2022

Este hombre me parece inaudito. Verdaderamente inaudito.
Lo escucho hablar y me aumenta el enojo.

- ¿Te vas a ir?- le grito a través de la pantalla- ¿Y dejarás a todo el mundo? Y lo peor, ¿Me tengo que enterar por un estúpido video de Instagram?

- Los chicos no me necesitan, Gaby- se justifica

- ¿Y eso qué? Esa no es razón para irse- le digo. Sé que quizás sueno negadora pero no me importa- ¿Qué es?

- Ya estoy demasiado grande para esto, bonita.

- El show debe continuar- le digo en un intento desesperado de que entienda.

- Gaby...

No. Necesito que lo entienda. La persona por la que mayor admiración siento se va a retirar, ¿y él quiere que lo tome a la ligera? He tenido posters suyos colgados en mi pared desde los 9 años.

- Por favor, deja de comportarte así... quiero al otro Sebastian.

- ¿A qué otro Sebastian?- pregunta riéndose, ¿encima se digna a reírse?

- Al Sebastian que amaba correr, el Sebastian que ganaba campeonatos y puntos como si jugara un maldito juego de play, ¿qué pasa? ¿Dónde está ese Sebastian?

- Ese Sebastian se ha ido, Gaby- responde rendido.

- No, escucha. Tú tal vez perdiste la confianza pero tus fans seguimos confiando en ti, ¿Nos vas a dar la espalda para sentarte toda la vida a mirar Fórmula 1 en el sillón o vas a decidir volver a demostrar quién manda otra vez?

- Ya no puedo hacerlo- dice negando. De pronto veo al hombre que admiré toda la vida envejecer 10 años y me dio un pinchazo al corazón- Eso es imposible.

- Siempre fue imposible, Seb, siempre lo fue y por eso nos gusta tanto.

- Era por eso que lo adoraba porque era capaz de hacer posible lo imposible pero ya no puedo seguir haciéndolo- lo miro sin poder creer lo que me está contando. Es como si se me rompiera el corazón.

- ¿Tenía que ser por un post de Instagram?- le pregunto con la voz bajita.

- En eso quizás sí me pasé- dijo riendo sin gracia- No creas que no voy a extrañarlo, Gaby, pero, al final del día, el peón y el rey siempre volverán a la misma caja.