Jungkook y su prometida Lily, bajaban del auto totalmente fascinados por la nueva casa que estaba frente a ellos. Habían decidido que era hora de vivir juntos, claramente con algunas personas en contra de ello.

─No me canso de admirar esta casa, desde la primera vez que la vimos ─ comenta Lily mientras cierra la puerta del auto.

─Realmente me alegro que no hayas cambiado de parecer, hemos dejado todos nuestros ahorros en esta casa ─ Jungkook se le une una vez baja del auto.

─ ¿Cómo podría cambiar de parecer con semejante casa? ─ ella le sonríe, girando su rostro hacia la casa de nuevo─. Realmente es la casa perfecta, siempre soñé con una casa así ─

Jungkook sonrió mientras admiraba no solo la belleza de su prometida, sino también la de la misma casa. A pesar de que la casa estaba carente de una buena estética, aún conservaba esa belleza rustica que una vez tuvo. Con algunas mejoras por ahí y por acá, seguro que volvería a ser una hermosa casa.

Lily camino hacia la casa, Jungkook caminó detrás de ella, siguiéndola en su recorrido. La mudanza pronto llegaría, así que deberían de tener todo listo.

Con un par de empujones, la puerta se abrió dejándolos pasar. Lily se dio cuenta que lo primero que tenía que hacer, era quitar todo el polvo que estaba en el lugar, quitar algunas telarañas y poner cortinas de colores claros, eso serviría para tener un poco más de luz en el lugar.

(...)

─Me voy a trabajar, recuerda llamarme si pasa algo ─

─ ¿Qué pasaría? ─ argumentó Lily riendo divertida─. Anda, ve con cuidado, cuando regreses a casa recuerda pasar por el súper mercado y comprar lo de la lista ─

─Vale, no te preocupes ─ Jungkook sonrió mientras se acercaba a ella para dejarle un suave eso en la frente en forma de despedida.

Lily vio como como Jungkook se subía al auto y arrancaba rumbo a su trabajo. Con un suspiro y una sonrisa en sus labios, ella entro a casa, decidida a empezar a limpiar y acomodar sus pertenencias.

Ella se dirigió a la sala, donde estaba la mayoría de cajas con sus pertenencias, empezaría sacando algunas decoraciones que iban en el lugar, el día de ayer habían quitado todo el polvo y las telarañas. Abrió la primera caja, sacando con cuidado algunos floreros perfectamente envueltos y poniéndolos a un lado, siguiendo así hasta que vacío por completo la primera caja y siguiendo con las demas.

Cuadros, cojines, vasos y platos y que fueron llevados después a la cocina, eran algunos de los objetos que ella sacaba de las cajas. Cuando miró su teléfono y vio la hora, realmente se sorprendió, habían pasado más de tres horas desde que se había puesto a sacar todo. Era hora de comer algo.

Dejó las cajas vacías perfectamente apiladas para después sacarlas al reciclaje.

Lily se dirigió a la cocina a prepararse un sándwich, comería algo ligero para poder seguir organizando las cosas. Saco los diferentes ingredientes que había alcanzado a comprar antes de llegar a su nueva casa.

Ella estaba tan concentrada en su sándwich, poniendo el pan y después mayonesa, luego el jamón y algo de lechuga, y después algo de queso...

¡Pum!

Un fuerte ruido proviniendo de la planta alta la hizo pegar un pequeño brinco. Dejó de lado su incompleto sándwich para verificar que fue lo que había pasado, con paso sigiloso camino hacia las escaleras, mirando sobre ellas, barriendo con la mirada la barandilla y un poco más allá, pero no se veía nada. Paso a paso fue subiendo las escaleras, tratando de no hacer mucho ruido.

Repaso diferentes detalles que tenía en mente, estaba sola en una gran casa, no tenían mascotas y los vecinos estaban alejados, harían al menos quince minutos en auto si quisieran visitarlos o un poco más de media hora caminando.

Lily subió por completo las escaleras sin encontrar nada, miró por el extenso pasillo mientras caminaba con cautela, la primera puerta que abrió fue la del baño, no había nada, después siguió con una de las habitaciones y después con la de ellos. No había nada.

No había encontrado la procedencia del ruido, y eso en parte la dejo perpleja y algo asustada.

El tono de llamada de su teléfono la hizo pegar un brinco, sintiendo como su corazón se detenía por un segundo.

─ ¡Mierda! ─ exclamó con su corazón acelerado, sintiendo como su corazón empezaba a calmarse─. ¿Sí? ─

Lily pego su teléfono a la oreja después de haber respirado un par de veces y verificado la persona que le estaba hablando.

─ ¿Cómo está todo por allá? ¿Cómo estás? ¿Estas teniendo dificultades? ─ la voz de Jungkook del otro lado de la línea la calmó un poco.

─Todo tranquilo, he decidido tomar un descanso para comer algo ─ dice ella mientras da un último vistazo a la habitación y sale, para después cerrar la puerta detrás de ella.

─ ¿Es así? Me alegro, ¿sabes? Mi compañero de trabajo, Taehyung, me regalo un par de macetas, dice que no pueden faltar en una casa ─

─Agradécele de mi parte ─ comenta mucho más calmada Lily.

Decide no contarle nada a Jungkook, después de todo ella lo atribuye al cansancio de la mudanza. Es una nueva casa para ellos, pero la cual tiene sus propios años. Seria normal que la casa hiciera ruidos.

Siguiendo la charla con Jungkook, Lily se encamina de nuevo hacia la cocina, viendo de paso como las cajas que habían estado apiladas, se encontraban esparcidas por el suelo, ─ "Seguro se resbalaron". ─ Pensó ella, regresando a la cocina y terminando de hacer su sándwich.

Un ruido en la planta alta y las cajas esparcidas en el suelo, serian el menor de sus problemas en esa casa, pero eso era algo que ella descubriría muy pronto.