34.
𝘾𝙤𝙣 𝙪𝙣 𝙨𝙪𝙨𝙥𝙞𝙧𝙤 𝙨𝙤𝙢𝙣𝙤𝙡𝙞𝙚𝙣𝙩𝙤, 𝙖𝙗𝙧𝙞́ los ojos lentamente, solo para ser recibido por una oleada de molestia aguda que se extendía desde mi cuello hasta mis hombros.
Con un gemido de incomodidad, intenté enderezarme, pero mi cuello crujía dolorosamente en protesta por la posición incómoda en la que había dormido. Cada movimiento era como una punzada eléctrica, recordándome la mala elección que había hecho al dejarme llevar por el cansancio sin ajustar mi posición. Con cuidado, masajeé el área adolorida algo desorientado por no saber que hora era con exactitud.
Anoche nuevamente me puse a investigar las posibles conexiones que tenía Jihee con varias personas que podrían estar ayudándola a consta de dinero. Es increíble contemplar cómo la avaricia puede transformar incluso a las personas más íntegras en títeres de la corrupción. La seducción del lucro fácil y rápido lleva a individuos a vender su integridad, traicionando confianzas y compromisos por unos cuantos billetes. Ya sea en los altos círculos del poder político o en las calles de la vida cotidiana.
Por eso ella estaba teniendo tanto poder, por la misma razón ella podía hacer y deshacer a su antojo.
Estiré mi brazo intentando encontrar mi celular, pero no estaba en la mesa. Me incorporé lentamente soltando otro gemido de dolor y miré a mi alrededor mientras me sumergía en la vorágine de pensamientos y emociones, un eco resonaba en mi mente, recordándome las palabras de Soohyun. Su voz, cargada de decepción y dolor, resonaba como un eco en mi conciencia, recordándome lo mucho que había fallado como pareja.
He fallado en dejarla de lado y he fallado al no mencionarle nada cuando nunca le he guardado ningún secreto. Pero me repetía una y otra vez que no podía permitir que le hicieran daño, la protegería siempre que tuviera oportunidad.
Vi mi celular tirado en el suelo y me levanté a buscarlo, para percatarme que estaba sin batería. Caminé a paso lento hasta mi habitación para conectarlo al cargador y encendí la televisión.
Bufé al darme cuenta que solo pasaban tragedias. Habían atropellado a una persona y se podía observar a mucha gente observando la escena del vehículo chocado en un poste de luz. Arrugué mi frente al caer en cuenta que esa calle no estaba muy lejos de aquí.
Un nudo se formó en mi estómago, como una advertencia silenciosa de que algo no estaba bien. Traté de descartar ese presentimiento como paranoia, pero persistía, creciendo en intensidad con cada latido de mi corazón.
Encendí mi celular lo mas rápido posible para ver muchas llamadas perdidas de Soohyun en él y eso solo logró intensificar mi malestar. Quizás solo estaba siendo paranoico, no había sucedido nada malo y ella se encontraba trabajando a estas horas.
Quise ir a ducharme para despabilar un poco, agarrando fuerte mi estómago que no había dejado de doler. Me sentía extraño, quizás un resfriado me estaba atacando, quizás mis defensas estaban bajas por haberme despreocupado de mí.
Pero ya era mediodía y el malestar no quería abandonarme. El mal presentimiento que se apoderaba de mí no me daba tregua, y a medida que el día avanzaba, la necesidad de verificar el bienestar de Soohyun se volvía abrumadora. Cada latido de mi corazón resonaba con la urgencia de asegurarme de que estuviera a salvo, de que nada malo le hubiera ocurrido.
Era como si de pronto un mar de ansiedad me atacara.
No quise perder mas tiempo para tomar mis llaves del vehículo y bajar hasta el estacionamiento para ir hasta el trabajo de ella, por mas irracional que pudiera ser el impulso debía asegurarme de que todo estaba en orden.
Quizás ella no quiera verme luego de nuestra primera discusión. Pero con tan solo asegurarme de que ella estaba bien, podría volver a una normalidad en mí.
