22.
Como un río fluye
con certeza hacia el mar,
cariño, así vamos tú y yo,
algunas cosas estaban destinadas ocurrir.
Toma mi mano,
toma también mi vida entera,
porque no puedo evitar enamorarme de ti.
Elvis Presley —
Can't help falling in love.
—Podemos jugar un juego.
Levanté mi rostro cuando la oí sus palabras. Estaba terminando mi café que había sido preparado especialmente por la castaña que estaba frente a mí.
Llegamos a su apartamento y fue veloz hasta su cocina, diciéndome que me pusiera lo mas cómodo posible. Y para mí, estar frente a ella observándola realizar lo mas simple, era bueno y cómodo. Me dijo que quería que tuviéramos platica, conocernos de mejor manera, pero al momento en que comenzamos a beber el liquido de nuestras respectivas tazas, nos quedamos en un silencio cómodo.
—Te escucho. — respondí arremangando mi camisa. Su vista de manera sutil fue de mis tatuajes para nuevamente subir a mis ojos y terminar sonriendo.
—A las preguntas. Es mas divertido conocernos así. Siento que hemos estado hablando muchísimo más en este tiempo, pero a la misma vez eres un enigma. Tienes un aura misteriosa.
—Creo que me tienes catalogado mal. Soy alguien totalmente aburrido en todo ámbito, no soy un misterio, tengo un trabajo bueno a base de mi esfuerzo, porque nunca fui el favorito de papá. — observé el techo al decir eso, porque era duro decirlo en voz alta. — Así que sin ese trabajo, sería un pobre tipo sin gracia absoluta...
—El que se tiene mal catalogado eres tú. — me interrumpió, juntando ambas manos en el mármol de su bonito mesón. — das una mala impresión al comienzo, pero tu mismo dijiste que era para protegerte de futuras decepciones. Y ahí no estamos tan alejados, fíjate.
—¿También eres desconfiada?
—Absolutamente. — respondió con gracia. — creo que con la única persona que he sido como soy realmente, sin una máscara encima, es contigo, así que puedes sentirte afortunado.
Me sentí ligeramente especial con sus palabras. Porque fue algo que le comenté en un comienzo. Ella aparentaba ser algo que no era, ella aguantaba cosas que no debía aguantar y eso me molestaba. Pero en ese tiempo no la entendía, no la conocía bien y no podía juzgarla. ¿Por qué motivo me preocupaba por ella? ¿Por qué a pesar de todo, la encontraba alguien interesante? Por la misma razón, en el fondo, sabía que ella era alguien especial a quien definitivamente quería conocer más.
—Es bueno escuchar eso. — agaché la cabeza sintiéndome levemente avergonzado, como todo un crío que nunca pudo experimentar algo así con alguna chica en su época de adolescencia. — entonces comencemos con las preguntas.
—¡Bien! — aplaudió eufórica. —Bueno, comienzo yo... — colocó una mano en su mentón, como si estuviera pensando muy bien su pregunta. — ¿Cómo fue tu niñez?
Uy, muy directo, comenzamos mal.
Me removí inquieto en la silla, no sabiendo muy bien como responder aquello. Sabía que podía confiar en ella, pero me costaba soltar las palabras con otras personas.
Detestaba en estos casos ser un introvertido.
—Sí estaba mamá, nada mas importaba... — comencé a hablar, sintiendo el corazón en la garganta tan pronto mencioné a mamá. — no crecí en un buen ambiente. Papá nunca fue un verdadero padre, incluso prefiero llamarlo por su nombre, porque para mí nunca se comportó como tal. Humillaba a mamá y a mí. Yo era un niño muy sensible, ¿sabes? expresaba todo con facilidad y eso era porque mamá me decía que yo no era un robot, que debía sacar a la luz todo lo que sentía, ya sean malestares, enojos, felicidad, absolutamente todo debía salir. — mi voz tembló ligeramente al estar recordándola, porque siempre evitaba hablar de ella para no mostrar debilidad. — Pero a Seungwan eso no le gustaba, si yo lloraba porque algo me molestaba, él de inmediato me callaba, me decía que no era una niña y que decir de Jihee, ella hizo mi vida un infierno en aquella casa... — sentí que me estaba explayando demasiado, por la misma razón me cohibí al decir más cosas de las que tenia planeada decir. — lo siento, te estoy aburriendo...
—En absoluto, tú sigue contándome, me gusta oírte.
