𝘌𝘭𝘭𝘰𝘴 𝘯𝘰 𝘴𝘢𝘣𝘦𝘯 𝘥𝘦 𝘵𝘰𝘥𝘢𝘴 𝘦𝘴𝘢𝘴 𝘯𝘰𝘤𝘩𝘦𝘴 𝘦𝘯 𝘷𝘦𝘭𝘢, 𝘦𝘭𝘭𝘰𝘴 𝘯𝘰 𝘴𝘢𝘣𝘦𝘯 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘰 𝘭𝘰 𝘩𝘢𝘣𝘪́𝘢 𝘦𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘥𝘰 𝘵𝘰𝘥𝘢 𝘮𝘪 𝘷𝘪𝘥𝘢.
𝘚𝘰𝘭𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘦𝘯𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢𝘳 𝘶𝘯 𝘢𝘮𝘰𝘳 𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘦 𝘴𝘪𝘦𝘯𝘵𝘢 𝘨𝘦𝘯𝘪𝘢𝘭, 𝘤𝘢𝘳𝘪𝘯̃𝘰 𝘦𝘭𝘭𝘰𝘴 𝘯𝘰 𝘴𝘢𝘣𝘦𝘯...

𝘌𝘭𝘭𝘰𝘴 𝘯𝘰 𝘴𝘢𝘣𝘦𝘯 𝘯𝘢𝘥𝘢 𝘴𝘰𝘣𝘳𝘦 𝘯𝘰𝘴𝘰𝘵𝘳𝘰𝘴.

𝙏𝙝𝙚𝙮 𝙙𝙤𝙣'𝙩 𝙠𝙣𝙤𝙬 𝙖𝙗𝙤𝙪𝙩 𝙪𝙨
— 𝙊𝙣𝙚 𝘿𝙞𝙧𝙚𝙘𝙩𝙞𝙤𝙣.

¿𝘾𝙤́𝙢𝙤 𝙡𝙤 𝙝𝙖𝙘𝙚𝙣 𝙚𝙨𝙤𝙨 𝙝𝙤𝙢𝙗𝙧𝙚𝙨 para estar lejos de sus novias?

Luego de cumplir nuestros cien días y haber tenido un día maravilloso al lado de Soohyun, su jefe, don cascarrabias, le notificó que a la mañana siguiente irían por cuatro días a Estados Unidos por un nuevo restaurante que abriría allá.

Se fue hace solo dos días y siento que ha sido una absoluta eternidad.

—¿Seré muy cargante si la llamo justo ahora?

Hoseok me miraba expectante, uniendo sus manos en absoluto suspenso.

—¿Hace cuanto la llamó?

—Hace dos horas.

—Usted es un acosador.

Abrí mi boca al escuchar eso y crucé mis brazos totalmente ofendido.

—¿Por qué? No soy un acosador, solo... es primera vez que tengo novia y estar lejos de ella me genera...

—Lo comprendo, pero debe aprender a sobrellevar estas situaciones. Así como usted debe salir de viajes y yo debo ir con usted, para ella es exactamente lo mismo.

—Lo sé, lo sé... sé que debo aprender a estar separado aunque sea de manera momentánea, pero estoy en mi burbuja perfecta, ¿okey?

—Y no lo juzgo. Yo también estuve enamorado, solo aprenda a no ser tan dependiente de la señorita Soohyun.

Sabía que me estaba ayudando.

Pero cada vez que estaba con Soohyun, me sentía completo, como si el mundo estuviera en perfecta armonía. Su presencia me llenaba de alegría y felicidad, y no podía evitar querer pasar cada momento a su lado. Sin embargo, en lo más profundo de mi ser, sabía que esta dependencia no era saludable. Me esforzaba por encontrar un equilibrio entre amar a Soohyun y mantener mi propia independencia y autonomía. Intentaba recordar que yo era un individuo completo por sí mismo, que no necesitaba a otra persona para ser feliz.

Pero a veces, cuando estaba con ella, todas esas preocupaciones desaparecían, y solo quedaba el amor y la conexión que compartíamos. Era difícil resistirse a la atracción que siento por Soohyun, es difícil no dejarse llevar por la marea de emociones que me envolvía cuando estaba a su lado.

