~♩♪♫ 【✌︎⍓︎◆︎♎︎♋︎📬︎📬︎📬︎】♩♪♫~
𝙲𝚘𝚗𝚝𝚎𝚗𝚒𝚍𝚘 +𝟷𝟾 ¡𝚀𝚞𝚎𝚍𝚊𝚜 𝚊𝚍𝚟𝚎𝚛𝚝𝚒𝚍𝚘!
Abstenerse personas sensibles. Se tratará un tema realmente delicado de una manera demasiado gráfica y descriptiva, por favor, márchate si no quieres leer esto.
𝕋𝕙𝕖 𝕤𝕥𝕠𝕣𝕪 𝕓𝕖𝕘𝕚𝕟𝕤 𝕚𝕟: 𝟙𝟘, 𝟡, 𝟠, 𝟟, 𝟞, 𝟝, 𝟜, 𝟛, 𝟚... ¡𝟙!
𝕋𝕠 𝕝𝕒𝕥𝕖 𝕥𝕠 𝕘𝕠 𝕓𝕒𝕔𝕜 𝕟𝕠𝕨
Sangre... El color carmesí teñía las sábanas blancas. Estaba perdiendo a su bebé.
- ¡Para! ¡Haz que pare por favor! - Gritaba preocupada, no podía pasar por eso, no de nuevo.
- Una vez que ya empezó el sangrado, el aborto es irremediable, Jenna - La mujer observaba apoyado en el marco de la puerta como se desangraba. No tenía expresión alguna, era una página en blanco.
- ¡No! ¡¡Si quieres desquitarte conmigo hazlo, pero sálvalo, por favor!! - Su llanto era desgarrador, penetrante hasta el alma.
- Lo lamento mucho, pero tienes que aprender a no meterte con las personas equivocadas cariño - Su rostro no se desfiguraba, en ningún momento mostraba remordimiento o dolor por ambos seres humanos.
- No... Esto no puede estar pasando... - Ya no tenía fuerzas. Su vientre se empujaba hacia abajo, sintiendo como el feto descendía mientras ella solo podía mirar atónita.
- Es una lección que de seguro se te quedará grabada en tu mente. Tu arruinas mis planes y yo arruino tu vida, ¿Capiche? - Ahora mostraba una ligera sonrisa, sin desprender la mirada del agonizante espectáculo ante sus ojos.
- Ngh... Por favor... - Sus pulmones se cerraban. El pequeño niño de 3 meses ya no tenía esperanza.
- Es mejor que te vayas despidiendo, no creo que sobreviva mucho más - Se acercó a ella, sentándose en el borde de la cama. - Me enteré que abortaste otro bebé, debió ser mejor que este, que pena. Un coche te atropelló y el resto es historia -
Fuertes contracciones se hicieron presentes. Coágulos de sangre salían de su intimidad.
- Pero... Como... - El dolor era punzante, una apuñalada era mejor que la tortura sádica que se le era realizada.
- ¿Como supe lo del auto? Contactos, contactos por todos lados - Rió levemente - Y si preguntas como te estoy haciendo abortar y como estás consciente, eso te lo explico querida. - Destapó a la chica, quitándole las prendas de la parte inferior de su cuerpo manchando aún más la colcha.
- Ayuda... Me... - Súplicas era en lo único que podía pensar en esos instantes. Su estómago aún estaba abultado, se podía ver como se retorcían todas sus entrañas.
Le retiró también las ropas superiores, quedando solo en sujetador. Acarició suavemente su torso. - Apuesto a que tendría unos bellos ojos cafés, tal como su madre - Agarró su rostro con una mano, las lágrimas escurrían a por montones. - Fue fácil realmente, te di unas pastillitas llamadas Misoprostol, estaban diluidas en el refrescante jugo de naranja que tomaste, por eso tenía azúcar de más, no le hiciste ni caso. -
- Y- Yo... - Su boca fue tapada.
- Shhh... Que aún no termino - Tomó una bocanada de aire para continuar - Bueno, ya sabía que tu niño tenía 3 meses, pero quería verte sufrir y coloqué más píldoras. El problema era que te ibas a desmayar con la cantidad que puse, hasta que una idea vino a mi mente, pastillas para no dormir. Brillante, ¿No? Compré unas cápsulas de Armodafinil y las hice polvo, las rocié en tu sandwitch y ¡Ta-Chan! Estás vivita y coleando para padecer todo. No hacen falta los aplausos. - Retiró su mano de la cavidad contraria.
Iba a vomitar, su cabeza estaba dando vueltas pero no caía inconsciente haga lo que haga.