—Bueno... — jugué con mis dedos en señal de nerviosismo. — mamá falleció en extrañas circunstancias, según informes periciales, ella se suicidó y es algo que hasta el día de hoy me duele, y duele muchísimo no haber podido despedirme de ella. Con ella tenía la capacidad de seguir mostrándome como era, sin una máscara porque ella me permitía ser libre. Pero cuando ya no estuvo, todo se vino abajo y ahí comencé a vivir la crueldad sin el respaldo de alguien. Fue una niñez horrible, no te voy a mentir. — reí secando una lagrima
que se me había escapado, porque lamentablemente quedé con ese pensamiento inculcado.
No debo llorar, no debo mostrar debilidad.
—No hay nada de malo en llorar, Jungkook. — escuché el chillido de su silla al correrse. Dio la vuelta para sentarse justo a mi lado y se atrevió a tomar mi mano, logrando sorprenderme gratamente. — Las lágrimas no son señal de debilidad, sino de autenticidad. Todos llevamos nuestras cargas emocionales.
—Siempre me he esforzado por parecer fuerte, como si mostrar vulnerabilidad fuera un error.
—Cuando estés en compañía mía, no hay juicio. Aquí puedes ser tú mismo. Llorar no te hace débil; te hace humano. Permítete sentir y expresar lo que llevas dentro.
—Gracias, tomaré muy en cuenta tus palabras, bonita. — levanté su mano para depositar un beso en ella, dejándola aturdida por mi acto. No podía ser la única que diera sorpresas. — creo que me toca, ¿no? Te devuelvo la pregunta, ¿cómo fue tu niñez?
Y fue el punto en que ambos nos quebramos, porque ambos teníamos heridas del pasado a causa de nuestra propia familia y eso, era lo que mas dolía. Pero a pesar de su mirada de pesar, sonrió abiertamente, quizás, al tener un buen recuerdo.
—Papá era mi héroe. — apretó sus labios asintiendo. — era el mejor de todos, siempre estaba ahí para mí, si tenía alguna pesadilla, ahí estaba él para cantarme alguna canción. Si tenía pena, ahí estaban los abrazos de él que me reconfortaban. Éramos una familia feliz, hasta que él falleció a causa de un accidente automovilístico... — fue el punto exacto en que su voz se quebró. Hablar de esas cosas que guardamos por muchísimo tiempo, afecta mucho más, te pega aún mas duro. — mamá cambió drásticamente, se encerró en su dolor, no me atendía, me ignoraba, como si yo fuera culpable de lo sucedido, así me hizo sentir durante años. Sufrí bullying desde los siete años en la escuela, me llamaban gorda, me encerraban en lugares pequeños, ya que ellos decían que yo no cabía por mi gordura, Soowhale era mi apodo y fue muchísimo el tiempo en el cual sufrí y caí en los trastornos alimenticios. Me obsesioné con las calorías, en hacer dieta, en matarme en el gimnasio siendo apenas una adolescente en desarrollo, todo por culpa de personas malas. Fue una mierda, Jungkook. La persona que se supone que debía protegerme y cuidarme, me dio la espalda. Prefirió un tipo que quería abusar de mí, prefirió un hombre antes que su propia hija. Desde ese momento ella murió para mí, estoy sola en este barco y a pesar de todas las adversidades, aún sigo aquí, a pesar de que mis fuerzas se estén agotando, sigo aquí...
Escuchar su historia fue tremendo para mí. La crudeza de todo, de pensar en una Soohyun pequeña, indefensa pasando por todo eso hacia que mi corazón se apretara y sintiera unas enormes ganas de devolver el tiempo y protegerla de todo.
Pero era imposible, yo estaba en su misma situación. Siento que si la hubiera conocido en aquellas épocas, todo hubiera sido diferente para ambos. Nos hubiéramos apoyado, pero el destino prefirió que nos conociéramos de otra manera.
Ella no fue como yo. Ella no pudo terminar de hablar, porque sus lágrimas le imposibilitaron continuar. No dudaba en mostrarse tal cual era, en su mayor estado de vulnerabilidad y para mí, era bueno que pudiera expresarse y soltar.
—¿Qué es lo que te gusta hacer? — ella debía hacer la siguiente pregunta, pero no quería verla llorar tanto. Me dolía verla de aquella forma.
—Cocinar. Me despeja poder cocinarle a otras personas. — habló mientras limpiaba sus lagrimas. Mi mano cosquilleó por acariciar su mejilla, pero me contuve. — Me enamoré de la carrera de pediatría cuando caí en el hospital siendo una adolescente por mi anorexia. Las doctoras que estaban ahí fueron amables, muy amables, junto a su equipo de enfermeras. Veía como trataban a todos y yo me dije que haría lo mismo en un futuro... — sus ojos brillaron muchísimo, juro por dios que verlos brillar de aquella forma me hizo querer arrancarme el corazón con una mano y entregárselo en bandeja de plata. — así que un futuro amaré ejercer esa carrera. Amaré hacer eso. ¿Cuándo aprendiste a tatuar?
