┌─❝ Enséñame a volar, mi dulce ángel... muéstrame lo pecador que puedo ser con tan solo mirarte revolotear como una avecilla en busca de su libertad. Exige salir de mi trampa, clama por una salida... hazlo antes que empiece a amarte, antes que termine por matarte❞┌─

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"¡Oh, TaeHyungie, hoy es un día tan maravillosos! ¡El sol está resplandeciente y las nubes tan esponjosas! ¿Que haces aquí tú solo, en vez de salir a revolotear con los otros querubines? ¡Estás aquí en esta aburrida biblioteca entumeciendo tus alas muchacho!" Ese era el buen Hoseok de sonrisa encantadora, la persona mas alegre y carismática que podrías conocer. Con un aura llamativa y perlada dentadura tenia bien merecido el apodo «sunshine» que le había designado el mas joven de los guardianes tras apenas conocerle.

El de blancuzcos rizos simplemente rodó los ojos como respuesta, dirigiendo sus zafiros iris nuevamente a los antiguos papiros de la enorme biblioteca. A veces aquel enérgico ángel era como un hermanito pequeño muy chillón y latoso.

"Hyung, no quiero. Sabe muy bien que no les agrado a ninguno, además, estoy completamente seguro de que si intento volar caeré y terminare por romper otro farol de luna... ¡Ya serían cinco en tan solo una semana! ¡Si rompo otro madame Yoora va reprenderme!"

"¡Oh, vamos mi pequeño pimpollo!" Chistó el de hebras rojizas saltando encima del joven querubín obteniendo un montón de quejas y bufidos por su parte; quejas y pucheros que prácticamente fueron calmandos tras los besos de caramelo que el superior Jung repartía en sus morenas mejillas, "¿Acaso no quieres tener una carrera contra este semental? Estoy seguro de que puedo ganarte con lo lento que eres"

TaeHyung abrió sus boca ofendido, ¿había entendido bien?

"Oh, hyung, enserio debes estar jugando. ¡Yo puedo ganarte tres veces seguidas hasta con los ojos cerrados! Estás tan anciano que será demasiado fácil" El peliblanco se mofo batiendo sus alas con galantería, algo que al pelirrojo mas que asustarle le hizo soltar un risita desordenando los rizos de algodón que poseía su protegido.

"Quiero ver eso, Tortuga" bromeo el de armadura y Taehyung se llevo una mano al pecho soltando una fuerte exclamación.

"Acabas de firmar tu derrota vejestorio cabeza de tomate. Voy a patear tu trasero emplumado y vas a darme todos tus ponquecillos de crema!" Hoseok le sonrió retador peinando con gracia su rojiza melena.

"Eso suena tentador... ¿ahora levántate TaeHyungie y volemos por el cerúleo cielo!" Jung agigantó su acorazonada sonrisa extendiendo su mano hacia el menor para que este la tomase, algo que obviamente hizo con alegría desbordante.

"¡A volar!" soltó con total entusiasmo expandiendo sus emplumadas alas, esas que podían ganarle al sol en cuanto a su brillo cegador. TaeHyung se carcajeo bajito imitando las acciones hechas por su mayor. A diferencia de las alas contrarias las suyas no brillaban tanto, eran totalmente opacas, pequeñas y muy débiles. Siendo ésta la razón por la que nunca le invitaban a volar con los otros querubines, pues ellos estaban seguros de que perderían si el moreno se integrara a su equipo.

"¿Listo?" Pregunto Hoseok mirándole con esa energía despampanante que tanto robaba sus suspiros.

"Nací listo" Le contesto luego el de nevada melena preparándose para tomar vuelo.

"Eso está por verse, polluelo... En tu marca, listo... ¡Fuera!" Con su voz alcantarina y entusiasmo desbordante desplegó sus alas de escarcha y emprendio vuelo haciendo acrobacias magnificas por los aires. TaeHyung trato de seguirle aleteando con fuerza en busca de poder alcanzarle, más el pelirrojo era demasiado ágil y rápido, además de tener alas el doble de resistentes.

