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23.

𝚂𝚘𝚢 𝚢𝚘,
𝚑𝚘𝚕𝚊.
𝙴𝚕 𝚙𝚛𝚘𝚋𝚕𝚎𝚖𝚊 𝚜𝚘𝚢 𝚢𝚘,
𝙰 𝚕𝚊 𝚑𝚘𝚛𝚊 𝚍𝚎𝚕 𝚝𝚎́, 𝚝𝚘𝚍𝚘 𝚎𝚕 𝚖𝚞𝚗𝚍𝚘 𝚎𝚜𝚝𝚊́ 𝚍𝚎 𝚊𝚌𝚞𝚎𝚛𝚍𝚘.
𝙼𝚒𝚛𝚊𝚛𝚎́ 𝚍𝚒𝚛𝚎𝚌𝚝𝚊𝚖𝚎𝚗𝚝𝚎 𝚊𝚕 𝚜𝚘𝚕,
𝚙𝚎𝚛𝚘 𝚗𝚞𝚗𝚌𝚊 𝚊𝚕 𝚎𝚜𝚙𝚎𝚓𝚘.
𝙳𝚎𝚋𝚎 𝚍𝚎 𝚜𝚎𝚛 𝚊𝚐𝚘𝚝𝚊𝚍𝚘𝚛 𝚎𝚜𝚝𝚊𝚛 𝚜𝚒𝚎𝚖𝚙𝚛𝚎
𝚊𝚙𝚘𝚢𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚊𝚕 𝚊𝚗𝚝𝚒𝚑𝚎́𝚛𝚘𝚎.

𝘼𝙣𝙩𝙞𝙝𝙚𝙧𝙤 — 𝙏𝙖𝙮𝙡𝙤𝙧 𝙎𝙬𝙞𝙛𝙩.


𝙇𝙖 𝙥𝙧𝙞𝙢𝙚𝙧𝙖 𝙫𝙚𝙯 𝙦𝙪𝙚 𝙨𝙚𝙣𝙩𝙞́ 𝙪𝙣𝙖 𝙥𝙖𝙯 absoluta llenando mi cuerpo fue cuando la brisa del mar tocó mi rostro dándome una especie de euforia. Aquel recuerdo se mantenía en mi mente, como algo incapaz de eliminar por la felicidad que sentí. Y ahora, justo en este momento, las emociones estaban siendo similares a los de aquel día.

Sentía una paz única y reconfortante, como si las preocupaciones que pude haber tenido durante el día se desvanecieron tan pronto como mis labios tocaron los suyos.

¿Qué era esto?

¿Cómo se le denomina a este sentimiento?

Era como si el mismísimo tiempo se hubiera detenido por completo, como si estar besando los labios de Jungkook fuera la prueba mas fehaciente de que mientras estés con la persona correcta nada mas importaba.

Es como si otra Park Soohyun se hubiera apoderado de mí. Una que no quería separarse ni para respirar del cuerpo que tenía al frente, porque estaba disfrutando muchísimo de todo esto. Pero aún tenía una parte racional en mí y fue esa misma parte que me hizo retroceder en contra de mi voluntad.

Él me observaba detenidamente. Sus cabellos estaban revueltos y sus labios estaban algo rojos, no sé si por mi labial o por lo durarero que fue aquel beso. Tapé mi rostro negando con la cabeza mientras la vergüenza invadía cada espacio de mí.

¿Cómo podría mirarlo de ahora en adelante luego de lo que hice?

Toda euforia desapareció dándole paso al bochorno, no sabía como actuar, no sabía que hacer. Esto en definitiva no debía suceder. No iba a besarlo, no iba a cometer tal acto de locura por la simple razón que sus palabras cautivaron algo en mí.

Pero lo hice.

—Debes irte...

—¿Qué?

—Esto no debió suceder. Crucé la línea, no tuve que haberte besado.

Sentía un miedo apabullante en mi interior y mi mente me estaba torturando con que jamás tuve que haber realizado tal acción que solo me traería problemas.

