— Y por quién me dejaste, Jisung-ah.

Hoy me preguntaste cómo me fue el otro día con mi amigo imaginario. Porque tú, por obvias razones, no sabes que ese amigo es una total mentira y que la llamada que hice ese día fue solamente una excusa barata para irme sin despedirme de ti y así, tampoco dar las malditas explicaciones que me pides ahora.

La verdad no supe que decirte, tampoco quise contestarte, así que simplemente me encogí los hombros y me alejé sin decir más como prometí ese día hace cuatro años atrás, cuando — tras verte sonreírme —, logré darme cuenta de que estaba enamorado de ti y no era una ilusión mía.

Fue triste y gratificante aceptar aquella realidad.

En fin, esta vez sí traje algo con qué taparme del frío, tenía un abrigo café con toques rojos, que según tus amigos me hace ver adorable, y pues, me sentí tímido, sonrojado y lindo.

Todo giró en torno a mí por un momento, me miraban a mí, me sonreían a mí, hablaban de mí — por lo menos tus amigos lo hacían, ellos hablaban de lo bien que se me ve la ropa, en lo hermoso que soy, de esa ternura que poseo, "¡Tal vez deberías ser modelo!" me decían —.

Debería estar feliz, ellos me hacían sentir bien con sus halagos, todo estaba perfectamente a mi favor, pero siempre va a haber un problema, siempre habrá algo que me bajonee y ese eres tú.

Tú como de costumbre no dijiste nada, la opinión que yo creía valiosa nunca salió de tus labios, y vi que quisiste decir algo, empero solo miraste con desagrado a tus amigos cambiando el tema de conversación, dejando mis ilusiones de recibir un mísero cumplido en el suelo. De nuevo.

Iluso.

Al finalizar el día me junté con BangChan, estuvimos hablando luego del beso y no estoy seguro de en qué quedamos, pero creo que somos amigos.

Esta vez lo estoy cumpliendo. Y muy posiblemente lo esté logrando.

Me estoy alejando. Pronto te estaré olvidando.