Mientras «sunshine» soltaba agraciadas carcajadas, Taehyung luchaba contra la presión que apretaba su pecho tan fuerte como un exprimidor de limones, sacando todo el jugo de energía que le permitía mantener sus ojos abiertos.

"¡Oh, TaeHyung!" Exclamó el ángel mayor observando a su pequeño pimpollo desplomarse bruscamente contra el suelo, provocando un ruido sordo que casi hacia desmayar a Hoseok de la impresión. Tan rápido como pudo se acerco preocupado al cuerpo delicado de su mas joven y querido aprendiz.

"Hyung... Ho-Hoseok hyung" dijo entre un ahogado jadeo el de cristalinos zafiros, mientras la palmas suaves del ajeno sujetaban con delicadez su fino rostro, como si en cualquier momento fuera a romperse.

"Mi pecho" tosió interrumpiendo sus palabras, "A-arde tanto como el rojo fuego..." borbollones de roja sangre escupió el peliblanco sintiendo su garganta ser desgarrada por garras tan crudas como una roca. Jung arrugo su rostro totalmente preocupado, bastante alarmado de ver tanta sangre.

"¡Por el santísimo debemos ir con NamJoon ahora mismo!"

"¿Qué te he dicho Hoseok? ¡Acaso no escuchas nada de lo que te digo!" La voz profunda y un tanto tosca del ángel dueño de castañas hebras sonaba enojada, y él alado lo estaba eso podía notarse en su duro semblante.

Pero al igual que el arcángel de mayor rango, Hoseok conservaba un rostro serio.

"¡El chico se la vive en la biblioteca, NamJoon, no hace más que leer hasta el cansancio en vez de salir y disfrutar plenamente como los otros jóvenes, ¿Qué tiene de malo que salga por una vez de ese aburrido lugar?

"¡Oh, justo lo que acaba de pasar, Hoseok! TaeHyung no debe salir ¡Tú sabes que no debe hacerlo! Y aun así me desobedeciste, ¿y qué paso? ¡Justo lo que siempre he tratado de evitar!" Exclamó un tanto exasperado, casi rojo de la ira que contenía. "Él no es como los otros, lo sabes, él no puede intentar serlo y cuando lo hace siempre suceden cosas malas"

La sangre del pelirrojo ardió como el sol del mediodía, estaba empezando a enfadarse y las palabras ásperas de Namjoon no ayudaban a calmarse.

"Deja de tratarlo así! ¡Como si fuera una especie d-de renegado! ¡TaeHyung es más que eso!"

Y el nombrado no pudo evitar las lágrimas que se acumularon en sus orbes color tempestad. Escuchaba la discusión desde afuera, tras la puerta, estaba mal y lo sabia mas quería saber por sí mismo todo el embrollo que había causado; eran gritos y exclamaciones tan fuertes que pintaban con culpa su fino rostro de porcelana. Debió decir que no, debió haberse quedado en la biblioteca repasando sus lecciones pautadas por el superior Joon, tal y como se había propuesto. Pero le fue inevitable no anhelar volver a sentir la suave brisa acariciar su rostro mientras sus alas subían y bajaban en compás de las ráfagas de viento.

Por un momento quiso ser egoísta y divertirse un rato. Pero ya todos lo sabían, la incesante cantidad de sangre que de su boca salia confirmaba lo peligrosas que eran las consecuencias de sus actos. Además de ese ardor fugaz en su pecho.

Los gritos cesaron de un momento a otro y las puertas doradas de su habitación se abrieron mostrando las dos figuras de sus queridos hyungs, ambos rostros serios pasando a ser alarmados.

