Ending
Chaeyoung empezó a preocuparse, pues, MinHo conducía sin decirle hacía dónde iban.
Por el rabillo de la ventana, veía el oscurecido cielo estrellado acompañado de las luces nocturnas iluminando Seúl. A esa hora, el tránsito apenas era estable.
—¿Se puede saber a qué lugar me llevas, secuestrador?.—bromeó Chae.
—No seas impaciente, Chae-ssi—sonrió MinHo sin apartar su vista de la carretera—. Pronto lo sabrás.
Misterioso, otra de las facetas que hacían a Lee MinHo verse sumamente atractivo y sexy, otra faceta que definitivamente enamoraba más a la menor.
—Uh, ese el río Han—señala—. ¿Qué hacemos aquí?.
MinHo salió sin responder, rodeando el auto, abrió la puerta de copiloto y extendió su mano. Chaeyoung no estaba entendiendo nada, confusa, aceptó esta y bajó del vehículo.
—Acompañame, te tengo una sorpresa—aludió encaminando a Chaeyoung hasta la orilla del mismo—. Quiero que cierres unos minutos tus ojos y los abras cuando te diga, ¿puedes hacerlo?.
—C-claro, digo, sí.—balbuceó acatando la petición de su mejor amigo.
Sonriente, MinHo dió la señal y en cuánto las luces se apagaron, pidió a su mejor amiga que abriera los ojos y viera hacía el cielo.
Un show de fuegos artificiales se hicieron escuchar, Chaeyoung a medida que pasaban, iba leyendo lo escrito.
"Lee MinHo."
—¿Q-qué-...
—Costó captar tus indirectas, sabes. Me sentí un completo tonto al no darme cuenta antes, a principio creí que se trataba de otro Lee MinHo, como el actor que aparece en la televisión pero luego un buen amigo, siendo totalmente gentil, me hizo entender que, tu chico misterioso de quién estás enamorada, soy yo.—explicó extendiendo un ramo de flores, el cual, había sido colocado detrás de un árbol.
Chaeyoung estaba sorprendida, no pensó que su mejor amigo y amor de su vida, le tuviera esta grata sorpresa preparada. Aceptando las flores, un par de lágrimas reflejaron sus bonitos ojos cafés.
—Y-yo... N-no sé qué decir... Es que, de verdad nunca quise decírtelo por miedo a perderte, Honnie. Lamento si hice todo esto a propósito, quería que, de alguna manera supieras mis verdaderos sentimientos hacía tí.—confesó avergonzada.
MinHo negó, permitiéndose tomar su barbilla e inclinarse un poco, sonrió de lado y sin dudarlo mucho, besó sus labios.
Chaeyoung quedó estática, ¿acaso murió y esta en el paraíso ahora mismo?. Su mejor amigo, ese mismo chico por cual daría todo, la estaba besando... ¡En la boca!.
Tardó segundos en cerrar sus orbes para terminar aceptando el choque de labios.
Desde una distancia, se encontraban todos sus amigos observando la romántica escena.
ChangBin se sentía como un padre orgulloso, sonreía ampliamente al ver a ese par confesarse y corresponderse mutuamente.
—Sigo indignado de que haya recurrido a tí, hyung—expresó HyunJin—. Yo también quería ser partícipe de la tortura.—protestó cual niño pequeño.
YuQi a su lado, jaló a su novio de la camisa para así, devorar sus gruesos y apetitosos labios. HyunJin tampoco se quejó de su accionar.
YeonJun y YeJi reían abrazados, Bang Chan por su parte besó la mejilla de Felix, haciéndolo sonreír. JiSung tuvo que esconder su rostro en la curvatura del cuello de MiYeon a la vez que sus manos sostenían su cintura.
—Hiciste un buen trabajo, Binnie.—comentó SoYeon con orgullo.
—Juro que casi lo dejo pelón de tanto golpear su cabeza—rió Seo—. Ah, menos mal recapacitó justo a tiempo.
SoYeon asintió dándole un besito en sus labios como recompensa, ChangBin suspiró enamorado con sólo tenerla a su lado.
—¿Qué hacen aquí?.
MinHo, el cual, miró a sus amigos, emitió una leve risita.
—Ellos me ayudaron con la investigación. Realmente les debo mucho.
—¡Sí! ¡Me debes 1000 dólares, hyung!.—gritó HyunJin.
Chaeyoung estalló en carcajadas ante la cómica situación, ah, no podía estar más feliz en esos momentos.
—Espera sentado porque parado te vas a cansar, hurón dramático.—susurró MinHo.
—Oye—habló la bajita—. Gracias...
—No, hermosa. Gracias a tí por amarme con todos mis defectos, disculpame si tardé un poco en descubrirlo.
Son sonriente, negó y volvió a besarlo con ímpetu, MinHo sosteniendo sus caderas, le siguió gustoso.
Podrá ser lerdo, tonto y sufrir de captación pero para Chaeyoung eso no importaba, su mejor amigo era el ser humano más hermoso que pudo conocer.
—¿Te gustaría ser mi novia?.—preguntó entre pequeños piquitos.
—Obviamente sí, me encantaría ser tu novia, Lee MinHo.—respondió alegre.
—¡Que vivan los novios!.—chilló YuQi completamente emocionada.
—¡Sí! ¡Los amo papá y mamá!.—acompañó YeonJun.
