Me remuevo en mi lugar intentando no despertarme mucho para poder seguir durmiendo pero la cantidad de luz que entra por la ventana me descoloca. Rápidamente agarro el celular y miro la hora.
Mierda.
Mierda.
Mierda.

- ¡George, levántate! Es tarde- le grito en la cara.

- ¿Qué?- pregunta adormilado.

- Son las 9, George. Teníamos que estar en el paddock hace media hora- le digo poniéndome mi jean. ¿Qué se supone que use? Empujo a George al baño y reviso entre su ropa qué puedo ponerme, agarro una remera blanca y la coloco como remeron. Miro mis zapatos, no puedo ir en tacos al trabajo.
Dios, que estúpida.

Agarro mi celular y veo muchas llamadas perdidas de los chicos. Lando me había mandado muchos audios, escucho solo el último.

Despiertate y trae tu trasero si no quieres perderte la jodida qualy, Gabs.

Detrás escucho la voz de Alex decir: George tampoco aparece.

Genial, gracias Lex.

Llamo a Isa, que sé que se está quedando en el hotel y le pido un par de zapatillas que, por suerte, no tarda en traer.
Ella iría directamente el domingo por lo que George y yo emprendemos camino lo más rápido que podemos al paddock.

Apenas llegamos vemos que todo es un caos. Todos iban de acá para allá mientras nosotros intentábamos pasar desapercibidos, cosa que no funcionó cuando casi chocamos con el resto de los pilotos.

- Ahí están- recrimina Seb- ¿Qué diablos pasa con ustedes?

-Nos dormimos- informa George como si las marcas de almohada en su cara no lo delataran.

- No tienes que decirlo, amigo- se burla Alex.

- Debo irme, van a matarme si se enteran que acabo de llegar- me despido lo más rápido que puedo. No sé porqué llegar con George y que el resto crea que me acosté con él me da vergüenza.

No voy a mentirme. No quiero que Lando lo piense.

Nuevamente me había tocado hacer fotos de la pista, los alrededores y las fans así que no tendría que lidiar con ningún CEO enojado porque su fotógrafa no estaba ahí.

Por suerte el día pasa con normalidad hasta que recibo un mensaje de Lando de que lo vea en su trailer así que estaba esperándolo ahí.
Entra y azota la puerta. Hoy no había sido un buen día de clasificación y había notado lo enojado que había bajado del monoplaza.

- Anoche desapareciste.

- ¿Yo desaparecí?- le pregunto sarcástica. Creí que bromeaba hasta que vi la seriedad de su rostro- Te busqué por todos lados, Lando. Me moría de sueño, no iba a quedarme dormida en una silla esperándote- su cabeza va a mil, puedo notarlo por la forma en la que sus labios se aprietan.

- Y la mejor opción fue ir y acostarte con George, por supuesto- ríe sin gracia- Bueno... no sé qué esperaba la verdad.

- ¿A qué te refieres exactamente?- le pregunto cambiando mi gesto por uno de confusión.

- Dijiste que todo dependía de si algún inglés lindo te invitaba a su habitación esa noche y no perdiste la oportunidad. Te felicito, uno más a la lista- abro la boca indignada.

- No me acosté con George, Lando. Estaba cansada y-y él- corto mi propia oración al darme cuenta la explicación estúpida que estoy por dar. Siento el enojo subir por mi pecho- Estás celoso, Lando. Él es solo mi amigo, te lo dije mil veces.

- ¿Por qué lo estaría? Solo tenemos sexo, Gabriela. No eres mi novia. Puedes acostarte con quien quieras.

- ¡George es sólo mi amigo, no me acuesto con él!

- Yo también lo soy y te acuestas conmigo- se agarró la cabeza tirando de su cabello- Incluso, muy en el fondo, sabía que esto pasaría. Me refiero, mírate- me señaló mirándome con desprecio- ¿Cómo podría romper esa estúpida conexión que hay entre George y tú, cierto?

- ¿Puedes dejar de comportarte como un niño por dos segundos y tener una conversación honesta conmigo?- se para y empieza a gritarme.

- ¿Quieres tener una conversación honesta ahora? Bien. Me hace sentir como la mierda no conocer nada sobre ti porque cuando por fin creo que estamos haciendo un avance, bajas todas mis expectativas. ¿Y sabes que es lo peor? Es mi culpa, es mi jodida culpa por confundir un polvo casual con los sentimientos no resueltos del pasado. Creí que estaba listo para perdonarte, una mierda.

- No eres solo un polvo casual para mi, Lan. En serio me gustas y sé que a ti también te gusto.- respondo con voz suave intentando que entre en razón. Lando suelta una risa nasal y aprieta el puente de su nariz.

- Tú y yo somos dos personas que fingen ser amigos porque sería inconveniente no serlo. No te amo y no me amas. Eso quedó claro.

Siento que está fuera de sí. Es como si no estuviera hablando con Lando sino con un desconocido. Y si me pongo a pensar, en realidad lo es. Todo este tiempo había intentado convencerme de que lo conocía pero ¿Cómo podía hacerlo? Habían pasado dos años desde que tuvimos una conversación real. Todo este tiempo él y yo solo teníamos conversaciones superficiales. Mi cabeza me lleva inmediatamente al museo, con él abrazándome frente a mi obra favorita, ¿qué mierda había sido eso?

- Además, si lo hicieras nunca te hubieses ido- finalizó.

- Tenía sueño, Lando. ¿Qué tanto te molesta?

- Sabes que no me refiero a eso- lo miro sin poder creer que volvimos al lugar de donde empezamos.

-¡Necesitaba irme!

- ¿Lo necesitabas o así lo quisiste? ¿Crees que eres la única que sufría? No eres la víctima aquí.

- Nunca dije que lo fuera- niego y siento un nudo formándose en mi garganta, es como si alguien me cortara la respiración.

- De todas formas, qué mierda me importa a mí, ¿cierto? Solo nos acostamos. No me importas más que para eso, a fin de cuentas no eres más que otra cara bonita que intenta acostarse con un piloto.

Lo miro sorprendida por lo que dijo. Sé que lo dice por el enojo pero aún así no lo esperaba. Apenas termina de hablar veo el arrepentimiento en su rostro.

- Te doy una oportunidad, Lando, una. O admites que me quieres para algo más que sexo o me dejas ir- se quedó quieto contemplando mi amenaza.

Camina callado hasta la puerta y la abre.

- Adiós.

Sin palabras.
Nos leemos el miércoles sjsjaj