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ⅩⅥ

*ੈ✩𝐂𝐡𝐚𝐫𝐩𝐞𝐫 16⋆ ☄.

-ˋˏ ¿¡Eres Hijo de quien!? ˎˊ-


↪ Las pasantías habían concluido, y con ellas, los estudiantes del curso de héroes regresaron a la U.A. cargados de energía y nuevas experiencias. El bullicio y la emoción inundaron los pasillos mientras los jóvenes compartían anécdotas y descubrimientos de sus prácticas. Cada uno parecía ansioso por demostrar lo aprendido y aplicar sus habilidades en las clases que se avecinaban.

Kirishima, quien hasta hace un instante se había unido a Sero para burlarse de Bakugo, ahora los tenía suspendidos en el aire, agarrados por el cuello de sus chalecos. Con la mirada perdida, Kirishima recorrió la sala, deteniéndose en el rincón donde el pupitre de Kayden yacía vacío.

—¿Kayden aún no se recupera?—Preguntó Kirishima, intrigado.

—Bueno, en realidad, él ya fue dado de alta ayer por la mañana—Respondió Midoriya captando la atención de los demás—No estoy seguro si venga hoy, pero creo que tuvo un pequeño problema con su padre.

—¿Eres su amigo, Midoriya?—Preguntó Denki, curioso.

—No creo que él me considere un amigo, si soy sincero—Murmuró con un tono ligeramente nervioso.

—Bueno... por mi parte me divertí, pero por lo que pasaron la parte más difícil—Denki miro a Midoriya, Iida y Todoroki—Fueron ustedes tres.

—Sí, el Asesino de Héroes—Aclaró Sero.

—Dicen que fueron rescatados por Endeavor—Dijo Sato, cruzado de brazos.

—Sí, él...—Shoto bajo la mirada, con cierta incomodidad—Nos salvó.

La atribución del crédito a su padre, quien nunca había puesto un pie en una zona de peligro, lo exasperaba. Aquella injusticia reavivó las conversaciones de Hosu, las cuales fueron interrumpidas de golpe por la irrupción de All Might en el salón. La noticia de que el Símbolo de la Paz tomaría la clase los dejó a todos con una mezcla de sentimientos entre sorprendidos y emocionados.

All Might anunció que la clase sería una emocionante carrera de rescate. Divididos en cuatro equipos, los estudiantes tendrían que superar un desafiante circuito, corriendo a toda velocidad y esquivando obstáculos, con el objetivo de llegar a la meta antes que sus rivales. Esta intensa competencia pondría a prueba sus habilidades y reflejaría la evolución de sus poderes.

El primer grupo tomo su posición, conformado por Deku, Mina, Sero, Iida y Ojiro.

(Se rompe la cuarta pared, todos están usando sus trajes de Héroes, por si no te viste el anime, pendeja)

Las apuestas no se hicieron esperar entre los estudiantes, cada uno convencido de quién sería el mejor. Bakugo, con su habitual arrogancia, clavó su mirada en Midoriya, desafiándolo con una sonrisa sardónica. Era como si un rayo invisible los uniera, anticipando el choque de sus habilidades. Con el grito del héroe profesional, el aire se electrizó y la competencia comenzó.

Mientras en una linda sala de estar, un oasis de calma y diseño, era el refugio de Kayden. Rodeado de fallidos bocetos esparcidos por todo el suelo, el joven se encontraba en plena ebullición creativa. Con la música como banda sonora, sus dedos trazaban líneas audaces y curvas elegantes sobre el papel.

La tarea encomendada por su padre, Nezu, de diseñar su propio traje de héroe, lo comenzaba a estresar. La idea de convertirse en un salvador no lo entusiasmaba en lo más mínimo. A pesar de la libertad creativa que le otorgaba Nezu, la presión de cumplir con las expectativas de la sociedad, no le agradaba para nada.

Kayden era un joven de una inteligencia aguda, con una capacidad innata para analizar situaciones y planificar sus acciones. Su mente astuta lo llevaba a resolver problemas con facilidad, lo que, lamentablemente, había inflado su ego. Confiado en sus habilidades, a menudo se sumergía de lleno en sus tareas, olvidando el paso del tiempo. Esta vez, su obsesión por completar el diseño de su traje lo había llevado a perder la noción de la hora, dejándolo tarde para su clase.

La sorpresa lo petrificó un instante, pero al instante siguiente, agarró la hoja con el diseño de su traje y salió disparado de la casa. Subió al auto, donde su chofer ya lo esperaba con el motor en marcha. Mientras el vehículo se adentraba en el tráfico, rumbo a la U.A., Kayden no perdió tiempo y envió toda la información a su padre. Este, a su vez, se pondría en contacto de inmediato con una prestigiosa agencia especializada en trajes de héroe, para que el diseño de su hijo fuera hecho lo antes posible.











↪ La clase de All Might había sido una verdadera revelación. Varios estudiantes habían mejorado significativamente su control sobre sus Quirks, pero fue el progreso de Midoriya Izuku lo que más sorprendió. El antiguo Deku, aquel chico que se fracturaba los huesos con cada uso de su poder, había dado un giro de 180 grados. Ahora, tras una intensa jornada de entrenamiento, la clase de Aizawa se desarrollaba en un ambiente relajado a pesar de la voz monótona del héroe. Sin embargo, nadie se atrevía a dormitar.

De pronto, un estruendo resonó en el salón. Todos giraron la cabeza hacia la puerta, que se había abierto de golpe. En el umbral, jadeante y con el uniforme desaliñado, apareció Kayden. Era evidente que había corrido a toda prisa para llegar a tiempo, a pesar de que se trataba de la última clase del día.

