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15.





𝙇𝙖 𝙨𝙚𝙣𝙨𝙖𝙘𝙞𝙤́𝙣 𝙙𝙚 𝙤𝙥𝙧𝙚𝙨𝙞𝙤́𝙣 𝙨𝙚 𝙖𝙛𝙚𝙧𝙧𝙤́ 𝙖 mi pecho, como si el aire se volviera más denso con cada segundo que pasaba. Mi respiración se volvió rápida y superficial, como si mi cuerpo estuviera tratando desesperadamente de encontrar una fuente de oxígeno fresco.

El sudor perlaba en mi frente y mis palmas se volvían húmedas mientras las paredes parecían cerrarse cada vez más sobre mí. Cada centímetro cuadrado de espacio parecía una prisión, y mis pensamientos se volvieron turbios y confusos. La necesidad de escapar se convirtió en una obsesión, y mis músculos se tensaron, listos para cualquier oportunidad de liberación.

—Soohyun, mírame...

La voz de Jungkook se oía como si estuviera en las profundidades del mar, tan lejano que sentí pánico. No podía comprender como de alguna u otra forma siempre terminaba mostrando mis debilidades frente a él.

—Soohyun, mierda, mírame linda...

Sentí golpes en mi mejilla y abrí mis ojos para encontrarme con su cuerpo a escasos centímetros del mío. Su frente tenía rastros de sudor, evidenciando que aquí era un maldito horno en pleno invierno. En un acto de total irracionalidad, comencé a golpear mi pecho, sintiendo que moriría justo aquí.

—Necesito salir de aquí, Jungkook...

Mi voz salió en un fino murmuro, cargado de desesperación. Sentía el lugar tan pequeño que me asfixiaba y me daba la sensación de que llevaba aquí horas, cuando fácilmente habrán transcurrido unos minutos desde que se detuvo el movimiento.

—Tranquila, todo estará bien, ¿sí? No te enfoques en tu alrededor.

—¿En qué me enfoco entonces? Esto es horrible.

—En mí. — su voz, seguro de si mismo, me hizo quedar atontada por lo menos unos segundos. Nuevamente conecté con sus orbes y en el momento en que me sumergí en ellos, me encontré perdida en un laberinto de emociones. — enfócate en mí.

Creí que estaba jugando conmigo. Intenté encontrar cualquier indicio de que esto era un broma de su parte o quizás, que se largara a reír. Pero nada de eso estaba ocurriendo. Su rostro se mantenía serio, preocupado y puedo jurar fielmente que en un lapsus olvidé hasta el porqué estábamos aquí.

—No estoy para bromas.

—¿Me ves con rostro de que estoy jugando?

Y maldita sea, definitivamente no. No comprendía el porqué mi corazón estaba latiendo a una velocidad exuberante y lo atribuí a la sensación del momento, a mi fobia.

—Odio los lugares pequeños, esto es pequeño, ¿no sientes que se está haciendo cada vez mas chico? — pregunté mirando a mi alrededor. — es horrible.

—Vamos, no pienses en eso. — golpeó suavemente mi cabeza. Respiré profundamente y pude sentir el olor de su perfume que se perdía en mis fosas nasales, logrando que me distrajera por un breve momento. — ¿por qué no me hablas de ti? ¿Cómo has estado?

—¿Qué te importa?

—No puedo creer que seas tan rencorosa, Soohyun. — negó con su cabeza. — olvidemos lo que sucedió.

—Sí tu puedes seguir tranquilamente luego de todo lo que te dije, pues bien. Pero yo no soy igual a ti y tus palabras me afectaron. — quise ser sincera una vez en mi vida y se sintió realmente bien decir eso en voz alta.

Él se quedó en silencio, asimilando mis palabras y asintió rascando su cabeza.

—Tienes razón. Creo que no me he disculpado como corresponde contigo, pero créeme que he intentado encontrar el momento adecuado y definitivamente este no es el lugar..  — observó el techo y volvió a mirarme fijamente. ¿Por qué lo estaba sintiendo tan cerca de mí? ¿Tan pequeño estaba este espacio? — pero sé que no habrá otra oportunidad allá afuera porque tú estás de orgullosa y lo entiendo, lo merezco.

—Que bien que lo sepas. — a pesar de mi estado, era increíble que me mantuviera tan firme hablando con él. Y es que no es por nada, pero que bien lucia el condenado, me colocaba nerviosa su presencia, tan imponente.

Los trajes definitivamente estaban hechos para él.

—Lo siento mucho, Park. De verdad que... desde que nos conocimos tuvimos nuestros roces, pero en un punto pudimos congeniar muy bien. Y sí, esas cosas que dije no son ciertas, solo hablé de más porque estaba molesto.

—¿Molesto? ¿Por qué estarías molesto? — no encontraba una razón lógica para que él se molestara, no podía comprender muy bien. — desde que Seungi vino a verme ese día, tú cambiaste completamente.

—Odié que fueras tan blanda y permitiste que nuevamente él entrara en tu vida. — su frente se arrugaba con cada palabra. — tú eres mucho para ese tipo de personas.

Me quedé sorprendida, no solo por las palabras inesperadas, sino también por el cálido sentimiento que despertó en mi corazón.

—No creo que sea así...

—Deberías dejar de ser tan modesta, Soohyun. Eres mucho más de lo que tu mente te ha obligado a creer.

