TWO
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Estar nuevamente en el instituto era realmente una mierda.
Mucha gente me agobiaba, en especial las que se creen inalcanzables, o sea, los populares. Esos solo presumen de su belleza, talento o riqueza.
En cambio yo solo voy a presumir mi nuevo look.
—¡OMAIGAUD! ¿Pero a dónde tan queen? —Taehyung dramáticamente hace como que va a desmayarse. Reprimo una risa.
—Tae, el inglés no es lo tuyo —le digo divertida.
—No me lo recuerdes. La profesora Lee me dijo que si en este semestre sigo sin ir a sus clases me va a reprobar. Que hija de puta. ¿Por qué tanta insistencia con el inglés? —se queja con los brazos cruzados y una expresión de fastidio en el rostro.
—Quizás porque es un idioma universal, bruto —Jimin le da unos golpes en la cabeza a Taehyung y yo solo ruedo los ojos.
—¿Serás animal? —grita enojado a lo que yo decido interrumpir la posible pelea que se va a desatar aquí.
—¿Pueden dejar el escándalo? Es mi regreso a este lugar y ustedes ya quieren que me haga notar. Serán idiotas.
—Aquí la que va de escándalo eres tú amiga mía. ¿Peliazul, en serio? —asiento totalmente orgullosa de mi nuevo color de pelo.
—Combina con el uniforme —alzo mis hombros y ellos se quedan mirándome de pies a cabeza. —¿Qué? ¿Estoy tan buena? —pregunto al no tener palabras de su parte.
—El uniforme es amarillo, subnormal. ¿Eres alegría la de Inside Out? —frunzo mi ceño ante la comparación de Jimin y decido darle un manotazo en el hombro.
—Estás muy graciosito, payaso. Ya quisieras tener mi look —ondeo mi pelo de forma exagerada y camino hacia mí respectiva aula.
—Oh por favor Soyeon, no me digas que no te pareces a ese personaje. Que putada que el primer día luego de un año sin ir al colegio ya vengas con ese color de pelo —habla Tae y también lo miro mal antes de proporcionarle un certero golpe en el estómago. —¡Auch! ¿Pero qué hice?
—Ser estúpido. Eso hiciste —respondo.
—¡Hey, alegría! ¡Aún no estamos en Halloween! —apreté mis puños al escuchar a un idiota en el pasillo. Me giro hacia él y camino hasta quedar cerca. Fruncí el ceño al notar lo feo que es.
Hay que ver lo fea que es la gente hoy en día.
—Si ya lo creo. ¿Por qué te disfrazaste de fantasma entonces? Nadie te está haciendo caso cariño. Vete a bañar, asqueroso. Apestas al pantano de Shrek —algunos de los que estaban cerca viendo el show soltaron un sonoro "uuuuh" al que intentó meterse conmigo.
Sonreí triunfante y volví con mis amigos.
Entramos charlando al aula y nos sentamos en las últimas mesas, como siempre. Gracias al cielo, no perdí un año del instituto porque me dieron la oportunidad de pasarlo en el hospital. Profesores incluso iban a darme clases y hacerme las pruebas y tal por lo que logré pasar al último año de la maldita vida escolar.
Porque obviamente yo no iba a estudiar en la universidad. Mucho estudio para mi pobre ser.
Miro alrededor entonces cuando dejamos de hablar por unos minutos. Las mismas caras de siempre. Mis queridas compañeras (nótese el sarcasmo) que solo piensan en maquillaje y chicos. Los demás, el nerd que se sienta en la primera mesa, los chicos "guays" de la clase; en realidad son muy patéticos y otros que no recordaba.
En realidad no recordaba a casi nadie. Tampoco es que alguna vez crucé palabras con ellos.
—Chicos —llama la atención el profesor y todos nos arreglamos en nuestros lugares. —Este año tenemos nuevamente a nuestra querida Kim Soyeon. Espero que la hagan sentir como siempre y bla bla bla —solté una carcajada y recordé que este profesor es de los pocos que me caían bien. En realidad es el único.
Todos entonces se giraron para verme. ¿Acaso soy invisible y no me vieron antes? Mi color de pelo es bastante llamativo.
Levanté una ceja y solté un bufido ante el exceso de atención.
—Dejen de mirar, inútiles —y dejaron de hacerlo apenas se los dije.
