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18.

Y si el sol está molesto y el cielo se enfría,

entonces si las nubes se tornan pesadas y comienzan a caer,

de verdad que necesito a alguien
del que pueda decir que es mío.

Quiero ser alguien para alguien.

Alguien para ti.

Someone to you — Banners.


Siempre fui de las personas que le fascinaba pasar su tiempo en soledad. Nunca fue algo que me molestara, más bien, mi mente agradecía no tener que lidiar con gente que a mi no me importaba en lo mas mínimo, fingiendo estar feliz cuando en definitiva no lo estaba.

Pero ahora, en la situación que me encontraba, extrañamente no quería estarlo.

Me encontraba en mi apartamento sentando en el sofá, pensando en como invitar a Soohyun a salir a algún lado. Movía mi pierna con ímpetu a causa del nerviosismo que sentía sin razón aparente.

Porque yo me había tomado unos días libres luego de lo acontecido y ella estaba en su trabajo. Entonces no había razón para estar nervioso si Soohyun ni siquiera se encontraba en su apartamento.

El sonido de mi celular fue el escape para que dejara de estar sumido en mis pensamientos. El nombre de Miyeon salía en letras grandes y no dudé en contestar.

—Hola, corazón. ¿Cómo estás hoy? ¿Tienes ganas de salir a un lado? Puedo decirle a Namjoon que te acompañe.

—¿Por qué querría que tu novio me acompañe?

—Pues... para que no te sientas solo...

—Estoy bien con mi soledad. — mentí.

—¿Quieres ir por un café? — prosiguió, ignorándome por completo. — ¿Un helado? ¿Quieres ver una película? ¿Qué tal ir al cine? O también...

—Miyeon, creo que ya me duele la cabeza.

—¡Oye! Eres malo. — se quejó en la otra línea. — solo que me siento mal de estar en otra ciudad y no poder hacerte compañía en momentos así, ¿sabes?

—Nah, no debes sentirte así. — le resté importancia. Tiré mi cuerpo hacia atrás y miré hacia el techo. — Tú tienes trabajo que hacer, no es obligación tuya estar pendiente de mí, no soy un niño.

—Sé que no eres un niño, pero yo soy tu amiga y me siento con la obligación de estar ahí.

—Bueno, ahora tengo otra amiga. — En ese instante, mientras mis pensamientos navegaban por los recuerdos de aquel día cuando hicimos las pases, una sonrisa se deslizó sin previo aviso por mi rostro. Fue como si el mero pensamiento involuntario desencadenara un cálido flujo de emociones. — no estoy tan solo, no te preocupes.

—Mmh, Jeon Jungkook... ¿Me estás cambiando, eh? Yo soy tú mejor amiga y... — ya estaba por comenzar con su discurso de que nadie podía reemplazar su lugar, pero se calló de forma abrupta. — ¿es tú vecina?

Hasta el tono de su voz había cambiado, para darle paso a una más infantil y burlesca. Sentí como si mis mejillas nuevamente volvieran a tomar color y agradecí estar en mi casa para que nadie pudiera verme.

—Sí. — sonreí, rascando mi nuca. — así que por eso no te preocupes. Estoy bien.

—Ya veo porqué. — soltó una pequeña risa. — eso me parece magnífico. Aprovecha esta instancia e invítala a cenar.

—No sé como. — admití apoyando mis codos en mis muslos.

—Pues... ¿hablando? Creo que así puedes hacerlo.

—¿Te juntaste con payasos allá?

Rodé los ojos al escuchar su risa para nada sutil.

—Ya, lo siento. Pero es que tú siempre sales con tus cosas. Dijiste que no eres un niño, entonces debes demostrarlo. Determinación, hombre, eso es lo que te falta. — escuchaba sus palabras atentamente y asentí en respuesta.

Tenía razón.

Y es que esta vida adulta era cómoda en mi mundo de rutinas y hobbies. Nunca me había interesado profundizar en relaciones románticas y por la misma razón era un total inexperto a mis casi veintiséis años. Nunca estuve tan entusiasmado con alguien, nunca quise esmerarme en ser notado

Hasta ahora.

—Está bien. La invitaré a salir, ¿bien? Tendré una cita con ella y te mandaré las fotos para que veas que lo logré y así dejes de ser una pesada.

—Lo estaré esperando con ansias.

—Adiós, fea.

—Te amo, mi palurdo.

Era increíble como esta mujer lograba que mi paciencia volviera a estar en el mínimo. Nunca tuve que haberle contado que Soohyun me había dicho de aquella manera.

Nunca se detendría.