Aplasté mi cara contra el escritorio y solté un suspiro totalmente lastimero.

—En algún punto tendremos que separarnos.

—¿Eh?

—Nosotros también tenemos un viaje a los Estados Unidos, ¿recuerdas?

—Ah, eso. Claro que lo recuerdo, yo soy el que hace las planillas, señor.

—Tenemos que hablar para la exposición de nuestros productos en la cadena mas grande de supermercados.

—¿No está emocionado por eso? Esto puede aumentar aún mas las ventas y reafirmar la postura de que usted es la mejor opción para el puesto de Director.

—Hoseok, no hay mas opción. Yo seré el director, Jihee no se ha presentado hace muchísimo por acá, no le importa absolutamente nada de esto. — respondí levantando nuevamente mi rostro para observarlo. Él seguía preocupado por el tema de quien asumirá, pero siento que es un tema que ya tiene que ser olvidado.

—Si usted lo dice.

—Es así, no hay mas opción. No te preocupes.

Miraba el reloj con una ansiedad tremenda.

Las horas parecían eternas mientras esperaba en el bullicioso aeropuerto, con el corazón palpitando con cada anuncio de llegadas. Soohyun estaba regresando de su viaje, y la emoción de verla nuevamente hacía que cada segundo fuera interminable. Había pasado mas de una semana debido a que su estadía se tuvo que prolongar, y la idea de reunirnos nuevamente llenaba mi corazón de alegría.

Observé el letrero con letras coloridas y dibujos juguetones que había decidido traer netamente para verla sonreír.

Finalmente, el momento que tanto esperaba llegó. Viendo a través de la multitud, divisé a Soohyun caminando hacia la salida totalmente despistada. Mis ojos brillaron de emoción al verla, y rápidamente levanté el letrero para que pudiera notar que estaba ahí. Cuando nuestras miradas se encontraron, su expresión pasó de la alegría a la sorpresa al leer las palabras escritas en él, y su risa contagiosa llenó el aire mientras se acercaba.

❝ Park Soohyun, tu esposo Jeon Jungkook te espera justo aquí. ❞

—¿Cuándo nos casamos que no recuerdo?

—Estoy manifestando.

Extrañé su risa, tanto que no pude evitar abrazarla con todas mis fuerzas. Inmediatamente, una sensación de plenitud y calma me inundó por completo, como si solo necesitara de esto para recargar las energía.

—Te extrañé mucho, mi amor.

—¿Y yo? Fui un total exagerado, Hoseok está de testigo.

Me separé solo un poco para depositar muchos besos en su mejilla para terminar en sus labios. Miré a mi alrededor y no vi  a Joongki por ningún lado.

—¿Volviste sola?

—Sí. Él permanecerá en Estados Unidos para seguir hablando de negocios. Creo que me olvidé decirte que tu hermana es la novia misteriosa de mi jefe...

Mi sonrisa poco a poco se fue borrando. Me quedé allí, paralizado, tratando de procesar lo que acababa de decir. Sus palabras resonaban en mi mente, como un eco persistente que se negaba a desvanecer.

—¿Qué?

—Siento que he sido muy despistada con ese tema. Nunca encontré el tiempo para decírtelo...

¿Por qué diablos Jihee saldría con Song Joongki?

Mi mente comenzó a maquinar posibilidades. ¿Qué estará planeando? ¿O es simplemente casualidad?

Nada de lo que viniera de ella podría ser casualidad.

—Amor, ¿por qué razón o motivo no me habías mencionado un dato... No menor y muy importante?

—¿Es importante? — abrió sus ojos sorprendida. — no creí que fuera algo del otro mundo que tu hermana saliera con mi jefe, lo siento.

—No sería la gran cosa si el puesto de director aún está vacío. — murmuré entre dientes.

—Ey, quizás estás pensando...

—Cariño, Jeon Jihee es una completa arpía, debes tener eso muy claro. — expliqué rascando mi cuello por el repentino nerviosismo que me estaba abordando. — de verdad creí que daría un paso al costado...

—Jungkook, siento que te estás apresurando mucho a los hechos. — tocó mi mejilla, dándole pequeñas caricias, logrando calmarme con su solo toque. — quizás ella definitivamente no quiere el puesto.

