16.
𝙃𝙖𝙗𝙞́𝙖𝙣 𝙥𝙖𝙨𝙖𝙙𝙤 𝙩𝙧𝙚𝙨 𝙨𝙚𝙢𝙖𝙣𝙖𝙨 𝙙𝙚𝙨𝙙𝙚 que admití que Soohyun me gustaba y habían transcurrido una desde la última vez que hablé con ella.
Y todo porque se esconde como una rata de alcantarilla.
¿Cómo podría seguir los consejos de Miyeon si la castaña huía de mí como si tuviera la peor peste del planeta Tierra? Pero la pregunta no era esa, la pregunta que carcome mi mente es como debo ser con ella, que debo hacer, como debo actuar.
Así que no esperé mucho para abrir mi computadora y pensar muy bien en las palabras que utilizaría en el buscador. Ladeé mi cabeza al apretar cada tecla y comencé a ver cada pestaña de recomendación brindada.
Psicología-online.com
¿Cómo enamorar a una chica? En 9 pasos seguros.
Wikihow.com
¿Cómo conquistar y enamorar a una chica? 15 pasos (con imágenes)
No está demás decir que me fui por aquella opción. Ver imágenes podría ser mas sencillo para comprender. Le di click al enlace y comencé a leer con determinación.
1.Ve despacio.
Trata de ser su amigo y conócela mejor antes de intentar hacer que se convierta en tu novia
¿Existe la opción en que Soohyun pueda ser mi amiga?
2.Encuentra una excusa para hablar con ella.
Para hacer que una chica te note, necesitarás hablar con ella en algún punto
Y ese si era un problema, ya que no encontraba la manera para hablar con ella.
3.Hazle cumplidos.
Los cumplidos sinceros son otra buena manera de hacer que una chica se sienta más cómoda contigo. Halaga su apariencia, pero también halágala por otras cosas aparte de su apariencia, como su inteligencia, creatividad y determinación.
Creo que eso no era tan difícil. Ella era una chica muy inteligente, podía decir insultos que nadie nunca jamás haya escuchado y su determinación de superarse a pesar de todas las cosas malas que le puedan haber pasado es de admirar.
Comencé a ver todas las opciones para lograr que se quedara grabado en mi memoria y no olvidar absolutamente nada.
4. Coquetea un poco con ella.
5. Asegúrate de siempre verte y oler bien.
6. Vive tu propia vida.
7. Escúchala.
8. Apóyala y anímala.
9. Muéstrale lo que te hace especial.
10. Sé respetuoso y considerado.
11. Invítala a salir en una cita.
12. Ten una cita especial tomando en cuenta sus preferencias.
13. Sé alguien atento.
14. Hazle saber como te hace sentir.
15. Sigue saliendo con ella y conociéndola.
Suspiré con frustración al leer cada punto y sobre todo el último. En estos momentos odiaba ser un estúpido con las mujeres, odiaba no tener iniciativa para poder lograr algo. No encuentro que sea alguien interesante de conocer y soy mas traumas que persona.
¿Cómo siquiera alguien se fijaría en mí?
—Eso es interesante, ¿cuándo le dirá a la susodicha que está perdidamente enamorado al punto de estar buscando esto en Internet?
Di un brinco del susto y por acto de reflejo cerré la laptop, sintiendo como mis mejillas comenzaban a calentarse y puedo asegurar que pronto estarían rojas.
—¡¿Qué haces aquí?! — exclamé con una mano en mi pecho. Hoseok estaba a unos metros de distancia con una sonrisa de oreja a oreja, disfrutando de haber presenciado el acto mas vergonzoso por mi parte. — ¿quieres que te despida, eh? ¿No te enseñaron a tocar la puerta?
—Lo hice. No una, no dos... — levantó ambos dedos y lentamente un tercero. — sino tres. Ya veo con lo que estaba tan ocupado.
Le divertía la situación. Le divertía tanto que yo me sentía morir por el bochorno. Me puse de pie para tomar lo que tuviera cerca y comenzar a golpear su espalda para que dejara de reírse de mí.
Pero era algo imposible. Su risa se escuchaba a kilómetros de distancia.
—Dame una razón por la cual no te he despedido aún.
—Yo sé su oscuro secreto. — se encogió de hombros. — soy el único que sabe que está enamorado de su vecina.
—¡Cállate! — tapé mi rostro. — eso no es verdad. No estoy enamorado, solo... me gusta, ¿bien?
—Sabe que solo bromeo con usted. — me dio leves toques en mi hombro, de una manera muy sutil. — si su padre se entera, tendrá un dolor de cabeza. ¿Qué hace Jeon Jungkook detrás de una secretaria?
Guardé silencio al escucharlo. Sabía que esa no era su manera de pensar, sino mas bien me planteaba lo que fácilmente me podría decir Seungwan. Este era un mundo en donde las etiquetas y el estatus social a menudo dictaban las relaciones, pero quería desafiar eso.
