¡Sabía que no estabas muerta! - Una franja de saliva cruzó su pómulo.

- ¿Pero qué? - Enfocó bien la sombra, era algo así como, ¿Un perro? Batía feliz su larga cola con una sonrisa en su rostro. - ¿Cuánto tiempo estuve aquí? - Observó que su vestido estaba rasgado al igual que su calza.

- Oh, Ammmmmmm... unos cuantos meses si mal no me acuerdo, lo bueno es que te encontré antes de que te llevaran o te hicieran algo, vine todos los días para cuidarte, tenía el presentimiento de que seguías con vida y no fallé. - Sus ojos se iluminaron, era como un cachorro contento por ver a su amo. - Unos hombres querían desvestirte por razones no aptas, otros querían enterrarte, te protegí de todos ellos. - Dijo orgulloso.

- ¿Tú? ¿Pero por qué? - No le veía sentido, ¿Acababa de resucitar gracias a un perrito?

- Si si, te vi mientras buscaba comida en el bosque, me acerqué y te olfateé, tu aura era particular, nunca había sentido algo así. Los que venían pensaban que estabas muerta- Fue interrumpido.

- ¿Cómo pensaban que estaba muerta? ¿Acaso los monstruos se quedan con su cuerpo como los humanos? ¿Qué no nos hacíamos polvo? - Su cabeza estaba llena de dudas. Aún veía esa cosa morada pero no le tomó importancia, quería saber que había pasado, que LE había pasado y porqué.

꧁☆☆ＦＩＮ ＤＥＬ ＣＡＰÍＴＵＬＯ☆☆꧂

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