Caminé con paso decidido cuando llegué a mi destino y troté hasta llegar a la recepción de Dolce Italia, en donde una rubia me observaba con curiosidad.
—Hola, disculpa que mi visita sea tan repentina, pero quería saber... — ladeé mi cabeza buscando las palabras adecuadas. — ¿existe la posibilidad de que Park Soohyun venga un momento?
Ella me observó detenidamente para negar con su cabeza.
—Disculpe, pero ella no se presentó a trabajar hoy.
—¿Cómo? — El miedo se apoderó de mí como un vendaval, arrastrando consigo cualquier atisbo de calma o racionalidad. — ¿no está aquí?
—No, señor...
Mi mente quedó en blanco por un momento intentando procesar lo que acababa de mencionar. Soohyun nunca ha faltado a su trabajo, ella aunque esté muy cansada o enferma siempre cumple con sus responsabilidades laborales, entonces que me diga que ella no se había presentado a trabajar, es que definitivamente algo estaba mal.
—Muchas gracias...
El dolor de estómago solo se intensificó, llegando al punto de retorcerme del dolor. Respiré profundamente intentando calmar mis nervios y salí de ahí para ir directamente a la zona del accidente.
El corazón me dio un vuelco al llegar al lugar, apenas a unas cuadras del departamento. La escena estaba envuelta en una atmósfera tensa y sombría, con el área acordonada y una presencia policial notable. Un escalofrío recorrió mi espalda al acercarme y notar los rastros de sangre aún visibles en el suelo.
Cerré los ojos por un momento, luchando por mantener la compostura y contener las emociones tumultuosas que amenazaban con desbordarse.
—Disculpe...
Mi voz salió muy baja cuando vi a un policía cerca de mí.
—No puede estar aquí, estamos trabajando en una investigación. — respondió de manera dura.
Aclaré mi garganta.
—Lo siento, sé que puedo entorpecer, pero necesito saber en donde fue llevada la persona afectada.
—¿Eres familiar? — abrió sus ojos. — su celular quedó destruido, no pudimos llamar a nadie. Solo tengo sus documentos, pero tiene que ser un familiar de la persona para poder entregarlos.
—Mi novia no se presentó a trabajar y... — volví a tomar mi estómago y respiré profundamente. — no me contesta las llamadas ni mensajes, señor. Yo... necesito saber si...
El policía me miró con comprensión en sus ojos, como si pudiera sentir la angustia que me consumía por dentro.
—Park Soohyun, fue llevada al Hospital Nacional de Seúl. — me mostró el documento en donde salía ella.
Y fue todo lo que tuvo que decir para que todo se paralizara a mi alrededor.
Un nudo se formó en mi garganta mientras absorbía la noticia, luchando por asimilar la magnitud de lo que acababa de escuchar. Me agaché no aguantando más el dolor y mi corazón latiendo desbocado dentro de mi pecho.
—Ella... ¿ella está bien?
Mi voz salió tambaleante. El miedo siempre había sido un compañero constante en mi vida, pero la primera vez que lo experimenté de verdad fue cuando recibí la noticia de que mamá había muerto. Aquel día, sentí que el mundo se derrumbaba a mi alrededor, que todo lo que conocía y amaba ya no estaría más. El miedo se apoderó de mí, retorciéndome el estómago y nublándome el juicio.
Ahora, al enterarme de que Soohyun estaba en el hospital por un accidente, el miedo volvía a instalarse en mí con una intensidad devastadora. Era como si el pasado se repitiera, como si estuviera reviviendo aquel momento de angustia y desesperación una vez más.
¿Cómo iba a enfrentar la posibilidad de perder a otra persona importante en mi vida?
—Estaba inconsciente cuando llegó la ambulancia, tuvo un golpe fuerte en su cabeza. Ahora no sabemos nada, la persona que iba en el vehículo falleció debido a sus lesiones, estamos intentando averiguar que pasó, si iba con alcohol en su sistema, si falló algo en su auto, si iba a exceso de velocidad por otro motivo... — explicó entregándome las pertenencias de mi novia. — estamos trabajando, ahora ve por ella, debes saber como está.