Quería seguir a mi corazón, porque realmente no me importaba lo que opinara el resto respecto a mi vida.
—No me importa lo que piensen ellos. Mientras yo esté bien y feliz, lo que opine él o la loca de Jihee me da exactamente igual. — concluí seguro de mi mismo.
A pesar de que sabía que recibiría críticas si es que alguien más se entera de esto y las opiniones mal intencionadas que habrán como también intrusivas de mi familia, quise ser egoísta alguna vez en mi vida.
¿Qué si lo intento?
¿Qué si la conquisto?
¿Qué si me gano su corazón?
—Eso me parece muy valiente. — Hoseok asintió complacido con mis palabras. — a todo esto, el señor Jeon hoy no se presentó y tampoco le dio noticias a su secretaria, ¿usted sabe algo?
—No. Quizás tuvo cosas que hacer y ya sabes que mientras esté yo, le da exactamente lo mismo faltar.
Sabía que yo podría manejar esto igual o mejor que él. Todo estaba en orden conmigo y mi equipo, así que él podía ir a Singapur por un año completo y esta empresa seguiría a flote sin ningún inconveniente.
—Si. Tiene razón.
Un día era normal que él faltara, dos días podría ser un poco extraño... pero cuatro días era algo loco de su parte. Intenté comunicarme con él, fallando en el intento. También lo intentó Hera, su secretaria, no recibiendo respuesta alguna.
Y aunque lo evité a toda costa, algo de preocupación se instaló en mí.
Fui hasta su casa apenas salí del trabajo y me sorprendí de ver las luces apagadas. Él tenía a gente que ayudaba en lo quehaceres del hogar y ver las ventanas en total oscuridad, si hizo que una extraña sensación se implantara. Salí de mi auto y con paso lento comencé a caminar hasta la entrada, no recibiendo ninguna respuesta cuando toqué el timbre.
Aunque no había razón aparente para temer lo que yacía tras la puerta, una sensación de inquietud se apoderó de mí. Un mal presentimiento se aferró en mi mente, como una sombra oscura que se negaba a disiparse. Intenté descartar los miedos como simples imaginaciones nocturnas, pero el palpitar acelerado de mi corazón contradecía cualquier intento de calma.
Me di cuenta que temblaba cuando tomé el celular para buscar el número de papá y volver a marcarle, sorprendiéndome que la melodia de su celular se escuchaba dentro. No perdí más tiempo para comenzar a forcejear con mi cuerpo, intentando derribar esta gran puerta de madera maciza.
Cayendo en cuenta que definitivamente eso no funcionaría.
Caminé por los alrededores buscando un objeto el cual lanzar por la ventana y cuando encontré una roca justo al lado del gran árbol de cerezos que había en el patio trasero, volví para romper los cristales de manera rápida. Una alarma antirrobo comenzó a sonar dentro, dejándome con una molestia en el oído.
No había nadie en la planta baja, pero su celular si estaba acá.
Apagué la ruidosa alarma de su casa, para encender las luces y con paso lento, comenzar a subir las escaleras, sintiendo un olor nauseabundo con cada paso que daba. La razón luchaba contra la paranoia mientras avanzaba hacia lo desconocido, pero el presentimiento persistía, ahora palpable en el silencio sepulcral.
Llegué a la habitación principal, y dando un suspiro, giré la perilla y la puerta se abrió lentamente, con un chirrido como si de una película de terror de tratase. Una oscuridad más profunda se reveló al otro lado, y mi imaginación comenzó a tejer escenarios terroríficos, mas cuando el olor me golpeó con aún mas fuerza, logrando que me tapara la boca y nariz con mi antebrazo.
La habitación estaba envuelta en un silencio total, solo interrumpido por el eco de mis propios pasos vacilantes. La luz pálida de la lámpara, la única luz que había en este lugar, iluminaba el rostro sereno de él.
Estaba pálido, hinchado y con un orificio en su cráneo y en su mano, que reposaba también en el escritorio, yacía un revolver. Revolver que conocía muy bien.
Y la realidad me abatió.
Sentí las náuseas de manera rápida subir por mi esófago y no pude evitar vómitar a un costado, queriendo borrar de mi mente lo que acababa de presenciar. Volví a sacar mi celular ahora temblando de pies a cabeza y llamé a la policía.
Los cuales no tardaron en llegar.
Estaba en shock, aun no asimilaba todo lo que había sucedido. Se sentía como si estuviera flotando en un sueño vívido, del cual despertaría en cualquier momento.
Pero nada de eso ocurrió.
Los primeros reporteros llegaron al lugar para cubrir la impactante noticia. La casa ahora estaba cercada con grandes cintas amarillas y fue motivo suficiente para comenzar a recibir llamadas de absolutamente todos.
—¡¿Dónde está papá?! ¡¿Dónde mierda está?!
Los gritos se escucharon cerca y cerré mis ojos momentáneamente por pensar en lo que se avecinaba. Jihee estaba fuera de control. Lloraba a mares, como también maldecía a medio mundo y lamentablemente estaba entorpeciendo con la investigación.
