Bakgou... Baugo...Bakugo
Por poco y la castaña... se chocaba con la pared.
Bueno, quizás exagero un poco porque pensó que se caería al suelo.
La reacción rápida hizo que la menor se asustara.
Y otra vez, todo resultó en llanto.
Katsuki hizo todo lo posible por tranquilizarla y prontamente ambos quedaron dormidos.
El sol llegaba a su habitación, la luz empezaba a molestar al pelicenizo.
Eran las 6 de la mañana, pero el sol estaba radiante.
-Estúpido verano.- refunfuño el ojirubí.
Volteó esperando ver a la pequeña castaña y se sorprendió al ver que había crecido.
-¿Cómo es qué? - preguntó él.-
Hace unas horas tenía el tamaño de una bebé de 3 meses, pero ahora parecía de 8 meses.
¿Cómo había cambiado tanto en una sola noche?
-Bak...- balbuceo la castaña.-go.
-Bakugo.- habló Katsuki.- Te falto la "u" tonta.
Un puchero tierno por parte de la bebé.
"Cara redonda" pensó entre risas Katsuki.
-Baugo.- pronunció la menor
El pelicenizo solo atino a reír.
Una tierna mirada de enfado se presentó en la menor.
-Bakugo.- dijo ella al final.
Una alegría indescriptible en el mayor.
¡Ella había dicho su apellido!
¡Lo había pronunciado bien!
La tomo en sus brazos y la llevó a la sala principal, donde se encontró con la mayoría de sus compañeros.
-Bastardos.- dijo con alegría.- Uraraka dijo mi nombre.
-Batados.- susurro la castaña.- Batados
Si, Katsuki recibiría una buena reprimenda después de eso.
-Bakugo.- dijo ella.- Bakugo hame
Quizás el regaño sería para después.
¡Ochako era tan tierna!
-hame.- dijo ella.- hame
-¿EH?.-preguntó el mayor.- Hable bien.
-Creo que tiene hambre Bakugou-san.- dijo Yaoyorozu.
-Ah.-
Pues si, era obvio.
Que tonto.
-Ah.- dijo nuevamente él.- Pues que esperan bastardos, preparen algo.
-Batados.- rio la pequeña.
Si, le encantaba ver el mundo arder.
Malvada Ochako.
Continuará...
Me alegra que les este gustando la historia. Voten por la historia, los quiero. 💞🤗
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