—No lo sé...

—¿Qué hay con la búsqueda de los papeles de tu padre? ¿Dejó algún poder demostrando que él quería que tú quedaras a cargo?

—Jinsu no ha encontrado nada y eso me deja aún mas inquieto.

—Vamos, no pienses cosas malas. — me dio un cálido abrazo, logrando que deje de estar tan tenso en cosa de segundos. — tu frente se arruga cuando estás así, acabo de llegar, no me pongas esa cara...

Mis comisuras temblaron para soltar una pequeña risa y abrazarla hacia mí con mas fuerza. Sus brazos alrededor de mí eran como un refugio seguro en medio del caos del mundo exterior. Cuando me sumergía en su abrazo, inhalaba profundamente y me dejaba llevar por su dulce fragancia. Era un aroma familiar y reconfortante, como el perfume de un campo de flores en primavera. Me hacía sentir en paz, como si todos mis problemas se desvanecieran en ese momento.

—Te amo tanto, tanto, tanto.

—Pues yo te amo mucho más y no pienso discutirlo ni contigo, ni con nadie.

Enarqué una ceja y la observé de manera divertida.

—No me hables de aquella manera, señorita.

—Si sigo hablando así, ¿qué me harás?

Su voz salió en un susurro suave que fue directamente a mi oído, enviando un escalofrío por mi espina dorsal. Sentí cómo mi corazón latía más rápido, cómo mi piel se erizaba con cada sílaba susurrada en mi oído. Era como si su voz tuviera el poder de penetrar en lo más profundo de mi ser, despertando emociones que ni siquiera sabía que existían.

—Todo lo que tú quieras.

No hizo falta decir nada cuando llegamos a mi apartamento.

El deseo que nos consumía era tan intenso que no necesitábamos expresarlo con palabras. Era como si nuestros cuerpos hablaran un lenguaje propio, uno de pasión y anhelo desenfrenado.

Mis labios buscaban desesperadamente los suyos, hambrientos de su dulce sabor. Cada beso era un suspiro de necesidad, un fuego que ardía dentro de mí y amenazaba con consumirme por completo. Mis manos recorrían su piel con vehemencia, como si estuviera marcándola como mía en un acto de posesión irrefrenable.

Cada parte de su cuerpo era un santuario que adoraba con devoción, como un creyente que rinde homenaje a su dios. Mis labios exploraban cada centímetro de su piel, bebiendo de su esencia y dejándome embriagar por su dulce olor.

—Te extrañé mucho, Soohyun...

Mi voz salía temblorosa a causa del cúmulo de emociones que estaba sintiendo. Desde que Soohyun llegó a mi vida y somos novios, me siento un maldito necesitado por completo de ella.

Quería por esta vez, hacer las cosas de una manera distinta. Quería hacerla mía de una manera lenta y apasionada. Quería que sintiera mi amor en cada roce de mis labios, en cada toque de mis manos explorando su cuerpo con reverencia.

Llegamos a la habitación y comencé a sacarle su ropa con sumo cuidado, admirando su cuerpo como siempre lo hacía. No tenía prisa; sabía que el tiempo estaba de nuestro lado, extendiéndose como un lienzo en blanco sobre el cual pintar nuestros momentos más íntimos.

Sentía algo diferente y no sabía la razón con exactitud. Sentía algo en mi estómago, quizás era la emoción, quizás era el deseo que me consumía, quizás era el amor desbordado que sentía por ella.

O eran todas las respuestas anteriores.

Y mientras me sumergía en la profundidad de su mirada, viendo reflejado en sus ojos el mismo amor y pasión que sentía yo, supe que este era el lugar al que siempre pertenecería. En sus brazos, encontré mi hogar, mi refugio seguro en medio de la tormenta. Hacerle el amor era más que un acto físico; era una expresión de todo lo que significaba para mí.

Sus gemidos se escuchaban por la habitación y observé su rostro mientras me hundía su interior. Señor, era preciosísima. Quería que supiera que la amaba en cuerpo y alma, que jamás me cansaría de adorarla y venerarla como la obra maestra que era.