—A mi me gustó, no te sientas mal, por favor. No dejes que esto te haga tener pensamientos malos.

—¿Tienes claro lo que hice? Nosotros estábamos en una marcha blanca, todo estaba en orden, estaba perfecto y tuve que arruinarlo por un impulso. — revolví mis cabellos a causa de la frustración que sentía justo en este momento. — yo no te gusto, tú no me gustas, ¿por qué tuve que hacerlo?

Pude percibir que en su mirada se reflejó algo de dolor, logrando que algo se removiera en mi interior. Estaba haciendo todas las cosas mal, estaba diciendo cosas que realmente no quería decir.

—No hables por mí. — me respondió, ladeando su rostro. — tú no sabes lo que yo siento.

Me quedé en silencio un momento captando sus palabras. Apreté mis puños sintiendo las incesantes ganas de llorar por estar en esta situación, una situación que yo misma había creado.

Una melodía tentadora me incita a acercarme, a rozar los labios que se convierten en un imán irresistible nuevamente. Sin embargo, ésta vez el miedo  se cierne como una sombra sigilosa. Me contengo, atrapada entre el deseo que late en mi pecho y la cautela que susurra en mi mente.

—Esto está mal y estás confundido. Por favor, ve a casa.

—No estoy confundido. — su voz salió con firmeza, aunque en su rostro haya rastros de decepción. — puedo ser un granizado o un peludo, puedo cometer algún error en mas de una oportunidad, pero créeme cuando digo que nunca había experimentado algo así... — su voz salió en un fino murmuro, como si de pronto hubiera cambiado del enojo a la vergüenza. — primera vez que me preocupo por alguien que no sea Miyeon, primera vez que quiero saber siempre lo que sucede contigo, primera vez que siento cosas molestas en mi estómago cuando te veo, primera vez que me gusta realmente alguien. Sí, puedo ser un idiota la mayoría del tiempo, pero quiero mejorar para hacerte feliz. Me gustas, Soohyun, y ya no pretendo seguir ocultándolo.

Se formó un silencio que fue como un suspenso total a estas horas de la noche. Cerré mis ojos fuertemente sintiendo como se humedecían al escuchar sus palabras. Mi pecho comenzó a doler y fue el momento para negar de manera brusca.

—No sabes lo que estás diciendo...

—¿Crees que tengo cinco años para equivocarme en estas cosas? — inquirió con voz lastimera. Yo lo estaba lastimando. — ¿Qué tiene de malo que me haya fijado en ti?

—¡Mírame! — me apunté a mi misma, ya con las lágrimas corriendo desbordadas por mis mejillas. — no puedo ser capaz de aceptarme, no puedo ver un indicio de belleza en mí, ¿cómo es posible que yo te guste? Tienes a chicas bellas a tu alcance, aún estás a tiempo de...

—¡Cállate! — su voz salió tan fuerte que me sorprendí. Estaba enojado, no... estaba furioso. — diablos, Soohyun, no hables así de ti. Te vuelvo a repetir que eres mucho más de lo que tu mente te ha hecho creer. Tú no puedes decidir con quien debo estar, eso lo veo yo. Y yo caí por ti, a mi no me importan las demás chicas. Soohyun, ¿cuándo comprenderás que la belleza radica en la autenticidad de quien eres, no en la medida superficial de estándares efímeros?

—Basta...

—Deberías verlo de otra forma. Eres como un lienzo de colores vivos y texturas únicas. Para mí, eres una obra de arte. Así que, por favor, deja de compararte con sombras y siluetas. Eres más hermosa de lo que puedes imaginar.

Es asombroso cómo unas simples palabras pueden tener el poder de iluminar los rincones más oscuros de la mente. Su sinceridad, su empatía, todo eso fluía con una pureza que llegaba a lo más hondo de mi ser. No era solo por lo que decía, sino por cómo lo decía. No pude evitar sentir como mis ojos se humedecían al escuchar como por primera vez alguien se expresaba de aquella manera hacia mí persona.

