ᴅɪᴀʀɪᴏ
Todas tus notas me las diste cada tres o dos días, incluso hubo veces que fueron diarias. Me hicieron sonreír, llorar, enojarme y por más que intenté desecharlas o pisotearlas, sólo pude mirarlas con nostalgia y guardarlas en una caja en mi habitación.
Leí y releí cada una de ellas como si fuera un niño, y el hecho de que tuvieras en cuenta que fueran de mis colores favoritos solo hizo que me enamorara aún más de ti.
Cada día que llegaba una nota tuya, me sentía feliz, eufórico, anhelaba que sea mañana para que me cuentes lo que pasaba en tu entorno y cada pequeño detalle que nadie más sabía.
Lo que me hizo darme cuenta de que no, definitivamente no te podré superar. O no después de mucho tiempo.
Todas las veces que quise hacer algo para que estuvieras fuera de mi mente, fueron en vano por completo.
¿Recuerdas la vez que sentí algo en mi vientre cuando besé a BangChan? Bueno, fui una mierda de persona, y sí, pensé en ti.
Creí que tú me besabas e imaginé tener tus manos en mi cuerpo, mi mente se nubló para así crear un cuento de hadas, donde tú por fin te darás cuenta de tus sentimientos y después de mucho tiempo, me amabas.
Luego de eso, me sentí mal por utilizar a BangChan. Sin embargo, él también me utilizaba a mí, su antiguo amor seguía albergando en su cabeza, así como tú también lo estás en la mía.
No lo confundas, por favor, nos queremos, pero no estamos enamorados, solo... Un poco rotos por dentro. Nos encontramos en el mejor y peor momento. El momento perfecto.
¿Recuerdas la vez que prometí olvidarte? Bueno, me sonreíste y caí.
Fue algo tan insignificante y ridículo que después, una vez que llegué a mi casa, me reí de lo patético que sonaba.
¿Recuerdas la vez que creí comenzar a olvidarte? Me miraste, y nuevamente solo volví a caer.
Son tontas excusas, pero con un propósito: No olvidarte y dejar de luchar.
En pocas palabras, aprender a vivir con el dolor dentro de mi corazón.
Todas y cada una de las promesas que me hice a mí mismo queriendo dejarte atrás se fueron a la mierda. No soy fuerte, no soy capaz, soy un mentiroso, un cobarde...
Todo fue en vano. Todo fue mentira. Todo fue un fracaso.
Este amor es tan fuerte y doloroso, que es muy probable que se quede en mi corazón y nunca más vuelva a sanar.
Pensar que podría olvidarte, que iluso.
Siempre he sabido que cada cosa que me propongo nunca logra cumplirse, no sé por qué creí que está vez sería distinto. Soy una decepción, al fin y al cabo.
Pero estoy orgulloso de quienes sí lo logran.
Cómo BangChan, que, en este tiempo logró tener pareja, se volvió a enamorar, recuperó esa confianza y valentía para volver a amar.
Me lo confesó ese un día cuando nos encontramos en el parque, me abrazó llorando de felicidad y yo solo sonreí orgulloso. Admitió que le fue difícil dejar todo atrás, dijo:
— Lo lastimé a él y a mí al negarlo, tuve miedo de volver a pasar por lo mismo, pero aquí estamos, por fin — sollozó con lágrimas en sus mejillas — ... Por fin soy completamente feliz.
Él sí logró cumplir su meta, dejó a un lado su amor del pasado, y siguió adelante. Lo admiro.
Félix, por otra parte, sigue con su relación, cada vez más hermosa, y llena de alegría, son chicos tan perfectos, se complementan de una manera increíble, que solo me queda mirarlos desde lejos anhelando tener una relación así.
Y joder, ahora nuevamente me siento solo.
No es malo, dicen que uno puede vivir en la soledad, claro, si logras adaptarte a ella. Yo siempre viví rodeado de personas, tenía un gran grupo de amigos, también tenía el apoyo de mi familia, incluso tenía una pretendiente.
Todo se fue a la mierda cuando dije que era gay. Me despreciaron, me alejaron, me apartaron con asco y miedo al qué dirán. En ese momento nadie me apoyó. Nadie me consoló.
Mi madre se desilusionó y no me dejó hablarle hasta el día de su muerte. Mi padre nunca habló del tema, tan solo me daba el dinero justo y necesario para sobrevivir. Ahora que mi madre ya no está con nosotros desapareció por completo de mi vida. No es como si lo necesitara, después de todo, no era su hijo biológico, mi verdadero padre se marchó una vez yo había nacido.
El rechazo siempre lo tuve en mi día a día, hasta hoy lo tengo, y no, no me echaré a llorar por eso, porque yo ya sabía que ocurriría.
No tenía hermanos, tampoco amigos, pero te tenía a ti, Minho, y fue un error. No debiste estar ahí, porque creo que sufro más contigo que sin ti.
Tengo un diario porque necesitaba desahogarme, mis amigos no siempre estarán para mí y muchas veces tendré que secar mis propias lágrimas y sonreírme a mí mismo en el espejo, también es algo que tuve presente en todo momento.
Cuando nos juntemos te lo voy a decir. Porque ya no aguanto más, Minho.
Quiero jodidamente reírme porque no llegué a nada. Mis intentos de olvidarte, o no pensarte fueron un maldito fracaso, y perdí mi tiempo en intentarlo.
Estoy agotado, y por primera vez, me siento seguro como para decirte lo que me ocurre, lo que siento, lo que sea necesario para dejarte ir, y cortar todo de raíz. Dejarlo ir.
Creo que debí haber hecho esto desde un principio, pero soy muy lento, temeroso, y para nada valiente.
Mis sentimientos, por fin saldrán a la luz, y solo espero que nos alejemos de una vez por todas.
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