Me levanté acercando las cosas a mi pecho para abrazarlas con fuerza y asentí.
—Gracias, señor.
Corrí hasta mi auto con pasos apresurados, casi tropezando en mi afán por llegar lo más rápido posible al hospital. Cada segundo que pasaba parecía una eternidad, y la distancia hasta mi destino parecía infinito.
Con las manos temblando ligeramente sobre el volante, me repetía una y otra vez que todo estaría bien, que Soohyun saldría de esto sin ningún daño grave. Porque si algo le sucede, no sé que sería de mí.
Todo lo que habíamos tenido que pasar para llegar a un punto en que ella finalmente me viera con otros ojos, para que ella se enamorara de mí y estar sufriendo esto era totalmente injusto.
¿Por qué no podíamos ser felices?
¿Por qué no puedo ser feliz junto al amor de mi vida?
La ira comenzó a brotar dentro de mí como una hoguera avivada por el viento. Con cada pensamiento, la rabia se intensificaba, convirtiéndose en una fuerza descontrolada que se apoderaba de mi ser. Golpeé el volante con fuerza, dejando que el sonido de mis nudillos chocando contra la superficie metálica.
Sentía como si estuviera al borde de un precipicio, luchando por mantener el equilibrio entre la necesidad de protegerla y el deseo desesperado de estar a su lado.
Pero a medida que la ira se desvanecía lentamente, dejando lugar a un profundo dolor y tristeza, me di cuenta de que no tenía otra opción más que hacer lo que fuera necesario para asegurar su bienestar. Aunque me desgarrara por dentro, aunque no es lo que quisiera, porque aunque mi corazón se retorciera de dolor, su seguridad era prioridad para mí.
Y estaba completamente seguro que esto había sido orquestado por Jihee.
Llegué al hospital tan rápido como me fue permitido, estacioné tan mal el vehículo que de seguro me ganaría una multa, pero eso no me importaba. Corrí hasta la entrada y miré a mis alrededores buscando la recepción.
—Hola, soy familiar de Park Soohyun. Tuvo un accidente esta mañana, yo necesito saber su estado de salud, necesito...
—Tranquilo. Su estado es reservado por el momento, no puedo darle mas información al respecto hasta que salga el médico que está a cargo de ella.
—¿Puedo verla? Necesito verla, solo un momento, por favor...
—No puedo hacer eso, señor. — me dio una mirada de lastima. — puede venir en tres horas más.
—¿Tres horas? Yo necesito saber si ella está bien ahora, no en tres horas más. — la molestia se estaba apoderando de mí. — ¿puede llamar al doctor? ¿O debo contactarme con el director de este hospital?
No quería ser un idiota prepotente, pero no tenía mas opción. Ella respiró profundamente para levantar su teléfono y comenzar a marcar mirándome fijamente.
En menos de cinco minutos vi a un señor caminando en mi dirección.
—Hola, mucho gusto, soy el doctor Kim Minho.
—El gusto es mío. — le devolví el saludo. — ¿me podría dar información de mi novia? Estoy totalmente desesperado, por favor. Ella no tiene a nadie mas que a mí, necesito saber que... está bien, por favor, dígame que está bien...
—Ella milagrosamente está bien. Aún está inconsciente por el golpe, pero la tomografía reveló que no tiene hematomas, hemorragias o lesiones en su cerebro que era lo más preocupante. Es increíble como después de un accidente de esa magnitud saliera ilesa, ninguna fractura, absolutamente nada. — golpeó mi hombro.
Y cuando finalmente escuché las palabras que tanto ansiaba, un alivio abismal recorrió todo mi ser. Fue como si un peso gigantesco se hubiera levantado de mis hombros, liberándome de la carga aplastante de la preocupación y el miedo.
—¿Puedo verla?
—Sí. Pero solo unos minutos, debe seguir en observaciones.