MinHo rodando los ojos, abrazó a su mejor amiga y ahora novia con tanto cariño, con tanto amor que soltarla le parecía catastrófico. Chaeyoung no se quedaba atrás, sentir los brazos de MinHo sustentandola, lo era todo.
Ahora, ¿las cosas serían diferentes entre ambos?.
Juntos iban a descubrirlo.
Realmente todo fue un rotundo cambio para Chaeyoung, ahora que había oficializado su relación con MinHo, era la envidia de casi todo el alumnado femenino, pues, luego de la graduación de Bang Chan, su novio tomó el liderazgo del equipo de básquet.
No le iba mal, de hecho, jugaba de diez. Pronto habría un campeonato en dónde su equipo seria partícipe, representando a la institución.
Todos los días, ambos se daban muestras de amor en público, convirtiéndose en unos melosos de primera. Incluso, HyunJin le recalcó que hasta en eso logró superarlo.
MinHo por supuesto, siendo una persona humilde, asintió dándole la razón.
Todo era color de rosa por así decirlo, desde luego, las discusiones formaban parte de toda relación, a veces a causa de celos o por no estar de acuerdo en ciertas cosas. Sin embargo, también existían soluciones, mismas que terminaban en ellos dos dándose mimitos.
—Pronto será mi cumpleaños, Lee—vocifera Chaeyoung acostada a su lado—. Quiero un buen regalo, eh.—mencionó sonriente.
MinHo acariciando su sedoso y largo cabello azabache, respondió con un beso en sus rechonchos labios, esos que amaba besar a cada minuto.
—¿Y qué te gustaría, pequeña?.
—Llevamos un año de pareja, deberías saberlo—aludió sentándose en su regazo—. Ya estoy lista para dar ese paso.—confesó rodeando con sus delgados brazos, el cuello de MinHo.
—¿Segura?.
Asintiendo, Chaeyoung movió suavemente sus caderas.
—Bien, si así lo desea mi princesa, entonces gustoso obedeceré su orden—contestó—. Muévete un poco más, me gusta cómo lo haces.
—Al parecer no era la única hormonal aquí—ríe a la vez que su trasero empezó a restregarse contra la entrepierna del mayor—. Me pregunto cómo será cuando estés dentro mío...—comentó empezando a dar unos saltitos, cosa que MinHo disfrutó al sujetarla de la cintura para que continuara.
—Créeme que te encantará, pequeña—sonrió llevando sus labios al cuello femenino, el cual, succionó y marcó—. No te imaginas las cosas que te haré, pedirás por más y más hasta que olvides cómo te llamas.—provocó lamiendo la zona marcada.
—¿Y si lo hacemos ahora? Ganas no me faltan—sugirió—. Estamos solos, tus padres tardarán en llegar y tampoco tengo prisa en irme...
—Pero dijiste que lo querías para tu cumpleaños.—rió MinHo notando la desesperación en el rostro de su amada novia.
—Cambio de planes, puedes regalarme otra cosa—respondió aumentando sus movimientos—. Anda, no seas malito, complace a tu princesa.
Si algo que MinHo no resistía era esa dulce y traviesa vocecita que utilizaba Chaeyoung con el motivo de pedirle algo. Ah, definitivamente se convirtió en el esclavo de esa hermosa chica de cabello azabache y ojos cafés.
Cual mascota obediente, hizo lo que su dueña pidió.
—¡Tu puedes mi amor!.
Tras meses de haberse entregado a MinHo, Chaeyoung todos los días despertaba con una enorme sonrisa y nuevas marcas en su cuello u parte de su cuerpo, era obvia la razón del porqué su novio la marcaba. Ella gustosa las mostraba ante cualquier persona, haciéndoles entender que ya tenía dueño.
Ahora que, las prácticas de básquet aumentaron debido a que, en pocos días, daría comienzo al campeonato. MinHo era un excelente lanzador y capitán, sus compañeros estaban complacidos de tenerlo como guía, desprendía seguridad, superioridad y autoridad cada vez que ingresaba a la cancha.
Chaeyoung por supuesto, presenciaba cada entrenamiento, como había prometido incluso antes de ser pareja.
MinHo miró a su novia, quién, lo alentaba desde las gradas. Sonriente, subió hacía dónde está, besarla era como su fuente de energía.
—Estás sudado, Lee—rió Chaeyoung—. Aléjate.—bromea.
—No, a tí te encanta que te bese incluso si estoy sudado.—contestó besandola descaradamente.
—Agradecería que dejarán su pornografía para los vestuarios.—interrumpió SeungMin viéndolos con asco.
Chaeyoung se separó casi empujando a MinHo, había olvidado que no se encontraban solos.
—Sí, hay menores aquí, respeten.—pidió TaeHyun imitando a Kim.
MinHo gruñó bajito, su mirada frívola indicaba que se las cobraría en la práctica. Besó una última vez a Chaeyoung antes de regresar a la cancha y regañar al par de mocosos que tiene como compañeros.
—Ay, es que de verdad lo amo.—sonrió admirando a su mejor amigo y novio.
Internamente, se felicitaba por haber ideado tal majestuoso plan, el cual, trajo consigo, resultados positivos.
"Señales." Una estupenda forma de confesarte, sí, claro que sí.
Nos queda el epílogo mis poshuelitos lindxs, espero les haya gustado mucho el capítulo final.<3
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