Cuando Wonwoo terminó su turno y se estaba preparando para salir y encontrarse con Mingyu a la salida. Algo lo detuvo de acomodarse su chaqueta.

  La puerta de salida hacia el callejón estaba entreabierta.

  Frunció el ceño algo extrañado, todos los empleados tenían una llave para la puerta y no podía abrirse sin esta por afuera, tampoco tenía perilla, solo una pequeña manilla para empujarla y el orificio de la llave un poco más abajo.

  Se acercó cautelosamente y a paso silencioso hacia la puerta, ya que sus zapatos tendían a rechinar bajo la cerámica de la sala de empleados, y acercó su rostro a la apertura, lo suficiente como para ver parte del callejón y descubrir la motocicleta de Mingyu estacionada allí, junto con el casco de este.

Wonwoo intuyó enseguida que Mingyu estaba allí, esperándole, e iba a abrir aún más la puerta, pero justo cuando su mano serpenteaba para llegar al material y empujarla, la voz de Soyeon resonó por aquel espacio.

  —Viniste a hablar conmigo, ¿cierto?—, Wonwoo alejó su mano de la puerta como si quemara, apretando los labios y los ojos atolondradamente al darse cuenta de que efectivamente Mingyu se encontraba allí, pero que Soyeon lo había pillado justo con las manos en la masa.

Wonwoo cambió el ángulo un poco hacia su derecha, esta vez teniendo una vista parcial del cuerpo imponente de Mingyu y su rostro estoico, y la espalda de Soyeon casi por completo. Wonwoo escrutó el rostro de Mingyu, tan carente de algo de emociones cuando miraba a Soyeon, wonu reconocía esa mirada, durante todo aquel mes que Gyu iba a por Soyeon, la traía y se la dedicaba, tan aburrida, irritada o cansada. Pero cuando Mingyu le miraba, Wonwoo sentía que lo hacía con tanto cariño y delicadeza, tanta atracción, veía los pequeños ojos oscuros de Mingyu brillar casi -o quizás- más fuerte que los suyos cuando chocaban miradas.

  Wonwoo realmente se daba cuenta de lo que causaba en Mingyu, de todas las emociones que le hacía sentir, y se enorgullecía tanto de aquello, que era una felicidad constante en su día a día.

  Escuchó un leve suspiro pesado, antes de sentir la gruesa voz de Mingyu, tan calmada pero con un toque de impaciencia en ese instante. —No Soyeon, no vine a hablar contigo.

  El silencio se prolongó por un par de segundos luego de eso, Mingyu pasando su peso a su otra pierna logró quedar en completa visión de Wonwoo, y al parecer, el azabache se dio cuenta de su presencia por sobre el hombro de Soyeon, ya que por un segundo, una mueca de sorpresa cruzó el rostro de Mingyu, antes de volver a fijar su mirada en Soyeon y tener aquella expresión retraída.

—¿Entonces a qué viniste?—, Preguntó Soyeon, con algo de brusquedad, —No tienes otro motivo más que yo para volver a la cafetería, estoy segura que quieres hablar conmigo—, habló con demasiada seguridad, y Mingyu soltó una risita algo burlesca e irritada.

  —No sabes que motivos son los que me traen acá, pero claramente, no eres tú esta vez, Soyeon.

  —¿Entonces cual es?—, Soyeon exclamó, Soyeon vio como ella se movió bruscamente, recriminándole a Mingyu colocando sus dos manos en la curva de su cintura.

  —¿Por qué demonios debería decírtelo? ya no hablamos Soyeon, no debo por qué decirte la razón por la que vengo al lugar donde trabajas. Puedo simplemente querer tomar uno de los batidos que hace Wonwoo y venir—, ante la mención de su nombre, Mingyu le miró por milésimas, nuevamente por sobre el hombro de la rubia, y Wonwoo sintió un escalofrío ante eso, porque, volvía a repetirlo, su nombre a través de los labios de Mingyu se escuchaba simplemente maravilloso.

  El silencio volvió, tan tenso y desastroso que Wonwoo sentía que la chica en cualquier momento explotaría en gritos. Quería irse ya, quería quitar a Soyeon del camino y abrazar a Mingyu, cambiar esa expresión por la que estaba acostumbrado a ver.

  —¿Acaso la chica que te gusta viene acá? ¿Es eso?—, Wonwoo se mordió el labio y volvió a cerrar los ojos, tan nervioso como exasperado, —¿Ahora vienes a buscarla a ella acaso?

