「 Primera parte 」
¿Trama?
¿Cuál trama?
Esto es porno sin trama.
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La luna llena estaba pronto a estar en lo más alto del cielo nocturno, dispuesta a iluminar el camino de sus hijos que soltaban aullidos extasiados como llamado a potenciales parejas. Todos los lobos licántropo jóvenes y solteros soltaban sus feromonas ante una noche prometedora, las calles de la ciudad eran perfectas para ocasiones como esta, sus bares y clubes tenían las puertas abiertas para aquellos que quisieran ir en busca de diversión.
Mientras que los lobos con pareja se quedaban en casa para disfrutar de la fuerza y excitación que la luna les brindaba. Lionel quería ser uno de ellos. Para su desgracia, había conseguido sólo caramelos para su hambre voraz.
ㅡ Más má-ah-s... por fa-ah-vor ㅡ el joven licántropo se removía en el regazo de su pareja queriendo conseguir más placer del que le era brindado, rogando porque el hombre debajo suyo tuviera más para darle. Su entrada se contraía necesitada, deseando por ser llenada y anudada.
Lio volvió a gemir, pero en esta ocasión en protesta por lo insatisfecho que se sentía. Y cuando menos lo espero, el hombre debajo suyo llegó a su orgasmo sin marcarlo ni anudarlo.
Gruño enfadado y se alejó del alfa, ignorando por completo las disculpas que este le daba. Tomando su ropa del suelo se dirigió al baño de la habitación y se encerró ahí.
Suspiro frustrado y se miró al espejo, su cuerpo desnudo no era para nada desagradable, su rostro era bello y ni hablar de sus piernas porque sabía que eran fantásticas, sólo un aperitivo antes del platillo principal que era su trasero. Los tatuajes en su cuerpo no eran típicos de un omega, pero sabía que era un atractivo que atraía la atención de los alfas a él, sobre todo porque ellos amaban la idea de someter a un omega rebelde. Lo que no entendía era porque seguía al lado de su actual novio, al principio de su relación le había mostrado las estrellas, pero en poco tiempo todo eso había acabado y se había ido por el caño.
Era un hombre joven que podía conseguir a cualquier otro que si fuera capas de darle lo que quería. Ya se había decidido.
No pensaba quedarse a su lado oyendo disculpas. Todo eso acabaría hoy.
Después de darse un baño salió y se encontró con la habitación vacía, el sonido del televisor le hizo saber que el alfa se encontraba en la sala.
Se colocó la mejor ropa que tenía en su armario y se peino el cabello castaño, era lo suficientemente largo para cubrir parte de su rostro y se le había pegado a la cara con el poco ejercicio que había hecho. Se lo colocó detrás de las orejas para resaltar sus facciones, se puso los zapatos y tomando sus llaves y chaqueta salió a la sala dispuesto a salir del apartamento.
Rodó los ojos al escuchar un partido de fútbol desde el pasillo, por una noche quería olvidarse del deporte que le apasionaba, soltando un suspiro siguió su camino hacia la puerta de salida.
ㅡ ¿Saldrás? ㅡ le pregunto el alfa desde el sofá sin voltearlo a ver por completo. El tipo estaba concentrado en la cerveza que tenía en la mano y el televisor.
ㅡ Será mejor que no me esperes despierto ㅡ al decirlo, Lionel no se esperaba ninguna reacción por parte del contrario, él pensaba que su relación estaba lo suficientemente fría como para que el alfa sólo lo dejara ser. Por supuesto, el agarre en su brazo le hizo sorprenderse.
ㅡ No. Tú te quedas aquí, eres mi omega ㅡ el shock momentáneo se disipo con esas palabras y el aliento a cerveza, ¿quién se creía que era este alfa?
ㅡ No hay marca ni lazo que me obligue a ser tuyo y no pienso quedarme toda la noche viendo la televisión cuando podría conseguir algo mejor ㅡ se soltó de su agarre y se irguió lo más que pudo para hacerle saber al alfa que haría lo que quería. El contrario empezó a soltar feromonas picantes, estaba enfadado, seguramente sintiéndose humillado por no ser suficiente para un omega.
ㅡ Eres mío. No saldrás ㅡ el tono de su voz subió su intensidad, casi bestial, dejando escuchar al lobo que en él habitaba. Sin embargo, su voz de alfa no fue escuchada, sólo logró que el pequeño omega sonriera burlón.
ㅡ Eres más idiota de lo que pensé. Tu tonta voz de alfa no me afecta ㅡ se regocijo un momento por la expresión exasperada del contrario, pero su plan aún debía continuar así que sin más se alejó del alfa. Dispuesto a disfrutar de la noche y lo que viniera con ella.
Cuando estuvo cerca de abrir la puerta, unos brazos lo rodearon impidiéndole moverse.
ㅡ Lionel, deja que pasemos tu celo juntos. Cualquier alfa se te tirará encima allá afuera ㅡ le dijo rozando sus labios en la oreja de Lio, jugando con el lóbulo de esta al lamerla. Él estaba jugando sucio y el omega lo sabía, pero no volvería a caer en su juego.
Él quería esto.
ㅡ No pienso quedarme a tu lado mirando la tele y oyendo disculpas ㅡ Odiaba terminar insatisfecho al finalizar su temporada de celo.
Tomando impulso y esperando que el alfa se concentrará en hacer que cediera, hizo su cabeza para atrás dándole un cabezazo en la nariz. El más alto gimió de dolor y se llevo ambas manos al rostro soltando por fin a Messi.
ㅡ No te preocupes, si acaso me meto en aprietos también llevo el número de los bomberos ㅡ sonriendo socarrón le guiño el ojo para luego salir del apartamento.
La noche fría era perfecta para refrescar el calor que llegaba a consumir a los omegas durante el estro. La luna llena ya estaba en su máximo esplendor y a pesar de ser ya tarde, las calles estaban llenas de vida, el vivir en una ciudad donde la mayoría de su población era conformada por lobos licántropo, era sin duda, una de las mejores decisiones que había tomado al querer mudarse del lugar donde había nacido.
Las calles de la zona estaban iluminadas y se veían grupos de chicos y chicas caminando por aquí o por allá, yendo de bar en bar. ¿Qué mejor lugar para encontrar alguna pareja de una noche que en un elegante club nocturno?.
Caminando coqueto por la acera, el omega se dirigió a su club favorito. Dejó salir su aroma y no se preocupó por ser cazado por cualquier alfa estúpido, cuando estaba en celo no llegaba a tal punto de dejarse dominar por cualquiera y si eso llegase a pasar, era porque estaba con su pareja correcta.
Cuando estuvo frente al club sólo bastó una sonrisa coqueta a los gorilas de la entrada para que le dejarán ingresar. Cuando se es un bello omega se tienen ciertos privilegios.
Dentro del lugar, las luces tenues creaban un aura de misterio alrededor de los presentes, las luces neón hacían todo aún más exótico a la vista. La música en el ambiente era simple melodía sin letra, pero eso ayudaba a que los cuerpos se mantuvieran juntos bailando de forma erógena para quienes disfrutaban de observar.
Se acercó a la barra para pedir cualquier bebida sólo para poder echar un vistazo desde ahí a todos los alfas que se encontraban en el lugar, empezaría a analizar quién sería un buen prospecto y quién no.
Si bien el plan que Lio había creado en su apartamento no había avanzado más allá de unas cuantas miradas deseosas de algunos alfas, o unos cuantos roses de cuerpo con otros, no había conseguido con quien tener una buena noche de sexo. Tuvo varias propuestas, pero ninguno de ellos le había llamado la suficiente atención como para hacerle temblar las piernas a causa de la excitación, ni mucho menos habían hecho que su entrada se dilatara necesitada.
Lionel era selectivo, no dejaría que cualquier alfa tuviera el privilegio de pasar su celo junto a él.
Ni tipos muy lindos, ni divos, ni niños ricos, él sabía muy bien lo que quería. Pasarla muy bien y portarse muy mal en los brazos de algún caballero.
Cuando son casi la una comienza a darse por vencido, decidiendo ir a sentarse a la barra nuevamente y está vez pedir algo fuerte para al menos digerir su mala suerte. Ya sentado y bebiendo puso la mira en su próxima presa. Un hombre alto y atlético había ingresado al bar denotando un aura de dominio, demasiado abrumador para los omegas que comenzaban el apogeo de sus celos. Las miradas se encontraban sobre él, su porte hacia que los omegas comenzarán a lubricarse, sin embargo, la mirada de aquel alfa sólo buscaba al portador de tan exquisito aroma que sobresalía del resto.
