028
Barcelona, 2018
Cierro la puerta detrás del rubio y lo apoyo en esta aún besándolo.
Sinceramente a esta altura no sé cómo decirle que no quiero continuar pero es lindo y yo estoy deprimida y caliente.
Me sorprendo cuando me toma de la cintura y nos separa.
- Lo siento... no puedo. Perdón, perdón, perdón- camina por mi sala agarrándose la cabeza- No es que no me gustes, de hecho eres hermosa y muchísimo pero no puedo.
- Frenkie, está bien- lo agarro por los hombros y le sonrío- No sabía cómo decirte que yo tampoco quería continuar de hecho.
- Bien...- nos miramos a los ojos y nos empezamos a reír tanto que me duele el estómago. La situación era muy incómoda
- ¿Quieres cerveza?
Llevábamos 3 latas cada uno. Estábamos sentados en el piso de mi balcón enrejado, apoyé mi cabeza entre dos barras mirando al cielo.
- Hoy es mi cumpleaños- suelto sin más.
- ¿En serio? Feliz cumpleaños, Gabs.
- No me digas asi- pido cerrando los ojos recordando la voz de Lando.
- ¿Por qué pasas tu cumpleaños sola?
- Digamos que estoy algo perdida y lejos de casa- se rió sin gracia antes de responder.
- Está bien perderse, siempre y cuando puedas volver.
- Ya no sé si pueda.
- Te entiendo, ¿no te gusta tu cumpleaños?- niego con la cabeza- Siempre pensé que había algo macabro en la idea de crecer y no querer cumplir años, porque la única forma de conseguirlo es muriendo.
- La muerte y yo no tenemos la mejor de las relaciones últimamente.
- ¿Últimamente?- dudo en si contarle o no- Puedes contarme y yo luego te cuento otra cosa.
- Mi madre murió hace un mes y huí. Dejé todo atrás sin avisarle a nadie. Por lo que el tema de la muerte no lo trago muy bien- hubo un segundo de silencio- Te toca.
- Tú tienes problema con la muerte y yo con la vida- suspira cansado- No entiendo como las personas viven.
- ¿Cómo?
- Es increíble para mi que haya personas que se levanten cada mañana y digan "¡Genial, otro día aquí!" No sé cómo lo hacen realmente. Yo solo... cada vez que me levanto tengo el pensamiento de que desearía no estar haciéndolo. Vas tú.
-Me inquieta saber que estoy mirando a alguien que algún día morirá y que tú estás haciendo lo mismo. Lo que ocurre es que no sabemos cómo ocurrirá ni, lo más importante, cuándo. Y me angustia pensar que, si fuésemos por ahí con un cronómetro en el que poder ir viendo la cuenta atrás de nuestras vidas, y la mía estuviese llegando a su fin, no sabría qué hacer con esas últimas horas ni con quién compartirlas porque tiré mi vida a la basura.
El silencio nos abraza unos instantes mientras damos vueltas y vueltas bajo el cielo estrellado. El alcohol estaba empezando a afectarme.
-Si te sirve de consuelo, yo tampoco sabría qué hacer...
-Me sirve. Aunque es tristísimo.
- Podríamos pasarlo juntos, si quieres. Siempre hay un roto para un descosido- se ríe.
Saco un cigarrillo de mi bolsillo trasero y lo prendo. Últimamente me estoy destruyendo con cigarrillos y comida. Mi cuerpo no soporta más. Ataque de pánico de ayer. Asfixia. Temblores.
Es el precio que pago por haber vendido mi vida a la incertidumbre.
- ¿Cómo te llevabas con tu mamá?
- Bastante mal pero estuvo ese momento, ese momento de calma extraña cuando me miró y me dijo 'Eres una buena hija, Gaby' y es como si me hubiera dicho te veo. Por primera vez sentí que ella me había notado. Y no puedo dejar de volver a ese momento en la sala de ciudados intensivos a cuando ella me vio y me dijo eso.
- Mi papá murió cuando estaba viniendo aquí, a España. Estaba literalmente en el avión cuando me enteré. Él había sido un hijo de puta, Gaby, pero aún así lloré como un niño cuando recibí la llamada. Perder a un padre tan joven te hace darte cuenta la mierda que es todo y solo deseas que el tiempo vuelva para... no sé, hacer las cosas distintas.
- Y luego de la nada te das cuenta de que nunca tendrás esa relación que querías con ellos y mientras estaban vivos, aunque ni siquiera lo hayas admitido, una parte tuya, la parte más estúpida aún confiaba en esa oportunidad y ni te das cuenta cuando esa posibilidad se ha ido- digo amargamente, Frenkie me mira fojo mientras hablo- Nuestros padres están muertos y todo es peor ahora porque sabes que nunca tendrás una madre o padre que te mire y que con esa simple mirada te diga te veo.
El rubio siguió mirándome como si yo tuviese las respuestas a cada una de las preguntas del universo.
Frenkie y yo pasamos horas y horas hablando hasta que vemos el sol aparecer.
- Es lindo hablar contigo, Gaby. Me haces sentir que quizás no estoy tan solo- sonrío sinceramente y disfruto sus palabras. Él me recuerda muchísimo a Alex- Creo que podríamos ser la familia del otro hasta que...
- podamos volver- completo la frase con lo que me había dicho antes.
Hasta que podamos volver a casa.
Frenkie y Gaby son dos deprimidos, lo amó y los quiero guardar en una cajita ❤️
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