  —¿De verdad me estás montando una escena de celos?—, preguntó Mingyu, incrédulo ante lo que decía Soyeon, y la chica se pasó una mano por el cabello mientras suspiraba y soltaba un gimoteo frustrado antes de acercarse a Mingyu y colocar sus manos en los hombros del azabache, causando que el contrario se alejara y le sujetara las muñecas con cuidado.

  —Por favor oppa, dame otra oportunidad—, rogó, y Wonwoo vio la mueca de desagrado de Mingyu al escuchar el oppa salir de los labios de la rubia, —Prometo mejorar, prometo sobrepasar a quien sea la chica que te gusta—, Mingyu negó con la cabeza, pero Soyeon le interrumpió antes de que pudiese siquiera abrir la boca. —¿Tiene el pelo largo? puedo dejármelo crecer, ¿es mas ordenada y estudiosa? te juro que haré lo que sea para sacar mejores notas y—, Soyeon fue interrumpida por el gruñido de Mingyu.

—Soyeon, basta, deja de humillarte así.— le masculló, con un tono de voz más grave -Wonwoo intuyó que era porque la chica ya le tenía exasperado-, —Entiende Soyeon, no necesitas cambiar por mi, por nadie—, le sacudió suavemente las muñecas a la chica, antes de continuar, —Lo nuestro no funcionó, me gusta otra persona, y por más que intentes ser mejor que aquella no podrás porque-.

Wonwoo no lo soportó, empujó la puerta, causando un rechinido feo y desagradable que interrumpió la discusión de aquellos dos. Soyeon giró su cabeza con algo de molestia, mientras que Mingyu conectó sus miradas con algo de desesperación y nerviosismo, mientras soltaba suavemente a la rubia y se separaba de esta. Dejó la puerta abierta para que Soyeon pudiese entrar para terminar su turno, y a paso sumamente calmado y despreocupado -como si no supiera que pasaba allí-, se ganó a un lado de Mingyu y le sonrió amistosamente.

  —Hola, Mingyu hyung. Estoy listo para irnos—, dijo, con voz aniñada y mirándole de costado con una sonrisa. Con el ojo que Soyeon no podía ver al estar de perfil, le guiñó un ojo al azabache, explicándole que le siguiera el juego, —Lo siento, Soyeon noona. Pero Mingyu hyung y yo debemos irnos.

Soyeon le miró confundida, con la boca semiabierta y pasando sus pequeños ojos rasgados entre Mingyu y Wonwoo, —¿Ustedes son amigos?—, preguntó, incrédula.

Wonwoo asintió sin borrar su sonrisa amistosa, —Así es, nos hicimos muy amigos—, tal vez puso un poco de énfasis en las últimas dos palabras, viendo de reojo como enseguida Mingyu le miraba con nerviosismo, pero Soyeon parecía no haberse dado cuenta. —De hecho, ahora mismo vamos a un evento de un nuevo videojuego que a los dos nos gusta muchísimo.

  —Ah...—, Soyeon no le miró a loa ojos en ningún momento, si no a un punto muerto entre los dos, algo perdida y con las mejillas algo sonrojadas.

  Mingyu carraspeó luego de dos segundos de silencio sepulcral, —Eh... bueno Wonwoo, ¿nos vamos ya? no quiero llegar tarde y que se llene—, Mingyu se rascó la nuca, sonriendo levemente al ver a Wonwoo asentir como un niño con los ojos cerrados.

  Ambos se dieron media vuelta, Mingyu enseguida extendiéndole el casco sobrante y él ajustándose el suyo mientras se montaba en la motocicleta, todo a una velocidad bastante acelerada para no tener que darle otra explicación a Soyeon, quien miraba a ambos chicos sin poder creérselo. Wonwoo se ajustó el bolso, cruzándoselo por el pecho mientras apretaba la correa del casco, y se montó atrás de Mingyu, intentando mantener distancia y agarrándose del asiento para no levantar sospechas de que solamente eran amigos. Y con una mirada triunfante a través de las viseras de sus cascos, Mingyu encendió la motocicleta y le quitó el seguro, partiendo suavemente lejos del callejón y dejando a Soyeon con las palabras en la boca.

                           
                        Holaaa, si lo se, estado muy perdida acá y lo siento de verdad. La universidad me consume el poco tiempo que tengo libre lo tengo que dedicar a los proyectos, y ahora se me daño el portátil y todo es más complicado pero aca andamos.