Lionel sintió a su lobo gruñir complacido por encontrar un alfa digno de sí. Sonrió al sentir la mirada de esos ojos oscuros sobre su cuerpo y se estremeció extasiado cuando le vio alzar la ceja en un gesto coqueto.
El omega no tuvo que esforzarse más allá de sonreír coqueto para que ese alfa se acercará hasta él. Cada movimiento de ese hombre era atrayente y cautivador, su aroma era envolvente y embriagador.
Conforme se acercaba a Lio se podía apreciar el como su ropa formal abrazaba perfectamente los músculos que poseía, haciendo jadear a más de un omega cuando su espalda fue flexionada para recargarse en la barra junto a Lionel. Su cabello rizado moviéndose con él.
ㅡ Estoy sorprendido de encontrarme con un omega tan hermoso sin ningún alfa a su alrededor para complacerlo ㅡ su voz, su jodida voz era gruesa. ¿Era a caso por el celo? Su bestia debía estar al ras de la piel. Internamente gimio excitado.
ㅡ Ninguno de estos alfas ha sido lo que estoy buscando ㅡ sus ojos chocaron prendiendo la chispa que los haría consumirse. Confirmando así que la bestia que en él habitaba estaba en la superficie, sus ojos estaban claros como la luna y el brillo en ellos era feroz.
ㅡ Espero llenar parte de los requisitos ㅡ él sonrió pasándose una mano por ese cabello rizado que le quedaba tan bien, para este punto Lio tenía toda su atención puesta en cada facción del alfa. Sintiendo su sangre correr por cada parte de su anatomía deseando que el hombre frente a él lo jodiera y mordiera a su antojo, esos colmillos sobresalientes debían servir para algo, esperaba que para abrir la piel en perfectas marcas que se verían hermosas al día siguiente.
ㅡ Eso podríamos probarlo ¿bailamos? ㅡ en realidad no era una pregunta, pues el de piel nívea había tomado del brazo al más alto para llevarlo en medio de las personas que bailaban demasiado juntas. Su misión era presionar los botones del alfa hasta que este cediera a sus instintos.
ㅡ Lo intentaré.
Ambos se dejaron llevar por el ritmo, moviendo sus cuerpos al compás de la melodía ligera y erótica, sintiéndose el uno al otro con cada rose que se daban intencionalmente para provocarse. Ambos llenos de deseo y excitación, no pudieron mantenerse por mucho tiempo con ese mínimo contacto decidiendo por acercarse finalmente con un beso cargado de deseo.
Las piernas de Lionel temblaron cuando el alfa profundizó el beso, sintiendo como su omega le abandonaba para entregarse por completo a los brazos de aquel hombre.
ㅡ Creo que deberíamos buscar una habitación ㅡ dijo el alfa al oído de su acompañante soltando un gruñido al final, sin soltarlo de la cintura, al contrario, haciendo que ambos se pegaran más y rozando con su muslo el miembro del omega. Sonrió satisfecho cuando el omega soltó un gemido agudo sólo audible para él.
Lionel apenas pudo responder con un jadeo afirmativo cuando el alfa lo tomo en brazos y se los llevo del lugar a uno de los hoteles más cercanos de la zona. El corto camino fue una serie de toqueteos y besos hasta que llegaron a la puerta de la habitación, en donde el alfa se detuvo para poder confirmar si el omega estaba dispuesto a llegar a más con él. Tomando su rostro entre sus manos pegó sus frentes, sus narices se rozaban y el aliento se mezclaba.
ㅡ Estoy dispuesto a darte todo lo que deseas ㅡ esas palabras hicieron jadear al avellana, derritiéndose ante el toque que el otro le brindaba ㅡ cuando entres a esa habitación... El complacerte será mi único objetivo.
El omega tembló de anticipación, sujetándose fuertemente del saco del alfa para no caer. Esas palabras podrían ser una perfecta mentira, pero su omega ya había caído ante ellas, enredándose con los rizos de sus mentiras Lionel Messi asintió.