Pero a pesar de lo que dictaba mi corazón, le hice caso nuevamente a mi mente. Quien me decía que esto no era lo correcto, que me decía que yo no merecía tener a alguien como él en mi vida.

—Vete, por favor.

—Soohyun...

—Vete.

Su rostro reflejaba la sorpresa y el dolor por no haber sido capaz de responder a sus hermosas palabras, a su confesión. Pude ver como sus ojos brillaban y antes de mostrar algún grado de vulnerabilidad, volteó su rostro para caminar hasta la puerta. El aire se volvió denso cuando lo vi alejarse, como si la angustia misma se hubiera materializado y se apoderara de cada rincón de mi ser. Cada paso que él daba alejándose de mí resonaba como un eco lúgubre. Un nudo se apretó en mi garganta, como si las palabras no pronunciadas se hubieran convertido en cadenas que amenazaban con ahogarme y por la misma razón cerré los ojos, tratando de contener la tormenta de emociones que rugía dentro de mí.

La realidad se manifestó en una claridad cruel y las lágrimas no tardaron en salir como testigos silenciosos de la verdad ineludible: lo había arruinado todo.

Soy yo.

El problema era yo. Yo misma me boicoteaba para ser feliz, yo misma me recordaba que habían muchas mujeres más hermosas que yo y por lo mismo nadie podía fijarme de manera genuina en mí.

Estaba cansada de no permitir ser un momento feliz.





Los días transcurrían y el clima mejoraba considerablemente. Creo que era buen momento para tirarse de un décimo piso.

Sí, efectivamente había arruinado todo.

Jungkook trataba de no toparse conmigo en las mañanas y tardes, quizás para no incomodarme, cuando debía ser al revés. Cuando nos encontrábamos, él me saludaba de manera normal aunque muy en el fondo sabía que quería evitarme por completo.

Pero nuevamente me equivoqué en juzgarlo en un comienzo. Porque él si tenía educación. 

—¿Me estás escuchando?

Levanté la vista del plato de comida sin tocar para toparme con la mirada desaprobatoria de Seungi frente a mí.

—Sí.

—No es cierto, Soohyun. Estás en otro mundo. No has probado un bocado y tampoco me prestas atención.

Había aceptado su salida para dejar de martirizarme por haber sido una completa idiota. La culpa me estaba carcomiendo y el pensamiento de que espanté a la única persona que estaba ahí para mí no me dejaba en paz.

Tomé el último sorbo de la tercera cerveza que había pedido, sintiéndome patética.

—Lo siento, no me siento muy bien.

—¿Qué sucede? Tú no bebes. No estás bien, se nota. Tampoco te maquillaste, tu rostro se ve muy demacrado.

Vaya, esas eran palabras que realmente quería oír.

Aclaré mi garganta, sentándome de manera correcta en la silla. No tenía ánimos de absolutamente nada, era como si nuevamente estuviera en un punto de inicio, cuando claramente había mejoría por Jungkook.

Él me quería ver bien.

—No es algo que quería escuchar. — dije con la voz más dura de lo que pretendí en un comienzo.

Él abrió sus ojos con aparente sorpresa y dejó los cubiertos en la mesa.

—Estoy siendo sincero, así puedo ayudarte.

—No me ayudas en nada, es más, solo lo empeoras. — espeté cansada. — eres un idiota, Seungi...

—Ey, creo que estás borracha.

Me sentía mal, muy mal. Yo evitaba a toda costa el alcohol por el simple hecho de que me traían malos recuerdos y ahora, había caído en esto a causa de este sentimiento que no me quería dejar en paz.

La única cosa positiva que traía, era que podía decir absolutamente todo sin filtro.

—No estoy borracha, solo estoy mareada. — argumenté, arrugando mi frente. — siempre creí que tú eras la persona de mi vida. Aquella persona que lograría que mi corazón latiera desenfrenado y me obligué a sentir algo por ti, aún sabiendo lo imbécil que eres, aún sabiendo que solo me querías para llevarme a la cama...

—Eso no es cierto, ¿qué es lo que sucede contigo?