Mis movimientos no cesaban, solo se intensificaban cuando besaba sus labios con amor. Con cada suspiro y gemido, navegaba hacia el climax que parecía inevitable. Sentía el creciente frenesí de la pasión envolvernos, construyendo una ola de emoción que amenazaba con desbordarse en cualquier momento.

Gemidos salían de mi boca sintiendo como el placer me estaba inundando cada vez más. Mordí mi labio aumentando mis movimientos, en donde el sonido de nuestros cuerpos chocar solo provocaba que la excitación subiera en niveles desproporcionados.

—Jungkook, no te atrevas a detenerte, no lo hagas...

Soohyun agarró mi cabeza, viendo como su rostro se transformaba al estar llegando a su punto. Abría su boca y gemía del placer. Y quería darle todo lo que me pidiera. No me detuve hasta que ella obtuviera su sagrado orgasmo y cuando escuché su grito, comencé a dar estocadas torpes sintiendo que estaba por venirme, tratando de encontrar mi propia liberación.

Solté un pequeño sonido con mi garganta al sentir que vacié absolutamente todo dentro del condón, dejando caer mi cuerpo arriba del suyo. Ella con sus manos comenzó a dar caricias deade mi pelo, hasta mi espalda, logrando que un estado de relajación me invadiera.

—Quiero que me tatúes...

Abrí mis ojos y me separé tan solo unos centímetros para observar su rostro, buscando alguna mueca, o algún indicio de que esto se trataba de una broma.

—¿Estás bromeando?

—No, no bromeo. Quiero realizarme mi primer tatuaje y quiero que tú lo hagas.

Decir que no sentí emoción alguna ante sus palabras me convertiría en un ser completamente mentiroso. Mi corazón quería estallar de la felicidad y tan solo atiné a asentir con evidente efusividad.

—No estás bromeando conmigo, ¿verdad? — pregunté para cerciorarme definitivamente. Ella rodó sus ojos.

—No, amor.

Y fue todo lo que tuvo que decir para levantarme como si tuviera algún tipo de resorte. Fui al baño y me duché lo mas rápido que pude, para salir bajo la atenta mirada de mi bruja. Fui hasta mi preciado cuarto, en donde tenía todos los implementos para poder realizar el tatuaje. Comencé a alistar absolutamente todo como todo un crio emocionado a punto de realizar por primera vez su trabajo. Soohyun llegó unos minutos después, con una bata en su cuerpo, respirando profundamente.

—Si no estás completamente segura, te sugiero que no lo hagas. Es algo que quedará en tu piel por siempre y...

—Por la misma razón quiero hacerlo. — respondió con firmeza. — ¿puedes dibujar?

Levanté mi croquera en donde tenía solamente diseños propios y mi lápiz.

—Tú solo dime y lo hago, mi vida.

Comenzó a explicar lo que quería, los detalles que también quería tener. Aplasté mis labios evitando ponerme triste por pensar en una Soohyun pequeña sufriendo, por pensar que ella no tuvo absolutamente nadie que le tendiera una mano cuando mas lo necesitaba.

Todo lo hizo sola, pero ya no más.

Por la misma razón encontré que era perfecto para ella. El significado, absolutamente todo quedaba perfecto. Ladeé mi cabeza cuando terminé de dibujar, arranqué la hoja y lo levanté para mostrárselo, esperando su reacción.

Sus ojos brillaron por completo y asintió haciendo un leve puchero.

—Dibujas hermoso.

—Hago lo que puedo. — quise ser modesto, aún no acostumbrándome a recibir elogios por mis dotes artísticos. — ¿estás conforme?

—Muy conforme.

—Bien. Entonces lo recortaré y calcaré en el papel hectográfico, ¿bien?

—Bien.

Con cuidado comencé a remarcar todo para que todo se viera completamente perfecto en la piel y pudiera tatuar sin ningún problema. Cuando terminé, le indiqué a Soohyun que tomara asiento y se descubriera el lugar en donde lo quería. Cuando tuvo descubierto su antebrazo, llevé desinfectante para limpiar muy bien la zona y apliqué un líquido que permitía que el transfer quedará completamente adherido a su piel.

—Vuelvo a preguntar, bonita, ¿estás segura?

—Solo... sé cuidadoso, ¿sí?

Sonreí para asentir y preparar la maquina. Cuando escuchó el ruido, pude sentir como su cuerpo se tensó.

