Domingo de carrera.

Anoche Cisca y yo pudimos hablar tranquilas y eso me saca un gran peso de los hombros. Ella y Adam estaban felices de verme y sé que no es lo mismo que verlos cara a cara pero saber que me perdonan y que nunca estuvieron enojados conmigo me tranquiliza.
Me contaron todo lo que había pasado durante estos años y yo les conté lo que me pasó a mi.

Por alguna razón la charla con ellos me hizo pensar más en Lando. El hecho de que hayan descrito nuestra ruptura (no sólo la amorosa) como un duelo que transitó me descolocó.
También me contó sobre que los chicos no le hablaron a Lando un tiempo porque creían que me había ido por su culpa.
Él tiene todo el derecho del mundo a odiarme.

Antes de que pueda notarlo entro en el paddock.
Los gritos de la gente, los ingenieros corriendo de acá para allá, los monoplaza esperando a ser usados, definitivamente este era mi lugar.

- ¿Apenas nos volvemos a amigar y ya me ignoras?- preguntó alguien con acento británico detrás mío.

- No te ignoro, George- me reí- Fue una noche complicada sólo eso.

- Hablaste con Cisca- dijo asintiendo y lo miré confundida- Lando me contó, estaba bastante nervioso al respecto, ¿cómo están las cosas con él por cierto?

- Podría ser peor, teniendo en cuenta lo que me contó Cisca sobre cómo la pasó. Aún tenemos que hablar bien.

- No va a volver a ser como antes, si es lo que pretendes. Dudo que Lando y tú vuelvan a estar juntos- contestó cauteloso pero aún así algo dentro mío se removió ante lo que había dicho.

- No, si, lo sé... solo quiero ser su amiga- solo su amiga.

- ¿Quieres que cenamos juntos esta noche? Ambos estamos hisopados, podrías venir a mi habitación y pedimos algo- preguntó cambiando de tema. Acordamos que nos veríamos a las 8 y nos despedimos.

Camino apurada hasta llegar al box de Ferrari. Todo allí está en silencio y mis zapatillas hacen un ruido que retumba.

- ¿Por qué tus zapatillas hacen ese ruido?- preguntó alguien detrás mío y pude sentir el calor subir desde mi cuello hacia mi cara.

- No sabía que lo hacían hasta ahora- me di vuelta y pude ver a Sebastian sentado con sus auriculares en la mano.

- Tienes cara de miedo- se burló- ¿Me necesitas para hacer fotos?

- Debería pero son en conjunto con Charles, podría hacer las individuales si quieres.

Caminamos despacio hacia su monoplaza y le indiqué cómo pararse. Era genial, no sé porqué me sentía tan tímida al principio.

- ¿Puedo preguntar algo?

- Ya lo hiciste- retrucó- pero te permito otra pregunta.

- ¿Puedo sacarme una foto contigo?- pregunté casi en un susurro- Es que soy fan tuya desde que soy una niña y tenerte aquí y trabajar contigo me parece una locura.

- ¿Por eso te comportas tan fría?- ¿fría? realmente ni siquiera le hablaba por miedo a caerle mal- Pensé que no me aguantabas, quizás eras fan de Alonso o algo, no lo sé- dijo riendo.

- ¡Dios no!- dije demasiado exaltada y me retracte- o sea, es un gran corredor pero no es... tú.

- En ese caso podemos tener las fotos que quieras- me acerqué con mi celular y nos sacamos una selfie.  Mientras lo hacíamos llegó Charles, quien abrió la boca indignado.

- No puedo creer que estén haciendo eso y sin mi- puso su mano en su pecho dramáticamente- Está por empezar la carrera, Judas- se dirigió a mi- Debemos prepararnos.

La carrera ya estaba por terminar y no podía creer los resultados.

Lando iba a quedar tercero en su primer carrera.

Mis ojos se llenaron de lágrimas y mi cabeza recordó la vez que ganó el campeonato a los 14.
Corro hasta donde entregarían los premios y mi cámara apunta a Lando.
Solo a Lando.

Él me mira a través del lente y sonríe mostrando su premio.
Solo me mira a mi.
Comienzan a tirarse champagne y me río. Parezco loca pero me río a carcajadas.

Cuando la premiacion termina voy para adentro.

- ¡Gaby! Espérame- gritó Lando detrás mío, cuando me alcanzó me miró sonriendo y me abrazó- sólo podía mirarte a ti, Gabs. No quería que nadie más tenga esa foto mirando a la cámara.

- Lando...

- Aún te odio- nos separamos un poco y apoyamos la frente en la del otro- te odio muchísimo...- nuestras respiraciones se mezclaban y se agitaban cada vez más- a la mierda.

Me besó.
Lando estaba besándome.
Y me encantaba.

AL FIN CHAPAN DIOS