Me sentía totalmente eclipsada y por un leve momento todo desapareció a mi alrededor, todo malestar, toda desesperación se esfumó para darle paso a una tranquilidad momentánea, tal como si estuviera flotando en aguas pacíficas. No podía entender aquél sentimiento que me embargó, solo sé que un calor invadió y arropó mi corazón por completo.

—¿Por qué eres así?

Fue un cuestionamiento necesario. No comprendía sus actitudes tan diferentes. Un día podía todo estar en orden y al siguiente ya no. Un día podíamos estar riéndonos y al siguiente diciéndonos cosas hirientes.

—¿Así cómo?

—Tan... extraño. ¿Por qué decirme todas esas cosas días atrás y ahora cambiar de manera tan abrupta?

—Porque ese idiota es... un gran idiota.

—Oh vaya, creí que era un idiota. — intenté bromear, secando el sudor de mis palmas en mis muslos. Definitivamente en este momento era mas sudor que persona. — suenas como si estuvieras celoso de Seungi y eso es imposible.

—¿Por qué sería imposible?

—Porque es algo que no tiene sentido, él es una persona que... — guardé silencio captando su pregunta y tragué con algo de dificultad.

—Pregunto nuevamente, ¿por qué sería imposible que sienta celos?

Los nervios danzaban en mi pecho, como un ballet frenético que parecía querer escapar de su confinamiento. Sus ojos, profundos y penetrantes, parecían leer mi alma, haciendo que mi pulso se acelerara aún más. Intentaba mantener la compostura, pero mi corazón al parecer tenía sus propios planes. Me sentía prisionera justo en este momento y no comprendía como es que él estaba tan cerca de mi anatomía.

Necesitaba aire.

Necesitaba escapar de aquí.

Mi llamado de auxilio mental fue escuchado por el más allá, porque como respuesta obtuve que el elevador volviera a moverse y abrió sus puertas en el décimo piso, como si nada hubiera ocurrido justo aquí.

Fingir demencia. Era lo ideal.

—No quiero que vuelvas a decir disparates solo para burlarte de mí, ¿bien?

Caminaba dando grandes zancadas hacia mi apartamento, sintiendo como sus pasos caminaban al mismo ritmo que yo.

—¿Quién se está burlando?

—¡Tú! Desde el primer momento has hecho hasta lo imposible porque te odie. — mis palabras salieron de manera fugaz. Cerré mis ojos un momento para mantener la cordura. — no te odio, ¿bien? Solo me sacas de quicio.

—Es mutuo, no te odio, solo me sacas de quicio.

—¡Bien!

—¡Bien!

Seguía respirando con dificultad por el pánico de estar encerrada y a la vez, por las palabras de Jungkook. Me sentía completamente perdida. Sentía su mirada, a pesar de que yo estuviera con la cabeza gacha y quise levantarla para observarlo solo por un momento antes de ingresar, pero tan pronto como nuestros ojos conectaron, sentí nuevamente el retumbar de mi alocado corazón. Sus ojos, se posaron sobre los míos con una intensidad cautivadora y en ese instante, sentí como si hubiera perdido el equilibrio, como si estuviera al borde de un abismo emocional.

Era como si pudiera ver a través de mis pensamientos, desnudando mis emociones más profundas con solo una mirada. El pulso en mi garganta se aceleró, como un eco del latir frenético de mi corazón.

Fui la primera en romper el contacto visual y negué con la cabeza para reprocharme el porqué yo estaba actuando de aquella manera, cayendo con algo tan básico como lo era su mirada.

—Dejemos las cosas como están, ¿bien? Gracias por ayudarme con mi claustrofobia, me ayudó mucho que estuvieras hablando en todo momento. — reconocí mordiendo mi labio. — solo... no te burles de eso. Para ti eso no fue nada, pero yo sentí que moriría ahí. Solo fueron unos minutos, pero para mí fue como una hora.

—No podría burlarme de algo que también sufro. — se encogió de hombros. — para mí también fue horrible.

Decir que estaba sorprendida era poco. Él no se veía como alguien que tenía esas debilidades. Es más, podría jurar que ese momento de vulnerabilidad en su carro, quiso que jamás existiera.

—¿Tienes claustrofobia?

—Desde pequeño. — asintió apoyándose en la pared, justo al lado de mi puerta. — así que estamos a mano, bruja. Ninguno se ríe del otro. — finalizó.

Estaba con la duda respecto a él. No entendía muy bien si estaba aparentando que nada había sucedido con anterioridad o simplemente fingió demencia, tal como yo lo hice con sus últimas palabras.

Y para mí, fue mas sencillo dar media vuelta y meterme de una vez en el apartamento, intentando que mi jodido corazón se calmara de una vez por todas y se dejara de tonterías.

1/3

Bueno mi gente, pido las disculpas por correspondientes por que me contaron los chistes y no actualicé 🦦 me merezco ir a la hoguera.


Pero aquí está mi gentesita, damos inicio con el primer capítulo de tres y quiero que sepan que aquí desde el otro capítulo entraremos como a otro arco de la historia 🙈.


Es este caso especifico de pequeñas maratones, pediré 10 votos mínimo y 40 comentarios y voy publicando el siguiente.

Y así sucesivamente hasta subir el tercero.


Así que nos vemos en el próximoooooo ✨.

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