- Tranquila, no te dormirás. Déjame ponerte una almohada, así verás como tu hijo nace al mundo, mejor dicho, muere. -
Su cuello ahora se encontraba inclinado, teniendo una buena vista de su entrepierna y el inmenso charco de sangre a su al rededor. Retorcía de dolor, gritando y pidiendo por auxilio.
Pronto sintió un pinchazo, parándola en seco.
- ¡Uy! Una pared del endometrio ya cayó, cuando se desprenda la próxima, tu hijo estará en caída libre en el útero, creo que imaginas que pasará después - No disimulaba su emoción, se notaba feliz. - Al fin podré ver a un niño que nazca gracias a mi. Cuando trabajaba en el hospital, nunca me dejaron entrar a las salas de maternidad, ¡Esto es genial! -
- ¡Ahhhh! - Sus músculos se tensionaban, trataba de cerrar las piernas pero algo la detuvo.
- Nope, no va a pasar - La peliroja se colocó en medio de las extremidades, obligándola a abrirse, agarrándola de los muslos.
La expulsión de coágulos apenas iniciaba. Cada vez eran más grandes y más dolorosos.
Mordía su labio en desesperación de calmar el ardor en sus interiores. Se hizo encima, era como si no podía controlar lo que ocurría con ella misma.
- Fase 2 cariño, ya casi está, solo puja - Una sonrisa más amplia se formó.
- ¡¡¡Ngh... Ahhhhhhhhh!!! - El pequeño bulto que sobresalía casi no era notorio. Sus abdominales y diafragma se dirigían solos, presionando y haciendo más rápido el descenso del niño.
Simplemente insufrible. Agua parecía emanar de su útero al exterior.
- La bolsa que recubría a tu bebé estalló, en unos minutos estarás libre de ese estorbo -
Pujaba y pujaba sin su consentimiento, el rojo se convertía en un tono más intenso. Respiraba con dificultad, las lágrimas que inundaban sus ojos le nublaban la vista, solo distinguía el color carmesí y la horrible tortura que padecía, rogando no morir y que de una manera milagrosa su niño esté bien.
Nada... Un pesado suspiro salió de su boca, las gotas saladas dejaron de caer mientras ella miraba a la nada con una expresión neutral.
- ¡Bravo! Fue un increíble acto, eso fue música para mis oídos - Le limpió las lágrimas restantes con una sonrisa.
De pronto toda la agonía desapareció, no sentía nada. Giraba sus orbes tratando de buscar algo, hasta que lo encontró.
Aquel pequeño que esperaba con tanta ilusión, aquel al que su vida dedicó y quería criar con amor, ya no estaba, se había ido de sus manos.
- Déjame botar esto por ti - Levantó al feto y a la placenta con sus manos, dirigiéndose al baño.
Quería protestar, gritarle a que ya no tenía ningún derecho a retirar el cadáver del infante pero no salió sonido alguno de sus cuerdas vocales, era como si la hubieran callado con un control remoto.
- Te vas a quedar aquí unas horas querida. Lamento que no sea un servicio express, pero aún expulsarás coágulos, vomitarás, tendrás diarrea, mareos, lo típico - Le dejó su ropa en el pie de la cama - El baño es aquí a la vuelta, no hace falta que te vistas porque no hay nadie más aquí. Además, mancharías tu ropa y yo no tengo para darte - Quitó la única prenda de la chica, quedando totalmente desnuda. - Es mejor no ensuciar esto también, si no tengo ropa para prestarte, menos tengo un sujetador de copa tan pequeña - Agarró sus atributos orgullosa. - Adiós querida, vuelvo en una hora más o menos, tengo asuntos que atender. Espero que puedas dormir, necesitas una buena noche de descanso - Se retiró. Se marchó como si nada hubiese ocurrido, como si no fuese una asesina.
Lentamente se abrazó las piernas, asimilaba todo lo que ocurrió en un lapso tan corto de tiempo. Su vida era más que injusta, su hijo no se merecía aquella horrorosa muerte.
- Y todo fue por tratar de ayudar... Solo quería ayudarte... Antoine... - Llamaba a su amigo de la infancia, recordando todos esos momentos que pasaron juntos, disfrutando sin preocupaciones.
Poco a poco pudo cerrar sus cuencas, quedándose dormida. Quería que la tierra la tragase, se sentía repugnante y dolida.
La vida nunca es justa para nadie... Menos si eres mujer...
Palabras: 1281 palabras
Dios mío, si que fue muy fuerte, incluso para mí.
Perdón por este one-shot, pero realmente quería hacer algo así, algo sangriento y descriptivo.
No se enojen conmigo, por favor, que también me dolió escribir esto hasta el final.
Espero que no se hayan traumado al menos, y que no dejen de leer mis historias y seguirme por esto ;-;
Bye bye viajeritos, nos leemos la próxima
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro