Hoy te quedaste embobado mirando sus ojos, apreciándolos de cerca, apreciando la belleza en su rostro, luego te acercaste a besarle los párpados, para finalmente sonreírle como el caballero que eres.

Los ojos de Kim Min-Ju son hermosos, azules y brillantes como el cielo. Yo en cambio no los tengo así, los míos son marrones, o castaños, a la luz se les ve diferente, pero no son geniales como los de ella, no son hermosos, y se cierran por completo cada vez que me río. A veces se burlan de eso.

Mi mamá siempre me dijo que tenía ojos bonitos, pero supongo que fue por lo mismo, porque es mi madre, y una madre siempre hace sentir bien a sus hijos... O bueno, la mayoría de las veces, hasta que logras decepcionarla, hacer cenizas esa confianza que te tiene, y provocar que nunca más te vuelve a dirigir la palabra, incluyendo el día de su muerte.

Sí, eso me ocurrió. Dañé su confianza. Provoqué que me odiara. Me aborreció y nunca más me habló.

En fin, Kim Min-Ju es una mujer fantástica con ojos hermosos, profundos y atrayentes, y yo, tal vez no los tenga así de hermosos, pero logran ver a través de las personas. Eso me han dicho.

Puedo decir que estoy empezando a quererme a mí mismo. Durante mis momentos libres procuro trabajar mi amor propio, hacer ciertas cosas para mí, cambiar mi imagen porque a mí me gusta y no dejarme llevar por las palabras de los demás, y hasta ahora me siento satisfecho con lo he hecho. Cuando me veo al espejo siento que me veo mejor, ya no me considero tan gordo, ni feo. Estoy empezando a ver mis lados positivos, trato de no compararme, aunque me sea casi imposible.

No recuerdo de dónde saqué está motivación, tal vez fue BangChan, quién al verme desanimado comenzó a regañarme por mi desinterés en mí persona y a decirme lo hermoso que era, o tal vez fui yo, cuando me di cuenta que me estaba dejando de lado por prestarte toda mi atención a ti.

Pero seré mejor, lo prometo. Aunque llevará tiempo, al igual que superarte, Minho. Al igual que olvidarte.

El amor propio es primero, ¿No?