—Gracias, gracias, gracias... le agradezco mucho su trabajo.
El me sonrió para avanzar hasta el elevador y yo lo seguí sin perder mas tiempo. Llegamos al piso tres, que era la zona de urgencias.
—Habitación 203, chico.
Le hice una reverencia y le agradecí nuevamente. Mis piernas estaban temblorosas y cuando estuve fuera de la habitación, la abrí con miedo. Ella estaba dormida con una gran venda en la cabeza y un nudo se formó en mi garganta y las lágrimas comenzaron a emerger, imparables sin poder conterme más. Todo lo que había aguantado desde que me enteré del accidente hasta este momento se desbordó en un torrente de emociones incontrolables.
La vista de Soohyun herida y vulnerable desgarró mi corazón en pedazos y el peso de la culpabilidad me aplastó con una fuerza abrumadora. Saber que ella estaba sufriendo, saber que su dolor era en parte por mi culpa, era más de lo que podía soportar.
Me acerqué a ella con cuidado, sintiendo cada latido de mi corazón resonar en mis oídos. Con manos temblorosas, alcancé la suya y la sostuve con ternura, para besarla suavemente. Las lágrimas seguían cayendo, lágrimas de arrepentimiento, de tristeza, de impotencia.
—Nada malo te volverá a suceder, mi amor. — limpié mis mejillas para acercarme a su rostro y besar su mejilla con cuidado extremo. — te prometo que estarás bien y nadie volverá a hacerte daño. Te amo, te amo mucho, mi brujita.
Durante mucho tiempo, mi corazón había sido como un bloque de hierro, resistente e inquebrantable. Había aprendido a cerrarlo por tantas desilusiones, a protegerlo del dolor y la vulnerabilidad que amenazaban con invadirlo.
Pero entonces llegó ella, la chica que quería sociabilizar, la que quería ser amable y todo cambió.
Desde el momento en que la conocí, su presencia había comenzado a desarmar las murallas que había construido alrededor de mi corazón. Sus palabras de aliento y su apoyo incondicional me hicieron sentir amado y valorado de una manera que nunca antes había experimentado.
Con el tiempo, me di cuenta de que mi corazón ya no latía solo por obligación, sino que latía por ella. Latía por la alegría que ella me traía, por la felicidad que compartíamos juntos, por el amor que crecía en mi cada día por ella.
Soohyun se convirtió en el centro de mi universo, la razón por la que mi corazón latía con fuerza y determinación. Con ella a mi lado, descubrí que no tenía miedo de abrirme, de ser vulnerable, de dejar que mi corazón sintiera y amara con toda su fuerza.
Ahora, mi corazón ya no es de hierro, sino de carne y hueso, latiendo con pasión y dedicación solo por ella.
Y es por la misma razón que debía dejarla y protegerla.
—Nada ni nadie volverá a hacerte daño. — reiteré para besar su mano nuevamente y salir de ahí con una presión en mi pecho.
Le pedí al doctor que me informara cualquier cosa respecto a ella. Y salí del hospital para ir hasta la empresa. No perdí tiempo, no miré a nadie cuando entré directo a mi objetivo.
—Usted no puede estar aquí, joven Jeon...
Ignoré las palabras de la secretaria de Jihee. Con determinación grabada en cada fibra de mi ser, entré en la oficina de Jihee sin siquiera detenerme a tocar la puerta. Mis pasos resonaron con firmeza en el suelo mientras avanzaba hacia ella, ignorando cualquier mirada curiosa que pudiera cruzarse en mi camino.
Jihee levantó la vista de su escritorio, sorprendida por mi entrada abrupta y sin anunciarse. Observé cómo su expresión inicial de sorpresa se transformaba en una sonrisa malévola.
—¿Qué haces aún aquí? Te dije que no quería volver a ver tu rostro...
—¿Por qué lo hiciste? — la interrumpí sintiendo nuevamente el enojo reinar en mí. — ¿por qué quieres hacerle daño a ella?