—¿Puedes calmarte, por favor? Están haciendo las averiguaciones. Sé como te sientes...
—Tú no sabes ni mierda, gran imbécil. — escupió cada palabra con ira inconmensurada. — tú lo odiabas. Tú nos odias, ¿y ahora estás con falso rostro de afligido?
—Me da exactamente igual lo que pienses. ¡Llevaba cuatro malditos días muerto! ¿Y tú dónde mierda estabas, eh?
Las rencillas se mantenían a flor de piel, ganándonos miradas a nuestro alrededor. Se oían susurros de los demás, viviendo del cotilleo.
—¡Estaba de viaje! ¿Tú viniste a visitarlo cuatro días después? — cuestionó acercándose a mí, viendo como sus ojos estaban completamente rojos, pero su rostro estaba endurecido. — tú tenias tantas ganas de que algo le sucediera...
—¿Qué mierda estás insinuando? — espeté poniéndome tenso, sintiendo como mis facciones se endurecian.
—Que eres un hijo de puta. — con rabia secó sus lágrimas. — y que ojalá la culpa te carcoma entero, pedazo de gran mierda.
Chocó su hombro fuertemente contra el mío, para caminar donde un oficial. Mordí mi lengua para no responder y escalar esta discusión en algo sumamente mayor, porque este no era el momento.
Los primeros reportes indican un suicidio, ya que no habían indicios de lucha para pensar que una tercera persona pudiera estar involucrada y las cámaras de seguridad lo confirmaban, ya que no mostraban nada fuera de lo normal al momento en que él no volvió a salir de la casa, como tampoco que alguien ingresara a ella.
—Él le dio la semana completa a los trabajadores que ejercían labores de limpieza. Todo por mensaje de texto. — mencionó el policía, mientras seguía anotando en su gran libreta. — ellos ya fueron llamados a testificar y ustedes también deberán hacerlo.
—¿Yo por qué? — inquirió Jihee totalmente molesta. — ¿No cree que es suficiente con llegar al país y enterarme que la única persona que me quedaba en el mundo acaba de morir?
Sus palabras, carentes de emoción alguna, lograron calar en el oficial solo por un leve momento.
—Son procedimientos que debemos seguir, señorita Jeon. Sé que es algo difícil, pero es necesario.
Ella siguió protestando contra los oficiales y yo estaba en blanco. Creo que aun no asimilaba todo lo ocurrido. No podía creer absolutamente nada de lo que acababa de presenciar.
Nos pidieron autorización para llevar su cuerpo a una morgue y seguir las investigaciones. Yo no tuve problema alguno, pero como siempre Jihee quería seguir la contraria. Estar cerca de ella por tanto tiempo solo lograba que mi cabeza duela muchísimo, por la misma razón entré nuevamente a la casa y miré el gran cuadro que reposaba en la sala de estar.
Una fotografía de él solo.
En el silencio del lugar, observé la fotografía de mi difunto familiar, pero no podía encontrar la pena que esperaba. La culpa se instaló en mi pecho, pesada como una loza. Me cuestioné por qué mis lágrimas se negaban a caer, mientras otras personas expresaban su dolor con sollozos.
Los días pasaron. Jeon's food estaba de luto y finalmente el cuerpo de papá fue entregado para darle una cristiana sepultura. Entre susurros de condolencia, me refugié en mis pensamientos, tratando de entender mi falta de tristeza.
La conexión que compartimos en vida no parecía traducirse en el duelo que la sociedad esperaba de mí. Cada mirada compasiva agudizaba mi sentido de culpa, haciéndome cuestionar mi propia empatía. En el laberinto de mis emociones, reconocí la complejidad del vínculo que nosotros tuvimos. No fue color de rosa; habían capítulos oscuros, momentos de desencuentro y palabras no dichas. Sin embargo, la sociedad insistía en que la sangre debería teñir de luto mi corazón. La confusión y la culpa me envolvían mientras intentaba reconciliar mis sentimientos. Acepté que el duelo no sigue un guión predeterminado y que la pérdida puede ser compleja.
Finalmente, permití que mis emociones fluyeran sin la presión de conformarme a las expectativas externas, abrazando la verdad única, que es todo lo que tuve que vivir desde pequeño, hasta ahora.
2/3
Me imagino a ustedes con esta misma cara KAJAKAJAK dije que daría un inicio al nuevo arco de seven reasons why y créanme que era muy necesario ESTO.
Si han estado leyendo con determinación, sabrán por qué... o quizás no? 👻
Es un inicio de conspiración, de teorías... de amor tal vez 🦦. Así que esto está ufff por favor que @abecedario si lee esto, que no comente ninguna teoría porque SIEMPRE LE ACHUNTA A TODOOO
KAJSKAKSK
Gracias por llegar muy rápido a la meta, así que para el siguiente será exactamente lo mismo. 10 votos y 40 comentarios 🫶🏻❤️.
GRACIAS POR LEER ✨❤️.
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