—¿Qué es lo que sucede? ¿Quieres saber que me sucede? — pregunté sonriendo abiertamente, como toda una demente. — sucede que me cansé de ser la idiota que aguanta mierdas de los demás, Seungi. Me cansé de aparentar ser alguien que no soy. Tengo una vida de mierda, un trabajo de mierda, mi madre me abandonó, no tengo una familia... — todo salía sin filtro. La gente alrededor de nosotros comenzaba a mirar en nuestra dirección.

—Vamos a casa. Estás montando un espectáculo aquí...

—Voy a ir a mi casa. Tú vete a la tuya.

—Soohyun, basta de comportarte como alguien sin educación, estás dejándome en vergüenza.

Observé a mi alrededor, notando las miradas puestas en mí. Pero por primera vez no me importaba. Volví a mirar a Seungi para encoger mis hombros.

—¿Y? Creo que no deberías estar con alguien sin educación, tontito. — respondí obvia, riéndome de lo que acababa de decir. — deberías estar con alguien que cumpla tus necesidades. Desde hace mucho tiempo que yo dejé de sentir cosas por ti y seguía alargando esto, soy tan, pero tan idiota...

—¿Qué mierda estás diciendo? — susurró entre dientes, viéndose totalmente furioso que hasta se le notaba una vena en su frente. — ¿todo esto es por el imbécil que vive al lado tuyo? Soohyun, si es por él, debes comprender que él está fuera de tu alcance...

—No te atrevas...

—Él es alguien con dinero, no estaría con alguien tan básica como tú. Él debe estar con las mujeres de su mismo círculo social y...

—No lo conoces. — lo interrumpí levantándome de la mesa. — no te atrevas a decir algo así de él.

—¿Te gusta ese idiota?

Guardé silencio ante su pregunta, sintiendo el retumbar de mi corazón y las lágrimas queriendo salir nuevamente.

—Es la única persona que ha estado ahí para mí. Cuando estaba cayendo a un precipicio, cuando no tenía a nadie más, él llegó en el momento oportuno para tenderme la mano... — ¡Dios mío! Mi rostro se desfiguró al no poder evitar las lágrimas. — él...

¿Seré capaz de vencer este temor y entregarme al impulso que late en mi interior? Ese desenfrenado impulso de mandar todo a la mierda, ir a buscarlo sin importar absolutamente nada. Porque estaría mintiendo completamente si dijera que no siento nada por él. Porque desde el inicio, siendo el ser mas desesperante, le encontraba algo especial, mucho mas allá de lo físico.

—Creo que estás confundida. La persona que te ha ayudado he sido yo, Soohyun.

Mi rostro se desfiguró ante sus dichos.

—Eso no es cierto. — sorbeteé mi nariz a causa de la acumulación de mocos que tenia por haber llorado. —tú permitías que las demás hablaran pestes de mí, tú jamás me defendiste. Jungkook, él... me defendió aún teniendo rencillas, aún no llevándonos bien en un comienzo.

—¿Y quién está contigo ahora, eh? Yo. Él no está aquí.

—Porque fui una completa idiota. — argumenté en otro momento de sinceridad. — debo arreglarlo, debo ir con él.

—¿Qué mierda estás diciendo?

—Debo disculparme antes que sea aún mas tarde...

Me levanté sintiendo como todo se movía a mi alrededor. Mi nula tolerancia al alcohol me hacía estar de esta forma.

—Soohyun, si tú sales de este lugar, olvídate completamente de lo nuestro.

Abrí mis ojos con sorpresa y no pude evitar soltar una risa.

—Eso es lo que quiero. Quiero olvidar todo esto, haré como que nunca exististe, serás como un capítulo de relleno en mi vida.

—Soohyun...

—Adiós, Seungi. No me busques nunca más, eres un tremendo idiota. Espero que algún día puedas valorar de mejor manera a una mujer.

Comencé a caminar hasta la salida escuchando sus gritos detrás y también los aplausos de algunos clientes, quienes estaban muy divertidos con el número que había montado justo ahí.