ㅡ Por favor... Hazlo ㅡ el alfa no necesito de más para tomar los labios del omega nuevamente, introduciendo su lengua en la boca ajena, jodiendole la boca y aturdiendo sus sentidos. El aire comenzó a hacerle falta a ambos, pero eso sólo era para dar inicio a algo más satisfactorio. El alfa hizo que el omega rodeara con sus piernas su cintura y lo cargo para besarlo nuevamente, sus manos acariciaron su trasero con necesidad provocando que Lio gimiera en medio del beso.
A trompicones entraron a la habitación, con el omega sujeto al saco del más alto para tenerlo cerca de su cuerpo y no caer en el proceso, sin embargo, los pensamientos del contrario eran otros.
Separándose del beso, el alfa admiro el desastre que había provocado en el omega, sonriendo al verle tan desesperado por más contacto. Primero quitó la chaqueta del más bajo y la lanzó lejos, sosteniendo a su acompañante sólo con un brazo, posteriormente continuó con la playera admirando el cuerpo esbelto frente a sus ojos, el lienzo que pronto pintaría de tonalidades violetas y carmesí.
Hizo que el otro se acostara en la cama, montándose sobre él para verlo a los ojos dilatados.
ㅡ Guillermo. Ese nombre quiero que grites cuando te llene de placer ㅡ sonrió complacido cuando vio al omega asentir con un gemido estrangulado, se quitó el saco del traje y aflojo el nudo de la corbata que portaba, viendo en todo momento al omega ㅡ ¿cuál es tu nombre?
ㅡ Lionel ㅡ asistiendo Guillermo se quitó la corbata y la tomó en manos para que el contrario la viera.
ㅡ Muy bien Lionel, esto te va a encantar ㅡ lentamente se fue inclinando para dejar sus rostros juntos, apenas rozando sus narices ㅡ. Tus brazos sobre la cabeza ㅡ gruño complacido cuando el omega obedeció sin cuestionar, ató la corbata alrededor de las blancas muñecas y se irguió nuevamente ㅡ quiero que los dejes así hasta que te diga ㅡ sin duda, este era el mejor uso que se le podía dar a la voz de mando. Se deslizó sobre la cama apreciando la piel blanca y bajo la cabeza para besar el cuello del omega hambriento por deleitarse con la suavidad de su carne, lentamente descendió sus labios por las clavículas y fue dejando besos profundos con mordidas, gruñendo con cada una de las marcas que dejaba debido a la satisfacción que sentía al hacer retorcerse a Lionel debajo de su cuerpo. Jadeo junto al castaño cuando bajo al pecho e introdujo uno de los pezones del omega en su boca, jugando con él mientras su mano pellizcaba el otro.
Succiono y soltó, deleitándose con la sensibilidad del contrario. Dispuesto a hacer la misma acción con el otro pezón, hizo un camino con su lengua hasta él, sonriendo con sus caninos expuestos y rozando con la bolita de carne. Haciendo una última succión, el alfa descendió por el abdomen dejando mordidas a su paso, llenando de anticipación para lo que vendría.
Se tomó su tiempo para escuchar los jadeos de su amante y sentir su piel con la lengua, torturando al omega cuando dio una mordida juguetona por sobre el pantalón, justo en su miembro erecto. Por inercia las piernas del contrario se juntaron alrededor de los hombros del alfa, soltando un grito y una súplica para que le quitará el resto de la ropa.
Guillermo se soltó del agarre y bajo de la cama, estando al pie de ella extendió las piernas del omega para tomarlo por las caderas y acercarlo a su pelvis, dando leves estocadas por sobre la ropa, amando la forma en que se retorcía Lionel pidiendo más que ese contacto. Se paso la lengua por los colmillos antes de quitarse la camisa, todo en movimientos lentos que torturaban al omega.
ㅡ Por favor... ㅡ Lio tuvo el impulso de bajar los brazos y quitarse él mismo la ropa, pero la orden había calado profundo y cuando tenía la intención de desobedecer a la orden del alfa, su omega lloraba en protesta. Quería seguir las órdenes de su alfa al pie de la letra.