"Oh, Tae ¿No ha parado?" Inquirió preocupado el mayor refiriéndose al montón de sangre que salia de su boca y que manchaba su ropa. TaeHyung negó con su cabeza observando fijamente el dibujo de un sol trazado en su mano izquierda, esa peculiar marca que había tenido desde el día de su nacimiento. Se negaba a alzar sus zafiros y mirar los rostros de sus mayores.

"Hoseok hyung, no es nada, sabe que esto suele suceder todo el tiempo... No hay porque preocuparse" Dijo de manera un tanto dificultosa debido al espeso liquido que salia aun de su boca.

"Podrá pasar comúnmente, pero so no significa que pierda su importancia TaeHyung, este tipo de cosas seguiran alterandome demasiado" Musito y como respuesta recibió una mirada cabizbaja por parte del mas pequeño.

"Yo..."

"Ni pienses en pedir disculpas, pimpollo, fui yo quien te impulso a hacerlo además no tiene nada de malo querer divertirse por una vez, aunque alguien no quiera entender eso"

"Hoseok, ¿De qué hablamos?" Reproche pinto el moreno rostro de Nam, más al pelirrojo no pareció afectarle, solo quería tener a su pequeño querubín entre su brazos y asegurarle que todo estaría bien mientras besaba sus esponjosas mejillas, tan rellenitas como buñuelos de canela que hacia la encantadora panadera Yuri.

"Namjoon hyung tiene razón... esto no debe repetirse, fue algo insensato de mi parte intentar ser como los otros, solo debería descansar ¿Podrían dejarme solo? Estoy muy agotado y toda esta sangre no hace mas que debilitarme.

Ambos mayores se miraron buscando alguna respuesta por parte del otro, debían darle su espacio, todo había ocurrido tan rápido que ni siquiera pudieron darse el tiempo de penar en cómo podía estarse sintiendo el menor.

"Nos iremos" Declaro Hoseok acariciando sus blancuzcos mechones en busca de darle un poco de calma a la presión en su pecho "pero no te tortures tanto, no necesitas ser igual a todos a Namjoonie y a mi nos encantas tal y como eres... Mi niño, tú lo que necesitas en verdad es ser feliz. Escucha a tu corazón, él sabe la respuesta" Sus labios sabor mandarina se depositaron en la canelosa frente ajena llenado de un sutil calor esa zona "Descansa Taehyungie"

Una diminuta sonrisa quiso elevar las comisuras de sus finos labios, más solo fue tenue, como la poca luz del sol que de apoco empezaba a descender.

Namjoon también se acerco solo para mas ajear un poco su hombro y dedicarle algunas palabras reconfortantes. "Tae, mañana sin faltas quiero que vayas a mi despacho en la mañana" El aludido arrugo el rostro haciendo a Nam soltar una pequeña carcajada "No pongas esa cara, no voy a regañarte. De lo contrario es algo que seguramente te hará saltar de alegría, confía en tu hyung" dijo guiñando un ojo para su menor "ahora solo descansa Hoseok y yo debemos irnos, cualquier cosa la mas mínima solo llama sabes donde encontrarnos"

"Lo sé, ya vayan a dormir es tarde y mañana deben trabajar" Los arcángeles sonrieron dirigiéndose a la salida de la habitación, aunque aveces era un poco frustrante, ese mocoso siempre lograba sacarle una sonrisa cuando un alegre '¡los amo!' Salia de sus fresones labiales.

"También te amamos Taehyung, mañana será un día de buenas augurios. Por favor descansa pequeña mariposa pues cuando amanezca será tu tiempo de volar" Hoseok con un pequeño soplido apago la velas colgantes que iluminaban tenuemente la pequeña habitación que olía a flores silvestres y coco rayado. Namjoon y Hoseok le miraron desde la puerta con sonrisas perladas y ojos llenos de cariño.

Cuando la puerta por fin fue cerrada y la luz de la luna era lo único que iluminaba su habitación, se permitió llenarse de tinieblas.

