A pesar de haber aclarado la situación, los rumores sobre Ochako seguían.

Los estudiantes de la U.A. no le daban importancia y tampoco volverían a comunicar algo sobre ese tema.

Pero los medios tenían sus dudas, y cada vez que podían preguntaban sobre la pequeña castaña y que había pasado con Ochako Uraraka.

La heroína Uravity no estaba por ningún lado, cosa que aumentó las sospechas de todos.

Bakugou seguía cuidando de Uraraka cuando acababan todas sus clases, pero ahora se turnaba con sus compañeros.

Era realmente agotador, pero agradecía que la menor había crecido y ya no representaba un inconveniente para él.

Cuando Bakugo decía: Hora de dormir.

Ella subía a la cama sin ningún problema, se acurrucaba y listo.

No era como antes, que debía cantarle una canción, preparar su biberón, leerle un cuento o contarle alguna historia.

Ya no tenía que estar pendiente de si ella estaba respirando correctamente, que no se vaya a rodar de la cama, que ningún objeto este cerca con el que pueda asfixiarse.

Ya no debía tener tanta atención como antes.

Y contrario a lo que creía, Ochako era bien tranquila.

Era extraño pensar que todo había cambiado tan rápido.

Había pasado más de dos semanas que la menor tenía esa edad, 2 años.

Cosa que les pareció realmente extraño a los demás, ¿no debería crecer aunque sea un poco?

Esa tarde-noche fue diferente al resto.

Al inicio todo iba bien.

Bakugo había llegado a su cuarto con Uraraka.

Le prestó su celular con un dibujo en Youtube y la dejó en la cama.

Preparó sus cosas y se alistó para bañarse, había sudado un montón después de tanto entrenar.

Pensaba tomarse su tiempo y relajarse, pero le preocupó escuchar toque en la puerta.

-Ya voy Uraraka.- habló confundido.

La menor nunca lo molestaba cuando estaba ocupado.

Ignoro un poco el hecho, quizás estaba un poco aburrida.

Ochako seguía tocando la puerta, cada vez de manera más leve.

Pero Bakugou siguió con su ducha, nada podría pasar si se demoraba unos minutos más.

Dejó de escuchar dicho toque en la puerta y se tranquilizó.

"Seguro ya no está aburrida" pensó.

Al cabo de 15 minutos salió de la habitación, cambiado y con su pijama.

Encontró a la menor, en el suelo, con las mejillas sonrosadas y unas pequeñas lágrimas.

Instantáneamente se enfado consigo mismo por demorarse.

Nunca pensó que podría tratarse de una emergencia. La menor se veía bien hace unos minutos.

La cargó con cuidado, dispuesto a ir con Recovery Girl.

Su frente estaba ardiendo y ella respiraba lentamente.

Ella con la poca fuerza que le quedaba, se aferraba al mayor.

En el camino, Bakugo le acarició el cabello buscando tranquilizarla un poco.

Nunca pensó que la distancia hacia la enfermería sería tan larga.

Continuará...

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