Aún hacia frío, el aire helado golpeó mi rostro cuando salí al exterior. Busqué mi celular para buscar el número de Jungkook en mis contactos.

Pero él no me contestaba las llamadas.

Tapé mi rostro con evidente frustración y mis pies se movieron solos para buscar un taxi que me llevara a casa y poder hablar cara a cara con él. Mi momento de seguridad no podía verse afectado. Hice detener a uno para que me llevara a la residencial.

Solo esperaba que él se encontrara ahí.

Podría jurar que mis mocos estaban congelados y mis ojos aún estaban rojos por haber llorado como una demente en el restaurante. Pero por primera vez no me importó que Jungkook me viera de esta forma, creo que ya había visto cada faceta mía y aún seguía a mi lado.

Y le llegué a gustar, que es lo mas loco.

Movía mi pierna de manera incesante en el elevador y cuando estuve en el piso diez salí rápidamente para caminar hasta su apartamento, tocando en muchas oportunidades su timbre, pero nadie salía.

Estuve a punto de darme por vencida luego de intentar por unos minutos, pero su cuerpo apareció en mi campo visual justo antes de dar media vuelta. Su cabello oscuro caía con una naturalidad desenfadada, acababa de bañarse. Sus ojos, dos abismos en los que podrías perderte sin esfuerzo, destilaban una mezcla intrigante de confianza y confusión.

Vestía con una sencillez que realzaba su atractivo natural. La camisa, apenas ceñida, revelaba una silueta esculpida, y su postura, erguida y segura hacía que me sintiera pequeña.

—Hola. — fue lo primero que salió de mis labios. Él elevó una ceja, viéndome extraño.

—Hola. — me miraba de arriba hacia abajo, logrando que un nerviosismo comenzara a apoderarse de mí y cada rastro de seguridad que poseía comenzara a disminuir. — hueles a alcohol, ¿viniste aquí sola después de beber?

Un puchero se formó en mis labios al percatarme que él a pesar de todo, seguía preocupándose por mí.

—Fui una estúpida por beber. — expliqué, agachando la mirada. — me fallé a mi misma. Dije que nunca bebería porque eso sería recordar a mamá cuando no se podía su propio cuerpo por estar tan alcoholizada...

—No hagas eso. Tú no eres igual a ella. No creo que hayas bebido tanto, ¿o sí? — Levanté tres dedos  — ¿tres qué?

—Vasos de cerveza. Pero por la misma razón que no bebo, esto me pegó muy fuerte. — expliqué frotando mi cabeza.

—Y, ¿qué te trae por mi departamento?

Se notaba que estaba algo sorprendido por venir hasta aquí.

—Vengo a disculparme...

—Oh, no, no es necesario. Créeme que lo último que necesito es que sientas lástima por mí.

—Nunca sentiría lástima, ¿por qué dices esas cosas? — fruncí el ceño ante sus dichos. — fui una tonta, Jungkook. El miedo me invadió ese día, mi mente me jugó una muy mala pasada...

—Tranquila, Soohyun, podré sobrevivir a esto...

—Pero... — no sabía como mierda poder expresar todo lo que tenia guardado en mi pecho. — Durante tanto tiempo, me aferré a las barreras construidas por el miedo, como una fortaleza que creí necesaria para proteger mi corazón de futuras decepciones. Luego de que te fuiste esa noche, me enfrenté a una verdad incómoda: he estado negándome a sentir. Negué la posibilidad de sentir, de enamorarme, de arriesgarme a perder, y así me sumí en una existencia monótona, como una actriz representando un papel que no me pertenecía...

Él me observaba con fijamente, instando a seguir. Respiré profundamente antes de continuar.

—Eres la persona que me sacó de la rutina, de mi tediosa rutina. Llegaste a alborotar todo en mí, como un tornado, ¿sabes? Era como si mi mente hubiera presionado el botón de pánico cuando me dijiste todas esas bellas palabras y actúe como una tonta. ¿Por qué sabes lo que en verdad quería hacer?