ㅡ ¿Qué es lo que quieres? Si no me lo dices no lo sabré ㅡ Guillermo sonrió burlón bajando sus manos a la hebilla del cinturón, quitándolo en un rápido movimiento y dejándolo a un lado del omega. Lionel gimió cuando sintió el cuerpo caliente del alfa sobre él, elevó su torso para rozarse en el pecho del alfa.
ㅡ Quítame la-ah ropa... y tócame. Tómame ¡ah! ㅡ tomando sus palabras, Guillermo bajo sus manos hacia el pantalón del contrario y lo bajo de un tirón, importándole poco si lo rompía. Cuando un omega pedía algo con esa voz debía ser cumplida su petición y Guillermo estaba dispuesto a complacer cada una de las demandas de su omega.
El miembro de Lionel se irguió en toda su extensión, dejando ver líquido pre seminal en la punta roja y brillante. El alfa se lamio los labios antes de bajar la cabeza y besar la punta del pene de su amante, dejando salir un gruñido desde el fondo de la garganta cuando Lio en su desespero elevó las caderas para sentir más contacto.
ㅡ Quieto ㅡ el omega jadeo y se rindió, accediendo a que el alfa fuera a su gusto ㅡ buen chico, mereces una recompensa ㅡ Guillermo sonrió y beso toda la extensión del omega, sacando la lengua para lamerlo, posteriormente levantó la cabeza para introducir el miembro de Lionel en su boca, succionando con afición, mientras hacia el movimiento de arriba y abajo, rozó levemente sus colmillos con la carne sensible amando el estremecimiento que causaba en él. Dejo salir nuevamente un gruñido desde la garganta para dejar que las vibraciones dieran en los puntos correctos del pene cuando lo introdujo todo hasta el fondo.
Cuando sintió que el omega estaba a punto de correrse se detuvo, poniendo su pulgar sobre la uretra con su puño alrededor del pene, sin inmutarse por los gemidos que soltaba su compañero en protesta.
ㅡ Aún no Lio, todavía no quiero que te corras ㅡ Guillermo se incorporó por completo al borde de la cama y le mostró dos dedos, señal de lo que vendría, cuando vio que él se mordía el labio inferior el alfa rozó su entrada, jugando alrededor del ano y jadeando extasiado cuando vio el agujero rosado contraerse necesitado.
El aroma del lubricante natural del omega le llenaba la nariz, embriagándolo en su tarea, impulsándolo a probarlo. Tomando los glúteos de Lionel los separó para tener mayor acceso, primero rozó la lengua alrededor de la entrada y después la introdujo toda, haciendo que el omega se retorciera ante la sensación eléctrica que recorrió todo su cuerpo.
Si ese alfa le hacía sentir de esa forma sólo con la lengua, seguro moriría cuando lo llenará por completo con ese bulto que sobre salía del pantalón de tela negro. Lionel se aferró a la cabecera de la cama en un esfuerzo por no bajar las manos, sin embargo, no pudo evitar que sus caderas se movieran en busca de más, quería que Guillermo lo llenará por completo.
ㅡ ¡Mgh! Guille ㅡ jadeo incapaz de parar debido al gran esmero que ponía el alfa en atenderlo, su respiración era agitada y su pecho subía y baja en un esfuerzo por evitar correrse, su omega no quería desobedecer al mando de su alfa. Sus esfuerzos iban a hacerse añicos gracias a los dedos largos del alfa que tocaban perfectamente su punto dulce.
No entendía el porqué de esa atención pues no necesitaba de preparación para ser follado por ese alfa, sin embargo, apreciaba el detalle de la tortura ㅡ por favor ¡alfa-ah!... Te necesito a ti Gui-mgh-lle ㅡ las manos del alfa se enterraron en la dulce carne de las caderas de su amante, jadeando ante la súplica que vio en los ojos dilatados.
ㅡ Si cariño, te daré lo que quieras ㅡ el gruñido gutural del alfa hizo temblar al omega, la boca se le hizo agua cuando escucho que se desabrochaba los pantalones y sólo pudo imaginarse los movimientos del contrario debido a que sabía que si lo miraba su cuerpo no lo resistiría.
Con los ojos cerrados Lionel sintió sus sentidos ser estimulados, el sonido de la ropa siendo removida aceleró su corazón y aumento la temperatura de su cuerpo, el colchón se hundió ante el peso del alfa. Sintiendo como el glande se introducía en su esfínter, abriéndose paso y causando una exquisita fricción que poco a poco empezó un ritmo placentero.