Se sentía genial intimidar a las personas. Me encanta.
No atendí para nada los primeros minutos de la clase. Los chismes en las redes sociales estaban más interesantes.
No fue hasta que alguien entró al aula que desprendí mi mirada del celular.
—Jungkook. Que alegría verte por estos lados. ¿De paseo? —el profesor mira al nombrado con los brazos cruzados al igual que todos nosotros observamos la escenita.
—En realidad de pasada. ¿Puedo sentarme? —preguntó con una sonrisa confiada mientras se acomodaba la corbata del uniforme. El tipo desprendía un aura de suficiencia que me daba pereza solo de verlo.
El profesor suspiró y asintió con una ligera sonrisa. Parecía un poco resignado, como si ya conociera las ocurrencias de este idiota. El tal Jungkook recorrió el aula con la mirada hasta que se detuvo en mí, o más bien, en mi cabello. Sus labios se curvaron en una sonrisa burlona que me dio ganas de darle un buen golpe.
—Vaya. Pensé que los pitufos eran solo un mito —soltó, atrayendo algunas risas de los curiosos en el salón.
Lo miré con una ceja alzada, cruzando los brazos mientras apoyaba mi espalda contra la silla. No le iba a dar el gusto de que me molestara. A este tío no lo conocía, pero ya me caía como una patada en el estómago.
—Y yo pensé que los tipos sin cerebro eran solo personajes de caricatura, pero mira por dónde apareciste tú —le respondí, con una sonrisa de lo más falsa.
Su sonrisa se amplió, claramente divertido con mi respuesta. Se encogió de hombros y se dirigió a un asiento vacío cerca de los populares, a quienes saludó con un gesto de la mano antes de sentarse.
Genial, justo lo que me faltaba para mi glorioso regreso: un payaso más en la clase.
Volví a enfocarme en mi celular, aunque por el rabillo del ojo notaba que Jungkook de vez en cuando me lanzaba una mirada curiosa. Como si estuviera analizando si iba a volver a lanzarle algún comentario sarcástico o si me quedaría en silencio. Decidí ignorarlo.
Lo último que necesitaba era darle importancia a otro idiota más.
El resto de la clase pasó sin mayores incidentes, aunque el tipo siguió lanzando alguna que otra broma cada vez que el profesor mencionaba mi nombre. Estaba claro que Jungkook se pensaba el alma de la fiesta.
—Menudo payaso —murmuró Taehyung cuando sonó la campana, y yo asentí con una sonrisa.
—No sé por qué lo soportan. Si fuera yo ya le habría puesto una zancadilla al salir —respondí, bromeando. Aunque, pensándolo bien, no era mala idea.
—Jungkook siempre se cree el centro del universo. En serio no lo soporto —Jimin opina y justo después de eso el mencionado pasó por nuestro lado, lanzándome una sonrisa buelona una vez más.
Decidí que ignorarlo sería mi mejor arma.
Salimos del aula entre risas, mientras yo me prometía que este año nadie me iba a aguar la fiesta. Menos un imbécil que se cree gracioso como Jungkook. Este era mi momento para disfrutar de mi tan merecida libertad, y nadie me lo iba a arruinar.
Aunque algo me decía que Jungkook y yo nos íbamos a cruzar más de lo que me gustaría.
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𝐘𝐚 𝐬𝐞́ 𝐪𝐮𝐞 𝐝𝐢𝐣𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐥 𝐝𝐨𝐦𝐢𝐧𝐠𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐩𝐚𝐬𝐨̀ 𝐡𝐚𝐛𝐫𝐢́𝐚 𝐚𝐜𝐭𝐮 𝐝𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐦𝐞 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐥𝐢𝐪𝐮𝐞́ :(
𝐀𝐪𝐮𝐢́ 𝐧𝐨𝐬 𝐯𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐚𝐝𝐞𝐧𝐭𝐫𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐞𝐧 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬 𝐞𝐥 𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐚𝐥 𝐞𝐬𝐜𝐞𝐧𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚. 𝐄𝐬𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐥𝐞𝐬 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐞 𝐲 𝐧𝐨𝐬 𝐥𝐞𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐞𝐥 𝐩𝐫𝐨́𝐱𝐢𝐦𝐨 𝐝𝐨𝐦𝐢𝐧𝐠𝐨 😊
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