—¿Yo le estoy haciendo daño? Tú eres participe de esto, querido. Te di las opciones y tú has ignorado todo, ¿pretendes que me quede de brazos cruzados viendo que aún quieres entrometerte en esto? — su voz estaba cargada de sarcasmo.
—¿Quieres pasarle un maldito auto por encima, eh?
—Yo solo mandé a su linda madre por ella. — se encogió de hombros, riendo. — ella fue quien hizo todo el trabajo mientras yo estoy aquí, tranquilamente, disfrutando del puesto que me fue otorgado.
—¿Mandarse a esa mujer? ¡¿Estás loca?! — inquirí furioso al enterarme que ella tuvo que pasar por ese momento sola. — déjala en paz...
—Pides y pides, pero no das, Jungkook. Tengo tantas cosas pensadas, ¿qué tal que ahora quede sin trabajo? O podemos ponernos más agresivos y...
Ella definitivamente tenía un problema y no sabia como remediar esta situación.
Con el orgullo hecho trizas, me arrodillé ante ella, dejando de lado cualquier vestigio de dignidad en un acto de pura desesperación. Mis manos temblaban y cerré mis ojos.
—Por favor, Jihee. — murmuré, luchando por mantener la compostura mientras el peso abrumador de la situación se apoderaba de mí.— No le hagas daño. Ella no tiene nada que ver con todo esto. Por favor, te lo ruego...
Podía sentir su mirada penetrante clavada en mí, evaluándome con una mezcla de desdén y satisfacción por haberme puesto de rodillas ante ella. Abrí mis ojos, sintiéndome vulnerable y expuesto, pero sabía que tenía que hacer todo lo posible para proteger a Soohyun, incluso si eso significaba tragarme mi orgullo y humillarme.
—Siempre quise verte así, de rodillas, suplicando, que satisfactorio fue. — rió poniéndose de pie. — ¿me darás algo, Jungkook?
—Me iré del país. Haré lo que pediste, pero no le harás daño a ella. La dejarás en paz, ella no existirá para ti.
Una sonrisa triunfal se formó en sus labios y aplaudió con gracia.
—Nos estamos entendiendo, querido Jungkook.
Me puse de pie lentamente, con un peso enorme en mi cuerpo.
Por fuera, mi semblante permanecía impasible, pero por dentro, sentía como si estuviera al borde del colapso emocional. Soohyun era mi todo, mi razón de ser y la idea de dejarla atrás, de abandonarla en medio de la tormenta, era demasiado dolorosa de contemplar.
—¿Es un trato?
—Es un trato.
—Bien. — respondí apretando mis puños. — te digo que si rompes el trato, si me llego a enterar de que algo malo le sucedió a ella en mi ausencia, yo...
—¿Qué harás, eh? ¿Intentarás meterme presa? ¿Sin pruebas?
—Volveré y te mataré.
La sonrisa burlona que traía consigo se borró lentamente, para aclarar su garganta.
—No serias capaz. Eres débil.
—No me subestimes. Protegeré a la mujer que amo por sobre todo y todos. No pude salvar a mamá, pero si puedo hacerlo con ella. — finalicé dándome la vuelta, dejándola con la palabra en la boca.
Acepté salir del país, acepté dejar a Soohyun y sería una de las cosas más difíciles que tendría que hacer en mi vida, pero también entendí que era lo mejor para ella, que era lo correcto. Ella merecía estar a salvo, merecía tener una oportunidad de vida sin el peso de mis propios problemas y peligros.
Y si eso significaba sacrificarme por su bienestar, entonces estaba dispuesto a hacerlo, sin importar lo doloroso que fuera.
No tengo palabras para expresar como me siento. Anoche me puse muy sentimental y comencé a escribir. Quería dejar en claro la devoción que tiene Jungkook hacia Soohyun 😭.

Ay, ya cada vez nos acercamos al final mi gente 🤌🏻. Así que esperen estos capítulos que están muy buenos ❤️🩹.
Las amo mis culonas, nos vemos en el próximo capítulo 🫶🏻.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro