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33.


𝘼 𝙢𝙚𝙙𝙞𝙙𝙖 𝙦𝙪𝙚 𝙡𝙤𝙨 𝙙𝙞́𝙖𝙨 𝙥𝙖𝙨𝙖𝙗𝙖𝙣, una leve sensación de inquietud se apoderaba de mí aunque no quisiera tenerla y eso provocaba que una sombra de preocupación se instalara en el fondo de mi mente.

A simple vista, todo parecía seguir su curso habitual, pero sabía que algo en Jungkook no estaba bien. Se comportaba de manera extraña, un poco distante, y no podía evitar preguntarme qué estaba pasando y es algo que le preguntaba constantemente a él también, siempre llevándome la misma respuesta.

Estoy bien, tranquila. ❞

Sus gestos, antes tan cálidos y cercanos, ahora parecían distantes y reservados. Sus sonrisas, que solían iluminar cualquier habitación, ahora parecían forzadas y vacías. Cada vez que intentaba hablar con él, parecía como si estuviera en otro mundo, perdido en sus propios pensamientos y preocupaciones.

Entendía muy bien su situación, pero a mi parecer no debería tener cierta actitud conmigo, mas cuando lo único que yo quiero es ayudarlo.

Traté de encontrar una explicación lógica para su comportamiento, pero nada parecía encajar. Sabía que había sido dramático y terrible que su hermana tomara el puesto, un puesto que sin duda alguna le pertenecía a Jungkook. Es lo único que ha sucedido, o eso creo yo, al menos que haya ocurrido algo más que yo no supiera. Sin embargo, la sensación persistente de que algo estaba mal seguía creciendo dentro de mí, como una sombra oscura que amenazaba con devorarlo todo.

Malditas inseguridades que me perseguirán hasta el resto de mis días.

—Jungkook, ¿me estás escuchando?

Nuevamente estaba en su mundo.

Si no estaba con su celular en manos, estaba ojeando papeles por doquier. A esta altura parecía un detective uniendo pistas que pudieran acercar a la verdadera razón de como se dieron las cosas realmente con Jihee.

—Si mi vida...

—Entonces, ¿qué dije?

El levantó su rostro del celular y me observó de manera curiosa.

—Sobre que comeremos.

Fruncí mi frente al oír su respuesta. Eso no estaba ni cerca de lo que estaba hablando.

—No, te estaba diciendo que el otro año daré la prueba de selección a la universidad...

A pesar de mis intentos por entender la situación de él con su trabajo, una sensación de tristeza se apoderaba de mí al darme cuenta de que ni siquiera parecía escuchar temas importantes que tenía para hablar, como mis planes de estudio para poder ingresar el próximo año a una buena universidad.

—Amor, lo siento mucho...

Ni siquiera podía conectar palabras que pudieran justificar su actitud. Por la misma razón, me puse de pie y comencé a caminar a la salida para ir a mi apartamento.

Pero el cuerpo de él se interpuso justo cuando quería abrir la puerta.

—Muévete. —hablé de manera cortante. Su mirada suplicante, tal de perrito lastimado, intentaba suavizar mi determinación, pero yo sabía que no podía dejarme influenciar por sus tácticas de manipulación emocional.

Sus ojos tenían mucho poder en mí.

—No, yo... lo siento, ¿sí? He sido un pésimo novio y lo lamento, es solo que estoy con tantas cosas en la cabeza que estoy desconcentrado. — se tomó su cabeza mientras negaba en repetidas veces. — no mereces esto, mereces que alguien esté escuchándote, que te lleven a citas, no a alguien que te mantiene aquí porque tiene delirios de Sherlock Holmes.

—¿Qué quieres decir? — a pesar de que estaba enfadada, mi voz salió tambaleante. — ¿quieres terminar conmigo? ¿es eso?

Mientras sostenía su mirada, pude ver el dolor reflejado en sus ojos, como si estuviera luchando por encontrar las palabras adecuadas para responder y su expresión apenada solo sirvió para aumentar mi decepción.

—Soohyun, no es eso...

—Olvídalo. — Mientras luchaba por mantener la compostura frente a Jungkook, sentí que mi voz salía ahogada por las lágrimas que amenazaban con escapar de mis ojos. — cuando te dignes a confiar en mí y a decirme que sucede, volveré aquí. Si no quieres hacerlo, será mejor dejar todo hasta aquí y terminar.

—¿Por qué crees que quiero terminar? ¡No es así!

—Entonces, ¿qué es, Jungkook? — pregunté cansada. — ¿Qué sucede? ¿Hay algo que quieras decirme? ¿Hay algo que me estés ocultando?

Esperé su respuesta, respuesta que nunca llegó. Una risa nasal salió de mí mientras mordía mi labio.

o esperé mas tiempo para salir a paso apresurado ignorando por completo sus llamados a mis espaldas. El enojo se apoderó de mí, envolviéndome en una nube densa y opresiva que nublaba mi juicio y mi capacidad de razonar.

No pude pensar más allá de mí misma y todas las emociones negativas se agolparon en mi mente, bloqueando cualquier intento de ver más allá.

Me sentía como una niña pequeña, incapaz de entender completamente la situación, no podía aceptar la idea de que Jungkook quisiera terminar conmigo tan repentinamente. Aunque no lo hubiera confirmado con palabras, la idea se había instalado en mi mente como una semilla de duda que se negaba a desaparecer.

¿Qué había cambiado entre nosotros para que Jungkook considerara la posibilidad de separarse?

¿Acaso había hecho algo mal?

Miles de preguntas ahora mismo me carcomen la mente, solo haciendo que me sienta mucho peor. Pensaba tal vez había algo más en juego, algo que él no estaba compartiendo conmigo y eso solo aumentaba mi sensación de impotencia.

Es primera vez que tenemos una discusión.

Con el corazón pesado y los pensamientos revoloteando en mi mente, me recosté en la cama, rodeada por la oscuridad de la noche. Las lágrimas comenzaron a deslizarse por mis mejillas aunque no quisiera hacerlo. Me sentía mal, triste y con un cúmulo de emociones que hace mucho tiempo no experimentaba.

Finalmente, exhausta por la tormenta emocional que me había invadido, cerré los ojos y me sumergí en un sueño agitado, pensando que mañana las cosas podían mejorar.


Me encontraba parada frente a la puerta del apartamento de Jungkook, sintiendo como mi mente estaba inundada de pensamientos turbulentos.

Lamentablemente cuando desperté toda hinchada por haber llorado como una niña pequeña, me levanté con una convicción de que no podía dejar las cosas estar. Mi actitud no había sido la mejor, la vergüenza me envolvía como una pesada manta, haciéndome sentir pequeña e incómoda.

No podía dejar que el orgullo o el miedo me impidieran intentar arreglar las cosas con él. Después de todo, nuestra relación era demasiado importante para mí como para dejarla desmoronarse por un malentendido o una tonta discusión.

Con un suspiro profundo para reunir coraje, extendí la mano hacia la puerta y toqué con suavidad, sintiendo el latido acelerado de mi corazón resonando en mis oídos. Cada segundo que pasaba se sentía como una eternidad, pero no había respuesta del otro lado. Intenté esta vez con el timbre, pero tampoco obtuve respuesta.

—Amor, soy yo... mmh, sé que dije un montón de cosas que en verdad no quería decir, es solo que... me molesté al sentir que no confías plenamente en mí, pero quizás solo estoy pensando idioteces... — Aunque todavía me costaba expresarme completamente, sentí un alivio instantáneo al liberar la carga de mis pensamientos y sentimientos. — no quiero terminar, no podría dejar todo esto que tenemos aquí después de tantas cosas, yo... lo siento, ¿sí?

Creí que el saldría, era muy temprano para que haya salido a otro lugar. Con un suspiro de resignación, me alejé lentamente de la puerta, sintiendo el pesar pesaroso en mi pecho. Cada paso hacia el elevador parecía llevar consigo una carga de incertidumbre.

¿Estará molesto?

A medida que las puertas del elevador se cerraban detrás de mí, me sentí abrumada por una sensación de desilusión. Había esperado tanto de esa conversación, pero al final, no había obtenido la respuesta que había buscado.

Cuando las puertas del elevador se abrieron, me encontré con una escena un tanto inesperada. Una señora de aspecto desaliñado estaba parada frente al conserje, lanzando gritos y gestos salvajes mientras parecía estar en medio de una acalorada discusión. Su ropa estaba desgastada y sucia, y su cabello despeinado sugirió que quizás había pasado mucho tiempo sin cuidado personal.

La señora parecía completamente fuera de sí, agitando los brazos y gritando con una furia que era difícil de ignorar. Intenté caminar un tanto alejada de ellos para no caer en el conflicto, pero cuando la señora se giró y nuestros ojos conectaron, sentí como mis piernas comenzaron a temblar mientras me intentaba alejar de ella lo mas rápido posible.

—¡Soohyun! ¡Soohyun aquí estás! ¡¿Ve?! Aquí vive mi hija... — se dirigía al conserje con una risa maniática. — ¿Cuánto tiempo ha pasado, eh? ¿No extrañas a tu madre?

Al ver a la mujer frente a mí, mi corazón se hundió en mi pecho y una sensación de náuseas me invadió. Aquella persona que me había generado tantos traumas, que había estado ausente en los momentos más importantes de mi vida, ahora estaba frente a mí en un estado lamentable.

Sentí un profundo asco al verla, al ver cómo el alcohol y las circunstancias habían dejado su marca en ella. Cada rasgo desaliñado, cada gesto errático, solo servía para confirmar lo lejos que había caído.

¿Cómo supo donde vivía? ¿Cómo logró ubicarme?

—No sé de quien habla, señora...

Con el corazón lleno de pesar y dolor, me di la vuelta y me comencé a alejar, incapaz de soportar más la vista de aquella figura que había sido una presencia tan destructiva en mi vida.

—Soohyun, ¿por qué te haces la desentendida? ¡Soy tu mamá!

Ignoraba sus gritos a mis espaldas, Al escuchar sus palabras, una oleada de rabia ardiente me invadió. ¿Cómo se atrevía a llamarse mi madre cuando nunca había estado allí para mí? La idea misma de que ella pudiera reclamar ese título me llenaba de una furia incontrolable.

Recordé todas las veces que había necesitado su apoyo y su amor, solo para ser ignorada y abandonada. Desde mi infancia, desde que papá falleció hasta el presente, ella había sido una ausencia constante en mi vida, dejando un vacío emocional que no había sido llenado, no hasta que Jungkook entró en mi vida.

¿Cómo podía pretender ser mi madre cuando nunca había hecho nada para merecer ese título?

—No eres mi madre. — giré mi rostro, sintiendo un enojo abrumador. — no tengo madre, ella no existe, murió para mí, ¿comprendes? Ahora vete por donde mismo viniste y no me busques nunca más...

Estaba tan molesta, tan triste que a pesar de todos estos años ella siguiera afectándome, dañándome.

—Sé que no he sido la mejor, pero... necesito dinero, hija. Estoy viviendo en la calle, una mujer me encontró y dijo que tú estarías feliz de ayudarme y...

—No sé quien mierda te habrá dicho eso, pero yo jamás te ayudaría. No me importa lo que suceda contigo, no me importa si vives en la calle, no me importas...

Cada recuerdo doloroso, cada momento de abandono y desilusión, se materializaba en mis palabras, impregnándolas con la fuerza bruta de mi resentimiento acumulado a lo largo de los años. La ira ardía dentro de mí como un fuego inextinguible, consumiendo cualquier rastro de compasión o perdón que alguna vez hubiera albergado. La herida abierta de mi corazón se negaba a sanar, alimentada por el continuo dolor de su abandono y negligencia. Cada vez que intentaba acercarme a ella, solo encontraba más razones para odiarla y respetarla menos.

—Hija, te lo suplico, necesito de tu ayuda...

Ignoré sus palabras para voltear y seguir mo camino sintiendo como mi cabeza ejercía presión. Mis pies parecían guiados por un impulso desconocido, como si mi subconsciente supiera el camino aunque yo misma estuviera perdida. La presión en mi pecho se intensificaba con cada segundo, pero seguí avanzando, tratando desesperadamente de escapar de ella y de aquel ataque de pánico que amenazaba con paralizarme por completo.

En medio del caos interno, un deseo urgente se apoderó de mí: necesitaba a Jungkook a mi lado. Quería desesperadamente marcar su número, sentir su voz reconfortante a través del teléfono y tenerlo a mi lado para que su mera existencia calmara mis demonios internos. Con manos temblorosas, luché por sacar mi teléfono, anhelando su apoyo en medio de mi angustia desbordante.

Logré marcarle dos veces, pero no una tercera.

Sentí el sonido de un auto acelerar, ni tiempo tuve de girar y luego, un estruendo ensordecedor rompió el silencio, sacudiendo mi mundo con una fuerza brutal. El impacto fue tan repentino y abrumador que apenas tuve tiempo de procesarlo. Un grito ahogado escapó de mis labios mientras mi cuerpo era lanzado hacia adelante por la colisión. El aire fue expulsado de mis pulmones con violencia, dejándome sin aliento mientras me estrellaba contra el duro pavimento. Todo a mi alrededor se difuminó en una confusa mezcla de luces y sombras, mientras intentaba desesperadamente recuperar el control de mis sentidos.

—¡Dios mio! ¡Hay que llamar a una ambulancia! ¡Está sangrando!

Sentía como la gente caminaba a mi dirección.

El dolor punzante se apoderó de cada fibra de mi ser, y en medio de la confusión y el miedo, luché por comprender lo que acababa de suceder.

Para finalmente, caer en una absoluta oscuridad.

Uy no, no, no, yo me voy, chao


Jungkook, ¿por qué no abriste? 🥺

Le estoy metiendo nitro a esto gente, las amo ❤️.

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