—Eres muy valiente y esto se verá hermoso en ti. No te mentiré, quizás duela en un comienzo, pero es un dolor sin duda alguna soportable.

—Te amo.

—Te amo mucho más.

Comencé a trazar las primeras líneas, preguntándole si estaba bien, si dolía, y aunque tenía sus ojos cerrados, me aseguró que todo estaba bien. Momentos después, pude sentir cómo la tensión que había en un comienzo se disipaba poco a poco, siendo reemplazada por una sensación de confianza y serenidad.

Estaba absolutamente concentrado en que quedará perfecto, que ella quedara satisfecha con el resultado. Quería que cada detalle saliera perfecto, que cada trazo en la piel de Soohyun fuera una obra maestra en sí misma.

Sentía el zumbido constante de la máquina resonando en mis manos, recordando la responsabilidad que había asumido al convertir sus ideas en realidad. Cada línea que trazaba era como un pincelazo en un lienzo en blanco, agregando profundidad y belleza al diseño. Me aseguraba de seguir las líneas con precisión milimétrica, de mantener un ritmo y seguro que reflejara mi compromiso con la perfección.

Cuando finalmente terminé, me aparté para admirar mi obra. Las líneas eran limpias y definidas, los detalles eran precisos y cuidadosamente ejecutados. Soohyun por fin abrió sus ojos y miró hacia abajo viendo el diseño en su piel por primera vez. Una sonrisa de pura alegría se extendió en su rostro, y su mirada se llenó de emoción absoluta, brillando intensamente por las lágrimas acumuladas.

—Esto es... precioso... Es como si cada cicatriz contara una historia, y el color amarillo simbolizando el oro lo hace aún mas hermoso. — me sonreía con ternura y limpió una pequeña lagrima que se había escapado.

—Me alegra muchísimo que te haya gustado brujita, fue hecho con todo mi amor para ti.

Un corazón con cicatrices y flores saliendo de él era el diseño.

Kintsugi.

El kintsugi es una antigua técnica japonesa de reparación de cerámica que se basa en la idea de que las roturas y grietas de un objeto pueden ser parte de su historia y belleza. En lugar de ocultar las imperfecciones, el kintsugi consiste en reparar los objetos con resina mezclada con polvo de oro, resaltando así las grietas y transformándolas en características destacadas, logrando que la pieza en vez de ir directamente a un tacho de basura, se convierta en una pieza única y hermosa.

De la misma manera,  las cicatrices y traumas pueden ser transformados en algo hermoso y significativo a través de este arte emocional. Cada experiencia dolorosa que atravesamos nos moldea y nos fortalece, agregando profundidad y belleza a nuestra alma.

El kintsugi es como invitar a abrazar nuestras imperfecciones y a celebrar nuestras cicatrices como marcas del viaje por la vida. Soohyun me comentaba que ella sabía que las heridas podían sanar, pero mas no olvidar.

Siempre estaría la cicatriz.

Y debía amarlas porque significaban fortaleza, significaba que ella seguía de pie a pesar de todo.

—No lo sabes, pero serás mi futura esposa.

Me observó con incredulidad y enarcó una ceja.

—¿A caso tú eres el brujo?

—Sí, puedo ver como aceptas ser mi esposa y somos completamente felices.

—Eso se oye maravilloso. — su sonrisa permanecía en su rostro. — me gustaría ser la señora Jeon.

—Un día te lo propondré como corresponde y como te mereces. — respondí abrazando su cintura y acercándola a mí. — eres el lugar al cual pertenezco, no necesito nada más que a ti en mi vida.

Porque con ella encontraba un sentido más profundo de propósito y significado, y sabía que mientras estuviéramos juntos, nada podría perturbar nuestra felicidad compartida.

O quizás estaba desafiando al destino, no sabiendo que la burbuja de felicidad podría romperse en un abrir y cerrar de ojos.

Este es el tatuaje de Soohyun 💘. Ya es toda una adicta a la tinta 🤑 KAKAJAKAJ

Me demoré en actualizar siendo que ya habían llegado a la meta, me merezco sus desprecios 😞

Y damos inicio a otro arco de la historia 😶‍🌫️💘.

Espero les guste chiquis 💘.