Seis meses después.

Las campanadas de la iglesia resonaban por todo el lugar. Las personas salían del lugar con una sonrisa en sus labios, charlando sobre el sermón dominical del nuevo padre o también sobre el próximo domingo.

Todos al principio habían estado algo sorprendidos por el cambio tan repentino, pero al saber que el antiguo padre había sufrido un accidente y haba perdido la vida, todos habían orado por su alma.

El padre estaba en la entrada de la iglesia despidiendo a los feligreses, invitándolos a la siguiente misa, todos agradeciendo por el sermón y haciendo uno que otro chiste, haciéndolo reír. Se sentía bendecido por el hecho de que estaba siendo aceptado en esta nueva comunidad. Cuando el padre vio salir a esa pareja que tanto había llamado su atención, no dudo en disculparse con los demás feligreses y avanzar hacia ellos, llamando a la cabeza de esa pequeña familia.

-Disculpen, ¿son ustedes Jungkook y Lily? - pregunto el padre mientras los miraba.

Los mencionados se miraron el uno al otro, algo nerviosos. Fue Jungkook el que contesto.

-Si, ¿tiene algún asunto con nosotros, padre? -

-Lamento haberlos detenido tan bruscamente, pero... tengo un mensaje del padre Luca - esto último lo susurro para ellos.

- ¿El padre Luca? - hablo Lily, sorprendida y algo cohibida-. Pero él esta... -

-Lo sé, pero el mensaje me lo dejo antes de que todo pasara, si quisieran seguirme... - señaló el camino para ir a la oficina del padre.

Jungkook miro a Lily, quien asintió sin pensarlo mucho. Los tres caminan dentro de la iglesia de nuevo, ambos siguieron al padre en silencio.

Una vez dentro de la oficina, el padre les señalo las sillas para que se sentaran y estuvieran más cómodos.

-Cuando dice que tiene un mensaje del padre Luca, ¿a qué se refiere? - pregunta Jungkook.

-Permítanme, creo que lo dejé por aquí... - dice el nuevo padre, buscando algo en los cajones del escritorio, tal aprecia que ese nuevo padre era algo desordenado-. ¡Aquí está! - exclamó cuando encontró una memoria USB.

El padre rodeo el escritorio y se dirigió a la televisión que estaba ahí, parecía realmente anticuada, muy vieja, a decir verdad. EL padre conecto el USB a un pequeño adaptador que se podría conecta a la televisión, encendió y subió el volumen un poco más, dejó que Jungkook y Lily escucharan lo que estaba dentro.

-Ah... No sé cómo empezar este video, es algo apresurado, ahora mismo tengo que salir rumbo a su casa después de ver la grabación que hice cuando fui a su casa. Realmente no quise decirles nada, pero, como lo saben, no eran los primeros en pasar por algo así, pero sí que fueron los primeros en permanecer más tiempo- hablaba el padre Luca del otro lado de la pantalla-. He de confesarles que no era mi primera vez yendo a esa casa y enfrentando a ese ente, pero esa vez no corrí con suerte, las personas que estaban dentro terminaron muriendo a causa de la tardía aprobación del Vaticano para hacer un exorcismo... - un silencio que duro unos segundos prosiguió, después el padre Luca suspiró-. No quiero hacer más largo esto, tengo que darme prisa si quiero salvarlos, quiero decir que he vivido muy bien esta vida, he sido muy feliz a mis sesenta y algo años, he de confesarles que no recuerdo exactamente mi edad - el padre ríe un poco-. Jungkook, Lily, no quiero que se culpen por mis decisiones, sigan sus vidas, creen su familia, esta vez recuerden verificar donde vivirán y no solo se dejen llevar por lo barato que es la compra - de nuevo se rio-. Bien, es hora de que me despida, la grabación fue mandada al Vaticano a pedido mío, el nuevo padre que llegara fue mi alumno, así que él sabe todo, dejé instrucciones para diferentes asuntos, así que traten de vivir la vida como si no hubiese pasado nada, piensen que todo fue un mal sueño. Sean felices que yo estaré orando por ustedes desde el lado de mi padre -

La grabación se cortó de manera abrupta, el nuevo padre desconecto el USB y después los miró.

-Como dijo el padre Luca, yo sé todo, me dejó una carta diciendo que los ayudara en este nuevo comienzo, pero parece que no es necesario - sonríe él, viendo a Lily-. Lo que les pasó suele ser más común de lo que piensan, eso sí, hay personas que no dicen nada y viven con esos demonios hasta el último día de sus vidas -

-Hemos ido con una psicóloga, quien extrañamente no nos juzgó en ningún momento, ella nos ha ayudado mucho - confiesa Lily.

-Desde ese día nosotros no volvimos a pararnos en esa casa, o lo que queda de ella - comenta Jungkook.

-Yo he ido, pues tenía que dar fe de la muerte del padre Luca, el Vaticano se encargó del todo, ya saben - el padre levantó los hombros un poco-. Así que no tienen de que preocuparse -

-Siempre estaremos agradecidos con el padre Luca, por eso... este pequeño llevará su nombre en su memoria, Luca - dice Lily, tocando su barriga de al menos cinco meses.

- ¡Es un varón! - dice con alegría el padre-. Felicidades -

-Gracias padre - comenta Jungkook sonriendo, ayudando a Lily a pararse-. Tal vez nosotros necesitábamos esto para seguir nuestro camino sin este mal sabor de boca, tal vez solo necesitábamos las pobras del padre Luca -

-Ustedes, así como los demás, son bienvenidos a la casa de Dios siempre que quieran - asiente el padre, después recuerda algo que el padre Luca también dejó-. Esperen, tengo algo que darles -

El padre rebusca de nuevo en los cajones hasta encontrar una bolsita de tela color blanco, se los entregó para que vieran el contenido. Fue Jungkook quien abrió la bolsita.

-Esto es... -

-El padre Luca dejó eso para ustedes, son un par de rosarios bendecidos por el Vaticano, dijo que eso los tendrá seguros, además de que les servirá en esta nueva etapa que viene. Recuerden que el padre Luca siempre estará pendientes de ustedes, así como nuestro padre celestial -

-Muchas gracias - dice Lily sonriendo con ternura.

-Gracias - asiente Jungkook.

-De nada, nos vemos el próximo domingo -

Ambos asintieron para después salir de la oficina, el padre yendo detrás de ellos para encaminarlos hacia la salida.

Jungkook y Lily se dirigieron a su automóvil, donde los padres de ella ya los esperaban, habían ido a la misa dominical como cada semana lo han hecho. Antes no creían en nada de eso, o más bien no le daban demasiada importancia, pero al pasar por algo tan aterrador, ellos decidieron asistir a misa todos los domingos.

Tratando de pensar que lo que habían pasado había sido solo una pesadilla, una que había terminado hace seis meses. Ellos solo querían olvidar todo, dejarlo atrás y disfrutar de lo nuevo, disfrutar de esa etapa que pronto empezarían, la de ser padres.

Sabían que los demonios podrían estar en cualquier parte, pero con la ayuda de Dios y con el apoyo familiar, ellos podrían salir adelante.

Fin...