—Siempre me gustó dibujar. Era buenísimo dibujando cuando pequeño y fue como una vía de escape de la dura realidad. Miyeon, mi amiga, fue la elegida para realizar mi primer tatuaje real luego de practicar solo en piel sintética y así comencé a avanzar hasta ser alguien respetado en el rubro. — terminé de explicar, encogiendo mis hombros.
—Wow, me da miedo realizarme un tatuaje.
—Yo podría realizar tu primer tatuaje, para mí sería un honor. —dije sin pensarlo. Y es que estar con ella hacía que mis palabras salieran sin filtro ni vergüenza. Amaba como sus mejillas se volvían rojas a causa de mis dichos, amaba que se sorprendiera con cosas tan simples.
—¿De verdad?
—Claro, para ti es gratis. — guiñé mi ojo izquierdo, ganándome una risa de su parte.
—Que considerado con mi bolsillo, gracias.
—No hay de qué, guapa.
—¿Verano o invierno? — se lanzó aire con mano, lo cual me hizo gracia.
—Invierno. ¿Dulce o salado?
—Ninguno, pero si mi inclino a algo, me voy a lo dulce. — dejó un mechón detrás de su oreja. — ¿playa o campo?
—Playa, definitivamente. —aclaré mi garganta, próximo a preguntar. — ¿tienes novio?
Hizo una pequeña mueca.
—Es complicado. No es mi novio, quería que lo fuera, no te voy a mentir... — mantuve mi rostro firme, aún sintiendo unas molestias en mi estómago al escuchar eso. — pero ha tenido tantas actitudes que solo me decepcionan, Jungkook. Caí en la realidad de que prefiero estar soltera que estar tolerando esas cosas.
No me digas eso, yo sí quiero ser tu novio.
—Eso es lo correcto, Soohyun. —dije contrario a mis pensamientos primitivos. — No debes tolerar nada. Eres buena chica, hermosa, y sin duda encontrarás a la persona indicada que cuidará tu corazón como toda una reliquia.
—¿De verdad crees eso?
—¿Por qué estaría mintiendo?
—Porque... siempre me hacías bromas y yo...
—Soohyun, desde el momento en que abrí la puerta por primera vez y te vi ahí, lo primero que pensé es en lo hermosa que eres. — confesé acercándome un poco más a ella, solo un poco, no quería incomodarla. —si pudieras verte a través de mis ojos, sabrías que es cierto lo que digo.
—Eres tan... dulce. Tan dulce que yo...
—¿Tú qué?
Un silencio se interpuso entre nosotros, un vacío denso que se expandía en la sala. Nuestras miradas se encontraron, la tensión flotaba en el aire como una corriente eléctrica. Algo mas sucedía aquí, y no podía ser que solo yo lo sintiera, ella debía estar en la misma situación que yo.
La intensidad hizo temblar el aire y fue justo en el momento menos esperado, es que ella rompió el silencio, lanzándose a mis labios con una determinación apasionada. Sus labios se encontraron con los míos en un beso que desató la tormenta de emociones acumuladas durante todo este tiempo.
Sostuve su rostro con ternura mientras seguía su ritmo y el tiempo pareció congelarse y la intensidad del beso resonó como una melodía en el silencio de la noche. Se podía notar que estaba nerviosa, quizás pensando que no lo estaba haciendo bien, pero para mí esto era perfecto.
Ella era perfecta.
Eran como si sus labios encajaran perfectamente con los míos. Mi lengua rozó su labio inferior, pidiendo permiso para ingresar de una manera delicada. Fue un momento en el que el mundo exterior desapareció, dejando solo el eco de sus latidos acelerados junto a los míos.
El sabor de su beso se convirtió en la mejor cosa que había probado. Era como un deleite exquisito que encendía mis sentidos y dejaba una huella imborrable en mi memoria. Esto definitivamente era una experiencia sensorial que eclipsaba cualquier otro placer conocido.
Sus labios eran la epítome del deseo, una deliciosa adicción que me sumergía en un éxtasis embriagador. Justo, descubrí que sus labios eran el elixir que había estado buscando, una experiencia que superaba cualquier expectativa y se convertía en la mejor degustación que mi corazón y mis sentidos habían experimentado.
Quería que este momento fuera eterno, no pedía nada más.
Ay chicas, ¿alguien pensó que Soohyun iba a ser quien le diera el beso primero? Lo vuelvo a leer y me pongo como una demente
Perdonen por demorarme. Cuando me fui al trabajo aún no se llegaba a la meta y estando allá SE ME BORRARON COSAS, t odio wattpad.
Pero ya está 🤩.
Cuéntenme que creen que pase ahoraaaaaaa 🤩🫶🏻
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