Estabas a tres mesas de dónde me encontraba yo. Tres mesas. Doce sillas. Varias personas. Y una cafetería.

No estábamos tan lejos, pero yo lo sentía de esa manera, esos cinco o siete pasos que nos separaban parecían kilómetros, tal vez millas, parecía ser que todo estaba fuera de mi alcance, donde solo podía apreciar tu rostro, tu sonrisa y tu cuerpo, solo verlo, jamás tocarlo.

«Jamás volver a hacerlo»

Cada vez que te veía me quedaba idiotizado: tu voz, tus ojos, tu sonrisa, todo tu se sentía lejano. Todo se sentía irreal, aún no podía asimilar el hecho de que no estés aquí, porque nunca me planteé la posibilidad de que te alejarás definitivamente.

Se me hizo largo el estar ahí, junto a este grupo, sentado en esta mesa, sin ti a mi lado para ayudarme a soportarlo. Había nuevas sonrisas. Nuevas preguntas. Más presión. Más dolor. Más falsedad.

Estoy cansado. Hace tiempo que estoy cansado.

Y el estar comiendo con mi novia no ayudaba. Yo me estaba asfixiando entre tantas mentiras y muchedumbre, y tú te veías feliz hablando con el nuevo chico que llegó a la universidad.

Por lo menos estabas bien.

Mil veces tú que yo.

Estaban conversando con una gran sonrisa, tus ojos destilaban emoción, te reías, tu voz se escuchaba cada vez más entusiasmada, ¿Tienes idea desde hace cuánto no escucho tu voz o tu risa?

Eso me hace sentir mal, un mal amigo. Un mal amor secreto.

Quiero estar contigo. Pero aún no soy lo suficientemente fuerte para enfrentarte. Quiero que estés a mi lado. Pero parece que estás mejor desde allá, lejos de mí. Quiero volver a abrazarte. Volver a tocarte. Sentir tu presencia.

Ya no puedo hacer eso. No te acercas. No me acerco. No vienes. No me atrevo a ir.

«Cobarde. Cobarde. Cobarde. Cobarde»

Lo sé, sé que lo soy, pero también sé que algún día me acercaré a enfrentarte.

Tragué en seco. Mi novia seguía hablando. Sus amigos la estaban escuchando. Yo solo estaba divagando, observando cautelosamente tus movimientos.

Tu nuevo amigo me miró por unos segundos y continuó su conversación contigo. Fruncí el ceño. Por un momento sentí que hablaban de mí.

Sin embargo, eso no me importó, porque tras unas palabras y una sonrisa forzada, de repente vi tus ojos cristalizados, te pusiste a llorar.

«Y no estoy ahí»

Tu nuevo amigo te estaba abrazando, te estaba consolando, mientras tus lágrimas recorrían lentamente tus mejillas, y yo... Nuevamente fingí una sonrisa.

No quiero verte así.

Deja de llorar.

Me lastimas.

Te lastimas.

Ven... seamos felices juntos en un cuento imaginario.

N/A: hola, sé que ha pasado tiempo.

nunca creí que me pasaría esto, y es que la historia me está abrumando. Simplemente ya no me gusta. La miro y es como uhg, pero no se preocupen seguiré actualizando y la terminaré. No habrá problema con eso, los capítulos están escritos, solo falta editarlos, creo.

Oh, la historia "ella" también ganó una concurso KSKSKSK no creí que lo haría, de hecho me inscribí porque estaba aburrida.😅✨

tuve sueeerte.

También me di cuenta que la historia que más me gusta es ¡Me gusta tu hermano! y es raro, porque es uno de los menos leídos sdfks ooo y también amo un one shot que aún no publico, pero pronto lo haré.

YYYYYY nunca olviden que amo leer los comentarios KSKSKS.

gracias por tanto, perdón por tan poco.

💞✨.