Dos
Anoche apareciste en mis sueños,
tenías una sonrisa pegada a la cara,
como si nada podría estar mejor,
compartíamos el tiempo,
y haciéndolo sólo nuestro,
el espacio se ponía celoso,
no sé si tus mañanas recordarán nuestra historia,
como yo guardaré nuestros besos,
y la calma,
en mi memoria,
conocí en tu ser,
la quietud que tanto buscaba,
besándote hasta caer dormida en tus brazos,
pero yo sigo aquí,
atrapada en la cama vacía,
el tiempo esperando al tiempo,
se transforma en agonía,
pues sin ti mis mediodías,
son sólo días al medio.
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