Es increíble darte cuenta sobre el poder que tienes en ti mismo, en aprender una rutina que seguirás en poco tiempo, lo suficiente como para ver que tu vida espera algo normal y repetitivo...

¿Qué sucede cuando eso no ocurre?.

Estamos en una etapa en donde no queremos destacar, porque ser conocido es ser señalado por todos, no somos capaces de soportar muchas críticas al mismo tiempo. Algunas personas han nacido para esto, pero de alguna forma no quieres seguir una que otra regla regla que se nos ha planteado, y nos da miedo romperla, nos quedemos callados y a veces morimos con el deseo en la punta de la lengua. A veces por fin te cansas de luchar y te vuelves parte de esas reglas, tu mente es capaz de adaptarse y olvidar ese deseo revolucionario, entonces perdemos un alma...

Esas almas que desean ser algo en sus vidas, pero tienen miedo, miedo de romper lo normal, se calla y se lastiman en el silencio. Lo típico es fácil y usual.

Sé que los nudos se te atoran en hablar con voz propia, sé que quieres gritar que se detengan, sé que te pican los ojos, sé que tiemblas y cierras los ojos, entonces lloras todas las noches de impotencia. Tu mente dice lo mucho que amas y se queja de lo mucho que demuestras, tu cuerpo se avergüenza de lo mucho que necesita y se enoja de lo poco que tomas.

Entonces lo normal se vuelve doloroso.

Cuando esos pensamientos y deseos se vuelven en contra de ti, es doloroso tenerlo en tu hombro, y de alguna manera se te termina cayendo un pedazo de lo que eres, temes y sucede, te gritan para que sigas la rutina y no vuelves abrir la boca.

Ya no quieres ver lo que estás viendo, escuchar lo que estás escuchando, hacer lo que estás haciendo...

¿Cómo?, ¿Cuándo?, ¿Por qué?.

¿Cómo puedo tener esa fuerza?, ¿Cuándo podré ser yo mismo?, ¿Por qué no puedo hacerlo?. Estás tan lastimado, tan acostumbrado a sentir el dolor, que aunque no quieras tu cuerpo se levanta y sigue a los infelices.

Lo mucho que queremos decir, decirles lo mucho que somos...

Lo mucho que queremos hacer, mostrarles lo capaces que somos...

Quizás por eso ya no puedo escribir como yo deseo, quizás por eso decidí ser quien soy, tengo tantas cosas guardadas pero ya no soy capaz de demostrarlo. Se apagó, pero sigue aquí, temo que encienda de nuevo, porque mi rutina será afectada y de nuevo me alejarán, dejaré de ser como ellos, seré un punto visible, nadie entenderá mi alma y señalarán hasta que deje de ser digna de ser llamado humano.

Han caído miles, miles de almas con arte desconocido, miles de almas apagadas que ven su vida pasar en algo tan cotidiano, no tuvieron fuerzas y no fueron ayudados, no aman, no necesitan, no pueden volver hablar, son manipulados, son atados, son callados...

No te culpamos a ti por tener miedo, tu alma es delicada para este mundo, porque el miedo no lo tienes al nacer, ellos te hacen ver que necesitas aprender del mundo cuando es al contrario, un alma es un rompecabezas, una historia distinta, el dibujo será distinto sin nosotros, pero somos sólo una pieza como para ser distinguido por los demás.