Se levantó de la suave cama trazando con su andar un camino de color carmesí, toda esa sangre seguía saliendo de su boca. A pasos pesados se dirigió al enorme y plateado espejo que se encontraba cerca de su clóset.

Con ojos criticones miro su piel descubierta tras haberse quitado las telas de ecaje blanco que con nobleza le cubrían. Los polvos de luna iuminaban su morena piel y justo como constantemente lo hacia, juzgo su figura. Sus brazos flacuchos estaban llenos de rojizas marcas en forma de serpientes enormes, éstas recorrían todo su cuerpo como si e estuviese pudriendo su piel. Eran horrendas, dolorosas y olían terrible, le aterraban, claro que lo hacían. Cada día con ellas era un martirio insoportable que ne varios momentos le hacian querer llorar por horas y horas hasta desgarrarse la garganta. Debía decirle a alguien, pero no quería alarmar a sus hermanos y mucho menos deseaba ser separado a la fuerza de ellos al oir eso. ¿Qué haria?

Con sus largos dedos trazó su piel magullada, aguantando las ganas que tenia de gritar debido al dolor agudo que solo esa accióncion provocaba. Las ganas de vomitar no faltaron, era totalmente dificil de mirar y tras hacerlo las gruesas lagrimas parecian ser imposibles de evitar.

Por momentos consideró estar maldito, tal vez lo estaba, pues no podía pensar en otra explicacion más que esa para todas las tragedias que le sucedian.

"Dios padre..." clamó arrodillándose para encomnedar su cuerpo y pesadumbre hacía el padre celestial, buscando en él una especie de soporte que le brindara otra opcion que no fuera morirse internamente "Sé tú quien guie mi camino, muéstrame la luz.. Dios mío muéstrame la luz en mis pensamientos llenos de tinieblas. Acompáñame ésta y otras noches, y no permitas que mi autodesprecio le gane a mi impulso para seguir viviendo, en ti encomiendo mi espíritu"

"No debiste tratarlo así Namjoon, fuiste demasiado cruel ¿Acaso no viste su rostro? En ese momento las ganas de golpearte no me faltaban" bufó con molestia el de hebras rojas con el seño ligeramente fruncido y sus brazos entrecruzados por sobre su amplio pecho.

"Oh, vamos, Hoseok ¡Debía ser de esa forma! sabes como son las cosas y todo lo que no debe hacer, volar a plena luz del día es una de ellas"

"¡Pero esa no era la forma de decirlo! ¡Eres un bruto!"exclamó golpeando ligeramente expaerado el pecho armado del moreno quien soltó una divertida carcajada, ante la mirada reprochante del mayor se acercó y tomó descaradamente su cintura juntando con peligro sus cuerpos.

"¿Q-qué crees que haces?" indagó casi ahogándose del nerviosismo que subia calentito hasta sus mejillas. "¡Los superiores pueden vernos!"

"No es cierto, somos los unicos aquí seokie" la pesada mirada de esos ojos color castaño le hacían querer babaer como un perro sediendo.

"Nos verá... TaeHyung" De manera que bajaba su tono de voz, la suavidad del tacto ajeno sostyenia su fino rostro "Esto e-es peligroso..." abultados malvaviscos sabor a vainilla se posaron sobre su respingada naríz haciéndole temblar como una gelartina.

"Buenas noches, Hoseok..." dijo así, sin más, con un tono burlesco y una sonrisa traviesa alzando sus comisuras. Él amaba hacer eso, le gustaba verle ahnelar más que un simple roce, burlarse de su rostro sonrojado y ligeramente decepcionado. Era un verdadero lobo en ropajes de coredro.

Un suspiro atontado soltaron sus labios de naranja viendo la ancha espalda del arcángel Namjoon alejarse por los extensos pasillos.

"Buenas noches a ti tanmbien, querido NamJoon"

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Nota:
¡Hola!♥️ Estaré aprovechando ésta cuarentena para actualizar mis fics en emisión, estén atentos y cuídense muchooo🥀