- Max, ¿viste a Lando?- pregunto intentando que me escuche por sobre la música. El neerlandés negó pero Kelly, que estaba a su lado, me respondió.

- Lo vi entrar al baño hace un momento, Gaby- le agradecí y me encaminé al baño.

Apenas abro la puerta me doy cuenta de que desearía no haberlo hecho.

Escucho gemidos venir desde adentro de uno de los cubículos.
Está bien, Gaby, está bien.
Me quedo petrificada en mi lugar sin saber qué hacer.
No, no está bien.
Lo que haga él no es de tu incumbencia.
Sí lo es, a la mierda.

Gaby, él te dejó en claro que solo te quería para acostarse contigo.
Salgo apurada y no me doy cuenta que choco contra alguien.

- ¡Gaby! Aquí estás- me dice Carlos agarrandome por los hombros, está contento de verme- ¿viste a Lando? ¿Ya pudieron hablar?- el nudo en mi garganta se hizo más y más grande a medida que lo escuchaba preguntar. Mis ojos se aguaron.

¿La habitación se achicó o solo soy yo?

- Ahí dentro- le señalo la puerta del baño a mis espaldas, mi voz temblaba- No te recomiendo entrar, me gustaría no haberlo hecho- me intento ir pero me agarra del brazo y yo me suelto negando.

Necesito salir de aquí.

Bajo por las escaleras lo más rápido que puedo pero me vuelven a detener.
¿No puedo estar sola más de 10 segundos?

- Gaby, cielo, ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras?- Ni siquiera noté cuando mis lágrimas habían empezado a caer por mis mejillas. George está un escalón más abajo, pasa sus manos por mi cintura y me sonríe de costado.

Y no tengo idea porqué.
Realmente no tengo idea.
Pero lo beso. Agarro sus mejillas y nos fundo en un beso.
Un beso bastante corto porque me separo y me largo a llorar más fuerte que antes.

- Vamonos de aquí- ordena entrelazando nuestras manos y frenandonos delante de las puertas del ascensor. Miro hacia la escalera y veo a Lando bajando de a dos escalones.
La luz del ascensor se hace presente y George y yo entramos, y mientras se cierran las puertas puedo escuchar a Lando llamándome.
Sentía el corazón en la garganta.

Las puertas se vuelven a abrir pero esta vez en el estacionamiento.

- ¿Vamos por café?- pregunta George una vez que entramos en su auto.

- ¿Ir por café? Son las 3 de la mañana, George. No hay nada abierto.

- Gaby, ¿Quieres café?- preguntó arrancando el auto. Asiento y él sonríe satisfecho- Tú pon música que yo me encargo del resto.

George se dedicó a manejar en silencio los 20 minutos de trayecto y por un lado lo agradecí.
Cuando bajamos me doy cuenta de que estamos frente a una pequeña cafetería italiana.

- ¿Cómo conoces este lugar?- pregunto entrando.

George se ríe y apoya su mano en mi cintura para guiarme a una mesita. El lugar es realmente lindo, la música bajita y la luz tenue eran todo lo que necesitaba.
Toda la angustia que sentía en el pecho se alivió un poco al sentir el olor a café recién hecho.

- ¿Qué quieres?

- Oh no, yo invito. Tú me trajiste.

- Gaby, no hay que pagar. Tengo una cuenta aquí desde el año pasado- lo miro asombrada y nos acercamos a pedir al mostrador.

Una señora muy amable saluda a George como si fuera su nieto. Y luego me saluda como si me conociera de toda la vida.
Todo sobre este lugar me llevaba a la palabra hogar.

Luego de un rato, y ya con nuestros cafés, George y yo empezamos con la charla que nos debíamos.

- Tú siempre estás ahí para mi- comienzo a decirle- No importa qué...

- Y puedo estarlo de nuevo- me interrumpe.

- George, no te das una idea de lo agradecida que estoy de que haya pasado- él me mira suplicante- En serio lo estoy. Es solo que... no va a volver a pasar- él asiente mirando a su taza de café, veo como traga fuerte- Lo siento tanto...

- Está bien, Gaby. Es mi culpa de todos modos.

- Es de ambos- nos quedamos en silencio hasta que George vuelva a hablar.

Como me encantaría amar a George de esa manera. Como me encantaría que todo fuera más fácil.

