—¿Qué opina, señorita Chloé?

—Pues...

—Es perfecto, arreglemos los detalles.

Y ahí estaba de nuevo, en una junta donde se suponía ella debía tomar las decisiones, sin embargo, su madre no la dejaba ni respirar, como siempre.

Un suspiro cansado brotó de sus labios, resignándose a no ser más que un adorno a ojos de los demás, pues sus intentos por ser alguien sobresaliente eran nulos, todo gracias a la fama que ella misma se había creado durante su adolescencia.

—Perfecto señora Bourgeois, estamos en contacto.

Los presentes salieron del lugar, dejando a solas a ambas féminas, siendo la mayor quien mirará con seriedad a la joven.

—¿Se puede saber porque no hacer lo que se te pide?— cuestionó. —No siempre voy a estar para solucionar tus incopetencias, Cleo.

La rubia no pudo evitar hacer una mueca ante sus palabras.

Siempre era lo mismo.

—Si tan solo me dejarás...

—¡Es que no sabes hacer las cosas! Si no intervengo yo tu no haces nada.

«Si tan solo me dejarás...»

—Mamá...

—¡Callate!— interrumpió. —Sabes que cuando yo estoy hablando no debes hablar, solo escuchar.

La empresaria cerro los ojos en un intento de relajarse.

Estaba llegando a su límite.

—Ya eres una mujer, se supone que a tu edad ya deberías ser más responsable, sin embargo, sigues siendo la misma adolescente caprichosa buena para...

—¡Basta!— exclamó colérica mientras se ponía de pie. —¡Eso no es así!

—¿Qué te he dicho sobre...?

—Hoy tu me vas a escuchar a mi, Audrey.— sentenció. —Y más vale que lo hagas bien, porque no pienso repetir las cosas.— advirtió.

Por otro lado, la mayor miraba sorprendida a su primogénita.

—¿Quién te crees que...?

—Bien, una vez entendido lo anterior, voy a poner mis reglas a partir de hoy.— sonrió. —Primero, de ahora en adelante las opiniones las daré yo, segundo, cualquier trato que se deba hacer será directamente conmigo, y tercero, tu, madre, no entrarás a las reuniones a menos de que sea estrictamente necesario.

La mayor miró totalmente sorprendida a la joven, quien a pesar de los nervios que sentía en aquel momento, se mantenía firme ante la diseñadora.

—No seas ridícula.— murmuró. —Necesitas de mi si no quieres hacer quedar mal nuestro apellido y...

—Prefiero eso a seguir siendo una inútil.— sonrió. —Prefiero ser yo la que cometa los errores y no tú la que acabe hechandome la culpa de los tuyos.— pronunció recogiendo sus cosas para luego encaminarse a la salida de aquella sala.

—¿A dónde crees que vas?— preguntó. —No sabes lo que haces.

La joven abrió la puerta, dirigiendole una última mirada a su progenitora.

—Muchas veces me calle al pensar que hacía las cosas mal... Ahora se que el problema no era yo, si no tu al no darme la oportunidad de que soy más que una cara bonita...— explicó. —Ahora, si me disculpas, iré a ponerme de acuerdo para la próxima junta, mi primera junta.— concluyó saliendo así del lugar.

Sabía perfectamente que no debía hablarle así a su propia madre, sin embargo, estaba harta, su situación era ridícula, totalmente ridícula.

Ella era Chloé Bourgeois, y nadie volvería a callarla.

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¡Hey!

¿Qué onda?

Aquí LupitaHaibara trayendoles el onceavo drabble de este fictober :3/

Espero de verdad que les haya gustado tanto como a mi me gusto escribirlo :3  Tenía ganas de hacer algo con esta bella canción y al fin se me hizo :'³ ojalá haya sido de su agrado uwu/

Ahora si, nos estamos leyendo en otra realidad virtual ;3

Bais~♡