Los gemidos, jadeos y gruñidos no se hicieron esperar, llenado la habitación de sonidos meramente placenteros y que sólo denotaban lo bien que se sentían.
ㅡ Déjame tocarte, Guillermo ㅡ el alfa gimió encantado por como su nombre se escuchaba desde los labios del dulce omega. Asistiendo a la petición, desató sus muñecas y beso sus labios sin dejar de mover las caderas.
Los brazos de Lionel lo rodearon por el cuello, apretando más el agarre de sus piernas en el cuerpo de Guillermo, enterrando las uñas en el cuello y el cuero cabelludo. Sintiendo en cada estocada como el pene de Guillermo maltrataba su próstata, debido al placer que lo llenaba no era capaz de sentir las uñas en sus caderas.
Guillermo los levantó a ambos quedando sentado en sus talones con el cuerpo de Lionel sobre él, levantando sus caderas y bajándolas en rápidos movimientos. Lio exclamaba del placer, gimiendo el nombre del alfa, pidiendo más.
Dio un brinco por la sorpresa cuando el alfa le dio una palmada en el culo, el área tornándose roja ardió, pero no quedó ahí, pues el alfa volvió a dejar otras nalgadas más junto con las embestidas. Haciendo temblar al omega cuando su resistencia llegó a su fin.
ㅡ Alfa, deja que me corra. Lo necesito ㅡ Guillermo sonrió jadeante, beso el cuello del omega antes de sacar la lengua y lamer toda la extensión hasta llegar a su oreja, en donde tiró del lóbulo.
ㅡ Aún no ㅡ Lionel tembló y gruño, tratando de contenerse, mordiendo el hombro de Guillermo en el proceso.
El alfa se rio de aquella acción y detuvo sus movimientos, suspirando bastante fuerte debido a la presión que Lionel hacia sobre su pene.
ㅡ Dame más ㅡ el castaño movió las caderas en un vaivén que hizo desesperar al alfa, ambos jadearon ante la fricción.
ㅡ Si quieres más... Debes conseguirlo tú mismo ㅡ separándose con un gruñido de protesta, el alfa se sentó en la orilla de la cama e hizo que Lionel quedará en su regazo, temblando y jadeando, el omega introdujo nuevamente el miembro en su entrada, ambos gimieron ante la sensación. Lentamente Lio saltó en el regazo del alfa, tratando de hacerlo más rápido al querer alcanzar su próstata, pero debido a todo lo anterior sus piernas temblaban.
ㅡ Si necesitas ayuda sólo debes pedirla ㅡ Guillermo sujeto con más fuerza los glúteos de Lionel e hizo que subiera y bajará encontrando sus estocadas ㅡ ¿Esto es lo que querías? Ah ㅡ ambos volvieron al mismo ritmo anterior, construyendo nuevamente su orgasmo. Guillermo beso y mordió el cuello del omega, deleitándose con la suavidad de su piel.
Nuevamente volvieron a la posición inicial en la que el alfa gruño y jadeo dando fuertes embestidas, estaba a punto de correrse y quería ver el rostro del omega cuando llegará a su orgasmo.
Sólo unas estocadas más bastaron para que el nudo del alfa se hinchara, dejándolos unidos, tocando juntos el cielo pues el nudo sólo había incrementado el placer del omega haciendo que se corriera sin necesidad de que su alfa se lo dijera. Guillermo había enterrado sus dientes en la tierna carne del omega, justo donde el vínculo se formaba, extendiendo su orgasmo gracias a que experimentaron las sensaciones del otro.
Lamiendo después la sangre sobre la herida, besándola y transmitiendo todo lo que sentía.
ㅡ Deberíamos hacer esto más a menudo ㅡ con una risa ronca, el alfa se escondió en el cuello de su omega. Tratando de moverse en lo más mínimo para que el nudo no lo lastimara, tardaría en bajar, sin embargo, estaba dispuesto a mimar al omega cuanto quisiera. Beso con delicadeza el cuello del omega y después su rostro, esparciendo suaves besos hasta llegar a sus labios en donde transmitieron mucho más que sólo una noche de sexo.
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