Corté la llamada y me levanté con una determinación tremenda, como si otro ser se hubiera adueñado de mi cuerpo. Caminé hasta mi habitación y comencé con una introspección profunda, recordando mis logros y cualidades positivas para fortalecer mi confianza. Miré mi reflejo en el espejo y comencé a hablar, visualizando una conversación amena con ella, como esperaba que debía actuar.

Perdí la noción del tiempo de cuanto habré estado hablando solo como todo un demente, pero ya había oscurecido. Soohyun ya debería estar llegando de su trabajo trabajo o quizás ya estaba en casa.
Me miré en el espejo una última vez, echándome de mi perfume preferido y me di ánimos mentalmente, para caminar hasta la puerta y abrirla lentamente, sacando solo mi cabeza para mirar a mis alrededores.

No sé si fue obra del destino, pero no tenía dudas de que me odiaba. Y es por la simple razón de que Soohyun venía caminando hacia su apartamento, pero no se encontraba sola, estaba muy bien acompañada del idiota feo de su novio.

Maldita sea, había olvidado ese pequeño gran detalle.

Entré nuevamente antes de que me viera con el corazón en la garganta y me apoyé en la puerta sintiendo que toda esa confianza que había generado, se evaporó como por arte de magia. Sentía una nube negra en mi cabeza y quise maldecir en voz alta.

—¿De verdad estoy actuando así por un imbécil? — me cuestioné a mi mismo.

Lo encontraba inaudito que por primera vez me interesara una chica y ella tuviera novio. Él no merecía tenerla.

¿Y tú sí?

Me quedé quieto y por primera vez ignoré aquellos pensamientos intrusivos, porque a pesar de lo que mi mente quería que creyera, sabía que yo podría tratarla mejor.

Conté hasta tres mentalmente y volví a salir para encontrármelos justo al frente de mí. Ella estaba intentando colocar la clave y él estaba muy cerca, pero demasiado cerca, en definitiva no entendiendo que ella necesitaba su espacio personal. Intenté disfrazar mis celos con una sonrisa, pero por dentro, una tormenta de dudas y ansiedad estaba en pleno apogeo.

Soy un total fracaso en estas cosas, no había duda alguna.

Soohyun de reojo reparó en mí y como pudo, intentó separarse de él. Y yo no pude evitar sentir un poco de tranquilidad en mi interior y mas cuando pude notar una sonrisa suya en mi dirección.

—Hola, Jungkook. ¿Cómo estás?

Esa simple pregunta me hizo devolverle el gesto, sonriendo de manera genuina. Podría afirmar que de todos los días que han pasado, mi mente reacciona muy bien cuando ella está cerca. Es un estímulo positivo, lo cual me hace experimentar una agradable sensación de bienestar.

—Mucho mejor. — respondí tocando mi oreja. Mi mirada de fue al tipo a su lado, quien tampoco me quitaba la vista de encima. — yo... quería hablar un tema contigo.

—Oh, claro. Te escucho, ¿qué sucede?

No podía hablar si había alguien más presente. Quería que se fuera, que ya dejara de molestar, pero al parecer era algo imposible. Suspiré con frustración.

—Mmh, me gustaría hablar un tema a solas, ya sabes... — intenté que ella captara que definitivamente no quería hablar si Seunwon presente, o como sea que se llame.

—¿Qué es lo que necesitas? — el tipo interrumpió, cruzando sus brazos.

Elevé una ceja ante el tono que estaba utilizando.

—No te preocupes. Seungi ya se iba. — habló ella esta vez.

—¿No íbamos a ver una película? — cuestionó frunciendo el ceño. Yo estaba escuchando su conversación como si de un partido de tenis se tratase. No pude evitar apretar mis puños sin que nadie se percatara ante esta estúpida molestia que no me dejaba en paz.

—Lo siento. Otro día puede ser, ¿no te parece?

—La verdad me apetecía verla ahora.

Las ganas de golpear su rostro solo se intensifican. Estaba siendo un intenso de mierda y me estaba comenzando a molestar el tono que estaba ejerciendo. Podía notar que Soohyun se sentía entre la espada y la pared. Y esta vez yo fui quien dio su brazo a torcer para que ella no tuviera que decidir.

—No te preocupes. — hice un ademán con mi mano, restándole importancia. — podemos hablar en otra oportunidad, no te preocupes.

Estaba actuando de manera tranquila cuando por dentro mi estómago se estaba retorciendo como un maldito nudo. Le di una sonrisa totalmente falsa antes de girar para volver a entrar y cerrar la puerta detrás de mí, apoyándome en ella. Golpeé mi cabeza suavemente y negué insatisfecho por no poder abordar de otra manera la situación.

Debía calmar este monstruo, que eran los celos. Son la cosa mas terrible que alguien puede experimentar.

