ꜜ᥊ 𝑭𝒂𝒔𝒆₁ » Poinsettia ❫
Fᴀsᴇ ₁: “Flor de Nochebuena”.
Pᴀʟᴇᴛᴀ ᴅᴇ ᴄᴏʟᴏʀᴇs: número O3.
Cᴏʟᴏʀᴇs: morado, violeta, lila, púrpura; etc.
Sɪɢɴɪғɪᴄᴀᴅᴏ: a pesar de su pasado lleno de violencia, el morado es un color que representa la magia espiritualidad, el amor, la paz mental, la sabiduría y la modestia.
Pᴇϙᴜᴇɴ̃ᴀ sɪɴᴏᴘsɪs: Doble D está empezando sus preparativos en el patio trasero de su casa. Ha estado plantando flores y pequeños árboles y arbustos para darle un ambiente mejorado al lugar que sus padres nunca habían puesto prioridad. Busca un planta especial, una con un significado enorme y la necesita de inmediato; sin ella, la navidad no tendría sentido.
Diez de diciembre.
Prestaba más atención al patio trasero ㅡen el que, seguro, pasarían más tiempoㅡ que dentro de su casa. Había estado comprando plantas y diferentes tipos de pequeños arbustos y árboles para decorar a los alrededores. Le parecía muy extraño que en su casa nunca se le llamara la atención a las plantas, a duras penas había algunas flores que salían en todos lados y que no tenían mucha gracia; para Eddward eran flores comunes, aunque amaba que también salieran en su patio.
Sabía que el invierno les haría un poco de daño, y que incluso la nieve las cubriría y las mataría, pero tenía un secreto bajo su manga; ¡flores de invierno y de cuatro estaciones!
Las flores de invierno, tal como su nombre lo dice, son flores o florecillas que pueden vivir y sobrevivir en el invierno, al igual que plantas que se ven en todas las estaciones; un ejemplo de un tipo de planta que está viva en las cuatro estaciones es el jazmín, una de las flores favoritas de Edd y de su abuela.
ㅡ ¡Estoy en casa! ㅡgritó Eddy, quién traía las últimas decoraciones para la casa.
ㅡ ¡Bienvenido! ㅡcanturreó Eddward desde el patio trasero, limpiándose las manos para adentrarse en la casaㅡ No te preocupes por la tierra, la limpiaré cuando acabe aquí afuera.
ㅡ Viejo, entiendo que quieras decorar todo y ser el mejor de la cuadra, pero te estás interesando tanto en la parte trasera, que no te das cuenta que todos ya han decorado las partes delanteras de sus casas ㅡmencionó Eddy, dejando las cajas sobre la mesada en el centro de la cocina.
ㅡ Mis discupas, Eddy; creo que la primavera lejana me ha impulsado a quedarme en el patio ㅡle sonrió, limpiándose el sudor de la frenteㅡ Me gustaría poner unas luces afuera, ¿podrías colgarlas tú?
ㅡ ¿Y si le dices a Ed? ㅡsonrió de ladoㅡ Tengo que llevar a mis padres hasta la ciudad.
ㅡ Oh, por supuesto; no te preocupes ㅡdejó la toalla sucia sobre la mesa y tomó cajas pequeñas para ver las inscripciones en ellasㅡ ¿Salieron mucho dinero?
ㅡ No te preocupes por el dinero, considéralo uno de mis regalos ㅡle sonrió, cambiando su chaqueta de cuero por un saco amarronadoㅡ Ed estará aquí con los focos para las luces en algunos minutos ㅡtomó las llaves nuevamente y saludó con un puño al de gorroㅡ Voy a buscar a mis padres.
ㅡ ¡Saluda a tu madre de mi parte! ㅡgritó, cuando oyó la puerta abrirse.
ㅡ ¡Amará éso! ㅡy la puerta se cerró.
