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09: More Signs


Chaeyoung no dudó en darle otra señal de su chico misterioso a MinHo.

Esta vez, resaltó su apariencia y su carácter.

"Tiene apariencia de un conejito malévolo y adorable pero a su vez, se comporta como todo un gato gruñón."

Si con esos datos, no lograba adivinar quién era el príncipe azul de su mejor amiga, definitivamente reconsideraría la idea de YuQi al darse unos buenos manotazos en su cabeza, quizá así, se iría toda falta de atención y escasa captación.

Estaba repasando una tras otra, todas las señales que Chaeyoung le ha dado. Bien, para empezar, nadie venía a su mente.

Sólo podía pensar en él mismo como uno de los posibles candidatos de su amiga. ¿Qué tal fuera un japonés o un italiano inscrito precisamente en el mismo instituto que ellos?.

¡Ah! No le preguntó si era extranjero o de nacionalidad coreana.

"Lo conoces perfectamente."

Bueno, si es así, entonces significa que es coreano. Ahora, quedaba buscar a este con su intuición.

¿Será alto o bajo? ¿Azabache o pelirrojo? ¿Atractivo o no?...

Muchas preguntas, iría a consultarlo con su psicólogo personal.

—¿Tienes idea de quién puede ser?.

ChangBin suspiró, según las anotaciones en su libreta, o sea, su mente, el idiota frente suyo y el cual, tiene por amigo, parecía no darse cuenta que se trataba de él mismo.

Chaeyoung ha sido tan obvia, esas señales que le ha dado a MinHo, si era para que el de cabello anaranjado recibiera unos buenos zapes. Pero, como debía actuar "profesionalmente", iba a darle su sincera opinión.

—Hyung, es que de verdad, me sorprende lo poco que captas las cosas—respondió, apoyando su mano en el hombro del mayor, procedió a elevarla hacía su cabeza y golpearlo sin nada de tacto—. Es que eres idiota, Lee MinHo.

—¡Oye! ¡¿Qué carajos te pasa, Seo ChangBin?! Eso si me dolió—lloriqueó sobandose la zona afectada—. ¿Por qué me golpeaste, eh?.

—Lo siento, sin embargo, creí necesario hacerlo—mencionó—. A ver si con eso recapacitas y te das una idea de quién puede ser el chico misterioso de Chaeyoung.—agregó.

MinHo sin apartar su mano del enorme chichon producido a causa de ChangBin, intenta unir cabos. Pasaban los minutos y nada, ni un mísero nombre venía a su mente. Hasta sintió que, de tanto pensarlo, empezaría a salirle humo por las orejas.

—¿Y?.

—Espera, estoy pensando...

ChangBin vió su reloj de mano, dando un largo y cansador suspiro, se levantó.

—Tienes cinco minutos para darme un nombre, de lo contrario, ni por ser mi hyung, mis nudillos irán directo a tu estúpido y baboso rostro.—advirtió seriamente.

MinHo tragando seguido, se dió la tarea de martillar sus propias neuronas. No es tan difícil, era tirar un nombre al azar y ya, no importaba si se equivocaba, lo que menos quería era quedarse deforme a causa del musculoso chico de cabello morado.

—¿YunHo?.

ChangBin amagó golpearlo, MinHo por inercia cubrió su rostro con uno de sus tantos cuadernos.

—Te queda dos minutos. ¡Piensa bien, hyung!.—rogó hacía el cielo.

Lee bufó, bien, esto seria mucho más difícil de lo que imaginó.


Chaeyoung llegó a casa de su mejor amigo apenas terminaron de cursar, si bien, hoy después de sus tutorías con Bang Chan, decidió propio visitarlo ya que no lo había visto después de irse a la biblioteca.

Tocó dos veces el timbre, al cabo de unos segundos, oyó pasos de tacones acercarse.

Dejándose ver, Chaeyoung saludó cordialmente a Jennie, mamá de MinHo.

La mayor la recibió alegremente, haciéndose a un lado, permitió el paso de la bajita.

—Hace rato no vienes por aquí, cariño. Que gusto verte bien.—sonrió ofreciéndole un café mientras se dirigían al jardín de atrás.

—Sí, es que he estado ocupada con los estudios, soy tutora en matemática—explicó—. Hoy hice un tiempo para venir a verlos. ¿MinHo no ha llegado?.

—No, nos avisó que llegaría un poco más tarde, al parecer tenía práctica de básquet.

Chaeyoung frunce el ceño, ¿por qué su mejor amigo no le avisó sobre ello?. Además, Bang Chan debía ayudar a Felix con su tarea de geografía.

¿Dónde demonios estaba MinHo?.

—Ya veo, bueno, si no es molestia, me quedaré a esperarlo.

—Oh sí, claro que sí—espetó Jennie, sirviendo el café recién traído—. Quédate lo que quieras, YoonGi debe estar por venir. Iremos a cenar fuera, si deseas esperar a MinHo aquí, adelante. Estás en tu casa.

Son agradeciendo, bebió el café acompañado de unos ricos cupcakes mientras pensaba en qué lugar estaría su mejor amigo.


—¡Dios! ¡Hasta que te das cuenta, hyung idiota!.—celebra ChangBin.

Luego de casi tres horas y unos cuántos zapes de Seo, finalmente MinHo supo de quién se trataba aquel misterioso chico, el cual, resultó ser ÉL.