Respondí algunos mensajes de clientes que querían cotizar tatuajes conmigo, diciéndoles que no estaría trabajando por estos días debido a temas personales, aunque sabía que tatuar me ayudaría a despejar mi mente.

Habrán pasado unos veinte minutos cuando siento el timbre sonar, sacándome de mi aburrida vista en instagram. Caminé con paso perezoso y abrí la puerta viendo a una Soohyun parada justo frente a mí, con un rostro preocupado. Arrugué mi frente para ver a los alrededores, buscando a la rata que estaba junto a ella, pero no lo veía por ningún lado.

—¿Tan corta era la película? — intenté bromear, pero enseguida me puse serio cuando por mi mente se creó el peor escenario posible.

¿Ellos habrán visto alguna película?

Negué ferozmente, dejando totalmente confundida a la castaña por mi actitud de un hombre desquiciado.

—No me pude concentrar. Debe ser importante lo que quieras decirme, ¿no?

Mis comisuras temblaron levemente, pero me aguanté de sonreír como todo un idiota. ¿Qué era lo quería hacer? Ya lo había olvidado.

—¿Lo despachaste porque te preocupaste por mí?

—Ah, ese ego tuyo. — rodó sus lindos ojos — la película puede esperar.

—Lo mio también podía esperar. — la provoqué, buscando un indicio de nerviosismo en ella. Sabía que esto podía ser difícil. Sabía que yo no era el mejor partido, pero quería que se fijara en mí.

Que sus ojos mieles estuvieran puestos en mí. Que me observaran con cariño... quería ser alguien para ella.

—Lo sé. Pero también sé que no estás pasando por un buen momento y necesitas desahogarte.

Y ahí estaba. Ella estaba aquí por todo lo que había sucedido con papá, no por otra razón. Me tragué toda la desilusión, porque sabía que prefería esto, que a nada.

—Esto no tiene nada que ver con lo sucedido. — expliqué repiqueteando mis dedos en la manilla de la puerta. — solo es que... yo... bueno... ¿sabías que me gusta cantar?

Creo que no fue la pregunta mas acertada. Pude notar que Soohyun quedó completamente extrañada ante el cambio brusco de conversación.

Pero, mierda... estaba nervioso, muy nervioso.

—¿De verdad? Eso es... bueno. — ladeó su cabeza intentando seguirme la corriente. — Cantar ayuda con la ansiedad. Tiene beneficios emocionales, psicológicos y físicos.

—Exacto. — la verdad no tenía idea de eso, pero tenía sentido porque si me ponía feliz escuchar música y cantar. — y yo quería ir a un karaoke hoy.

—Me parece muy bien, Jungkook. Es bueno que busques una distracción en momentos como estos.

—Sí... — rasqué mi frente intentando encontrar las palabras adecuadas. — pero yo... quería saber si, bueno... solo si quieres, no es obligación...

—¿Por qué estás actuando tan raro?

—No estoy actuando raro. — me defendí. — quería saber si, ¿me quieres acompañar?

Abrió sus ojos con sorpresa, dudando un poco sobre que decir. Se le podía notar en el rostro que no se esperaba eso para nada mi propuesta.

La verdad ni yo, esto no estaba en el plan.

—Yo canto terrible.

—No importa. Iremos a botar tensión, ¿no encuentras que es un buen plan?

—Sí, pero...

—¿Te gustaría ir al karaoke conmigo?

Sentía que el apartamento estaba cargado de nerviosismo puro y el tiempo parecía estirarse como un elástico tenso. Sus ojos chispeaban de curiosidad y yo estaba preparado para una negativa de su parte, pero no podía hacer que mi corazón dejara de latir con tanta fuerza. Soohyun tomó una pausa dramática, antes de romper el silencio con una risa suave.

—Está bien. — asintió, metiendo un mechón de su largo cabello detrás de su oreja. — Pero si veo que te estás riendo por la forma en que canto, te golpearé y te dejaré solo.

Levanté mis manos y negué, sintiéndome de pronto muy feliz. Porque sabía que esto podía ser el comienzo de algo, la primera de muchas salidas.

Así que solo me recargué en la puerta, sin quitar la sonrisa de mi rostro y le respondí.

—No me burlaría de ti, bruja.


AAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

Sí, SIII, chicas. Yo dije, ¿esto es real? Y en efecto, es real.

Jungkook tímido y no sabiendo lo que hace me produce ternura 🤧.

Son las 2:49 y actualizo porque a esta hora me viene la inspiración la verdad, no les voy a mentir.

Jungkook fue el primero en caer, ¿que creen ustedes lo que pasará en el próximo?

Si quieren saberlo, sigan sintonizando este canal, que está aprobado por Chayanne 🦦.


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