Revisó las bolsas y las cajas, hasta descubrir que lo que más esperaba y ansiaba ver, no estaba entre las cosas que Eddy había traído. Suspiró.
“Lo más probable es que no la haya encontrado en ningún sitio... lo sabía, es imposible conseguirla ahora”; pensó, mientras hacía un pequeño puchero y volvía fuera con el resto de sus flores y arbustos.
Había una flor especial, muchos conocían aquella planta cómo un arbusto, e incluso como flor de buena suerte en Nochebuena. Tenía de ésas, pero era falsa y la pondría en la puerta frontal de su casa, junto a una rosca hecha de más plantas y flores, con borlas de colores y campanillas que sonaban con el viento.
Se arrodilló frente a sus arbustos y recortó un poco las ramas, pensando en la última vez que había visto una de ésas. ¿Listos para un recuerdo navideño de un joven niño al que burlaban por tener sus dientecitos separados?; bien, entonces...
Las navidades de Eddward Marion, más conocido cómo Doble D por todos sus amigos y la gente que llegaba a conocerle bien, desde que tenía uso de razón hasta sus catorce años; las pasaba en la casa de su abuela Elizabeth. La abuela Eliza ㅡporque así era su bello apodoㅡ siempre hacía las más grandes fiestas navideñas, llenas de luces y árboles decorados con millones de borlas coloridas.
Las comidas eran las más deliciosas de todas, e incluso hasta podían quedarse a dormir en su casa, la abuela Eliza siempre amaba tener a su familia cerca. Pero había algo que siempre encantó a Edd; la hermosa flor que ponía en el centro de la mesa, e incluso él tenía el placer de ver todo el tiempo, ya que se sentaba cerca del centro de la mesa.
ㅡ Pequeño Eddward, ven aquí ㅡllamó un día, haciendo al menor de catorce años acercarse a ella.
ㅡ ¿Sí, abuela? ㅡle sonrió, tomando la mano de su abuela, quién se encontraba enferma sentada en una silla de ruedas.
ㅡ He visto cómo miras a mi hermosa florecilla, cada año, cuando vienes a casa para las fiestas ㅡ sonrió, levantando una caja de la cajonera a su ladoㅡ Sé que sabes su nombre, pero en mi país natal le llamamos “Poinsettia” ㅡabrió la caja, mostrando la hermosa flor roja resplandecienteㅡ Debe haber millones de colores diferentes para ella, pero la roja es mi favorita, y la que se usa mucho en Nochebuena ㅡle pasó la caja y palmeó suavemente su mejillaㅡ Es toda tuya, cariño.
ㅡ ¿De verdad, abuela? ㅡpreguntó, con los ojos llenos de brillo y la caja entre las manosㅡ Muchísimas gracias, abuela, ¡siempre había soñado con tener una tan especial cómo ésta! ㅡle abrazó, y la abuela Eliza besó su mejilla.
ㅡ Mi pequeña poinsettia, eres el más grande tesoro que tengo ㅡmurmuró, alejando al niño para mirarle a los ojosㅡ Recuerda éso.
ㅡ Siempre, abuela...
Nadie predijo que, aquella noche, luego de los fuegos artificiales; la flor se marchitaría, y la abuela Eliza dejaría el mundo con una hermosa sonrisa tranquila en el rostro.
Las lágrimas caían de su rostro al recordar la sonrisa de la abuela Eliza mientras le daba la flor que se había marchitado tiempo después.
ㅡ Toma ㅡsonrió Ed, pasándole un pañueloㅡ ¿Te lastimaste?
ㅡ No, sólo... ㅡsuspiróㅡ Recordaba las navidades con mi familia, y... la flor que aún no he podido conseguir ㅡmurmuró, limpiándose las lágrimas y la nariz.
ㅡ No te preocupes, Doble D, seguro que tienes un milagro de navidad adelantado, ¡eres la última persona a la que espero que pierda la esperanza! ㅡpalmeó su hombro y le mostró una bolsaㅡ Dime dónde quieres las luces, ponemos los focos y conectamos a ver cómo queda, ¿mh?