—¿Abrazarme?

—¡Quería volver a besarte! — mis palabras estaban saliendo sin filtro. Como tuvo que haber sido ese día. — ah, Jungkook, tuvo que pasar todo esto para caer en la realidad absoluta.

—¿Y esa verdad es? — sus ojos estaban llenos de impaciencia. Era como si a través de ellos, pudiera leer el ¿qué dirás?, la expectación se reflejaba en todo su rostro, lo cual me causaba una ternura increíble.

"háblame, deseo escuchar lo que guardas en tu corazón".

Es como si solo con su mirada, pudiera descifrar lo que me diría.

—Que no puedo seguir negando lo que siento... — hablé totalmente decidida. — me gustas, me gustas muchísimo, mucho más de lo que creí posible.

Sus comisuras se elevaron levemente, mostrándose feliz como por arte de magia. Como si mis palabras fueran la cura que él necesitaba para estar bien.

—¿Estás segura de lo que estás diciendo? No hay vuelta atrás en esto, bruja.

—Tú confesión si tuvo repercusión en mí, créeme. Seungi también ayudó en que fuera un total imbécil, nada nuevo, así que...

—¿Estuviste con él?

Quise reír por el cambio en su rostro.

—Estuve todos estos días en una depresión por ser una estúpida, acepté salir con él para no seguir pensando tanto en ti. Pero estando allá seguía pensándote y cuando comenzó a actuar como idiota, me dije: "Jungkook no me trataría así”. Y fue un golpe duro a la realidad de que... ni aunque lo intente, podía sacarte de mi cabeza. Por primera vez hice lo que realmente quería hacer.

—¿Y eso es...

—Mandarlo a la mierda. — dije totalmente orgullosa. — y se sintió muy bien.

—Estoy orgulloso de ti.

Ambos reímos y él, con una sonrisa que trascendía lo ordinario, dejaba entrever una sensualidad que me estaba cautivando. Aquella sonrisa, cargada de encanto, encendió chispas de atracción que danzaban en el aire. 

¿Qué pasa si me arriesgo?

¿Qué pasa si lo intento?

¿Qué pasa si funciona?

En medio de la tormenta emocional que estaba sintiendo, él tuvo la iniciativa de tomarme suavemente del rostro y acariciarlo, como si hubiera leído mis pensamientos.

—Gracias por esto. No me iba a dar por vencido contigo. — explicó acercándose cada vez más a mí. — si tú no venias, yo iría nuevamente hacia ti, porque lo vales, Soohyun. Quiero hacerte feliz.

—Hazlo. — agradecía haber bebido un poco, porque estaba mas inhibida, me sentía bien poder expresar mi sentir libremente. — hazme feliz.

Sonrió para unir por fin sus labios junto a los míos, con una urgencia que reflejaba una necesidad mutua, como si el beso fuera la única forma de silenciar las tormentas internas que nos agitaban. Fue un acto desesperado de conexión, una búsqueda de consuelo en medio del caos. En esos instantes robados, es como si cada uno compartiera no solo su deseo, sino también una búsqueda de refugio en los brazos del otro.

Sus manos bajaron a mi cintura para caminar a ciegas dentro de su apartamento y así evitar comentarios de vecinos que no les gustaba el afecto público.

En sus brazos, sentía que todo estaba en su lugar. Estando aquí con él, es que nada mas importaba.

Me gusta Jungkook y también haría todo lo que esté a mi alcance para hacerlo feliz.


¿Me creerían si les digo que borré dos veces este capítulo? Tenía otra cosa planeada, pero necesitaba que Soohyun tuviera ese encuentro consigo misma, que a pesar de lo que decía su mente, batalló para aceptar que si quería ser aunque sea un poco feliz debía aceptar sus defectos 🥺.

Y para las que me decían que venía mucho amor...

Si viene jeje 🎀✨.


Muchas gracias por añadir la historia a sus bibliotecas, por votar, por comentar, las quiero mucho mis culonas, nunca cambien 🫶🏻😞

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