—Kayden, otra vez llegas tarde—Dijo Aizawa, con un tono molesto—No quiero saber tu excusa esta vez.

El azabache suspiró hondo, dejando escapar la tensión acumulada. Con un gesto lento, cerró la puerta y se dirigió a su asiento.

—Con estas ya van ocho faltas—Sentenció, su voz resonando en la silenciosa clase—Tendré que informarle esto a tu padre.

—¿¡Qué!?—Exclamó, sorprendido y nervioso—¡Pero, Aizawa-Sensei! Por favor, no le diga.

—Soy tu profesor, y tengo el deber de informarle de tus faltas—Declaró con un tono firme y serio.

Kayden apoyó el mentón en la mesa, sumido en una profunda concentración. Aizawa continuaba con la clase, pero sus palabras se perdían en la mente del joven. Un mes de castigo, la sola idea lo hacía estremecer. Tenía que encontrar una solución, y rápido. El tiempo se arrastraba, cada segundo una eternidad. De repente, una idea audaz, casi temeraria, cruzó su mente. Aprovechando el breve respiro que Aizawa les concedió para trabajar en la tarea, Kayden comenzó a urdir su plan.

—Aizawa-Sensei—Llamó Kayden, captando la atención del mayor—Quisiera hablar con usted en privado.

—¿En privado?—Cuestiono, arqueado una ceja.

—Sí, no creo que sea un problema, ¿o sí?

Aizawa entrecerró los ojos, clavando su mirada en el chico con una intensidad que heló a cualquiera. Tras unos interminables segundos, el profesor soltó un suspiro que resonó en el silencio del aula y asintió con una expresión enigmática. Kayden esbozó una sonrisa apenas perceptible y, siguiendo al mayor, abandonaron el salón bajo las miradas inquisitivas de sus compañeros.

—¿Y bien? ¿Qué sucede?—Preguntó Aizawa, cruzándose de brazos—Espero no sea debido a la conversación que tendré con tu padre por tus faltas.

—Claro que no... Bueno, sí—Kayden sonrió nervioso—Le propongo algo: si usted no le dice a mi padre sobre mis faltas, yo puedo hablar con él para que le dé más tiempo libre para dormir. ¿Una oferta muy tentadora, no cree?

Kayden tenía la certeza de que su oferta era irresistible, especialmente para Aizawa y su fiel compañero de aventuras: el saco de dormir amarillo. Era como ofrecerle a un gato una bola de hilo; simplemente no podía negarse a la tentación de desaparecer dentro de esa suave prisión amarilla y entregarse a un sueño profundo y reparador.

—No.

—¿Qué?...—Kayden quedo en silencio procesando la respuesta—¿¡Por qué no!?

—No voy a venderme, aunque admito que es una buena oferta—Admitió Aizawa recargándose en los ventanales del pasillo—Tengo muchas cosas que hablar con tu padre.

Kayden apartó la mirada, su frustración hirviendo a borbotones ante la tranquila respuesta del mayor. Con un gruñido resignado, se dijo que tendría que poner en marcha su plan B.

—Lo entiendo, Aizawa-Sensei, no debería entrometerme. Pero es imposible ignorarlo cuando usted ocupa cada rincón de mi mente—Kayden se plantó frente a él, su estatura desafiando la del héroe, decidido a cerrar la distancia que los separaba—No puedo dejar pasar una oportunidad tan beneficiosa como esta.

—Aléjate de mí, Mocoso—Ordeno Aizawa frunciendo el ceño.

—Lo siento, Sensei, pero no puedo—Kayden puso sus manos a los costados de la ventana—¿Qué tal si cambiamos las condiciones? Usted guarda silencio ante mi padre y la recompensa... soy yo. ¿Le parece una oferta más tentadora?

Aizawa mantenía su mirada fija en Kayden, su expresión inmutable. El chico se acercaba lentamente y la tensión en el ambiente aumentaba. El héroe no podía encontrar las palabras adecuadas ante la situación.

—¿Aceptará mi oferta, Sensei?

Kayden, con una sonrisa despectiva, deslizó una mano hacia la cintura de Aizawa, acercando lentamente su rostro. El límite se rompió cuando los dedos del joven rozaron descaradamente el trasero del profesor. La tranquilidad del salón se hizo añicos al instante. Los compañeros de Kayden, observaron atónitos cómo el cuerpo del estudiante era proyectado contra la pared, tras ser lanzado violentamente por Aizawa, que había derribado la puerta de un golpe.

—¡Maldito mocoso descarado, tu padre se enterará de esto!—Exclamó Aizawa molesto con un sonrojo en sus mejillas—¡Ese Nezu se enterará del mocoso que esta criando!

Aizawa se retiró a grandes zancadas, su aura irradiaba una ira palpable. Kayden, soportando el dolor punzante de la cabeza donde había recibido el golpe, se masajeó la sien con la mirada fija en el suelo. Ignoraba por completo las exclamaciones atónitas de algunos de sus compañeros.

—¿¡Tu padre es el director Nezu!?



𝐀𝐔𝐓𝐇𝐎𝐑'𝐒 𝐍𝐎𝐓𝐄/~♡

⇝ Imagines incluidas en la historia credito a sus respectivos autores.

⇝ Lamento posibles fallas autográficas.

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♡*:.。.𝐆𝐑𝐀𝐂𝐈𝐀𝐒 .。.:*♡

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