Le causaba curiosidad entender desde cuándo su mejor amiga empezó a enamorarse de su persona.

Le gustas a Chaeyoung...

—Uh, parece que la noticia te dejó en shock. Vamos hyung, no es malo que tu mejor amiga sienta algo más por tí.

—No digo que sea malo, sólo resulta sorprendente de creer...

Bueno, si se ponía a repasar todos los momentos vividos con Chaeyoung... La forma en cómo lo miraba o cómo compartían neuronas siempre.

Sonrió.

Llevando una mano a su pecho, sintió a su corazón latir fuertemente de tan sólo saber que no fue el único en tener esa conexión de hace tiempo.

A fin de cuentas, también es correspondido por su mejor amiga, su alma gemela, su otra mitad, la persona más importante para él.

—Ayúdame Bin, necesito preparar el escenario perfecto para decirle que descubrí el nombre del misterioso chico. ¿Puedes?.

ChangBin ni siquiera dudó en asentir. Ah, por fin su amigo activó las neuronas y abrió los ojos.


Jennie y YoonGi se despidieron de Chaeyoung, dejándola completamente sola en aquella gigantesca casa.

MinHo aún no daba rastros de vida, eso en parte le preocupó. Su mejor amigo no era de esas personas que desaparecen sin avisar antes. Temia lo peor, intentó llamarlo muchas veces pero su número daba apagado.

Ya casi se acercaba el anochecer, los señores Lee aún no llegaban y dudaba mucho que aparecieran temprano.

Ah, mataría a MinHo.

Impaciente, miró seguido la pantalla de su celular. Esperaba aunque sea un mensaje o una llamada del mayor, sin embargo, las horas transcurrían y no lograba dar con el paradero de su mejor amigo.

—Idiota, ¿por qué no aparece?.

Desesperada, llamó a ChangBin, pues, dentro del grupo de MinHo, fue con él que llegó a congeniar más.

Dos tonos bastaron para ser atendida, teniendo el corazón en la boca, preguntó si había visto a MinHo en algún lado, cosa que el de cabello morado asintió.

Chaeyoung pudo respirar tranquilamente.

—... ¿está contigo?.

Sí, de hecho, estamos terminando de hacer unas cosas. Al idiota de MinHo se le acabó la batería, lamentamos si te preocupamos, Chaeyoung.

—Descuida, lo importante es que están bien. Dile a Honnie que estoy en su casa, estoy sola porque sus padres salieron a cenar fuera.—mencionó.

Pudo oír cómo MinHo arrebató el celular de ChangBin.

¿De verdad estás allí? ¿Desde a qué hora?.

—Terminé de darle la clase a Bang Chan y salí para acá, llevo aproximadamente unas cuatro o cinco horas esperándote, baboso.—regaña.

MinHo ríe pidiendo disculpas, prometiendo que pronto terminaría e iría a estar con ella.

—Bien, te veo en un rato. No tardes, Lee.

Por supuesto que no, preciosa. Nos vemos luego.

Despidiéndose de su mejor amigo, cortó y pudo relajarse unos momentos. Mientras lo espera, subió hacía su habitación.

Sonriente, ve a sus tres gatitos dormir en la cama.

Chaeyoung aproximándose, acarició el pelaje de Dori, su favorito. También saludó a Doongie y Soonie, los cuales, ronronearon sintiendo el tacto de su mano.

—Si su padre supiera que muero por él, si se diera cuenta de cuánto lo quiero... En estos momentos, me tendrían como madre—mencionó recostando su cuerpo a un lado de los felinos—. Bueno, lo soy, indirectamente lo soy.

Si MinHo viera hablándole a sus tesoros peludos, de seguro, creería que está loca. Sin embargo, ¿qué persona no suele charlar con sus mascotas? Ellos a pesar de no responderles, escuchan y sienten lo mismo que sus amos.

Chaeyoung olfateó el rico aroma de MinHo en toda la habitación, ah, adoraba esa fragancia tan hipnótica.

—Huele delicioso...—susurra cerrando sus ojos unos momentos.

Espero te des cuenta de lo mucho que te amo, Lee MinHo. Pensó la menor, recordando las evidentes señales que le dió a su mejor amigo.

Conejo malévolo y adorable pero con una actitud de gato gruñón, territorial y tierno.

—¡Chaeyoung! ¡He llegado!.

Oyendo su nombre desde la primera planta, no tardó en bajar, e ir al encuentro de MinHo.

—Bobo, me tenías con el Jesús en la boca, ¿por qué no me avisaste que estarías con ChangBin?.

—Se me olvidó decirte, perdón—sonrió apenado—. Escucha, necesito que me acompañes a un lugar. ¿Tienes tiempo o tus padres te regañarán?.

Chaeyoung verificó la hora en su celular, casi eran las diez de la noche.

—¿Es urgente?.

MinHo asintió repetidas veces. Eso preocupó a Chaeyoung, por ende, envió un mensaje a su madre, avisando que se quedaría a dormir en casa de los Lee.

—Bien, te sigo.

MinHo no tarda en tomar su mano, saliendo apresuradamente, subieron al auto del pelianaranjado para así, dirigirse hacía el lugar dónde finalmente revelaría el nombre del misterioso chico.

Juju, aviso que el siguiente capítulo es el final.<3

Espero también les haya gustado mucho este, mis adorables poshuelitos.<3

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