- Sé que quisieras que fuera la primera opción en tu cabeza y que no es tu intención. Pero ya no quiero ser alguien con quien duermes mientras decides si volver con Lando sería la mejor opción.

- George, lo siento...

- Lo sé, sé que lo sientes y te sientes culpable por no amarme. Siempre supe que estabas enamorada de Lando y aún así decidí ilusionarme. Admito que me hubiese encantado que te hubieras enamorado de mi, pero no lo hiciste, y no es tu culpa, pero siempre ten presente que mi amor fue suficiente para cubrir tu parte y la mía.

- Yo te besé y acepté acostarme contigo. Nadie me obligó a nada- le dije como si no lo supiera, intentando justificar el hecho de que se haya enamorado.

Rió y me sonrió con nostalgia- Créeme, no tienes que recordarmelo- Nos volvimos a quedar en silencio. Creí que sería incómodo pero todo lo contrario- Es una pena que no podamos querernos porque nos queremos muy bonito.

- Sí, tú y yo haríamos magia- suelto sin pensar por lo que nos toma por sorpresa a ambos.

- Es una pena que la magia no exista si uno no cree en ella... y que se necesitan dos para creer en el amor- nos quedamos en silencio. Nuestra postura revela lo rendidos que nos sentimos respecto a todo pero George, como hace siempre, pone una sonrisa en su rostro y se endereza- ¿Qué pasó con Lando?- le sonrío cuando veo sus ojos llorosos.

-Escuché que estaba con alguien más en el baño y estoy segura de que lo sabes pero...

-Estas enamorada de él- finalizó por mí y yo asentí- ¿Quieres saber por qué lo tuyo con Lando nunca funciona? Porque no hablan de sus sentimientos, creen que todo lo pueden solucionar acostándose y no es así.

-Acordamos que solo nos acostaríamos y él me lo dejó bastante claro hace unos días- digo remarcando la palabra 'bastante'.

- ¿Y creíste que sería cierto con toda la historia que tienen? Lando y tú nunca podrán ser amigos por mucho que lo intenten siempre volverán al otro- asiento procesando sus palabras-
Y no está mal, lo que sí está mal es el hecho de que siempre que vuelven se lastimen y mucho.

- Y ese es mi mayor arrepentimiento, George. Porque lo amo muchísimo pero el rencor por lo que pasó no me deja avanzar- George se ríe tirando la cabeza para atrás.

- He escuchado eso antes- comentó.

- ¿En serio? ¿Dónde?

- De la boca de Lando- me atraganto con el café que estaba tomando- Por más que él sea un idiota que se niega a aceptar la realidad, realmente te ama.

- Aún no entiendo como me aguantas después de años con el mismo problema.

- Porque te amo, literalmente, de manera incondicional. Es bastante molesto si soy honesto- se rió bebiendo lo último de su bebida.

- ¿Amor incondicional? George, eso es ficción, el amor incondicional no existe.

- Bueno, Gabs, creo que el amor incondicional es como cuando amas tanto a alguien que le seguirías amando aunque no te ame- finalizó George mirándome directamente a los ojos.

- George...- negó con la cabeza restandole importancia.

Nos miramos con una pequeña sonrisa en nuestros rostros y cambio un poco de tema- Volví a mirar How I met your Mother esta semana que estuve sola.

- ¿La vas a seguir mirando hasta que magicamente cambie el final?- se burló.

- Ay cállate. Sigo pensando en que Robin y Barney tuvieron que haber terminado juntos.

George se rió con ironía- Bueno... al menos luego de toda la mierda que pasaron, ella realmente lo amó, ¿cierto?- sabía que la pregunta iba con doble sentido.

Tanto que critiqué a Ted y Robin por volver siempre, terminé igual que ellos. Supongo que George y yo resultamos ser Robin y Barney.

Asiento con una sonrisa triste- Si... lo hizo. Y él también la amó, ¿cierto?

- Si... muchísimo.

ME QUEDÓ LARGUÍSIMO PERDON

Dato curioso, este fue el primer capítulo que escribí de toda la novela.

George me derrite, me dan ganas de abrazarlo. Y por si no lo notaron, George es Mirrorball.
En fin, de nuevo les digo mil gracias por leer, votar y comentar <3
nos leemos el miércolesss, espero les haya gustado el maratón.