ㅡ Gracias, Ed; eres de mucha ayuda.
Luego de colgar las luces, encenderlas y admirarlas por unos segundos; miró su patio entero desde la puerta de vidrio corrediza, encantándose hasta las lágrimas cada vez que lo veía. Mientras Ed organizaba las mesas, junto a Eddy, en el pequeño cobertizo para que no se mojen si llueve o nieva; el timbre sonó. Se encaminó hacia la puerta algo desganado, ya era tarde y no encontraría florerías o víveros abiertos.
ㅡ ¿Quién es?
ㅡ Entrega inmediata de “Florería María” ㅡdijo la voz detrás de la puerta.
Conocía el nombre, pues era el lugar dónde compró las flores y el resto de las cosas, pero no podía reconocer la voz. Al abrir la puerta, se encontró con un muchacho de cabellos pelirrojos, con una gorra roja y vestido con el típico overol verde de aquella florería; ㅡ Buenas noches.
ㅡ Buenas noches, Kevin ㅡrió levemente el de ojos zafiro, abriendo aún más la puertaㅡ ¿Qué... es todo ésto?
ㅡ Una entrega inmediata ㅡvolvió a decir, y ésta vez su voz sí le sonaba conocida al de ojos zafiroㅡ Creí haberte oído hablar con Nazz sobre ésta flor, ¿no es así?
ㅡ Sí ㅡdijo, y en sus ojos se formaban unas pequeñas lágrimas.
ㅡ Euphorbia Pulcherrima, ¿no? ㅡpreguntó, mirando el nombre en la cajaㅡ Poinsettia, para ser más breves.
El nombre le hizo correr un escalofrío en su espalda, que cubrió con un suspiro sorprendido; ㅡ Poinsettia, sí.
ㅡ Bien, entonces, ésto es tuyo ㅡle tendió la caja, y una vez que el de gorro la tomó, se metió las manos en los bolsillos del overolㅡ No es la flor roja de la que hablaban, pero creí que éste color también te gustaría ㅡle sonrió, y mientras abría la caja dijo;ㅡ No tienes que pagar, es un regalo, la casa paga.
Eddward agradeció, más de mil veces, hasta que levantó la vista y Kevin caminaba hacia su bicicleta nuevamente.
ㅡ ¡Kevin! ㅡllamó, con las lágimas recorriendo sus mejillas y la poinsettia morada entre sus manosㅡ ¡Espera! ㅡdejó la flor en el suelo y corrió a abrazarle.
El pelirrojo le recibió con los brazos abiertos, casi cayendo de la bicicleta cuando el de gorro se aferró a su cuello. Entre pequeñas risas nerviosas confesó haber pagado la poinsettia con el dinero que le pagarían la próxima semana, a lo que Edd le respondió con un “espero que vengas a la fiesta de Nochebuena, y el resto de las fiestas, aunque sea un rato” y un enorme beso en la mejilla del pelirrojo.
La poinsettia morada tuvo una bella presentación en el centro de la mesa aquella noche, y una nueva tradición tomaba espacio en el corazón del de ojos color zafiro; mientras observaba al pelirrojo reír en la otra punta de la mesa.
No estoy muy segura de éste final hsakjds, pero me gustó cómo quedó.
Me molesta, en cierto modo, que la única imagen que he encontrado para ésta flor, sea ésta:
Sí, había otras, e incluso roscas llenas de morado, pero me gustó más ésa; aunque se vea borrosa xd
Uhh... ah, también, no soy buena para editar fotos o cosas por el estilo, pero para aquel recuerdo quise separarlo del relato original, así que creí que sería buena idea si editaba un poco el header original que descargué con algo de brillo y algunas poinsettias moradas uwu<3
¡Espero que les haya gustado!
nos vemos en la segunda fase (◍•ᴗ•◍)✧*。
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